El Reinado de Juan Carlos I y la Reforma Política
Tras la muerte de Franco en 1975, Juan Carlos I se convierte en rey y mantiene a Arias Navarro como jefe de gobierno. Sin embargo, las reformas propuestas no satisfacen ni a los conservadores ni a los más liberales del régimen, en un contexto de crisis económica y creciente oposición.
Adolfo Suárez, exdirector de Radiodifusión y Televisión, lidera un enfoque reformista, buscando una democracia desde dentro del régimen. Con la ayuda de Manuel Gutiérrez Mellado y Torcuato Fernández Miranda, Suárez inicia conversaciones con líderes de la oposición, pero excluye al PCE. Presenta una Ley de Reforma Política que establece un Congreso elegido por voto universal y un Senado con representación territorial. Alianza Popular, liderada por Fraga, logra influir en la ley para favorecer el voto conservador. La reforma es respaldada en referéndum con un alto apoyo.
La violencia política, especialmente de extrema derecha y grupos como los GRAPO, persiste. El entierro de las víctimas de un ataque laborista lleva al gobierno a entender la importancia del PCE en el proceso. Se disuelve el Tribunal de Orden Público y se legalizan los sindicatos.
En las elecciones, la Unión de Centro Democrático de Suárez gana, mientras que el PSOE es el partido de oposición más votado. Se suceden reformas, como la renuncia de Juan de Borbón en favor de Juan Carlos I y una amnistía para presos políticos.
Los Pactos de la Moncloa y las Demandas Autonomistas
Los Pactos de la Moncloa buscan estabilizar la economía, pero aumenta el desempleo. Suárez enfrenta demandas autonomistas, logrando un acuerdo con Cataluña pero no con el País Vasco, donde la situación es más tensa debido a ETA. La Constitución de 1978 intenta satisfacer las demandas nacionalistas con estatutos de autonomía.
Las reformas de Suárez, realizadas dentro del marco legal franquista, permiten una democratización dirigida por las élites del régimen, con un consenso con la oposición. Sin embargo, la situación es tensa debido a la conflictividad social, la violencia política y la presión del Ejército, que incluso intenta un golpe de Estado en 1981.
La Posguerra y el Desarrollo Económico
La Crisis de la Posguerra
Después del intento fallido de golpe de Estado en 1936 y la prolongada guerra civil que le siguió, España se encontró sumida en una devastadora crisis económica y social. Durante la posguerra, la dictadura de Franco enfrentó una monumental tarea de reconstrucción, agravada por el aislamiento internacional tras la Segunda Guerra Mundial.
La economía sufrió una caída del 25% debido a la destrucción de infraestructuras y la pérdida de recursos del Banco de España. La población se enfrentó a escasez de alimentos, inflación, desempleo y falta de vivienda.
La Autarquía y la Apertura Económica
Para enfrentar esta situación, el régimen implementó un modelo autárquico, aumentando el control estatal sobre la economía pero manteniendo la propiedad privada. Se crearon instituciones como el Instituto Nacional de Colonización y el Instituto Nacional de Industria para promover la agricultura y la industrialización. Se estableció un sistema de racionamiento y se eliminaron las libertades sindicales, sustituyéndolas por un sindicato controlado por el Estado.
Sin embargo, la autarquía generó problemas como déficit en la balanza de pagos e inflación. En los años cincuenta, Franco se acercó a Estados Unidos, lo que permitió acceder a préstamos y abrir la economía. Se implementó un Plan de Estabilización que liberalizó el comercio y redujo el control estatal, aunque aumentó el desempleo y la emigración.
El Desarrollismo y la Crisis de 1973
Durante los años sesenta y setenta, España experimentó un desarrollo económico conocido como “desarrollismo“, impulsado por planes de desarrollo y la atracción de empresas multinacionales. Se crearon polos industriales en varias ciudades, pero persistieron desequilibrios regionales y el desempleo. A pesar del crecimiento, la recesión internacional de 1973 golpeó a España, provocando aumentos de precios y conflictos laborales. La respuesta del gobierno fue una política de austeridad que exacerbó la situación y marcó el inicio de la transición democrática.
Glosario
- Pactos de la Moncloa: Acuerdos firmados en 1977 por los principales partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicales, aprobados por las Cortes. Supusieron el primer gran conjunto de medidas para afrontar la crisis económica. Sus dos objetivos fueron reducir la inflación y poner en práctica reformas para repartir equitativamente los costes de la crisis. Control del gasto público, devaluación de la peseta, fiscalidad progresiva, nuevas relaciones laborales y aumento de los salarios por la inflación.
- Desarrollismo: Etapa económica de la dictadura franquista caracterizada por un crecimiento económico rapidísimo. Se inicia en 1959 con el Plan de Estabilización y Liberalización y dura hasta 1973 con la crisis del petróleo. Este crecimiento impulsado por los gobiernos de tecnócratas del Opus Dei se basó en la inversión extranjera, en el turismo y en los aportes económicos de los emigrantes españoles en Europa. Para intentar controlar el crecimiento se elaboraron los Planes de Desarrollo.
- Carrero Blanco: Luis Carrero Blanco, almirante y colaborador de Franco. Tras la guerra civil ocupó diferentes cargos políticos. En 1951 fue nombrado ministro subsecretario de la Presidencia. En 1967 Franco le nombró vicepresidente del Gobierno, y en junio de 1973 se convirtió en el primer presidente de Gobierno del franquismo. No duró mucho ya que el 20 de diciembre de ese año murió en un atentado de ETA.
- Hendaya: Encuentro entre Hitler y Franco celebrado el 23 de octubre de 1940, en la estación de Hendaya en el que se negociaron las condiciones de la entrada de España en la II Guerra Mundial al lado de las potencias del Eje. Finalmente, no se alcanzó ningún acuerdo debido a las demandas españolas sobre Marruecos. Hitler no estaba muy interesado en la entrada española en el conflicto ya que no le causaba mucha confianza.