La Transición Española: de la UCD al PSOE (1979-1996)

La Transición Española: de la UCD al PSOE (1979-1996)

Los Gobiernos de la UCD (1979-1981)

Las elecciones de 1979 arrojaron resultados similares a las de 1977. Adolfo Suárez, líder de la Unión de Centro Democrático (UCD), formó un gobierno en minoría tras obtener la victoria, pero sin alcanzar la mayoría absoluta. En las primeras elecciones municipales del 3 de abril, la UCD obtuvo el mayor número de votos y concejales, pero el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se alzó con las alcaldías más importantes.

Fue durante este periodo cuando las luchas internas dentro de la UCD alcanzaron su punto álgido. La falta de cohesión, derivada de su heterogénea composición, dificultó la labor de gobierno de Suárez y la aplicación de promesas electorales como la Ley de Divorcio. A pesar de ello, se aprobaron leyes relevantes como el Estatuto de los Trabajadores (1979) y la Ley de Incompatibilidades, además de otras medidas en el ámbito educativo.

Los Gobiernos de Suárez y la División de la UCD

Los gobiernos de Suárez se enfrentaron a graves problemas, entre los que destacaron:

  • Crisis económica: El encarecimiento del petróleo y la disminución de las inversiones extranjeras provocaron un aumento del paro y la conflictividad laboral.
  • Proceso autonómico: Las demandas de competencias por parte de las diferentes regiones generaron fuertes tensiones dentro de la UCD y del propio gobierno.
  • Terrorismo: ETA continuó su escalada de violencia. Si bien el Ministro Juan José Rosón logró la reinserción de algunos presos y la autodisolución de ETA político-militar, el resto de la organización mantuvo sus acciones terroristas.

En mayo de 1980, el PSOE presentó una moción de censura contra el gobierno de Suárez. Aunque no prosperó, debilitó la figura del presidente y reforzó la de Felipe González, líder del PSOE. Los problemas se agravaron con la formación de sectores críticos dentro de la UCD, liderados por figuras como Miguel Herrero y Landelino Lavilla. Finalmente, Suárez presentó su dimisión el 29 de enero de 1981.

El Golpe de Estado del 23-F

A principios de febrero de 1981, la UCD celebró un congreso para elegir al sucesor de Adolfo Suárez. La elección recayó en el vicepresidente Leopoldo Calvo Sotelo. Sin embargo, el 23 de febrero, durante la sesión de investidura del nuevo presidente, un grupo de guardias civiles liderados por el Teniente Coronel Tejero asaltó el Congreso de los Diputados.

Simultáneamente, en Valencia, el Capitán General Milans del Bosch declaraba el estado de guerra y ordenaba la salida de tanques a las calles. En Madrid, el General Armada, con apoyos civiles aún sin esclarecer, pretendía formar un gobierno de concentración. La respuesta del Rey Juan Carlos I fue rápida y contundente. Tras contactar con los altos mandos militares para asegurar su lealtad, se dirigió a la nación a través de la televisión para condenar el golpe de Estado. El intento golpista fracasó y los implicados fueron detenidos, procesados y condenados.

Los Gobiernos de Felipe González (1982-1996)

En las elecciones de octubre de 1982, el PSOE obtuvo una contundente victoria con mayoría absoluta, llevando a Felipe González a la presidencia del gobierno, cargo que ocuparía hasta 1996. Durante la mayor parte de este periodo, el PSOE gobernó con mayoría absoluta en el Congreso, a excepción de la última legislatura (1993-1996), en la que gobernó en minoría.

Una Política Reformista

La política de Felipe González se caracterizó por su moderación, continuismo y vocación democrática. Durante su mandato se llevaron a cabo una serie de reformas que transformaron y modernizaron España:

  • Reforma de instituciones fundamentales como el Ejército y la Administración del Estado.
  • Modificación del Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
  • Implementación de un nuevo sistema educativo.
  • Aprobación de la Ley del Aborto.
  • Modernización de las comunicaciones.
  • Impulso de una verdadera política social, con mejoras en la asistencia sanitaria, el sistema de pensiones, etc.

A pesar de los avances, el terrorismo de ETA continuó. El gobierno de González mantuvo una política basada en la reinserción de presos, el diálogo y la negociación secreta, junto con la presión policial. Francia, inicialmente reacia a colaborar, terminó por convertirse en un aliado clave en la lucha contra ETA.

La Política Económica

El gobierno de González implementó diversas medidas para combatir la crisis económica, como la devaluación de la peseta, la contención salarial y la lucha contra la inflación. Sin embargo, no se logró contener el desempleo, que se mantuvo en niveles elevados.

En los primeros años de gobierno destacó el caso Rumasa, un holding empresarial que fue expropiado y posteriormente reprivatizado por el entonces Ministro de Economía, Miguel Boyer. Otro de los proyectos más controvertidos fue la reconversión industrial, que buscaba sanear, racionalizar y reordenar sectores como el textil, el naval y el minero-siderúrgico. La reconversión industrial conllevó reducciones de plantilla y un aumento del paro, generando un fuerte descontento social.

En el ámbito fiscal, el gobierno llevó a cabo una reforma que introdujo el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y aumentó la presión fiscal. Los ingresos adicionales permitieron al Estado mejorar y ampliar el Estado de Bienestar, con mayores prestaciones por desempleo, mejoras en sanidad, educación, financiación de las autonomías e inversiones en infraestructuras.

Desde 1985 hasta 1992, España experimentó un notable crecimiento económico. La inflación se redujo, las exportaciones aumentaron, se equilibró la balanza de pagos y se proyectó una imagen dinámica y moderna del país. Sin embargo, la recesión de 1993 afectó a España, provocando un nuevo aumento del paro, que superó los tres millones de desempleados.

Contestación Social y Enfrentamiento con los Sindicatos

La aprobación de una regulación que restringía las pensiones provocó la convocatoria de una huelga general por parte de los sindicatos UGT y CCOO el 14 de diciembre de 1988. El éxito de la huelga deterioró las relaciones entre el PSOE y UGT.

Las Relaciones Exteriores

. La política exterior fue muy activa se oriento a iberoamerica y europa y el norte de africa. El PSOE en la campaña electoral de 1982 un referéndum para anular la decisión parlamentaria de ingresar en la OTAN, pero su actitud fue cambiando con el tiempo. El 12 de marzo de 1986 apoyo el si. El tema mas importante fue la integración en la CEE. Las negociaciones fueron complicadas pero el golpe del 23F la victoria del PSOE y la actitud favorable de Alemania allanaron el camino. El 12 de junio 1985 se firmaba la adhesión. Tuvo algunas consecuencias iniciales negativas para el sector primario y para la balanza de pago. Pero los beneficios posteriores fueron mayores gracias a los fondos de cohesion y a las ayudas para el desarrollo. Se comprometió en el tratado de Maastricht 1992 que fundo la unión europea. El punto álgido fue la convocatoria de la conferencia de paz sobre oriente medio.