1. El comienzo del reinado de Juan Carlos I
Con la muerte de Franco, la dictadura franquista fue sustituida por la democracia.
El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I fue nombrado Rey de España. Este asumió la legitimidad del franquismo, pero promovió un proyecto reformista, encaminado hacia la democracia (“De la ley a la ley”), que desembocó en la ruptura pactada, con Adolfo Suárez como figura clave. También cabe mencionar otros proyectos políticos como el inmovilista, de Blas Piñar, y los pseudo-reformistas, de Arias Navarro (reformas limitadas). Además, se contaba con una oposición, basada en la ruptura democrática (Platajunta) y algunas tendencias revolucionarias (extrema izquierda).
El rey confirmó a Arias Navarro como Presidente del Gobierno, lo cual supuso una decepción para la oposición. Este llevó a cabo reformas limitadas, como el proyecto de Ley de Asociaciones Políticas, que no llegó a prosperar. Por estos motivos, el rey y los reformistas forzaron la dimisión de Arias Navarro en 1976.
2. Las primeras reformas democráticas (1976)
El siguiente nombrado como Presidente del Gobierno fue Adolfo Suárez (antiguo Secretario General del Movimiento), lo que fue una sorpresa para todos. Suárez siguió una estrategia que conllevó a la autodisolución del régimen franquista, basada en anular a los inmovilistas y en atraer a su proyecto reformista a la oposición. En julio de 1976, se publicó la Ley de Amnistía, dirigida a la oposición democrática.
Siguió los pasos de su asesor, Torcuato Fernández Miranda, e impulsó una ley para desmantelar el franquismo y pasar a la democracia: la Ley para la Reforma Política (LRP) en 1976, que establecía unas Cortes bicamerales, elegidas por sufragio universal. Las Cortes franquistas finalmente aprobaron esta ley, y después se convocó un referéndum para el 15 de diciembre de 1976 para que el pueblo la aprobara, y así sucedió.
Además, hubo una aproximación entre el Gobierno y la oposición democrática. Con esto, el Gobierno se dirigió hacia la transición y se impuso la ruptura pactada.
3. La apertura de un proceso constituyente
En 1977 se legalizaron los partidos políticos, incluido el PCE en abril, lo que produjo ciertas tensiones con el Ejército, y se disolvió el Movimiento Nacional, junto a la regulación del derecho a la huelga. Respecto a la monarquía, Don Juan de Borbón renunció a sus derechos dinásticos en favor de su hijo Juan Carlos I.
Las principales amenazas para el país fueron el terrorismo, encabezado por la extrema izquierda (GRAPO), el nacionalismo vasco (ETA) y la extrema derecha (atentado en Atocha).
Las elecciones de junio de 1977 fueron las primeras elecciones generales libres desde 1936. En estas, los partidos que las encabezaron fueron la UCD, dirigida por Suárez, manteniéndose como Presidente del Gobierno, y el segundo fue el PSOE, dirigido por Felipe González.
4. La difícil transición económica
La economía española tenía que afrontar varios problemas, como las consecuencias de la crisis del petróleo, iniciada en 1973, que produjo una subida en los índices de inflación, déficit exterior y desempleo. Para buscar y consolidar las soluciones para la economía, Suárez firmó los Pactos de la Moncloa en 1977 con el ministro de economía Enrique Fuentes Quintana, creando un consenso que luchara contra la crisis. Estos pactos fueron un acuerdo tanto económico como político.
5. La Constitución de 1978 y el nuevo modelo de Estado
Se estableció un modelo autonómico del Estado, por el que se produjo una descentralización, que se identificó con la democracia. En Cataluña, Suárez restauró la Generalitat en 1977, y Josep Tarradellas, presidente exiliado, volvió. En el País Vasco, en el que seguía el terrorismo de ETA, se creó el Consejo General Vasco.
6. La primera legislatura constitucional y el final de la Transición
Aprobada la Constitución, se convocaron elecciones generales para marzo de 1979. El primero fue la UCD (Suárez, sigue como presidente), el segundo fue el PSOE (Felipe González), y a más distancia quedaron el PCE (Santiago Carrillo) y AP (Manuel Fraga). Respecto a los partidos nacionalistas, descendieron el PNV y CiU (Convergència i Unió).
Se consolidó el Estado Autonómico, que establecía 17 comunidades autónomas y 2 ciudades autónomas. En 1979, las Cortes aprobaron los Estatutos de Autonomía de Cataluña y País Vasco, que se confirmaron en un referéndum. En las primeras elecciones autonómicas de 1980, en Cataluña, CiU, liderado por Jordi Pujol, y en el País Vasco, el PNV, de Carlos Garaikoetxea, obtuvieron la victoria.
Respecto a la financiación económica de las comunidades, el País Vasco y Navarra consiguieron el régimen de “concierto” y recuperaron los regímenes forales, y el resto de comunidades obtenían sus ingresos mediante transferencias.
En 1981, Suárez dimitió, por lo que fue nombrado como nuevo Presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, que firmó la entrada de España en la OTAN (alianza militar con EEUU), a lo que, sin embargo, se opuso la izquierda.
Suárez fundó un nuevo partido, el CDS (Centro Democrático y Social), y el PSOE abandonó el marxismo, de manera que Felipe González consolidó su prestigio y endureció la oposición.
En las elecciones de 1982, la gran victoria del PSOE supuso la entrada en la CEE (1986), y duró hasta 1996. En segundo lugar quedó AP, el cual, después de Fraga, José María Aznar lo convertirá en el PP, que, junto al PSOE, formó un bipartidismo imperfecto. En tercer lugar, el CDS de Suárez no llegó a ocupar el puesto de la UCD, y, por último, quedó el PCE, que se hundió.
Involucionismo y golpismo, procedente de la extrema derecha y partidario de una intervención militar. La existencia de varias conspiraciones provocó un golpe de Estado el 23 de febrero de 1981. Las discrepancias e indecisiones de los golpistas y las gestiones del monarca favorecieron su fracaso.