La Segunda República Española: Constitución de 1931 y Bienio Reformador

Introducción

El 28 de enero de 1930 dimite el general Miguel Primo de Rivera, y el rey Alfonso XIII encarga la formación de un nuevo gobierno al general Berenguer, que duró hasta febrero de 1931, cuando fue sustituido por el almirante Aznar, que gobernará el país hasta la proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931.

Desde el final de la dictadura hasta la proclamación de la Segunda República se volvió a la legalidad política de la Constitución de 1876; pero lo sucedido durante la dictadura iba a arrastrar a la monarquía hasta su desaparición y las clases populares estaban convencidas de que era necesario cambiar el régimen político y acometer una reforma constitucional. En este sentido, en agosto de 1930 los republicanos, los socialistas y los catalanistas de izquierdas firman el Pacto de San Sebastián con el fin de unir sus fuerzas para echar al rey y cambiar el régimen político de España.

En diciembre de 1930 se produce el pronunciamiento militar republicano de Jaca, cuando dos oficiales republicanos, Fermín Galán y Ángel García Hernández, fueron inmediatamente fusilados. Esto hizo que intelectuales como Ortega y Gasset, Marañón, Pérez de Ayala y otros, se sumasen al Pacto de San Sebastián y criticasen la incapacidad de los gobiernos de Berenguer y Aznar. Esto estuvo acompañado de gran violencia y agitación social, que junto a la crisis de organización internacional de la peseta hicieron que para calmar los ánimos, el almirante Aznar convocara elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. A estas elecciones acudieron unidos los republicanos y socialistas por un lado, y por otro los partidos políticos monárquicos. Y el resultado fue el siguiente: los concejales monárquicos elegidos fueron 40.000 y los republicano-socialistas 26.573, pero en las 41 capitales de provincia ganaron la coalición republicana-socialista y ante esta situación, un comité revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora, mandó un ultimátum al rey para que dejara el poder y se exiliara; este consultó con los mandos militares y de la Guardia Civil y decidió renunciar al uso de la violencia para que se respetara el resultado de las elecciones y se exilió de España. Inmediatamente, el 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República Española.

La Segunda República

Ese mismo día el Comité Revolucionario se convierte en un comité provisional presidido también por Alcalá Zamora, que estuvo en el poder hasta el 14 de octubre de 1931, cuando fue sustituido por Manuel Azaña.

Los presidentes de la Segunda República fueron de 1931 a 1936: Alcalá Zamora hasta 1931 excepto el período del 14 de octubre de 1931 hasta el 10 de diciembre de 1936. En total hubo 18 gobiernos.

Este gobierno provisional que proclamó la República con gran entusiasmo popular proclamó alguna actualización: actualizó el censo, reformó la ley electoral, estableció la jornada laboral de 8 horas, el servicio militar de 1 año, el salario mínimo, convocó 7000 plazas de maestros… pero lo más importante fue que convocó elecciones generales para el 28 de junio de 1931 en las que sí triunfan la coalición republicana-socialista y el 18 de agosto de 1931 el nuevo gobierno presenta ante las Cortes recién elegidas el proyecto de Constitución, es decir, la futura Constitución Republicana de 1931.

La Constitución Republicana de 1931

Tras las elecciones generales del 28 de junio de 1931, las Cortes elegidas forman una Comisión Constitucional que se encargará de elaborar la nueva Constitución presidida por Jiménez de Asúa. Para ello se fijaron en la Constitución austriaca, en la Constitución alemana de 1919, en la mexicana de 1917 y en la rusa de 1924. Su mandato es de 6 años y podía convocar al Congreso, disolver las Cortes hasta dos veces dentro de su mandato, nombrar y separar libremente al presidente del gobierno, nombrar a los ministros propuestos por el presidente del gobierno, y además tenía derecho de veto suspensivo de las leyes.

Esta Constitución fue muy controvertida, sin continuidad política, violentada, quebrantada y suspendida en varias ocasiones por los partidos de izquierdas, por los de derechas y por la Guerra Civil.

El Bienio Reformador (1931-1933)

Conocido también como Bienio Reformista. Comienza tras las elecciones generales del 28 de junio de 1931 y duró hasta noviembre de 1933. Políticamente estuvo sostenido por la coalición republicana-socialista que salió vencedora en las elecciones (los resultados fueron: 114 escaños PSOE, 36 ERC, 89 el partido republicano radical de Alejandro Lerroux, 55 el partido republicano radical socialista, 30 en Acción republicana de Manuel Azaña, y 19 los partidos de centro derecha).

