La Restauración Borbónica y el Sistema Canovista: Funcionamiento y Oposición

El Sistema Canovista y la Restauración Borbónica

El sistema canovista fue el régimen político de la Restauración borbónica, ideado por Cánovas del Castillo con el objetivo de pacificar el país y conseguir una Constitución que vertebrase los tres pilares en que se basaba su sistema: la Corona, el turno de partidos y el ejército. Se mantuvo durante toda la Restauración.

Reinado de Alfonso XII y el Turno de Partidos

Durante el reinado de Alfonso XII (1875 – 1885) se logró la pacificación del país con el fin de las guerras Carlista y Cubana (por la Paz de Zanjón) y se promulgó la Constitución de 1876, dando inicio al turno de partidos:

  • Entre 1875 y 1881 gobernó el Partido Conservador con Cánovas.
  • Entre 1881 y 1884, el Partido Liberal con Sagasta.
  • Entre 1884 y 1886, de nuevo Cánovas.

La muerte de Alfonso XII y el inicio de la regencia de María Cristina de Habsburgo generaron expectativas de poder en Carlistas y Republicanos. Sin embargo, Cánovas y Sagasta firmaron el Pacto del Pardo, asegurando la alternancia pacífica de sus partidos dinásticos y excluyendo a los demás.

La Regencia de María Cristina y las Reformas Liberales

Durante la regencia, el partido liberal de Sagasta gobernó más tiempo, llevando a cabo una importante obra reformista para incorporar ideales de la Revolución del 68:

  • 1887: Se aprueba la Ley de Asociaciones, permitiendo la entrada de fuerzas opositoras al juego político.
  • 1888: Se abole la esclavitud y se introducen los juicios por jurado.
  • 1889: Se aprueba un nuevo Código Civil y se realizan reformas en Hacienda y en el Ejército.
  • 1890: Se establece el sufragio universal masculino, ampliando el electorado, aunque la corrupción continuó siendo un problema.

Proteccionismo y Alternancia de Poder

Entre 1890 y 1892, Cánovas regresó al poder, y se produjo un debate entre proteccionistas y librecambistas. Se impuso el proteccionismo para defender la industria catalana y vasca, la minería asturiana y la agricultura castellana, aunque esto perjudicó la renta per cápita de los españoles.

Los liberales con Sagasta volvieron al poder entre 1892 y 1895. Cánovas gobernó de nuevo entre 1895 y 1897, año en que fue asesinado.

El Desastre del 98 y la Oposición al Sistema

En 1898, bajo el gobierno de Sagasta, se produjo el Desastre del 98, un punto de inflexión en la regencia y la Restauración, ya que la oposición al sistema cobró protagonismo.

La Oposición al Sistema

La Restauración marginó a amplios sectores de la vida política a través de la corrupción (caciquismo, pucherazo y encasillamiento), dando un espacio reducido en el Parlamento a los más radicales:

Carlistas

Tras la derrota de Carlos VII en 1876, el Carlismo se mantuvo fuerte en Navarra, el País Vasco y Cataluña, defendiendo el catolicismo, los fueros y la oposición a la democracia.

Republicanos

Tras el Sexenio, los Republicanos se dividieron en varias facciones, desde el moderantismo de Castelar hasta el republicanismo radical de Zorilla. Lograron rehacerse entre 1893 y 1901 en la Unión Republicana.

El Ascenso del Regionalismo y Nacionalismo

Desde 1879, los Republicanos tuvieron la competencia del PSOE de Pablo Iglesias. El regionalismo y el nacionalismo fueron movimientos en ascenso en el último cuarto del siglo XIX en España contra el uniformismo y el centralismo estatal.

Cataluña

Cataluña fue pionera en el movimiento regionalista, coincidiendo con el renacimiento de la cultura catalana (la Renaixença). En 1892 se elaboraron las Bases de Manresa. En 1901 se formó la Lliga Regionalista de Prat de la Riba y Cambó.

País Vasco

El nacionalismo vasco surgió en la última década del siglo XIX, liderado por Sabino Arana, quien creó el Partido Nacional Vasco en 1895.

Galicia, Valencia, Aragón y Andalucía

El nacionalismo gallego tuvo un carácter cultural con el rexurdimento de Rosalía de Castro. El valencianismo y el aragonesismo también surgieron como movimientos culturales, mientras que el andalucismo fue impulsado por Blas Infante.