Los Reyes Católicos: Unión Dinástica, Expansión Territorial y Estado Moderno en España

Los Reyes Católicos: Unión Dinástica, Expansión Territorial y Estado Moderno en España

La Unión Dinástica de Castilla y Aragón

El problema sucesorio al trono de Castilla se planteó desde que en 1464 una liga nobiliaria, esperando obtener mayores concesiones de un monarca débil, exigió al rey Enrique IV que nombrase heredero a su hermano Alfonso, en perjuicio de su hija Juana, apodada la Beltraneja. Al año siguiente murió Alfonso y la nobleza rebelde ofreció la corona a su hermana Isabel, que rehusó aceptarla mientras viviera el rey. Sin embargo, Isabel sí se consideraba la legítima heredera, frente a la hija de Enrique IV, Juana la Beltraneja. Enrique IV cedió a las presiones y nombró heredera a Isabel en el Tratado de los Toros de Guisando, con la condición de que se casara con Alfonso V, rey de Portugal. Pero cuando descubrió que Isabel había contraído matrimonio en secreto con Fernando, hijo de Juan II de Aragón, la desheredó y nombró de nuevo sucesora a su hija Juana.

Al morir Enrique IV, Isabel se proclamó reina de Castilla. Alfonso V de Portugal invadió Castilla y reivindicó esta corona para Juana la Beltraneja, con la que se había comprometido en matrimonio, comenzando la guerra civil por la sucesión. En el bando de Isabel se alineaban los pueblos y ciudades, casi todo el clero y la mayoría de los grandes linajes nobiliarios. Recibió la ayuda de su suegro, el rey de Aragón. Juana la Beltraneja contaba con el apoyo de un sector de la nobleza, de algunos miembros del clero y del rey de Portugal, interesado en la unión con Castilla por vía matrimonial. Se impuso el bando isabelino y se firmó el Tratado de Alcaçovas, que suponía el reconocimiento de Isabel I como reina de Castilla.

Desde que en 1474 Isabel I se proclamó reina de Castilla, su esposo Fernando de Aragón quedó reducido a rey consorte. Isabel y Fernando, en la Concordia de Segovia, delimitaron las competencias de ambos monarcas respecto del gobierno. Se reiteraban los derechos de Isabel como “reina y propietaria de Castilla”, concediendo a Fernando plenos poderes de gobierno equiparables con los de su esposa. Al morir Juan II de Aragón, Fernando se convirtió en rey de Aragón con el título de Fernando II, uniéndose así las dos Coronas (Castilla y Aragón) por el matrimonio de sus reyes.

Aunque los Reyes Católicos (RRCC) decidieron gobernar conjuntamente en todos sus territorios, la unión de Castilla y Aragón fue dinástica y personal; cada reino conservó sus propias leyes e instituciones. Isabel era por derecho sucesorio reina de Castilla, mientras que Fernando era rey en Castilla como consorte de Isabel; en Aragón la situación era la inversa. Pero por la diferenciada estructura política de ambas Coronas, Fernando II tuvo una gran autoridad en Castilla, similar a la de Isabel, mientras que ésta en Aragón mantuvo un papel secundario con respecto a Fernando.

Sin embargo, sí se dieron ciertos elementos unitarios, como la existencia de una sola Corte, lo que implicaba gobernar juntos todos sus reinos y tener una sola política exterior, además de una institución en conjunto: la Inquisición. Castilla, por su mayor tamaño, población y poder económico, era hegemónica dentro de la unión dinástica, liderando las fuerzas militares y la política colonial en América. En lo referido a la política exterior en el Mediterráneo, se mantuvo la política antifrancesa de la Corona de Aragón.

Expansión Territorial: Granada y Navarra

La guerra de Granada supuso la incorporación a Castilla del último territorio musulmán de la Península. La frontera con el reino nazarí era una fuente continua de conflictos, a pesar de que sus emires eran vasallos de Castilla. La guerra se prolongó durante diez años (1482-1492). Los RRCC, finalizada la contienda por la sucesión en Castilla, orientaron el carácter belicista de la nobleza contra el reino de Granada, en una revitalización del espíritu de Reconquista. Junto a la participación de las tropas reunidas de la nobleza, de las Órdenes Militares y de los señoríos eclesiásticos, también desempeñó un papel importante la Santa Hermandad. A la victoria de los RRCC contribuyeron las luchas internas en el reino de Granada entre bandos nobiliarios rivales y entre miembros de la familia real.

