La Revolución Industrial en Gran Bretaña

Gran Bretaña fue el primer país en el que tuvo lugar la Revolución Industrial (1780-1860), conjunto de cambios que permitieron que este país se convirtiera en el centro industrial y financiero del mundo. Por primera vez en la historia de la humanidad fue posible el crecimiento ininterrumpido de la renta por habitante al mismo tiempo que se producía un elevado aumento de la población.

Las causas del crecimiento económico moderno

Una multiplicidad de cambios, el elemento común de estas transformaciones fue la innovación. A menudo, ésta se asocia con la aparición de grandes fábricas (edificios destinados exclusivamente a la producción, donde se concentraba un número elevado de trabajadores) y al uso masivo de maquinaria.

La máquina de vapor, inventada por Boulton y Watt, sintetiza tres de los principales rasgos de la Revolución Industrial: el uso de máquinas en sustitución del esfuerzo humano, el reemplazo de las fuentes animadas de energía por inanimadas (carbón). Cambios en la organización de la producción, en la comercialización y en la financiación, provocan un aumento de productividad. La integración en el mercado de nuevos productos de mayor calidad y menor precio, lo que hizo posible comprar más con los mismos ingresos. Causas de la economía. Financiación, se necesitan fuertes inversiones lo que provoca el triunfo del capitalismo y de su teoría económica, el liberalismo económico. Organización de la sociedad dividida entre los propietarios de los medios de producción y aquellos que sólo tenían la capacidad de trabajar a cambio de un salario, los obreros.

El aumento de la población

En la Gran Bretaña del siglo XVIII. Causas En general, hacia 1750 la población europea inició un proceso de crecimiento conocido como la revolución demográfica. Esta se debió al aumento de la producción de alimentos y, a las mejoras en la medicina y en la higiene. La mejor alimentación permitió la desaparición de las grandes hambrunas e hizo a la población más resistente frente a las enfermedades y a las epidemias. Durante el siglo XVIII la natalidad se incrementó, al disminuir la edad del matrimonio y reducirse también el número de célibes. En ello influyó decisivamente la mejora en la situación económica británica.

Revolución agrícola

La expansión demográfica hubiera sido imposible sin la ampliación de la oferta de alimentos, lo que a su vez exigió una profunda transformación agraria. La mejora fue debida a dos hechos fundamentales: los cambios en el sistema de cultivo y la nueva estructura de la propiedad. La difusión de la rotación cuadrienal de cultivos (sistema Norfolk), combinando cereales con nabos o trébol, mejoró la fertilidad del suelo al aumentar la provisión de fertilizantes, nabos y tréboles fijaban nitrógeno al suelo, e indirectamente, al permitir alimentar a una cabaña ganadera mayor, cuyo estiércol contribuía a mejorar la fertilidad de la tierra. El cercamiento de las propiedades comunales (openfields) y su privatización, a partir de las leyes de cercamiento aprobadas por el Parlamento (Enclosures Acts). Con ello, grandes extensiones de terreno de labor y pastos pasaron a ser de propiedad privada. Por otro lado, provocó que los propietarios más pobres perdieran sus tierras y se convirtieran en jornaleros. Al no poder disponer de las tierras comunales para conseguir una renta suplementaria con la que alcanzar el nivel de subsistencia.

Algodón y hierro

El sector emblemático de la Revolución Industrial en el que se produjeron las primeras transformaciones fue el textil algodonero, que desplazó a la industria de la lana dominante hasta entonces. Los obstáculos puestos por el Gobierno británico a la entrada de tejidos asiáticos (procedentes de la India) y la revolución de las técnicas de producción, lo convirtieron en el motor de gran parte de las novedades de la industrialización. Competían con la industria de la lana ya que resultaban más frescos y mejor estampados lo que provocó las masivas importaciones de algodón en rama desde la India o desde las plantaciones esclavistas de Estados Unidos abastecieron al sector de materia prima barata. Inventos como la lanzadera volante de Kay (1733), aumentó la velocidad del tejido y la anchura de las piezas, o las máquinas de hilar (Spinning jenny, Mule jenny y Water frame) incrementaron mucho la productividad en el hilado, el siguiente fue el telar mecánico de Cartwright (1785), que aumentó de forma espectacular la producción.

