El Reinado de Alfonso XII (1874-1885)
El 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos encabezó un alzamiento en Sagunto y proclamó rey de España a Alfonso XII. Al día siguiente del golpe, se formó en Madrid un gobierno provisional presidido por Cánovas del Castillo. El 9 de enero de 1875, el joven rey entró en España por el puerto de Barcelona, y el día 14 llegaba a Madrid. La dinastía borbónica acababa de ser restaurada.
Los ejes políticos esenciales que marcan la primera fase de la Restauración (1875-1898) son:
- El fin de la guerra carlista
- El establecimiento del bipartidismo
- La alternancia pacífica en el poder
- La política exterior
El fin de la guerra carlista
La primera acción política importante del nuevo rey, dirigir la guerra contra los carlistas, que había empezado tres años antes, se desarrolló, sobre todo, en Cataluña, el País Vasco y Navarra. Durante la contienda, don Carlos llegó a establecer un gobierno estable en Estella.
Mientras Alfonso XII se dirigía hasta la zona del conflicto, ofreció una amplia amnistía, en la que proponía a todos olvidar el pasado y adherirse a la monarquía constitucional. En Cataluña, una vez finalizada la guerra, evolucionaron hacia posturas autonomistas defendidas de una manera militante. Pero el conflicto no se resolvió hasta marzo de 1876, fecha en la que Carlos VII, el pretendiente carlista, vencido definitivamente en el frente del norte, pasó con sus tropas a Francia.
Los carlistas ya no volvieron a levantarse en armas. Cánovas aprovechó el fin de la guerra para derogar, en 1876, los fueros. Aumentó la intervención del Estado en la administración del País Vasco y de Navarra y se estableció el servicio militar obligatorio.
El bipartidismo
Cánovas del Castillo impulsó un régimen bipartidista inspirado en el modelo inglés, con el fin de acabar con las tensiones que habían marcado la política del país a lo largo del siglo XIX. Su intención era crear dos grandes partidos políticos que pudieran aglutinar diferentes criterios, siempre y cuando se ajustaran a la legalidad que él mismo había diseñado.
Cánovas lideró el Partido Liberal Conservador, también conocido como Partido Conservador. El Partido Conservador también obtuvo pronto la adhesión del episcopado y de buena parte del catolicismo no radical.
Sagasta, líder del Partido Liberal, recibió la influencia y el apoyo de los profesionales liberales, los comerciantes, los banqueros, los militares y los funcionarios.
El Partido Conservador había ganado las elecciones, y se promulgó la nueva Constitución de 1876. El bipartidismo se consolidó definitivamente tras la muerte prematura del rey Alfonso XII, en 1885. Cánovas demostró su habilidad política al gestionar la transición y evitar la inestabilidad tras la muerte del rey.
La Regencia de María Cristina (1885-1902)
A la muerte del Alfonso XII, de acuerdo con la Constitución de 1876, fue designada regente durante la minoría de edad del futuro Alfonso XIII la esposa del rey fallecido, María Cristina del Hasburgo-Lorena.
El primer turno político fue de signo liberal. Durante estos cinco años, los liberales, presididos por Sagasta, desarrollaron una intensa actividad legislativa, que culmina con la Ley de Jurados. A partir de 1890, el turno de los dos grandes partidos se realizó por períodos más cortos. El presidente del Gobierno fueron Cánovas o Sagasta, pero estos presentaron su dimisión a la reina regente por corrupción. El 1897, cuando Cuba estaba otra vez en plena insurreción por la independencia, Cánovas fue asesinado.
Tras el asesinato de Cánovas, Sagasta volvió al poder. Fue el jefe de Gobierno encargado de asumir la derrota española en Cuba en 1898.
La política exterior
El reconocimiento que las potencias extranjeras y el conservador papa Pío IX dieron al nuevo régimen y a la monarquía los legitimó ante los sectores católicos españoles. Otro éxito del nuevo régimen fue la pacificación de Cuba, donde, poco después de que en España estallara la Revolución de 1868, había comenzado una guerra de liberación. El 12 de febrero de 1878 se firmó la Paz de Zanjón, que prometía a los cubanos los mismos derechos que a los españoles.
