Nacionalismo y Movimiento Obrero en la España de la Restauración

El Auge de los Nacionalismos Periféricos

La influencia del Romanticismo, que llegó tardíamente a España, impulsó el desarrollo del regionalismo político a finales del siglo XIX. Los movimientos regionalistas y nacionalistas surgieron principalmente en Cataluña y el País Vasco durante la regencia, y en menor medida en Valencia, Andalucía y Galicia. Diversos factores contribuyeron a este auge: la defensa de las lenguas vernáculas y las costumbres autóctonas, la crítica al centralismo uniformador del Estado liberal, y la defensa de la realidad histórica y plural de España. Dos vertientes anticentralistas influyeron en esta corriente: una conservadora y antiliberal, y otra progresista, federalista y republicana. Además, la industrialización y los cambios económicos del siglo XIX afectaron el equilibrio regional y la comprensión de la realidad nacional.

El Catalanismo

El catalanismo se originó en el renacimiento cultural (Renaixença), que ayudó a recuperar la conciencia nacional, y en los cambios socioeconómicos derivados de la industrialización, que crearon una ruptura entre los intereses de la oligarquía centralista y la burguesía catalana. Dos corrientes reivindicaron el reconocimiento de la identidad catalana frente al unitarismo de la monarquía española: el federalismo republicano y el conservadurismo tradicional y católico. Enric Prat de la Riba formuló la doctrina nacionalista que buscaba la autonomía y el reconocimiento de la importancia de Cataluña en el Estado. En 1892, colaboró en la redacción de las Bases de Manresa, documento guía del catalanismo político que define las competencias del Estado y las de Cataluña. El Estado se encargaría de las relaciones internacionales, el ejército, las carreteras, la solución de conflictos interregionales y el presupuesto anual. Cataluña, por su parte, se encargaría del catalán como lengua oficial, la acuñación de moneda, el orden público, la justicia y un Parlamento corporativo.

El Vasquismo

En el País Vasco, la abolición de los fueros tras la tercera guerra carlista originó un movimiento de defensa de las instituciones suprimidas y de recuperación de la lengua y costumbres vascas. La transformación socioeconómica, impulsada por el desarrollo minero e industrial y la inmigración, inició un proceso de concienciación del vasquismo, identificado con el euskera, las tradiciones y los fueros, en contraposición a una sociedad industrializada y castellanizada. Sabino de Arana configuró el primer programa político nacionalista, creando el Partido Nacionalista Vasco en 1895, basado en la raza, la lengua, el ultracatolicismo y las tradiciones vascas.

Otros Nacionalismos

El nacionalismo gallego se originó en la obra de Alfredo Brañas, quien propuso estrechar lazos entre los pueblos gallegos, combatir el caciquismo y proteger las costumbres gallegas. El regionalismo valenciano tuvo escaso desarrollo durante este siglo.

El Movimiento Obrero

Durante la Restauración, se organizó en España el movimiento obrero, que buscaba mejorar la situación económica y laboral de obreros y campesinos, y defender sus derechos en la sociedad capitalista. Las dos ideologías principales fueron el anarquismo y el socialismo.

El Anarquismo

El anarquismo ganó aceptación tras la visita de Giuseppe Fanelli, quien organizó la sección española de la AIT (1ª Internacional). Sus bases eran el rechazo a la autoridad, la propiedad privada, la defensa del colectivismo, la revolución violenta, las huelgas generales, el apoliticismo y el anticlericalismo. Durante el gobierno de Cánovas, los anarquistas permanecieron en la clandestinidad, para luego iniciar una intensa actividad propagandística y organizativa con el gobierno de Sagasta.

El Socialismo

El socialismo se desarrolló en épocas de mayor libertad. En 1879, se creó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado por Pablo Iglesias, seguidor del socialismo marxista. El programa socialista se basaba en la toma del poder político por la clase trabajadora, la creación de un Estado comunista igualitario, la socialización de la propiedad privada, el rechazo al terrorismo y la oposición a la expansión colonial y las guerras.