Fue una guerra de asedios más que de batallas campales. Al rendirse una plaza se establecía una capitulación respetuosa con los vencidos, salvo en el caso de Málaga, que pagó con el cautiverio de todos sus pobladores su resistencia. La última campaña fue el largo asedio de la ciudad de Granada. Finalmente, el emir Boabdil negoció en secreto la rendición y unas generosas capitulaciones que sólo se cumplieron al principio. En 1492 se produjo la toma de Granada.

La incorporación de Navarra (1512) se produjo años después de la muerte de Isabel. En la conquista de Navarra confluyeron diferentes aspectos:

  • Rivalidad contra Francia.
  • Conflictos internos en el reino de Navarra entre clanes nobiliarios.
  • Disputas dinásticas: Fernando el Católico se creía con derechos al trono navarro.

Una posible conspiración de Navarra y Francia contra Castilla sirvió a Fernando de justificación para ocupar militarmente Pamplona con un ejército al mando del duque de Alba. En un principio, Fernando anexionó el reino de Navarra a la Corona de Aragón, pero posteriormente lo adscribió a la Corona de Castilla, conservando Navarra sus fueros e instituciones.

Las Islas Canarias y la Aproximación a Portugal

Con anterioridad a los RRCC, se habían incorporado a Castilla las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro. Con los RRCC se conquistaron las otras islas: Gran Canaria, La Palma y Tenerife. La conquista se realizó por el sistema de capitulaciones, estableciéndose un contrato con capitanes que recibirían una parte de la riqueza conseguida en la conquista de los nuevos territorios en nombre de la monarquía. Estas tres islas permanecieron como tierras de realengo, bajo el dominio directo y jurisdicción de la Corona. Las islas Canarias fueron adquiriendo una importancia creciente, por su especialización agrícola y por su importancia estratégica en la ruta hacia América.

Desde el comienzo de la conquista de las Canarias por parte de los castellanos, la rivalidad con Portugal por el control del Atlántico fue constante. Ambas monarquías consiguieron resolver los conflictos relativos a los límites de su expansión mediante tratados:

  • Tratado de Alcaçovas (1479): Alfonso V de Portugal no sólo reconoció a Isabel como reina de Castilla, sino también los derechos castellanos sobre Canarias y sobre la costa africana situada frente a estas islas. Los RRCC renunciaron en favor de Portugal a cualquier otro derecho sobre la costa africana.
  • Para consolidar la amistad con Portugal, los RRCC llevaron a cabo una política de alianzas matrimoniales con la monarquía portuguesa.
  • Bulas Inter caetera: el Papa Alejandro VI reconoció los derechos de la monarquía española sobre todas las tierras descubiertas más allá de una línea trazada de polo a polo a cien leguas al oeste de las islas Azores. La zona situada al oeste de esa línea correspondía a España; la situada al este, a Portugal.

El descontento de los portugueses propició un nuevo acuerdo mediante la firma del Tratado de Tordesillas, que desplazaba la línea divisoria entre ambas zonas de expansión a trescientas setenta leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Esto permitió a Portugal ocupar Brasil.

La Organización del Estado: Hacia la Monarquía Autoritaria

Los RRCC se propusieron transformar una monarquía de carácter feudal en una monarquía autoritaria, capaz de imponer su voluntad por encima de cualquier grupo social. Los RRCC ejercieron el poder de una manera personalista y tomaron medidas para reforzar la autoridad de la monarquía. Estas medidas fueron:

