La Segunda República Española: Orígenes, Desarrollo y Desafíos

Tras la caída de Primo de Rivera, obligado a dimitir por Alfonso XIII, el general Berenguer le sustituyó con una política a la que denominaron la dictablanda debido a su lento proceso constitucional. Pronto surgió la oposición formada por republicanos, catalanes de izquierdas y el PSOE, quienes firmaron el Pacto de San Sebastián, comprometiéndose a presentar una alternativa a la monarquía. Aznar sería el presidente del último gobierno de la monarquía, el cual convocó Cortes donde la Coalición Republicano-socialista proclamó la república en Eibar, iniciándose la Segunda República el 14 de abril de 1931. Esto supuso la instauración en España, por primera vez, de un sistema democrático moderno, donde el poder político pasó a las clases medias ante la hostilidad de los grupos tradicionales y frente a las clases populares orientadas a la Revolución. La situación internacional no era favorable para la República, ya que Europa sufría las consecuencias de la crisis del 29 y, desde el punto de vista político, vivía una etapa de debilidad debido al ascenso del comunismo y del fascismo.

Los firmantes del Pacto de San Sebastián contra la monarquía se erigieron en Comité revolucionario. El 14 de abril de 1931 se proclamó oficialmente la república en España tras el exilio voluntario de Alfonso XIII. Se formó entonces un gobierno provisional cuyo presidente fue Niceto Alcalá-Zamora, y su programa se basó en el Pacto de San Sebastián. El nuevo gobierno convocó rápidamente Cortes Constituyentes para redactar una nueva constitución. Las cortes serían elegidas a través del sufragio universal de los varones mayores de 23 años, convocadas el 28 de junio, donde se presentaron numerosos partidos. El número de partidos era muy grande y casi todos ellos se enmarcaban en las ideologías llevadas a cabo en Europa en ese tiempo.

Partidos Políticos y sus Ideologías

  • Extrema izquierda: Anarcosindicalistas de la CNT, un sindicato de gran implantación en el campo andaluz.
  • Izquierda: Partido Comunista de España, un grupo minoritario de ideología revolucionaria.
  • PSOE: Con dos ramas, una marxista próxima a los comunistas (Largo Caballero) y otra más moderada (Indalecio Prieto).
  • Centro izquierda: Izquierda Republicana (Manuel Azaña), partidaria de reformas pero no de la revolución.
  • Centro político: Partido Republicano Radical (Alejandro Lerroux) y Derecha Liberal Republicana (Niceto Alcalá Zamora).
  • Derecha: CEDA (Gil Robles), de ideología conservadora con ideas fascistas.
  • Partidos tradicionales: Falange Española de la JONS (José Antonio Primo de Rivera), Renovación Española (Calvo Sotelo) y Comunión Tradicionalista (carlistas).

Partidos Regionales

  • País Vasco: PNV (José Antonio Aguirre).
  • Cataluña: Esquerra Republicana de Catalunya (Francesc Masiá y Lluís Companys).

Los resultados de las elecciones a Cortes Constituyentes del 28 de junio de 1931 dieron el triunfo a los firmantes del Pacto de San Sebastián, siendo el PSOE el más votado con 116 escaños. En el Pacto de San Sebastián se había prometido a los nacionalistas catalanes la concesión de un estatuto de autonomía para Cataluña. En el momento en que se proclamó la república, Francesc Masiá declaró el Estat Catalá. La presión del Gobierno Provisional hizo que se retirara esta denominación y se adoptara la de Generalitat para el gobierno regional. Se inició el proceso de redacción de un estatuto de autonomía que debía ser aprobado por las Cortes Generales.

Reformas y Conflictos Iniciales

La miseria de los campesinos españoles era un problema pendiente. La primera medida fue el Decreto de laboreo forzoso, que obligaba a los terratenientes a roturar sus tierras para dar trabajo a los jornaleros. La segunda fue el Decreto de términos Municipales, que daba preferencia a los trabajadores del municipio. Estas medidas, junto con seguros de accidentes y jornadas de 8 horas, generaron conflictos entre terratenientes y el gobierno. Los objetivos prioritarios del ministro de educación, Marcelino Domingo, eran acabar con el analfabetismo y promover la enseñanza laica. Para ello, se puso en marcha un proyecto para crear 7000 escuelas y plazas de maestro, introduciendo la coeducación. También se estableció la religión como no obligatoria, lo que generó oposición de la iglesia y sectores conservadores.

