La Segunda República: La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista
La Segunda República
Tras la dimisión de Primo de Rivera, la imagen de Alfonso XIII estaba muy deteriorada por su apoyo a la dictadura. En este clima, se celebraron las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, ganadas en las principales ciudades por una conjunción republicano-socialista, provocando el exilio del rey y la inauguración pacífica de la II República el día 14, en un contexto internacional marcado por la crisis económica de 1929 y el auge de los fascismos frente a las democracias. La República contaba con el apoyo de la mayoría de los intelectuales, las clases medias y una parte importante del movimiento obrero, pero tenía la desconfianza de los grupos económicos más poderosos y los pequeños propietarios campesinos. El Comité Revolucionario, creado en el Pacto de San Sebastián, se convirtió en el primer Gobierno Provisional. Estaba formado por una coalición de republicanos conservadores (Alcalá Zamora, su presidente), de izquierda (Azaña) y radicales (Lerroux), socialistas del PSOE (Largo Caballero), y nacionalistas catalanes y gallegos. Su principal objetivo fue convocar elecciones a Cortes Constituyentes para legitimar el nuevo régimen, el reconocimiento de amplios derechos individuales, proclamar la amnistía y sentar las bases de las reformas posteriores. Sin embargo, el impacto de la crisis económica provocó también los primeros problemas, y el choque con los sectores más conservadores de la Iglesia (cardenal Segura), que degeneró en la quema de iglesias.
La Constitución de 1931
Tras la victoria por mayoría absoluta de socialistas y republicanos de izquierda en las elecciones a Cortes Constituyentes, se promulgó una nueva Constitución (9 de diciembre de 1931), que sustituyó a la de 1876 y destaca por su progresismo. Sus rasgos principales fueron:
- Régimen democrático, parlamentario, laico, moderno y descentralizado.
- Soberanía nacional y marcada separación de poderes:
- Ejecutivo: en los presidentes del Gobierno y de la República.
- Legislativo unicameral: en el Congreso de los Diputados.
- Judicial: dirigido por el Tribunal Supremo.
- El presidente de la República, elegido de forma indirecta a través de las Cortes y compromisarios, no podía ser militar, eclesiástico o de la familia real. Actuaba como poder moderador y permanecía en el cargo durante seis años.
- Las Cortes legislaban y controlaban al ejecutivo, pudiendo retirarle su confianza en cualquier momento.
- Sufragio universal masculino, directo y secreto.
- Amplios derechos individuales y sociales: seguridad social, protección del trabajo infantil y femenino, limitación de la jornada laboral, sueldo mínimo…
- Primacía de los intereses económicos nacionales, posibilitándose la nacionalización de empresas o sectores económicos.
- Separación tajante entre Iglesia y Estado, que se declaró laico, reconocía la libertad de conciencia y la práctica de cualquier religión, y quitó los subsidios al clero y la enseñanza a las órdenes religiosas.
- Obligación del Estado de extender la educación y la cultura a toda la población, sin discriminación.
Se suceden dos periodos: el bienio reformista y el bienio radical cedista.
Bienio Reformista (1931-1933)
Promulgada la Constitución de 1931, Alcalá-Zamora fue elegido primer presidente de la República y Manuel Azaña del gobierno, contando con el apoyo de todos los partidos del Gobierno Provisional, excepto el de los radicales de Lerroux. El bienio reformista continuó con las reformas e intentó desarrollar una serie de medidas para modernizar el país:
- Reforma agraria: ambiciosa, ya que pretendía resolver las desigualdades en el mundo rural y la redistribución de la propiedad agraria. Se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, que debió ceñirse a los latifundios meridionales, aunque se intentó aplicar en todo el país, y contó con la oposición de pequeños y medianos propietarios, sobre todo castellanos, la antigua nobleza y terratenientes. Se creó el Instituto de Reforma Agraria para la expropiación de tierras, pero los fondos económicos fueron insuficientes, se asentó a menos familias y la reforma fracasó, produciéndose protestas campesinas y ocupación de tierras.
- Reformas laborales: intentaron crear un nuevo marco de relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, y extender los beneficios de la legislación laboral al campo. Destacan las medidas de regulación de las ocho horas laborales, el derecho de huelga y los jurados mixtos de arbitraje.
- Reformas militares: buscaban un Estado más civil, la modernización del ejército y asegurar la fidelidad del ejército (se creó la Guardia de Asalto, cuerpo leal a la República encargado del orden público).
- Reforma religiosa: perseguía un Estado laico, adoptándose una serie de medidas, comenzando por la Constitución, como el divorcio y la secularización de cementerios.
- Reforma política: se aprobó el Estatuto de Autonomía Catalán.
- Reforma educativa y política cultural: perseguía reducir el analfabetismo, realizándose un importante esfuerzo económico en formación de profesores, construcción de escuelas y bibliotecas públicas, becas o extensión de la cultura a los medios rurales más abandonados. Se promovió una educación liberal, laica, mixta y gratuita. El otro objetivo fue lograr un mayor laicismo, suprimiéndose la obligatoriedad de la asignatura de religión, el ejercicio de la enseñanza a las congregaciones religiosas, y la retirada de crucifijos y símbolos religiosos de las instituciones educativas, lo que provocó el rechazo de la derecha e Iglesia.
El bienio reformista finalizó por diversos motivos, destacando la oposición de la derecha antiliberal (insurrecciones militares como la Sanjurjada); la formación de grupos políticos afines al fascismo (JONS: Ledesma y Redondo, Falange Española de Primo de Rivera, Renovación Española de Calvo Sotelo); huelgas obreras y campesinas; ocupaciones de tierras por la CNT y hechos violentos como el de Casas Viejas. Estos problemas contribuyeron a la convocatoria de elecciones en noviembre de 1933, primeras en las que votaron las mujeres, ganadas por una coalición de centro-derecha encabezada por el Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles (Confederación Española de Derechas Autónomas).
Las Grandes Realizaciones Culturales
La República recibió el apoyo de muchos intelectuales, científicos y artistas, y el lema “cultura para todos” se convirtió en un objetivo colectivo. Se desarrolló la Edad de Plata de la cultura española, sucediéndose cuatro generaciones de pensadores y artistas (98, 14, 27, 36). Esto fue posible gracias a la herencia regeneracionista, la transformación de la sociedad española y a que la democracia favoreció el librepensamiento, la educación, la investigación científica o la prensa. Sin embargo, este esplendor se paralizó con el franquismo y la cultura española se empobreció, produciéndose el encarcelamiento, exilio, aislamiento y censura de muchos de sus integrantes.