  • Limitación del poder de la nobleza: La nobleza era el grupo social que podía oponerse a las aspiraciones autoritarias de la Corona. Durante la Baja Edad Media (siglos XIV-XV), la nobleza se había levantado repetidamente contra el poder real; incluso, una parte de la nobleza castellana se opuso a la reina Isabel al comienzo de su reinado. La política de los RRCC respecto a la nobleza fue contundente en ciertos aspectos, pero prudente en otros. Se redujo su poder político, apartándola de los cargos superiores de la administración, que fueron ocupados por juristas y letrados. Como contrapartida, se consolidó la riqueza económica y la preeminencia social de la nobleza. Las Cortes de Toledo (1480) acordaron el reintegro a la Corona de las tierras y rentas que la nobleza había usurpado desde 1464; pero, a cambio, la Corona renunciaba a recuperar las ocupadas con anterioridad, que eran muchas más. En las Cortes de Toro (1505) se reguló el mayorazgo, que se convirtió desde entonces en el seguro fundamental de los patrimonios nobiliarios y garantía de su preeminencia social.
  • Control de las Órdenes Militares: Se presionó a las Órdenes Militares para que nombrasen al rey Fernando como su gran maestre cuando el cargo quedase vacante, con lo que se reforzó el poder real y aumentó considerablemente los bienes controlados por la Corona.
  • Se impuso el derecho de presentación o patronato regio: Los RRCC proponían al Papa las personas que ocuparían los cargos eclesiásticos más importantes en los territorios de la Monarquía Hispánica. Esto permitió a la Corona disponer de un eficaz instrumento para controlar y fiscalizar a la Iglesia española.
  • Se inició la creación, aunque en el periodo final del reinado, de un ejército permanente formado por soldados profesionales (mercenarios). En las guerras de Italia, a principios del siglo XVI, se utilizaron de manera general contingentes de mercenarios, que serían los precedentes de las unidades básicas del ejército de la Monarquía Hispánica: los futuros tercios.

Instituciones de Gobierno en el Estado Moderno

Los RRCC establecieron las primeras bases del Estado moderno. Las instituciones de gobierno fueron:

a) Una sola Corte: Los RRCC establecieron una unidad de mando, gobernaron y decidieron conjuntamente sobre todos sus reinos, pero manteniendo éstos sus instituciones y leyes particulares.

b) Los consejos especializados: Al aumentar el poder político de la monarquía, la administración real se fue haciendo más compleja, requería una burocracia numerosa y especializada, formada de juristas y letrados de formación universitaria, que pertenecían en su mayoría a la pequeña nobleza. El Consejo Real se convirtió en el órgano de gobierno más importante. Era un organismo de técnicos (letrados) que preparaban la actuación política en los aspectos internos y externos, aunque las decisiones quedaran reservadas a los reyes. Ante la mayor complejidad que fueron adquiriendo las tareas de gobierno y las nuevas necesidades de la Monarquía, se crearán los Consejos especializados: el de la Inquisición, el de Órdenes Militares, el de Aragón o el de Hermandad. Los demás asuntos los seguía tratando el Consejo Real, que estaba por encima de todos los demás y que acabó denominándose Consejo de Castilla, como prueba del predominio de esta Corona sobre el conjunto de la monarquía.

c) La administración de justicia: En Castilla, se establecieron sedes fijas para los tribunales de justicia: dos Chancillerías, tribunales superiores, una en Valladolid y otra en Ciudad Real, y, a partir de 1505, en Granada. En la Corona de Aragón, Fernando creó una Audiencia en cada uno de los tres reinos.

d) Las Cortes: Las de la Corona de Aragón fueron pocas veces reunidas por ser instituciones limitadoras del poder real. Pero las Cortes de Castilla, más fáciles de dominar, sirvieron para fortalecer el poder real. Los RRCC promulgaron numerosas leyes ante ellas para darles mayor solemnidad, a pesar de que las Cortes no tenían función legislativa.

e) La Santa Hermandad: Fue un instrumento de carácter policial de pacificación contra la delincuencia y el bandidaje en el medio rural, que se había extendido en Castilla por el desorden de las luchas civiles. La Santa Hermandad, creada en las Cortes de Madrigal en 1476, estaba formada por hermandades locales, dirigidas por una Junta General.

f) El control de los municipios: En Castilla, los RRCC continuaron controlando el gobierno de las ciudades mediante el corregidor. Quedaron sin corregidor las villas y ciudades sujetas a jurisdicción señorial. Las Cortes de Toledo (1480) acordaron enviar corregidores a todas las grandes villas y ciudades que aún carecían de ellos. Se reglamentó todo lo relativo al cargo de corregidor: requisitos para serlo, funciones, nombramiento, duración, remuneración. Se obligó a los corregidores a someterse a un juicio de residencia al fin de su mandato (para evitar posibles actos de corrupción). En las ciudades de la Corona de Aragón, se regularizó el sistema de sorteo (insaculación) para los nombramientos de los cargos municipales, evitando las luchas entre los diferentes sectores de las oligarquías urbanas.