El Bienio estuvo marcado por fuertes alteraciones del orden público, por las diferentes relaciones Iglesia-Estado, por una inacabada reforma del ejército y agraria, por una falta de política de empleo, por el distanciamiento entre el gobierno y el proletariado, y por una constante amenaza de autoritarismo. A pesar de esto, el gobierno trató de acometer la solución a los 4 grandes problemas que a su parecer afectaban más a España:

Los cuatro grandes problemas de España

  • Problema Agrario: fue la vertiente de un problema social y económico que afectó a España y Europa tras la crisis económica de 1929. Pero a España le afectó más por lo siguiente: por un desequilibrio en la estructura de la propiedad agraria (latifundios y minifundios), por una baja tecnificación de las técnicas agrarias, porque casi un 50% de la población se dedicaba a la agricultura, porque los sectores de la vid y el olivo entraron en crisis y 700.000 personas pasaron al paro, lo que hizo que la CNT o UGT y FNTT protagonizaran actos de protesta.

Ante todo esto parece lógico que el gobierno acometiera una reforma agraria y, tras numerosos proyectos, en 1932 se aprueba la Ley de Bases para la Reforma Agraria, que tenía varias finalidades: hacer crecer el latifundio, el absentismo agrario y que la tierra además de un trabajo, proporcionase beneficio a quien la trabajase. La reforma se llevó a cabo en Andalucía, Extremadura, Ciudad Real, Salamanca, Albacete y Toledo y, para su puesta en práctica, se creó el Instituto de Reforma Agraria.

  • Problema Religioso: este problema se presentó por el enfrentamiento entre las grandes capas sociales de tradición católica contra los sectores de la sociedad y sobre todo por el tratamiento constitucional que se dio a las cuestiones religiosas. Por este motivo el cardenal Segura emitió una pastoral advirtiendo a los católicos, ante la llegada de la Segunda República, de la maldad de esto y, esto provocó la quema de conventos en Madrid y el arresto y expulsión de España del cardenal Segura.

Todo esto hizo que la Iglesia estuviera contra la República hasta tal punto que la Iglesia creó un partido político en 1932 llamado Acción Popular, que más tarde pasó a integrarse en la CEDA.

  • Problema Militar: este problema derivaba del protagonismo político que los militares habían tenido del siglo XIX y que la dictadura de Primo de Rivera fue su último episodio. Ante esto, la Segunda República tenía claro que debía despolitizar a la clase militar y solucionar dos problemas: el atraso técnico del armamento del ejército español y el problema de la burocratización y la macrocefalia que sufría desde hace tiempo (demasiados generales para apenas 100.000 soldados).

Para iniciar esta reforma, Azaña como Ministro de la Guerra en el gobierno provisional y como presidente de la República en este Bienio propuso las siguientes medidas:

  1. Cerrar la academia militar de Zaragoza.
  2. Reorganizar el Ministerio de la Guerra y el Estado Mayor.
  3. Desmilitarizar Marruecos, que era un centro de militares antirrepublicanos o “africanistas”.

Todas estas reformas pronunciaron fuertes enfrentamientos que se agravaron por los discursos agresivos de Azaña y un viciado sistema de ascensos militares en el que se marginaba a los militares antirrepublicanos como Franco, Goded, Barrera, Fanjul y Cavalcanti… y ascendía a los republicanos.

Todo esto junto con la discusión en las Cortes al Estatuto de Cataluña y el poco orden y mínima represión que se ejercía sobre los movimientos huelguísticos, hicieron que algunos militares volvieran a protagonizar golpes de Estado, como lo ocurrido en Sevilla el 10 de agosto de 1932 por Sanjurjo; el gobierno republicano le perdonó la vida y a partir de entonces los militares no republicanos conspiraron secretamente contra la República hasta la Guerra Civil en una organización secreta llamada “Unión Militar Española” (UME).

  • Problema Autonómico: la Constitución de 1931 en sus artículos 11, 12 y 13 establecía la posibilidad de que varias provincias limítrofes con características históricas, culturales, sociales, económicas, etc. comunes podían solicitar convertirse en regiones autónomas presentando un Estatuto de Autonomía para que fueran discutidos en las Cortes Generales.

En mayo de 1932 Cataluña presenta su Estatuto de Autonomía para ser discutido en las Cortes, y tras ásperas discusiones se aprueba rápidamente el 9 de septiembre de 1932 con la amenaza y el miedo de posible golpe de Estado tras el de Sanjurjo. A partir de entonces se forma la Generalitat, cuyo presidente fue Francesc Macià, y el presidente del Parlamento Catalán, Lluís Companys. Por esto se tuvo que elaborar otro Estatuto Vasco que no incluía ya a Navarra y que sí fue aprobado por los municipios vascos, pero que no pudo presentarse para su discusión a Cortes porque Manuel Azaña adelantó las elecciones a noviembre de 1933 y las ganaron las derechas y estas pondrán toda clase de obstáculos.