El Sistema Político: la Teoría y la Práctica
Aunque la Restauración supuso cierto retorno al conservadurismo, es evidente que también consolidó el ciclo Revolución Liberal. Durante la restauración se llegó a un pacto con la iglesia, el ejército se mantuvo alejado del juego político.
El ideario de Cánovas
Cánovas era un hombre práctico en política y confiaba más en el éxito concreto de las ideas que en la pureza de los planteamientos.
La Constitución de 1876
La constitución empezó a debatirse en febrero de 1876. Se obligaba a mantener el culto católico y a sus ministros, los liberales conseguían la libertad de conciencia. Muchos de los contenidos expresados en los artículos de la Constitución de 1876 ya se encontraban en la de 1869. Las diferencias fundamentales radicaban en el papel y en las atribuciones que se adjudicaban a la monarquía, más amplias en la Constitución de la Restauración.
La práctica: legislación y caciquismo
La restauración supuso el retorno a la sociedad liberal moderada anterior a 1868, pero con nuevas formas de conducir la política. Durante el período de la Restauración, las elecciones nunca fueron transparentes. Si un presidente del Gobierno se veía obligado a dimitir, el rey encargaba la formación de un nuevo Gobierno al líder de la oposición. La España oficial se divorciaba cada vez más de la España real.
La decadencia del republicanismo después de la frustrante experiencia de la Primera República y sus divisiones internas lo empujaron a la marginación política durante este período.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
El golpe de estado de Primo de Rivera se produjo un año después del ascenso de Mussolini en Italia. La dictadura no era fascista y procedía del regeneracionismo. Primo de Rivera justificó su acción por la necesidad de combatir la política caciquil y oligárquica.
Apoyos y oposición
La buena acogida que tuvo Primo de Rivera fue disminuyendo con el paso del tiempo. La oposición a la dictadura surgió sobre todo entre las clases medias urbanas, estudiantes e intelectuales, ampliándose a las formas republicanas y socialistas. Primo de Rivera tuvo que hacer frente a la oposición de los nacionalismos catalán, vasco y gallego. Dentro del movimiento obrero, la CNT y los comunistas veían la dictadura como una amenaza. PSOE y UGT optaron por una actitud expectante. La UGT desempeñaba el papel de representantes de la clase obrera. En 1928 el PSOE pasó a la oposición.
Obra de los directorios
El régimen de Primo de Rivera duró 7 años y el dictador presidió dos gobiernos.
Directorio militar (1923-1925)
Se suspendieron las garantías constitucionales y el funcionamiento de la administración quedó a manos del ejército. Se intentó organizar el estado sobre la base de un estado nacional. Se promulgó un estatuto municipal, que regulaba las competencias de los ayuntamientos. La acción más destacada de Primo fue la resolución del conflicto de Marruecos. Disminuyó la conflictividad social por la prosperidad económica, la falta de libertad y la represión del sector más radical del movimiento obrero.
Directorio civil (1925-1930)
La acción política de la dictadura se centró en la creación de corporaciones de carácter laboral y en lograr su institucionalización, con la creación de la Asamblea Nacional Consultiva. Los representantes municipales y de un censo oficial de asociaciones con derecho a voto, los miembros procedían sobre todo la oligarquía agraria. Se modernizó la red ferroviaria y se realizaron obras públicas.
Caída de la dictadura
En la caída de Primo de Rivera resultaron decisivos los enfrentamientos con el estamento militar. La noche de San Juan tuvo lugar la conspiración contra la dictadura. El catalanismo y la concesión de privilegios a la iglesia provocaron respuestas iniciales importantes. El final de la dictadura fue la crisis económica de 1929. La oposición hizo que dimitiera, para sustituir a Primo el rey encargó al general Dámaso Berenguer la creación de un nuevo gobierno. La CNT empezó a reconstruirse, UGT y PSOE se oponían a la monarquía y el republicanismo y nacionalismo se unían para instaurar la república con el pacto de San Sebastián. Alcalá Zamora presidió una reunión la cual estudió el pronunciamiento militar para traer la república.
Repercusiones de la dictadura
Fue recibido de forma desigual. Propietarios, patronos y clases medias lo acogieron bien, conservadores y liberales plantearon algunas reticencias, la dictadura se enfrentó a la política caciquil. Organizaciones obreras anarquistas la rechazaron y la CNT fue ilegalizada.