La Revolución de 1868 y la cuestión de régimen
En España los años anteriores a 1868 el malestar social y el desprestigio de Isabel II aumentaban. Tras el fracaso de la sublevación del cuartel de San Gil en 1866, Prim pactó en Ostende una alianza con el Partido Demócrata al que se unieron los republicanos, para promover el cambio de régimen y convocar Cortes Constituyentes.
La revolución de septiembre de 1868
Se inició cuando el almirante Topete junto a Prim y Serrano, se sublevaron en Cádiz. Los sublevados en su manifiesto “España con honra” proclamaban la expulsión de la reina y el establecimiento de un Gobierno provisional constitucional que asegurara el orden y la regeneración política del país. Se formaron Juntas Revolucionarias en muchos puntos del país. El ejército leal a la reina fue derrotado en Alcolea (Córdoba), Isabel II se encontró sin apoyos y se exilió a Francia.
La Constitución de 1869
Reconocía la Monarquía como forma de Gobierno. Las Cortes nombraron Regente al general Serrano, hasta la elección de nuevo rey (se impuso el veto a los Borbones). El general Prim, ocuparía la presidencia del Gobierno. La Constitución se divide en dos partes: Inorgánica (declaración de derechos), basada en la Constitución de los EE.UU. y en la belga de 1831; y, Orgánica (división de poderes), basada en la Constitución española de 1837. El poder legislativo reside en las Cortes bicamerales:
- Congreso de los Diputados: elegidos a razón de 1 diputado por cada 40.000 habitantes, por sufragio universal para los mayores de 25 años.
- Senado: serían elegidos 4 senadores por provincia, mayores de 40 años.
Varios artículos fueron sometidos a fuertes debates:
- Libertad religiosa.
- Forma de Gobierno.
- Sufragio universal.
La Monarquía democrática: Amadeo de Saboya
Prim, como presidente del gobierno debía resolver el espinoso asunto de encontrar un nuevo rey para España. Finalmente Prim halló un candidato en Italia, Amadeo de Saboya, duque de Aosta, hijo de Víctor Manuel II de Italia. Las Cortes lo declararon Rey el 2 de enero de 1871. El día en que Amadeo llegó a su nuevo reino fue recibido con la noticia de que su principal valedor, el general Prim, había sido asesinado en Madrid. El nuevo Rey nombra a Serrano presidente de gobierno de la nueva Monarquía, que forma un gobierno de coalición con progresistas, demócratas y unionistas, pero las disensiones internas obligaron a que se sucedieran varios gobiernos presididos por Ruiz Zorrilla, Sagasta y Serrano.
La Primera República (febrero 1873‐enero 1874)
La I República nace de una frágil alianza entre radicales y republicanos unitarios. Las sucesivas disputas entre federalismo y unitarismo, en cuanto a la concepción del Estado, caracterizan un período afectado por una crisis política generalizada, en el que se suceden cuatro presidentes en apenas once meses. La Asamblea, que había proclamado la I República, designó a Estanislao Figueras, presidente de una República unitaria, inmediatamente chocó con los republicanos federales. Su principal cometido era convocar Cortes Constituyentes que promulgasen una nueva Constitución. Se enfrentó con graves problemas: crisis de Hacienda, cuestión de Cuba y la Tercera Guerra Carlista. En su breve gobierno promulgó una amplia amnistía, abolió la esclavitud en Puerto Rico y suprimió las quintas. En las primeras elecciones triunfan los republicanos federales, proclamándose la República Democrática Federal, siendo Pi i Margall presidente.
El gobierno de Serrano 1874
Fue un año de transición entre la I República y la Restauración borbónica, el poder pasó a Serrano (República autoritaria o dictadura del general Serrano), apoyado por liberales, como Topete y Sagasta, mientras que Cánovas intentaba el regreso de los Borbones. El pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos, acabó con el Sexenio revolucionario, iniciando la Restauración.