La Restauración Española: Del Turnismo al Desastre del 98

AGRICULTURA PROTEGIDA Y ESTANCADA

La propiedad de las tierras hizo que la agricultura sufriera profundas reformas. La mayoría de las tierras se encontraron en el siglo XVIII y XIX amortizadas, no se podían comprar ni vender ni dividirse, solo heredarse (“manos muertas”). Por ello, las tierras pertenecían a la Iglesia, la nobleza (mayorazgos) e instituciones/ayuntamientos. Esto fue considerado un problema agrario desde el siglo XVIII.

En la primera mitad del siglo XIX hubo una transformación de la propiedad de la tierra. Los liberales, desde Cádiz, y los gobiernos progresistas de Isabel II liquidaron las formas de propiedad del Antiguo Régimen y consolidaron la propiedad privada de las tierras desde el capitalismo. Así, se produjo la “falsa reforma agraria liberal”. Es liberal porque la impulsaron los liberales, agraria porque influía en las propiedades de las tierras y “falsa” porque en realidad no afectó a la estructura de la propiedad de la tierra, pues cambió de manos, pero no de tamaño ni se modernizaron las formas de explotación.

Las medidas más importantes de estas reformas fueron:

  • Suprimir los mayorazgos permitiendo que la nobleza tuviera sus propiedades libremente.
  • Abolir los señoríos, lo que benefició a antiguos propietarios que transformaron sus antiguos señoríos en propiedad privada. Muchos campesinos fueron a juicio para poder acceder a las propiedades agrarias, pero casi siempre estos eran ganados por los nobles por la falta de documentos de los campesinos. Aún así, los campesinos quedaron libres de rentas señoriales pero su situación mejoró ya que se convirtieron en arrendatarios o asalariados.
  • Las desamortizaciones: nacionalizar bienes públicos o de la iglesia para ser vendidos en subasta y obtener ingresos para la Hacienda.

Las Desamortizaciones en España

Estas desamortizaciones se dividen en tres etapas:

  • En la primera, Godoy en 1798 desamortizó bienes de la iglesia para la Hacienda. Luego José I hizo lo mismo, también con el clero y la aristocracia que se opuso a la invasión francesa. En 1813, las Cortes de Cádiz aprobaron un decreto, pero casi no se pudo llevar a cabo hasta 1820. El Trienio Liberal desamortizó a las clases medias y alta, lo que perjudicó a los campesinos que cultivaban tierras casi sin pagar rentas.
  • En la segunda, Mendizábal, de 1836-37 hasta 1844, desamortizó el clero regular y secular para sanear la Hacienda tras la Guerra Carlista y la deuda heredada, además de crear una “copiosa familia de propietarios” que fuera fiel al liberalismo y a Isabel II. Se vendieron casi el 60% de los bienes de la Iglesia por unos 3447 millones de reales.
  • La tercera etapa la llevó a cabo Pascual Madoz en 1855. Afectó a la iglesia y a los municipios, con los bienes de propios (tierras que el ayuntamiento arrienda) y los bienes comunales (tierras que los vecinos del ayuntamiento pueden disfrutar libremente).

Consecuencias de las Desamortizaciones

Como consecuencia, aumentaron los terratenientes, y se perdió la oportunidad de que los pequeños y medianos campesinos pudieran comprar tierras, ya que el objetivo de estas medidas fue obtener ingresos para la Hacienda de forma rápida. Así, los compradores fueron aristócratas y burgueses enriquecidos. Además, los nobles consolidaron su patrimonio. Además, se pusieron en cultivo muchas tierras abandonadas, algo exigido por la presión demográfica. Los grandes perdedores de esto fueron los campesinos, Iglesia y municipios.

  • Los campesinos empezaron a pagar rentas más altas para su cultivo por la mentalidad capitalista, lo que hizo que apoyasen a los carlistas.
  • La Iglesia perdió gran parte de su patrimonio inmobiliario, artístico, rural… Los conventos fueron saqueados, y los edificios cedidos acabaron siendo abandonados.
  • Los municipios perdieron su principal fuente de ingresos ya que se privatizaron los bienes.