g) Los RRCC impusieron la unidad religiosa católica en sus territorios como medio también de fortalecer y consolidar su poder (los judíos en 1492 y los mudéjares en 1502 fueron obligados a optar entre convertirse al catolicismo o abandonar España). Un instrumento fundamental en este proceso fue la Inquisición o Tribunal del Santo Oficio, institución creada por el Papado en la Edad Media para combatir las herejías. Con la intención de perseguir a los falsos conversos (judíos convertidos al catolicismo), los RRCC solicitaron al Papa el establecimiento de la Inquisición. Sixto IV, en 1478, autorizaba a los reyes a nombrar inquisidores. Al crear la Inquisición se atendía a los problemas religiosos, pero también a los políticos y sociales. La Inquisición española era un organismo sometido a los reyes, que nombraban a sus cargos. Por eso, la Inquisición, que empezó persiguiendo a los falsos conversos (judíos convertidos al cristianismo) en tiempos de los RRCC, se transformó con sus sucesores en un poderoso mecanismo de represión al servicio de la Monarquía contra cualquier tipo de desviación religiosa o moral, pero también contra delitos de carácter político. La Inquisición fue la institución del poder monárquico más centralizada, tenía competencias en todos los territorios de la Monarquía Hispánica.

Para referirse al modelo de Monarquía establecido por los RRCC se emplea la denominación de organización y sistema polisinodial. Tanto en lo referido a la existencia de distintos territorios con instituciones, leyes y jurisdicciones diferentes (Coronas de Castilla y Aragón con sus particularidades políticas; distintos señoríos jurisdiccionales,…), como en lo que respecta al ejercicio del gobierno basado en un conjunto de consejos que elevaban consultas a los reyes.

Política Exterior: Italia y el Norte de África

Con los RRCC, las buenas relaciones entre Castilla y Francia desaparecieron al ser sustituidas por la tradicional rivalidad aragonesa hacia Francia por el control de Italia. Se iniciaba así lo que sería una constante de la política exterior española hasta finales del siglo XVII.

Por las rivalidades con Francia, los RRCC desarrollaron una política de alianzas matrimoniales con potencias europeas enfrentadas por diversas causas con Francia: Borgoña, el Sacro Imperio Romano Germánico (Alemania) e Inglaterra. Los hijos de los RRCC, Juan y Juana, se casaron respectivamente con Margarita y Felipe de Austria, ambos hijos del matrimonio formado por Maximiliano de Austria (emperador de Alemania) y María de Borgoña (soberana de Flandes y de otros territorios situados al este de Francia). Otra hija de los RRCC, Catalina de Aragón, emparentó con la Casa Real inglesa (fue la primera esposa de Enrique VIII de Inglaterra).

Las guerras de Italia (1495-1503): El principal escenario del enfrentamiento con Francia fue Italia, un mosaico de estados pequeños, sobre los que tanto la Monarquía Hispánica como Francia querían imponer su hegemonía. Las guerras de Italia se desarrollaron en dos fases de breve duración (1495-1496 y 1502-1503). Los protagonistas fueron, por un lado, los reyes de Francia, Carlos VIII y su sucesor Luis XII; y por otro, Fernando el Católico, cuyas tropas dirigió el militar Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán. El objetivo fundamental de estas guerras era el reino de Nápoles, conquistado anteriormente por Alfonso V de Aragón en 1443, pero separado a su muerte (1458) de la Corona aragonesa y legado a su hijo ilegítimo Ferrante I. El resultado de las guerras fue la victoria de Fernando el Católico, que incorporó el reino de Nápoles a la Corona de Aragón en 1503.

La rivalidad con Francia por Italia continuó durante las primeras décadas del siglo XVI, puesto que Francia ambicionaba con anexionarse el Milanesado (Lombardía), región del norte de Italia que, con Carlos I, se integraría en la Monarquía Hispánica.

En las guerras en Italia, el ejército estaba formado por mercenarios, ejército profesional, que dependía directamente de la Monarquía que lo financiaba, y se consolidó una nueva formación militar mixta (experimentada en la guerra de Granada) de artillería e infantería dotada de armamento combinado (picas y armas de fuego). Estas unidades son el origen de los tercios.

La ocupación de las plazas en el norte de África. Desde el s-XIII, con Fernando III, los reyes de Castilla tenían en mente la conquista de Marruecos. Tras la toma de Granada, la expansión hacia el Magreb, ocupando plazas en el norte de África, se consideró como la mejor solución para contener la piratería y los ataques de los turcos y berberiscos a las costas españolas. Sin embargo, esta ocupación se limitó a un reducido número de plazas fuertes en la costa: Melilla, Orán, Bugía…