La conflictividad social
La Segunda República Española aspiraba a reformar el Estado en sus aspectos administrativos, políticos y sociales. Sin embargo, su enfoque reformista se enfrentó a la exigencia revolucionaria de algunos sectores, lo que generó una creciente conflictividad.
El auge del anarquismo y la CNT
Los sindicatos anarquistas, especialmente la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), con su millón de afiliados, abogaban por la acción directa y la revolución social. Sus numerosas huelgas y ocupaciones de tierras desafiaban la legalidad de la república burguesa y provocaban la respuesta policial del gobierno.
El incidente de Casas Viejas
En enero de 1933, un enfrentamiento entre jornaleros anarquistas y la Guardia Civil en Casas Viejas (Cádiz) resultó en la muerte de varios civiles. Este incidente deterioró la imagen del gobierno de Azaña y alimentó la propaganda de la derecha.
La reacción de las derechas
La derecha católica, opuesta al anticlericalismo de la República, se organizó en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) bajo el liderazgo de José María Gil-Robles. La CEDA buscaba reformar la Constitución en materia religiosa y educativa.
La extrema derecha y el fascismo
A la derecha de la CEDA surgieron grupos más extremistas, como Renovación Española y la Comunión Tradicionalista. En el ambiente estudiantil, José Antonio Primo de Rivera fundó Falange Española, un movimiento fascista que abogaba por un nacionalismo español fuerte y se oponía al liberalismo y al marxismo.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)
Las elecciones de 1933 dieron la victoria a la derecha, y la CEDA se convirtió en el partido con mayor número de diputados. Los gobiernos conservadores revisaron las reformas del bienio anterior y adoptaron una política represiva contra la agitación social.
El giro hacia el Frente Popular
Ante el avance de la derecha, los partidos de izquierda y las fuerzas progresistas formaron el Frente Popular. Su programa socialdemócrata buscaba frenar el fascismo y recuperar las reformas perdidas.
Las elecciones de febrero de 1936 y la escalada de la violencia
El Frente Popular ganó las elecciones de febrero de 1936, pero la situación política se deterioró rápidamente. La violencia callejera, los asesinatos políticos y los rumores de golpe de Estado crearon un clima de tensión e inestabilidad.
La conspiración militar y el inicio de la Guerra Civil
Tras el triunfo del Frente Popular, algunos militares monárquicos comenzaron a conspirar contra el gobierno. El 17 de julio de 1936, la guarnición de Melilla se sublevó, dando inicio a la Guerra Civil Española. El general Francisco Franco se unió a la sublevación y pronto se convirtió en el líder del bando nacional.