1. La Guerra de la Independencia y el Giro Liberal (1812)
En la primavera de 1812, la Guerra de la Independencia dio un giro decisivo. Con la necesidad de tropas en su frente oriental contra Rusia, Napoleón retiró fuerzas de España. El Duque de Wellington, al mando de tropas inglesas, portuguesas y españolas, derrotó al ejército francés en Arapiles (Salamanca), expulsándolo de Andalucía y entrando en Madrid. En la primavera de 1813, los franceses abandonaron Madrid y se retiraron a Vitoria, donde sufrieron otra derrota. Finalmente, Napoleón se vio obligado a firmar el Tratado de Valençay (diciembre de 1813), devolviendo la corona española a Fernando VII.
1.1 El Programa Revolucionario de las Cortes de Cádiz
Mientras la guerra se libraba, un grupo de ilustrados buscaba implementar en España las ideas liberales que se expandían por Europa. Burgueses, funcionarios ilustrados e intelectuales de las provincias ocupadas por José Bonaparte, huyeron a Cádiz, ciudad protegida por la marina británica.
En septiembre de 1810, la Regencia, un gobierno provisional conservador, convocó las Cortes Generales en Cádiz para defender la integridad de la nación. La Constitución de 1812, promulgada por estas Cortes, plasmaba el deseo de transformar España en una monarquía liberal y parlamentaria.
Las Cortes de Cádiz estaban compuestas principalmente por las clases medias con formación intelectual, con escasa representación de la nobleza, el clero y las clases populares. Al autoproclamarse Asamblea Constituyente y asumir el principio de Soberanía Nacional, los diputados iniciaron la revolución liberal, proclamando la igualdad de derechos para todos los ciudadanos.
1.1.1 Tendencias Emergentes
- Liberales: Difundían sus ideas a través de la prensa.
- Absolutistas: Se apoyaban en la Iglesia y sus púlpitos.
1.2 La Obra Legislativa: Decretos de Abolición del Antiguo Régimen
- Libertad de Expresión: Se aprobó el decreto de libertad de imprenta, pieza clave en un sistema basado en la soberanía nacional.
- Anulación del Régimen Feudal: Se eliminaron los derechos señoriales y jurisdiccionales, liberando a gran parte de la población de la dependencia de la nobleza y el clero. Se abolieron los gremios, dando paso a la producción capitalista. Se anunció una reforma agraria y se suprimió el Consejo de la Mesta.
- Legislación Religiosa: Se abolió la Inquisición y se suprimieron los conventos con menos de 12 miembros, secularizando sus bienes.
- Reforma Administrativa: Se eliminaron los antiguos reinos, provincias e intendencias, estableciendo una nueva división territorial provincial para centralizar el poder político.
2. La Constitución de 1812: “La Pepa”
El 19 de marzo de 1812, las Cortes de Cádiz aprobaron la primera Constitución española. España se declaraba un Estado unitario, afirmando los derechos de todos los españoles por encima de los derechos históricos de cada reino. Se establecía la soberanía nacional, la separación de poderes, y se reconocía a Fernando VII como rey constitucional. La Constitución fijaba una burocracia centralizada, una fiscalidad común, un ejército nacional y un mercado libre de aduanas interiores. El sufragio era universal masculino, aunque se requería ser propietario para ser diputado.
3. La Reacción Absolutista (1814-1820)
En 1814, Fernando VII regresó a España y, con el apoyo de algunos generales, abolió la Constitución de 1812 y la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, restaurando el absolutismo. Se desató una dura represión contra liberales y afrancesados, con la colaboración de la Iglesia. A pesar de la restauración del Antiguo Régimen, la crisis económica y financiera persistió. El ministro Martín Garay convenció al rey de retomar el sistema fiscal de Cádiz. El descontento popular y la crisis económica crearon un caldo de cultivo para las conspiraciones liberales y los pronunciamientos militares.
4. El Trienio Liberal (1820-1823)
En 1820, el pronunciamiento de Rafael de Riego a favor de la Constitución de 1812 tuvo éxito, forzando a Fernando VII a aceptar el régimen constitucional. Se formaron nuevas Cortes y se inició el Trienio Liberal. Durante este periodo, se llevaron a cabo reformas como la eliminación de la Inquisición, la supresión de señoríos, la expulsión de los jesuitas y la desamortización de tierras de monasterios. Sin embargo, el liberalismo español se dividió entre moderados y exaltados, debilitando el régimen. La oposición interna de los realistas, apoyados por la Iglesia y Fernando VII, junto con la intervención exterior del ejército francés (los Cien Mil Hijos de San Luis), puso fin al Trienio Liberal en 1823, restaurando nuevamente el absolutismo.