El poder de los militares había ido creciendo a lo largo del siglo XIX. Para ello, se tomaron dos medidas: exigir un juramento de fidelidad a los oficiales y ofrecerles el retiro cobrando el sueldo íntegro. También se cerró la Academia Militar de Zaragoza, cuyo director era Franco. La reacción del estamento militar fue variada, con un sector que se opuso. Azaña se enfrentó con la parte más poderosa e influyente del ejército, cuyas consecuencias se comprobarían a partir del 18 de julio de 1936.

La Constitución de 1931

La Constitución de 1931 fue aprobada el 9 de diciembre y constaba de 125 artículos. Se iniciaba con una definición de soberanía popular en el artículo 1º: “España es una república democrática de trabajadores de toda clases”, lo que le daba un tinte izquierdista. Se desarrolló una extensa declaración de derechos y libertades económicas, familiares y culturales, junto a los individuales y económicos. Destacaba el sufragio universal para mayores de 23 años, incluyendo el femenino por primera vez. La constitución estableció el matrimonio civil, el divorcio y la equiparación de derechos de hijos legítimos e ilegítimos. Declaraba la igualdad de todos en el derecho a la educación y el trabajo. Asimismo, proclamaba la subordinación del derecho a la propiedad privada al interés público, previéndose la posibilidad de expropiación.

El poder legislativo correspondía exclusivamente a las Cortes, que constaban de una sola Cámara, renovadas cada 4 años. En cuanto al poder ejecutivo, la Jefatura del Estado correspondía al presidente de la República, elegido cada 6 años por los diputados y un número igual de compromisarios. Se estableció un poder judicial totalmente independiente, con un Tribunal de Garantías Constitucionales como máximo organismo jurisdiccional del Estado. Se estableció la posibilidad de que un conjunto de provincias se constituyeran como región autónoma, mediante un Estatuto de autonomía aprobado por las Cortes.

En la cuestión religiosa, la Constitución estableció la disolución de las congregaciones religiosas de obediencias a autoridad distinta de la legítima del Estado. Desapareció el presupuesto de culto y clero. Se prohibía a las congregaciones religiosas el ejercicio de la enseñanza, la industria y el comercio, al tiempo que quedaban sometidas a una ley especial. La Constitución proclamaba la libertad de consciencia y cultos y establecía la jurisdicción civil entre los cementerios. La Constitución era progresista, inspirada en las más avanzadas de la época, pero fue rechazada por la iglesia y la derecha a causa de la cuestión religiosa. Tras la aprobación de la Constitución, Alcalá Zamora fue elegido el primer presidente de la República.

El Bienio Azañista (1931-1933)

Con la instauración del Régimen Liberal, la religión y la iglesia de España perdieron peso. Los grupos progresistas y obreros veían en ella un freno al desarrollo del país. Se tomaron varias medidas:

  1. Separación de la iglesia y el estado.
  2. Reglamentación laica sobre el divorcio, los matrimonios civiles y la secularización de los cementerios.
  3. Generalización de un sistema de enseñanza público y laico.
  4. Decreto sobre la libertad religiosa.
  5. Disolución de la Compañía de Jesús e incautación de sus bienes.
  6. Ley de congregaciones, privando a la iglesia del derecho de mantener centros docentes.

El problema de la enseñanza fue el que tuvo más reacciones, al suprimirse la obligatoriedad de la enseñanza de la religión y decretarse la retirada de los crucifijos de las iglesias. Las sucesivas castas pastorales del cardenal Segura ponían a los ciudadanos contra la República. Esto, junto a la creación de un club monárquico, hizo que grupos republicanos asaltaran el diario del ABC, donde murieron 2 personas. Inmediatamente se iniciaron los incendios de iglesias y conventos en toda España ante la pasividad del gobierno. Como consecuencia, el cardenal Segura se exilió en Francia.

El problema agrario era estructural y grave. Largo Caballero impulsó medidas de urgencia para mejorar las condiciones de los campesinos. En septiembre de 1932 se aprobó el proyecto de Ley de Reforma Agraria, que preveía la expropiación con indemnización de las grandes fincas no cultivadas directamente por sus dueños. Para ello, se creó el IRA (Instituto para la Reforma Agraria). Los resultados fueron decepcionantes, ya que solo se concedieron 12,260 hectáreas de varios millones.