La Guerra de Cuba y el Desastre del 98

En 1879 se produjo la Guerra Chiquita, que acabó con victoria española contra los independentistas cubanos, por su superioridad de armamento.

El 24 de febrero de 1895 se produjo el Grito de Bairé, un levantamiento en el este que se extendió al resto de la isla. Cánovas envió un ejército a las órdenes de Martínez Campos, quien quiso actuar de forma fuerte y conciliar con los sublevados.

Ello fracasó y el general fue sustituido por Weyler, que cambió el método por una fuerte represión. Organizó las concentraciones de campesinos, que alejaba a los mismos de sus pueblos para dejarlos incomunicados. Weyler fue muy duro con los sublevados y también con los civiles.

En lo militar, la guerra fue dura para los españoles porque estaba en la plena selva y fue contra fuerzas dispersas y concentradas, algo que no fue entrenado por el ejército español. Ello hizo que muriesen muchas tropas, y que estas se alejasen de la victoria.

En 1897, Cánovas es asesinado y se sustituye a Weyler por Blanco, que quiso conciliarse con los cubanos para mantener la soberanía española en la isla y evitar enfrentarse con EEUU.

Ello hizo que se declarase a Cuba como autónoma, y se proclamase la igualdad con los españoles y la autonomía arancelaria; pero esto fue demasiado tarde y los independentistas, apoyados por EEUU, no aceptaron esto.

La Rebelión en Filipinas

Además, a la vez hubo una rebelión en Filipinas en 1896. Esa colonia tenía pocos inmigrantes y poca presencia militar, reforzada por misioneros. Era menos importante que Cuba, pero producía tabaco y era una puerta de intercambio comercial.

El independentismo montó la Liga Filipina, liderada por Jose Rizal (1892); y la organización “Katipunan”; y ambas fueron apoyadas por burgueses e indígenas. Esto se extendió por Manila y Camilo García Polavieja hizo una política de represión matando a Rizal en 1896. En 1897 se nombra Capitán General a Fernando Primo de Rivera, que negoció, consiguiendo una paz momentánea.

Intervención de Estados Unidos

EEUU primero se expandió por el Caribe y, en menor medida, en el Pacífico. Tenía interés en Cuba y ofreció comprarla a España, pero lo rechazó.

Este compromiso quedó plasmado en 1895 cuando McKinley apoyó a los insurrectos enviándoles armas. La ocasión para intervenir provocó el incidente del acorazado Maine, que estalló en La Habana matando a 266 personas. EEUU acusó falsamente a España, por lo que el 18 de abril le dio un ultimátum exigiendo la retirada de Cuba.

España negó estas acusaciones y rechazó el ultimátum, amenazando con guerra. España sabía que era inferior a EEUU, pero no querían humillarse aceptando el ultimátum, por lo que el 25 de abril de 1898 se declaró la guerra.

Un ejército liderado por Cervera fue hasta Cuba, pero fue derrotado en la batalla de Santiago en Cuba y en la batalla de Cavite en Filipinas. En diciembre de 1898 se firmó la paz de París, donde España reconoció a Cuba como protectorado estadounidense, además de cederle Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam por 20 millones de dólares. En febrero de 1899, España entregó a Alemania las islas Carolinas, Palaos y Marianas por 25 millones de dólares.

El Desastre del 98 y sus Consecuencias

Esta derrota y pérdida de territorios se denominó “desastre del 98”. No se dio la gran crisis política que se esperaba, pero algunos gobernantes nuevos intentaron aplicar políticas regeneracionistas. Además, los movimientos nacionalistas crecieron, especialmente en País Vasco y Cataluña. Las verdaderas consecuencias de la crisis del 98 fueron morales y psicológicas. La sociedad se encontraba hundida y desencantada con la política, ya que el mito del imperio español cayó, y España pasó a tener un papel secundario. Además, la prensa extranjera presentó a España como un país moribundo, con un mal ejército, gobierno y política.

