La Restauración Borbónica (1874-1923): Un Sistema Político en España
1. Introducción
Tras el conflictivo periodo del Sexenio Democrático (1868-1874), el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos restaura la monarquía de los Borbones. Su principal ideólogo fue Cánovas del Castillo, que ya había participado en el Bienio Progresista (1854-1856) y que ahora se enfrentaba a la difícil tarea de crear un sistema político estable que pusiera fin a las guerras civiles y favoreciera el crecimiento económico. El resultado fue un éxito: el sistema político ideado por Cánovas duró hasta 1923, pero al coste de falsear las elecciones, limitar las libertades en las colonias y marginar políticamente a las clases populares y a los movimientos regionalistas.
2. El Sistema de la Restauración
El hijo de Isabel II, Alfonso de Borbón, había proclamado en 1874 su intención de convertirse en rey de España mediante el Manifiesto de Sandhurst. El pronunciamiento del general Martínez Campos el 29 de diciembre de 1874 puso fin a la dictadura republicana del general Serrano y permitió que el joven Borbón, de tan solo 18 años, regresara a España y fuese coronado como Alfonso XII. No iban a ser los militares los encargados de diseñar el nuevo sistema político, sino Cánovas del Castillo.
2.1. Las claves del sistema canovista
Cánovas del Castillo había conocido de primera mano la monarquía de Isabel II, y por eso estaba al tanto de todos sus defectos: la enemistad entre los partidos políticos, la creación de constituciones que solo favorecieran al partido en el poder, la intervención de los militares y las guerras civiles. Su sistema político se creó pensando justamente en solucionar dichos problemas.
Para ello, Cánovas del Castillo apostó por un sistema bipartidista, en el que los dos principales partidos se alternasen pacíficamente en el poder.
2.2. La Constitución de 1876
En 1876 se realizaron elecciones constituyentes mediante el sistema de sufragio universal masculino. Cánovas del Castillo obtuvo el 85% de los votos, por lo que pudo crear una constitución que favoreciera su visión de la política.
Al ser una Constitución que buscaba el consenso entre las fuerzas políticas, favoreció su supervivencia: ha sido la más longeva de la historia de España (1876-1923 y 1930-1931).
- Equilibrio entre ideologías. Coge elementos de la Constitución moderada de 1845 y de la democrática de 1869.
- Flexibilidad. La Constitución hacía una amplia declaración de derechos y libertades, aunque el gobierno tenía mucha libertad a la hora de regular dichos derechos y libertades.
- Amplias competencias al rey. Es el jefe del ejército, elige libremente el jefe de gobierno, puede vetar leyes y no tiene que dar cuenta de sus decisiones.
- Democrática. La Constitución aceptaba el sufragio como forma de expresar la voluntad nacional. No obstante, en 1878 se aplicó un sufragio censitario, aunque en 1890 se aprobó el sufragio universal masculino.
- El catolicismo es la religión oficial del Estado.
- Carácter centralista, que vacía de poder ayuntamientos y diputaciones.
2.3. Los partidos políticos del sistema canovista
Los dos partidos más favorecidos por el nuevo sistema fueron el Partido Conservador (dirigido por el propio Cánovas del Castillo), que contaba con el apoyo de la nobleza y los terratenientes, y el Partido Liberal (dirigido por Sagasta) al que apoyaban la burguesía industrial y las clases medias urbanas.
Ninguno de estos dos partidos era un “partido de masas”, pero el Partido Conservador y el Partido Liberal estaban compuestos por un grupo pequeño pero muy influyente de personas adineradas. Ambos partidos eran los principales defensores de la dinastía borbónica (partidos dinásticos).
Los demás partidos políticos estaban muy debilitados o se habían disuelto tras el fracaso del Sexenio Democrático, por lo que el gobierno siempre estuvo en manos del Partido Conservador o del Partido Liberal. A pesar de que tenían diferentes visiones de cómo debía ser España, ambos coincidían en lo fundamental: la monarquía, la Constitución y la existencia de un Estado centralizado.
Cuando un partido no iba bien el rey nombraba al otro.
2.4. El fraude electoral o “caciquismo”
En España no se elegía a un presidente, sino que el rey primero nombraba como presidente de gobierno a uno de los líderes de los dos principales partidos políticos, y solo después se convocaban unas elecciones a Cortes que siempre daban como resultado la victoria del partido del nuevo presidente.
Se debía a que las elecciones estaban amañadas, para que el nuevo presidente siempre tuviese una mayoría que le permitiera gobernar.
