La Restauración en España: Un Análisis de la Monarquía y sus Desafíos

Restauración

El tema que vamos a tratar abarca desde la caída de la I República hasta la proclamación de Alfonso XIII como rey en 1902. La restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII supone una etapa de estabilidad que durará hasta finales del siglo XIX. Esa estabilidad estará propiciada por la Constitución de 1876, el sistema bipartidista creado por Cánovas, y una cierta prosperidad económica. Pero estos logros no ocultan grandes defectos del sistema: fraude electoral y caciquismo que deja a las masas fuera del sistema, marginación de los partidos que están fuera del sistema (republicanos, movimientos obreros, nacionalismos…).

Movimientos Regionalistas y Nacionalistas

A la vez, afloran en las regiones periféricas los primeros movimientos regionalistas y nacionalistas que aspiran a conseguir un cierto grado de autonomía en un estado fuertemente centralizado.

Crisis del 98 y Modernización

Pero el gran mazazo para el sistema será la crisis del 98, año en el que se pierden las últimas colonias. A partir de ahí, España se replantea la razón de su ser y las medidas a llevar a cabo para su modernización. El sistema político de la Restauración, que más o menos ha funcionado en el XIX, se continúa en el XX, pero ya está obsoleto y acabará saltando por los aires en los años treinta con la caída de Alfonso XIII y la proclamación de la II República en 1931.

1. El Retorno de la Dinastía Borbónica

  • Tras el golpe del general Pavía (3 de enero de 1874), el general Serrano encabezó el gobierno y dedicó todos sus esfuerzos a poner término a la guerra carlista.
  • Sin embargo, el principal problema para el gobierno de Serrano estaba en el “partido alfonsino”, acaudillado por Antonio Cánovas del Castillo, historiador y conservador, que venía defendiendo la restauración de la monarquía constitucional en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII, por entonces cadete en la academia militar de Sandhurst (Inglaterra) y sobre el que había abdicado en 1870.
  • La burguesía catalana, los círculos ligados al negocio con las colonias, sobre todo con Cuba, y los cuadros alfonsinos del Ejército apoyaban este cambio.
  • Contra el parecer de Cánovas del Castillo de ir a la restauración monárquica por la vía legal, el general Martínez Campos, el 29 de diciembre de 1874, proclamó en Sagunto a Alfonso XII, acto que fue secundado por las demás guarniciones del país.
  • El 31 de diciembre se constituía el llamado ministerio-regencia bajo la presidencia de Cánovas. El 9 de enero de 1875, era confirmado este gobierno por Alfonso XII, recién desembarcado en Barcelona. Alfonso XII, tras un primer matrimonio, volvió a casarse, ahora con Mª Cristina de Habsburgo, con la que tuvo dos hijas, y se convertiría en regente a la muerte de su padre en 1885 hasta 1902.

2. Características y Funcionamiento del Sistema Canovista

2.1. Pensamiento de Cánovas y Primeras Medidas

  • Cánovas buscaba asentar la monarquía; elaborar una Constitución que permitiera gobernar a partidos políticos distintos y que acabara, como medio para alcanzar el poder, con los pronunciamientos y las intervenciones militares. Es por ello que se considera la convocatoria de Cortes constituyentes como su primera medida política de importancia porque la de 1869 había quedado suspendida tras la proclamación de la República.
  • El conflicto carlista fue resuelto rápidamente y el pretendiente Carlos se vio obligado a salir del país a finales de 1876, dando fin al conflicto e inmediatamente se proclamó la abolición definitiva de los fueros vascos, un paso hacia la unificación administrativa con el resto del Estado español. El final de la guerra carlista facilitó el envío de tropas a Cuba y acabar con la insurrección cubana acordando ciertas medidas que no conseguirían detener el deseo de independencia que volvería a surgir años más tarde.

