La política expansionista de la Alemania nazi
En 1933, Alemania abandonó la Sociedad de Naciones, lo que marcó el inicio de su política expansionista. Siguiendo los pasos de Japón, que había invadido China en 1931, Alemania anexionó el Sarre en 1935, rearmó su ejército y creó una fuerza aérea. En 1936, remilitarizó Renania, violando el Tratado de Versalles.
Las debilidades de la democracia
La Guerra Civil Española (1936-1939) facilitó la alianza entre Hitler y Mussolini, quienes apoyaron a los militares sublevados contra la Segunda República. En 1936 se formalizó el Eje Roma-Berlín, y Japón firmó el Pacto antikomintern con Alemania. La política de no intervención de las democracias occidentales ante la Guerra Civil Española evidenció su debilidad y temor ante el apoyo nazi a Franco.
El Anschluss y el primer expansionismo nazi
En 1938, Alemania ocupó Austria y, tras un referéndum, la incorporó al Reich (Anschluss). Posteriormente, ocupó los Sudetes en Checoslovaquia, lo que provocó la Conferencia de Munich, donde las potencias occidentales aceptaron la ocupación alemana a cambio de garantías de no agresión. Sin embargo, Hitler invadió Checoslovaquia en 1939, rompiendo el acuerdo.
El estallido de la guerra en Europa
El siguiente objetivo de la expansión nazi fue Polonia. Hitler firmó un pacto de no agresión con la URSS para evitar una guerra en dos frentes. Polonia, apoyada por Francia y Gran Bretaña, rechazó las demandas alemanas, lo que llevó a la invasión nazi el 1 de septiembre de 1939. Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a Alemania, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial.
El imperialismo japonés en Asia
Japón, como gran potencia imperialista en Extremo Oriente, buscaba un”espacio vita” en Asia para obtener materias primas y exportar sus productos. Invadió Manchuria en 1932 y anunció su intención de crear una Gran Asia. En 1937, invadió el norte de China y reforzó su alianza con Berlín y Roma. El inicio de la guerra en Europa en 1939 favoreció los planes japoneses, ya que debilitó el control británico, holandés y francés sobre sus colonias asiáticas.
Desarrollo de la guerra
Las victorias alemanas: la”guerra relámpag”
La invasión de Polonia marcó el inicio de la”guerra relámpag” (Blitzkrieg), una nueva estrategia basada en la rapidez y la sorpresa. Alemania ocupó Polonia y parte de Checoslovaquia, mientras que la URSS ocupó el este de Polonia y se expandió hacia Finlandia y las repúblicas bálticas.
En 1940, Alemania conquistó Dinamarca y Noruega, y lanzó una ofensiva contra Francia, que fue derrotada rápidamente. El gobierno francés firmó un armisticio, dividiendo Francia en dos zonas: una ocupada por los nazis y otra bajo un gobierno colaboracionista con Alemania.
La batalla de Inglaterra y la guerra del Desierto
Gran Bretaña fue el único país que resistió la expansión alemana. Hitler planeó invadirla, pero la batalla de Inglaterra, en la que la RAF repelió los bombardeos alemanes, frustró sus planes. En el norte de África, las tropas italianas atacaron Egipto, pero fueron derrotadas por el Afrikakorps alemán. Sin embargo, una contraofensiva británica frenó a los alemanes en El Alamein.
La campaña contra la URSS
En 1941, Hitler invadió la URSS, con el objetivo de destruir el régimen bolchevique y expandir su territorio. La resistencia soviética fue feroz, y Alemania no pudo conquistar Moscú ni Leningrado. La batalla de Stalingrado, en la que los alemanes fueron derrotados, marcó el inicio del declive nazi en Europa.
La guerra en el Pacífico: la intervención de Estados Unidos
El ataque japonés a Pearl Harbor en 1941 llevó a Estados Unidos a entrar en la guerra. Japón conquistó las colonias asiáticas de Gran Bretaña, Países Bajos y Francia, pero fue contenido por Estados Unidos en las batallas del Mar de Coral y de Midway. La derrota japonesa en Guadalcanal marcó el punto de inflexión en el Pacífico.
La derrota nazi
En 1943, el curso de la guerra cambió definitivamente. Los aliados (Gran Bretaña, EE.UU. y la URSS) ganaron terreno, mientras que las dificultades del Eje se hicieron más evidentes. Los bombardeos masivos sobre ciudades alemanas y la resistencia antifascista contribuyeron a la desorganización y desmoralización de los ocupantes.
En 1944, los aliados desembarcaron en Normandía y liberaron París. En 1945, las tropas soviéticas entraron en Berlín y Hitler se suicidó. Alemania capituló el 8 de mayo de 1945.
La derrota japonesa
La ofensiva estadounidense en el Pacífico se dirigió hacia Filipinas y Japón. Estados Unidos recuperó las islas Marianas y las Filipinas, y bombardeó Tokio y otras ciudades japonesas. Ante la negativa japonesa a rendirse, Estados Unidos lanzó dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, lo que llevó a la capitulación japonesa el 2 de septiembre de 1945.
Europa bajo el dominio nazi: la ocupación nazi
Los países ocupados por Alemania fueron administrados y controlados por los soldados y la policía alemanes. El objetivo era explotar y esclavizar a la población, y controlar la producción de alimentos y minerales. Los nazis practicaron el pillaje y el terror, arrestando, torturando y deportando a los resistentes.
Los campos de concentración
Los primeros campos de concentración se construyeron en 1933, y el más representativo fue Auschwitz-Birkenau, donde se exterminaron a unas 10.000 personas diarias. Los presos eran obligados a llevar signos de identificación, y eran sometidos a duras condiciones de trabajo, alimentación y maltratos.
Colaboración y resistencia
Los alemanes encontraron colaboradores en los países ocupados, pero también surgieron movimientos de resistencia antifascista. En Yugoslavia, los partisanos liderados por Tito fueron determinantes en la liberación del país. En Italia, el movimiento partisano antifascista luchó contra la República de Saló. En Francia, la resistencia tuvo un papel importante en la organización del desembarco de Normandía y la liberación de París.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial: el impacto demográfico
La Segunda Guerra Mundial dejó más de 55 millones de muertos, la mitad de ellos en la URSS. Polonia experimentó las mayores pérdidas relativas, con el 95% de víctimas civiles. El número de heridos alcanzó los 35 millones, y hubo alrededor de 3 millones de desaparecidos.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial: el impacto económico
La guerra tuvo una dimensión económica indisociable, con la intervención del Estado para poner la producción al servicio de las necesidades bélicas. El crecimiento del complejo industrial militar supuso un aumento de la mano de obra, especialmente de mujeres. La devastación fue especialmente importante en Europa oriental, mientras que Japón quedó al borde del aniquilamiento.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial: el impacto moral
La brutalidad de la guerra cuestionó los valores morales y políticos de la civilización europea. Los campos de concentración y exterminio, la bomba atómica y las masacres soviéticas revelaron la crueldad y el horror de la guerra. El juicio de Nuremberg sentó en el banquillo a dirigentes nazis por crímenes contra la humanidad.