Caída de Primo de Rivera y Advenimiento de la Segunda República
La hostilidad hacia el catalanismo y la concesión de privilegios a la Iglesia en la enseñanza universitaria provocaron importantes respuestas sociales. Ante la falta de apoyos explícitos, el dictador Primo de Rivera dimitió el 28 de enero de 1930 y se exilió en París, donde murió dos meses más tarde.
Para sustituir a Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII encargó al general Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno. En agosto de 1930, se reunieron los representantes de los principales partidos republicanos y regionalistas, dando lugar al Pacto de San Sebastián. Este pacto significó la formación de un frente unido contra la monarquía.
Berenguer fue sustituido en febrero de 1931 por el almirante Juan Bautista Aznar-Cabañas, quien convocó elecciones municipales, provinciales y generales inmediatamente. Todos los partidos pudieron presentar candidaturas a las votaciones.
Las elecciones municipales del 12 de abril dieron un triunfo rotundo en las ciudades a los republicanos y socialistas. El 13 de abril, el rey aceptó la voluntad de la ciudadanía, suspendió el ejercicio del poder real y abandonó España. El 14 de abril de 1931 fue proclamada la II República.
Evolución Económica y Social (1902-1931)
El Mundo Rural y sus Problemas
Entre 1898 y 1931, España era un país de base agrícola, aunque la situación del campo español no era homogénea. Disminuyó la población activa en agricultura y aumentaron las superficies cultivadas y la productividad, sobre todo desde 1914.
A principios de siglo, había tres modalidades de propiedad de la tierra:
- El latifundio, predominante en España occidental.
- El minifundio, que dominaba en Galicia y el norte peninsular.
- Las fincas de tamaño medio con arrendamientos a corto o largo plazo, habituales en el resto de la península.
Existían oligarquías de terratenientes, pero también aparceros y jornaleros, muchos de ellos temporeros y viviendo al nivel de subsistencia.
El clima de agitación social fue permanente en el campo andaluz, y los conflictos más violentos se desataron entre 1917 y 1920.
Evolución Industrial
En la industria española se produjeron durante este periodo tres cambios fundamentales:
- Introducción de la electricidad como forma de energía.
- Concentración de la industria pesada en el País Vasco.
- Diversificación de los sectores.
Se desarrollaron legislaciones proteccionistas.
El Movimiento Obrero
El movimiento obrero español estaba dividido en dos grandes corrientes ideológicas:
- La socialista, representada por la UGT (Unión General de Trabajadores).
- La anarquista, articulada alrededor de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo).
Ambos sindicatos ampliaron el número de afiliados desde principios de siglo hasta 1939.
El núcleo más activo del movimiento anarquista a principios del siglo XX se localizaba en Cataluña, y en 1910 se fundó el sindicato CNT, influido por el anarco-sindicalismo.
Durante este periodo, la tensión social fue constante. La patronal recurrió a los pistoleros de los “Sindicatos Libres” y al “lock-out”, y la respuesta habitual de los gobiernos a las huelgas y luchas obreras fue la intervención del Ejército.
Sociedad
El escaso crecimiento de la población española en el siglo XIX es un reflejo más de la debilidad de las transformaciones económicas. La estratificación social respondía a las líneas de desigualdad del periodo de la Restauración.
- Había una clase alta de un 5%.
- Las clases medias podrían englobar a un 25-30%.
- Un 65% eran clases pobres o bajas.
La esperanza de vida media de este último grupo en 1900 era de 34,8 años, aunque la desaparición de grandes epidemias contribuyó a que en 1930 rondara los 50 años.
Durante este periodo se desarrolla la denominada “Edad de Plata” de la cultura española, dando lugar a la Generación del 98, la Generación del 14 y a un gran compromiso de intelectuales y literatos.
La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista
Introducción
El proceso político de la II República, que transcurrió entre obstáculos, pasó por tres fases:
- Bienio Reformista (1931-1933)
- Bienio Conservador (1933-1936)
- Período del Frente Popular (febrero-julio 1936)
Gobierno Provisional (14 abril – 28 junio 1931)
El gobierno provisional de la República, presidido por Niceto Alcalá-Zamora, convocó elecciones legislativas para el 28 de junio e intentó solucionar muchos problemas.
En el ámbito rural, el Gobierno decretó la jornada de ocho horas y la obligación de dar prioridad a los jornaleros de un municipio para trabajar tierras de su término.
En el terreno de la educación, se decretó la construcción de 6.750 escuelas y 7.000 plazas de maestro, cuyos sueldos se incrementaron, además de la creación de una red de bibliotecas.
En relación con el Ejército, identificado siempre con la monarquía, se ofreció a los mandos la jubilación anticipada en un intento de dar salida al excesivo número de oficiales. Se creó la Guardia de Asalto, cuerpo de policía de fidelidad republicana.
La Iglesia, expectante en un primer momento a instancias del Vaticano, pronto se incomodó y se mantuvo en constante oposición al régimen republicano.
La Constitución de 1931
Las elecciones del 28 de junio, las más transparentes celebradas hasta entonces en España, dieron el triunfo a las fuerzas de izquierda y de centro. Las Cortes se encargaron de la redacción de una nueva Constitución, aprobada el 9 de diciembre del mismo año.
Cuando se redactó la Constitución no había voluntad de consenso, especialmente en materia religiosa. Se implantó el sufragio universal, que incluía por primera vez el voto de las mujeres.
El Gobierno Constitucional (diciembre 1931 – noviembre 1933). Bienio Reformista
Niceto Alcalá-Zamora, confirmado presidente de la República, encargó a Manuel Azaña formar gobierno. El gobierno de Azaña continuó las reformas establecidas por el gobierno provisional.
La Ley de Reforma Agraria consiguió que muchas hectáreas de tierra quedasen a disposición del Estado para distribuir a los campesinos.
En este periodo, la República se vio conmocionada por los sectores al extremo del arco ideológico: la agitación en el campo andaluz (1931, 1933) y el intento de golpe de Estado del general José Sanjurjo (10 de agosto de 1932).
El 9 de septiembre de 1932, las Cortes aprobaron el Estatuto de Autonomía de Cataluña, y Francesc Macià fue elegido presidente de la Generalitat catalana.
En cuanto al País Vasco y Navarra, el proceso fue complejo. El PNV (Partido Nacionalista Vasco) aceptó la República a cambio de la autonomía política. El Estatuto de Autonomía para el País Vasco se aprobó en Cortes en octubre de 1936, y José Antonio Aguirre fue su primer lehendakari.