La política reformista de Azaña terminó por generar descontento en muchos sectores. Los socialistas estuvieron tentados de abandonar la coalición de gobierno tras los sucesos de Casas Viejas. La resistencia a las reformas por parte de la iglesia y otras fuerzas políticas y sociales llevó a un posicionamiento extremista como la CNT y la UGT. El gobierno de Azaña cayó el 7 de septiembre de 1933.

El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)

Alcalá Zamora disolvió las cortes y convocó elecciones para el 19 de noviembre, donde se inició un nuevo periodo, el bienio derechista hasta febrero de 1936. Este periodo tuvo dos fases: el periodo radical (Lerroux, 1933-1934) y el periodo radical-cedista (con la entrada de la CEDA en el gobierno, 1934-1936). La ley electoral favorecía las coaliciones electorales y castigaba la dispersión del voto. El número de escaños obtenidos por la derecha fue superior a los obtenidos por la izquierda.

Tras las elecciones de 1933, Niceto Alcalá encargó formar gobierno al partido radical. En el tema religioso, el estado pagaría los sueldos a los sacerdotes y los colegios religiosos seguían funcionando con normalidad. Desde el punto de vista laboral, se derogó la ley de términos y se dio más fuerza a los terratenientes. En lo militar, no se tocó la reforma de Azaña, pero se indultó a los militares que participaron en la Sanjurjada. Como consecuencia, el partido radical se escindió en dos, los partidos republicanos de izquierda se reorganizaron para formar Izquierda Republicana, y los movimientos obreros y campesinos se radicalizaron aún más.

La entrada de 3 ministros de la CEDA en el gobierno radical provocó la reacción de algunos sectores de izquierda. Se inició una campaña de huelga en el país que derivó en sucesos más graves. El levantamiento de Cataluña fue un conflicto más político que social. Lluis Companys proclamó el Estat Catala dentro de la república federal española. La república catalana fue disuelta rápidamente. En Asturias, el movimiento armado tuvo un carácter más social y revolucionario, con el objetivo de superar los esquemas de la república burguesa. La sublevación llevó a cabo matanzas civiles, llegando incluso a Oviedo, que quedó destruida por la dinamita de los sublevados. Tras esto, la CEDA castigó a los responsables de esta sublevación, y muchos líderes del PSOE fueron encarcelados, incluyendo a Azaña. En Cataluña se suspendió el estatuto de autonomía.

En lo militar, se encumbró a militares famosos por su antiazañismo y de dudosa lealtad republicana, como Franco o Goded, que serían protagonistas en el alzamiento contra la república que en 1936 llevaría a la Guerra Civil.

La derecha se acabó en la 2ª República debido al Estrapelo, un caso de corrupción que salpicó a miembros del Partido Radical. El presidente de la república cambió al presidente del gobierno, pero hizo todo lo posible por no nombrar a Gil Robles. Este intentó un golpe de Estado, pero Franco lo desaconsejó. La última respuesta del líder de la CEDA fue retirar su apoyo parlamentario a cualquier gobierno. Esto desembocó en la convocatoria de elecciones para el 16 de febrero de 1936, donde triunfaría la izquierda.

El Frente Popular y las Elecciones de 1936

El desprestigio del gobierno, comprometido en sobornos y escándalos financieros, provocó la convocatoria de elecciones para el 16 de febrero de 1936. El partido predominante era el Frente Popular, cuyo programa hacía hincapié en la política de reformas del primer bienio y en la concesión de una amnistía para los encarcelados de la revolución de octubre. Los puntos importantes del programa eran:

  1. Amnistía para los insurrectos de 1934 y los acusados de atentados político-sociales desde 1933.
  2. Reposición en sus puestos de todos los trabajadores y empleados públicos despedidos por causas políticas.
  3. Reforma del Tribunal de Garantías Constitucional para excluir la influencia conservadora.
  4. Restauración de la autoridad de todos los apartados de la constitución republicana.
  5. Continuación de la reforma agraria.
  6. Protección de los pequeños productores y empresarios.
  7. Sujeción del funcionamiento del Banco de España al interés público.
  8. Restauración de toda legislación social desde 1931 hasta 1933.