El Sistema de la Restauración

En la Restauración se crean dos partidos (‘’partidos dinásticos’’), que son el Conservador y el Liberal Fusionista y que se irán turnando en el poder. No tienen ideología clara, lo que explica que políticos como Martínez Campos o Miura llegaran a militar

  • El Conservador (liderado por Cánovas) se formó a partir del alfonsino en mayo de 1875. Formado por partes del partido moderado, la Unión Liberal y los antiguos constitucionales. Defiende el orden público y social, la propiedad y la Iglesia. Lo apoyan los burgueses ricos, aristócratas y alto clero.
  • El Liberal (liderado por Sagasta) se formó en el 1879 por partes de la Unión Liberal y los progresistas de derechas. Quieren hacer reformas y son apoyados por la baja burguesía y las clases medias.

Además, había otros partidos que no apoyaban la Restauración, como los republicanos (divididos en radicales (Zorrilla), unitarios (Castelar) y federales (Pi y Margall); los carlistas; el movimiento obrero (anarquistas, PSOE (1879) y UGT (1888)); y los nacionalistas:

  • Catalanismo: en el 1830 nace la ‘’Renaixença’’ que quiere recuperar la lengua y las señas de identidad catalanas. En el 1880, además, se reclamó un autogobierno para Cataluña. Esto era apoyado por la burguesía, que quería proteger la industria catalana. En el 1891 se funda la Unió Catalanista y en el 1901 la Liga Regionalista de Cataluña.
  • Nacionalismo vasco: tras eliminar los fueros vascos y navarros en el fin de la III Guerra Carlista (1876), los vascos defendieron la lengua y la cultura vascas. Se basó en proteger la etnia vasca y rechazar las costumbres foráneas. En el 1895 Sabino Arana fundó el PNV, y nació el nombre de Euzkadi y la bandera vasca. Era un partido católico y tradicional que protegía la pureza racial vasca. Esto se acabó suavizando con el tiempo para conseguir el apoyo de los burgueses.
  • Galleguismo: a mediados del XIX, intelectuales y escritores como Rosalía de Castro quisieron convertir el gallego en lengua literaria. Además, algunos cultos culparon al centralismo del atraso económico gallego.
  • Andalucismo: el federalismo se mantuvo hasta 1874. En la Asamblea del Partido Republicano Federal de Antequera en 1883, se aprobó la Constitución Federal Regional para Andalucía. A principios del XX, el movimiento estaba liderado por Blas Infante.

El Turnismo Político

En la Restauración también destaca el turnismo, que nació cuando Sagasta llamó al rey en 1881 para sustituir a Cánovas. El rey cedió y empezó un relevo pacífico de gobiernos que acabó con los pronunciamientos y motines; lo que acabó con el monopolio político y rompió con los errores que hundieron la monarquía isabelina. Los pasos de los turnos, en los que había un acuerdo no escrito entre los dos partidos para respetar las reformas y medidas de ambos eran:

  • El rey llamaba a uno de los dos partidos (contar con el apoyo de la Corona).
  • El gobierno debía estar apoyado por las Cortes, por lo que el rey las disolvía y se convocaban elecciones manipuladas para que ganase el partido que tocara.

Para que este turnismo se llevase a cabo, se amañaban las elecciones según la conveniencia, dando igual el tipo de sufragio (censitario en el 1878 y universal desde 1890). Se hacía así:

  • Se aprovechaba el centralismo del Estado, elaborando el encasillado (poner el nombre del futuro parlamentario en las casillas del mapa electoral) y después se negociaban los candidatos provinciales. Los gobernadores civiles controlaban a los electores para que votasen a quien tocase instruyendo a los alcaldes (nombrados por ellos) y siendo ayudados por los caciques.
  • Si esto era insuficiente, se alteraban las actas y se hacían votos inexistentes (pucherazo)