Sector litúrgico. Las innovaciones introducidas en este sector expandieron su uso, creando una intensa actividad de fabricación de pequeña maquinaria. Estas innovaciones estimularon la minería del carbón, combustible utilizado en la fundición del hierro. Los inventos más importantes para difundir el hierro fueron el uso del carbón de coque (hulla sin sulfuro) para los altos hornos (Darby, 1732) y, la pudelación y laminación del hierro, inventada por Cort en 1783 que consistían en fundir y golpear el hierro para eliminar las escorias. Más adelante, en 1856, el convertidor de hierro en acero de Bessemer permitió obtener acero, abriendo una nueva etapa en la fabricación de maquinaria.

El ferrocarril

La construcción de la red ferroviaria, en la industria se emplea para construir ferrocarriles, a partir de los años treinta del siglo XIX, fue una de las causas fundamentales de la transformación de la siderurgia y uno de los motores esenciales de la economía británica, dado que la demanda de hierro para los ferrocarriles superó ampliamente a la de cualquier otro sector. Stephenson inventó en 1829 la locomotora, una máquina de vapor capaz de trasladarse autónomamente sobre ellos. Consecuencias. La rapidez, la enorme capacidad de carga, el menor coste y la mayor seguridad en el traslado de pasajeros y sistemas de transporte. La primera línea de ferrocarril fue abierta en 1830 para unir Liverpool con Manchester.

Capitalismo y sociedad de clases

El liberalismo económico

El representante más importante de esta escuela fue Adam Smith, quien, en 1776, publicó el Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, afirmó en su obra que: a) La sociedad está compuesta por individuos y no por estamentos ni por clases. b) El interés personal, se identifica con el interés general. c) Los diversos intereses se equilibran en el mercado d) nada debe estorbar el libre juego de las actividades individuales. El Estado debe abstenerse de cualquier intervención y ha de eliminar las barreras proteccionistas y los monopolios.

Capitalismo industrial

Propiedad privada. Esta propiedad se concentra en muy pocas manos, en las de la burguesía, mientras que la mayoría de la población, el proletariado, no posee ninguna propiedad, sólo su fuerza de trabajo, que ha de vender a cambio de un salario. Es necesario que los trabajadores produzcan más de lo que ganan, generen un excedente el mercado, sólo se regula mediante la oferta y la demanda. La competencia entre los empresarios para conquistar el mercado da lugar a una verdadera carrera para reducir costes y precios, lo que constituye el incentivo para la constante renovación tecnológica. Ahora bien, la falta de planificación y el aumento progresivo de la producción hace que se produzcan unas crisis que se repiten cíclicamente. Crisis de sobreproducción industrial. En estas crisis se da un exceso de producción en relación con la capacidad de consumo de la sociedad. Los productos no se venden, los precios caen, los beneficios bajan, las empresas cierran y el paro se extiende. De este modo, sólo los empresarios más fuertes sobreviven y sólo ellos son capaces de innovar.

La expansión de la industrialización

El primer país industrial, Gran Bretaña, influyó notablemente en el mercado internacional, pronto Francia, Bélgica, Alemania y Suecia comenzaron su industrialización durante la primera mitad del siglo XIX, pero los países mediterráneos atrasaron su inicio hasta finales del siglo XIX y solo se desarrollaron en ciertas zonas.

Capitalismo financiero

La importancia del capital: sociedades y bancos. La aparición de nuevos sectores como la minería, la siderurgia o los ferrocarriles hizo necesarias inversiones mucho más fuertes. Las empresas se transformaron en sociedades anónimas. En estas sociedades, el capital de la empresa es fraccionado en partes o acciones venden al público. El poseedor de las acciones (accionista) es propietario de la parte proporcional al número de acciones que posee y recibe la parte, también proporcional, de los beneficios de la empresa (dividendos). Emitir obligaciones, que dan a los compradores un interés anual fijo. La emisión de acciones y obligaciones, y la compra-venta de éstas dio lugar a que las Bolsas de valores. Por otro lado, los bancos asumieron un nuevo protagonismo. Junto a la expansión de los bancos de depósitos tradicionales que guardaban los ahorros, fue consolidado un nuevo tipo, los bancos de inversión, especializados en préstamos a largo plazo y partícipes del capital de las empresas. En resumen, los bancos se convirtieron en suministradores de capital para las industrias.