Esto se lograba recurriendo al cacique, que ejercía el control sobre los votantes de la zona, ya fuera coaccionándolos, ya fuese persuadiéndoles; si estas opciones no eran suficiente, se recurría al pucherazo, la práctica de incluir en las urnas más votos que votantes había (llegando a incluir a difuntos). A cambio de estos amaños, el cacique recibía favores de la administración pública.
Por lo tanto, el resultado de las elecciones obedecía a las necesidades de las élites políticas, no al deseo popular. Sin embargo, Cánovas del Castillo pensaba que este sistema era ventajoso porque así ambos partidos podían llegar al poder.
3. Los Excluidos de la Restauración
La Restauración se basaba en dos grandes partidos políticos, razón por la cual se marginó a todas las demás fuerzas políticas.
3.1. Los partidos a nivel nacional: carlistas y republicanos
Los dos principales grupos opositores a nivel nacional fueron:
- El carlismo fue uno de los grandes perdedores del sistema de la Restauración. El apoyo de la Iglesia a la Restauración dejó sin una importante base de apoyos a los carlistas, que además perdieron fuerza en el norte debido a la aparición de los nacionalismos catalán y vasco.
- El republicanismo, otro de los grandes derrotados con la vuelta de la dinastía borbónica, sufrió persecución durante algunos años y perdió parte de su atractivo tras el fracaso de la Primera República.
3.2. El movimiento obrero: socialistas y anarquistas
El movimiento obrero había comenzado a ganar fuerza en España durante el Sexenio Democrático, pero en la Restauración sufrió:
- El socialismo estuvo representado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), compuesto principalmente por obreros y creado en 1880 por Pablo Iglesias, y un sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT).
- El anarquismo tomó fuerza como sindicato entre los obreros catalanes y el campesinado andaluz. Debido a la represión que sufría, una parte de los anarquistas optó por la lucha mediante actos de terrorismo.
3.3. Los regionalismos: los primeros partidos nacionalistas
El centralismo del Estado favoreció la aparición de sentimientos regionalistas, que defendían la lengua, las tradiciones y la cultura propias, planteando un Estado más plural.
- El desarrollo industrial que experimentó Cataluña en el siglo XIX permitió la aparición de una burguesía urbana, que mejoró el renacimiento de la cultura catalana. A partir de 1880 también surgió un movimiento político nacionalista que elaboró en 1892 las Bases de Manresa, documento en el que se pedía un mayor autogobierno para Cataluña. En 1901 Francesc Cambó creó la Lliga Regionalista.
- El País Vasco también conoció un movimiento nacionalista tras la abolición de los Fueros en 1876. Este movimiento no estaba tan basado en la lengua vasca, menos extendida en las ciudades, sino en la defensa de la etnia vasca y el rechazo a las costumbres llegadas de fuera. Su figura más destacada fue Sabino Arana, que en 1895 fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que popularizó el termino Euskadi para referirse al País Vasco y creó la Ikurriña.
- Galicia, Valencia, Aragón y Andalucía también conocieron movimientos nacionalistas, unas veces basados en la lengua, otras veces en la tradición y la historia. Algunos de estos movimientos, estaban fuertemente influenciados por el republicanismo federal, como se ve en el texto Constitución Federal Regional para Andalucía (1883), que establecía que Andalucía era un territorio soberano.
4. La Crisis del 98
Entre 1897 y 1903 se sucedieron una serie de problemas que sacudieron al sistema de la Restauración, haciéndolo entrar en crisis.
4.1. La muerte de Cánovas del Castillo y Sagasta
Cánovas del Castillo, padre del sistema de la Restauración, fue asesinado por un anarquista italiano en 1897, lo que significó un duro golpe para el Partido Conservador. La muerte a principios de 1903 de Sagasta significó del mismo modo un momento difícil para el Partido Liberal.
Por ello, una vez desaparecidos, ambos partidos se enzarzaron en diversas luchas intestinas entre las diferentes facciones, haciendo menos estables los gobiernos.
3.2. La guerra con Estados Unidos y la pérdida de las colonias
Tras años de luchas con su colonia de Cuba, Estados Unidos intervino declarando la guerra a España. España subestimó el potencial militar estadounidense.
La derrota española fue fulminante, lo que condujo a la independencia de Cuba y Puerto Rico en el Mar del Caribe, y de Filipinas en el Océano Pacífico. De este modo, España perdía sus últimas colonias y se hacía consciente de su debilidad política y militar.