2.2. La Constitución de 1876

  • Por decreto de 31 de diciembre de 1875 se convocan elecciones a Cortes constituyentes, de acuerdo con la ley electoral de 1870, por tanto, por sufragio universal. Con ello, Cánovas, hábilmente, buscaba la aprobación de los progresistas a la futura Constitución.
  • Las elecciones tuvieron lugar en enero de 1876. Hubo una gran abstención, pero el gobierno se aseguró el triunfo con un 81% de los diputados. Elaborada por una Comisión, la Constitución fue aprobada por las Cortes en el mes de mayo de 1876.
  • La Constitución de 1876 ofrece un cierto eclecticismo al reunir las influencias de las Constituciones moderada de 1845 (como la tradición doctrinaria, es decir, el principio de que la soberanía reside en las “Cortes con el rey”, planteamiento que lleva a dar al monarca un gran protagonismo en el sistema político) y democrática de 1869 al incorporar bastantes de los derechos individuales reconocidos por aquélla, aunque su desarrollo posterior en leyes orgánicas permitía una visión, según el color del gobierno, más restrictiva o más avanzada.
  • Cánovas, por tanto, tuvo que transigir para conseguir la aceptación de la nueva Constitución por otras fuerzas políticas. Así, la determinación del derecho de sufragio quedó sin cerrar. El artículo 28 se remitía en tal materia al “método que determine la ley”. Así, Cánovas, por una ley electoral de 1878, restableció el sufragio restringido y, más tarde, Sagasta, en 1890, recuperó el sufragio universal.
  • Otro punto importante, que suscitó encendidas polémicas, fue la cuestión religiosa. El Congreso se dividió entre defensores de la unidad católica y los de la tolerancia dentro de la línea de la Constitución de 1869; al final se llegó a una fórmula intermedia: la Constitución estableció un Estado confesional, aunque permitió el ejercicio privado de otras religiones.
  • En relación a la división de poderes, el rey ejerce el poder ejecutivo a través del gobierno. Las Cortes eran bicamerales. El Senado o Cámara alta estaba integrado por tres clases de senadores: por derecho propio, vitalicios y elegidos. La Cámara baja o Congreso de los diputados se elegía dependiendo de la ley que estuviera en el momento de votación.
  • En resumen, aunque la Constitución es de carácter conservador, es lo suficientemente elástica como para ser aceptada por los progresistas. Con ello se trataba de evitar, para lo sucesivo, que cada partido pretendiese implantar “su” propia Constitución tan pronto llegase al poder.

2.3. Bipartidismo y Turnismo

  • El sistema político de la Restauración se basaba en la existencia de dos grandes partidos, el conservador y el liberal, que defendían la monarquía; por esto se los conoce como los partidos dinásticos.
  • Ambos eran partidos de minorías, de notables, que contaban con periódicos, centros y comités distribuidos por el territorio español. La extracción social de las fuerzas de ambos partidos era bastante homogénea y se nutría básicamente de las élites económicas y de la clase media acomodada, aunque era mayor el número de terratenientes entre los conservadores y el de profesionales entre los liberales.
  • El Partido Liberal-Conservador (Partido Conservador) se organizó alrededor de su líder, Antonio Cánovas del Castillo, y aglutinó a los sectores más conservadores y tradicionales de la sociedad (a excepción de los carlistas y los integristas más radicales). El Partido Liberal-Fusionista (Partido Liberal) tenía como principal dirigente a Práxedes Mateo Sagasta y reunió a antiguos progresistas, unionistas y algunos ex republicanos moderados.
  • Para el ejercicio del gobierno se contemplaba el turno pacífico o alternancia regular en el poder entre los dos partidos, cuyo objetivo era asegurar la estabilidad institucional. Cuando el partido en el gobierno sufría un desgaste político y perdía la confianza de las Cortes, el monarca llamaba al jefe del partido de la oposición a formar gobierno.

2.4. Falseamiento Electoral

  • La alternancia en el gobierno se llevó a cabo a través de un sistema electoral corrupto y manipulador basado en tres procesos distintos:
  • Caciquismo: los caciques eran personas notables, sobre todo del medio rural, aunque también existían otros tipos de caciques como abogados o funcionarios de la Administración que daban trabajos e influían en las decisiones de los votantes mediante el chantaje laboral.
  • Pucherazo: manipulación de los resultados electorales o cambio y arreglo de las cifras de votos para ganar las elecciones. Por ejemplo, se incluían personas ya fallecidas entre los votantes e impedían el voto a otras que, por el contrario, estaban vivas para manipular las elecciones a su antojo y conseguir así los resultados deseados.
  • Encasillado: negociación entre el gobierno y los distritos electorales de los candidatos que convienen al gobierno. Por ejemplo, antes incluso de haberse celebrado las votaciones, ya se conocían los nuevos ministros de la legislatura que comenzarían tras las elecciones.

3. Oposición al Sistema

1. El Carlismo

El carlismo seguía siendo contrario al régimen liberal y estaba a favor de los valores religiosos, de la monarquía tradicional y de los fueros. La supuesta unidad, sin embargo, no era real y entre ellos había diferencias. Así, en 1888, un grupo de carlistas se separó y formó el Partido Integrista, para cuyos miembros los carlistas no parecían bastante católicos.

2. Nacionalismos Periféricos

Durante la Restauración aparecerán movimientos de recuperación cultural y lingüística que terminan adquiriendo formas de reivindicación política, los regionalismos o nacionalismos, que reclaman el autogobierno en diversas zonas de España bajo el apoyo social de sectores de la burguesía.

  • El nacionalismo catalán (catalanismo): Hacia 1830, surgió en Cataluña un amplio movimiento cultural y literario, conocido como la Renaixença. Su finalidad era la recuperación de la lengua y de las señas de identidad de la cultura catalana. Las primeras formulaciones catalanistas con un contenido político vinieron de la mano de Valentí Almirall, que inició su actividad política en el republicanismo federal de Pi y Margall, y que, en 1882, fundó el Centre Català. Su objetivo era conseguir que la burguesía catalana rompiese con los partidos españoles. En 1885 presentaron al monarca Alfonso XII el Memorial de Agravios, un texto en defensa de los intereses catalanes.
  • Más adelante se funda, en 1891, la Unió Catalanista, quienes elaboraron las Bases de Manresa (1892), con las que el regionalismo catalán se transforma en nacionalismo. Tras la crisis de 1898 se acrecentó el movimiento nacionalista y en 1901 se constituyó un nuevo partido político, la Lliga Regionalista de Catalunya, de carácter conservador y a favor de la autonomía, que desplazara en Cataluña a los dos partidos dinásticos.
  • El nacionalismo vasco: La aparición del nacionalismo vasco se vio propulsado por la abolición de los fueros y el proceso de industrialización. Para romper con esta situación surge el nacionalismo Vasco, creado por Sabino Arana, defensor de la cultura autóctona vasca, quien consideraba que la inmigración ponía en peligro su patria. En 1895 fundaba el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en Bilbao y se declaró independentista con respecto a España. Este nacionalismo se suavizó tras su fallecimiento, aceptándose la vía hacia la autonomía.

3. Partidos Republicanos

Tras el fracaso de la I República, el republicanismo español quedó dividido en diversas tendencias e intentando reagruparse constantemente. La adaptación más rápida fue la de Emilio Castelar, que evolucionó hacia el moderantismo formando el Partido Republicano Posibilista. Ruiz Zorrilla, al contrario, se inclinó hacia posturas más radicales que no descartaban la acción violenta y formó el Partido Republicano Progresista, que llegó a protagonizar un intento de alzamiento que provocó la separación de Salmerón y la formación de su propio partido republicano centralista. El republicanismo con más adeptos fue el Partido Republicano Federal, liderado por Pi i Margall.

4. Movimiento Obrero

El movimiento obrero en España adquirió madurez y extensión organizativa a partir del Sexenio Democrático. Las dos corrientes de la Internacional (la marxista y la anarquista) encontraron eco en España; pero fue sobre todo la anarquista, por medio de la visita que Giuseppe Fanelli, discípulo de Bakunin, realizó a España, la que adquirió mayor predicamento. Creó en 1870, en Madrid y Barcelona, la sección española de la AIT (Federación Regional Española). La corriente marxista se aglutinó en torno a un núcleo madrileño que entró en contacto con Paul Lafargue, yerno de Marx, en 1871. A los pocos días del golpe de Estado del general Pavía –3 de enero de 1874– un decreto disolvía las asociaciones dependientes de la Asociación Internacional de Trabajadores y las obligaba a entrar en la clandestinidad.

  • Anarquistas: No sería hasta 1881, cuando el anarquismo saldría de la clandestinidad y volvería a la legalidad gracias a Sagasta. Volvieron a juntarse y se creó un Congreso celebrado en Barcelona, en 1881, de la Federación de Trabajadores de la Región Española, que contó con la incorporación en masa de nuevos afiliados. Sin embargo, la nueva organización se verá afectada por la fuerte represión que sufría la Mano Negra (organización secreta acusada de asesinatos) en Andalucía. En definitiva, se acusó de toda clase de crímenes al anarquismo andaluz y se quiso ampliar la culpa a los componentes de la Federación de Trabajadores de la Región Española.
  • A finales de siglo, los anarquistas seguían siendo enemigos de la política e intentaron destruir el orden existente cometiendo una serie de atentados que acabaron, entre otros, con presidentes como C.d.C.
  • Marxistas o socialistas: La otra tendencia del movimiento obrero, la socialista, se limitaba en 1874 a unos reducidos núcleos de seguidores reunidos en torno a la Asociación de Arte de Imprimir. En mayo de aquel año, Pablo Iglesias fue llamado a presidir la Asociación, y en 1879 fundaría el PSOE a partir de ella. En el programa del partido se podían reconocer los objetivos marxistas: conquista del poder político por la clase trabajadora, dictadura del proletariado hasta llegar a una sociedad sin clases sociales.
  • Desde sus inicios quedó confirmado como un partido de clase, un partido exclusivamente obrero, que pretendía enfrentarse a los partidos burgueses en la lucha por el poder a través de las elecciones. En 1888 se crea el sindicato socialista, la UGT (Unión General de Trabajadores) en un Congreso celebrado en Barcelona. En cuanto a zonas de influencia, el movimiento obrero español ofreció un fuerte contraste. El PSOE y la UGT tuvieron en Madrid, Vizcaya y Asturias sus zonas de mayor influencia, en cambio, en Cataluña, Levante y Andalucía predominará el anarquismo.