Organización social hasta nuestros días


1. La creación del Estado franquista: fundamentos ideológicos y apoyos sociales 
Los enfrentamientos habían acabado porque el ejército republicano había sido “cautivo 
y desarmado”. Pero la paz no llegó. Fueron años tristes, sobre todo para los vencidos. 
Aunque, en general, toda la población, excepto los que pasaron a ser la clase dirigente 
del nuevo régimen, sufrirán, en un país destrozado por la guerra y aislado 
económicamente, hambre, miseria y miedo. 
El nuevo régimen se definía por la concentración de todos los poderes políticos en la 
figura del Jefe del Estado, Franco, que concentra el poder ejecutivo y el legislativo. 
Incluso parte del poder judicial dependía de él, a través de los tribunales militares, por la 
depuración de la judicatura, convirtiendo el judicial en un instrumento del ejecutivo. 
Todos los organismos creados durante la guerra (Junta de Defensa Nacional, Consejo de 
Ministros…) eran órganos meramente consultivos. 
El dictador era, además, generalísimo de los tres ejércitos, jefe del partido único (FET y 
de las JONS)… En resumen, el “Caudillo” era jefe del gobierno, del Estado, 
generalísimo y por si no fuera suficiente “responsable ante Dios y ante la Historia”. 
La constitución de 1931 fue suprimida, así como los partidos y sindicatos. Sólo se 
reconocía el partido único y por la ley del 26 de Enero de 1940 se obligaba a la unidad 
sindical en los sindicatos verticales oficiales: la Central Nacional Sindicalista (CNS). 
Para crear una cierta estructura institucional, el dictador aprobó una serie de leyes 
fundamentales: 
– Fuero del Trabajo 1938 (declarado ley fundamental el 1947). 
– Fuero de los españoles 1945. 
– Ley del Referéndum nacional 1945. 
– Ley de sucesión en la jefatura del Estado 1947. 
Se trataba de garantizar la continuidad del sistema en un momento de aislamiento 
internacional, sin aportar ninguna reforma substancial (1945 final de la II Guerra 
Mundial). 
En resumen: el nuevo sistema quedó articulado como una mezcla de fascismo (caudillo, 
partido único y sindicato único) y de conservadurismo tradicional (defensa de los 
intereses de la oligarquía agraria, del ejército y de la Iglesia). 
En la primera época, el régimen efectuó un rígido control social a través de la Falange. 
Así, junto con los grandes poderes tradicionales, la España franquista asistíó al ascenso 
de una serie de personas que por su adhesión al régimen gozaron de privilegios en 
tiempos de escasez y de hambre. La Falange tuvo, en sus mejores momentos, alrededor 
de 600.000 afiliados y dotó al régimen de una parafernalia (himnos, uniformes, desfiles) 
y de una cierta política social a través de instituciones como el Frente de Juventudes, la 2
Sección Femenina o el Auxilio Social. Los jerarcas de estos organismos, antiguos 
monárquicos, militares, más los que habían hecho carrera durante la guerra o se unían al 
movimiento como forma de ascenso social, formaban la masa social que daba apoyo al 
sistema en los grandes actos públicos. 
2. Evolución del régimen: 
a) Evolución y coyuntura exterior:
1939-1959 
El estallido de la segunda Guerra Mundial marcó durante 10 años la política 
internacional española y en cierta manera el desarrollo del régimen. 
a/ 1939-1942. Franco decide una política de neutralidad, a pesar de que durante la 
Guerra Civil Alemania e Italia le habían ayudado y se habían creado relaciones morales. 
En los signos externos, en la formación de gobiernos con predominio de falangistas y 
militares, la presencia de Serrano Súñer (partidario del apoyo a Alemania e Italia) como 
ministro de Asuntos Exteriores, se encuentran las señales del apoyo no formal, pero sí 
evidente al bloque fascista. En Junio de 1940 se pasa de la neutralidad a la “no 
beligerancia” y en Octubre se produce la entrevista de Hendaya, que equivalía a un 
alineamiento moral con el Eje. El momento de máxima colaboración se produjo en 
Junio de 1941, con la formación de la División Azul, “voluntarios” para colaborar en el 
combate contra el “comunismo”. 
b/ A partir de 1942, con la pérdida progresiva de posiciones por parte de Alemania 
provocó una rectificación. Serrano Súñer fue apartado del ministerio de Asuntos 
Exteriores y sustituido por el conde de Jordana (anglófilo). El gobierno fue 
reestructurado para iniciar una aproximación a los aliados, a los que se garantizó la 
neutralidad mientras se retiraba la División Azul del frente ruso. 
c/ La victoria aliada en 1945 provocó una sensación de peligro y de inestabilidad del 
r é g i m e n ,   q u e   n o   e r a   b i e n   v i s t o   p o r   l o s   v e n c e d o r e s .   E l   C a u d i l l o ,   s i n   r e n u n c i a r   a   l o  
esencial, impuso cambios en los signos externos: suprimíó la obligatoriedad del saludo a 
la romana, disolvíó la organización paramilitar de la Falange, promulgó el Fuero de los 
Españoles y cambió de gobierno con más presencia de católicos y la eliminación de los 
más comprometidos con el fascismo. 
Todos estos esfuerzos no evitaron el clima de rechazo hacia el régimen fascista español. 
La ONU rechazó por aclamación la entrada de España y una resolución de la misma 
ONU del 13 de Diciembre de 1946 pedía la retirada de embajadores de España. 
Aunque el gobierno contestó con desprecio hacia Europa (manifestación en la Plaza de 
Oriente), la verdad es que el boicot político y económico de casi todos los países del 
mundo agravó la difícil coyuntura española y condenó al país a la autarquía, reforzando 
el aislamiento de España. 
Tras la Segunda Guerra Mundial se inicia también un periodo de tensión entre EEUU y 
la URSS (aliados en la guerra) que conocemos como guerra fría. El invierno de 1947-48 
se inicia el bloqueo de Berlín y es en este contexto que surge la idea de crear un pacto 
militar antisocialista (OTAN en 1945), a lo que respondieron los países del Este con el 
Pacto de Varsovia (1955). El mundo se dividía en dos bloques y la geopolítica mundial 
giró desde entonces alrededor del nuevo conflicto. En la nueva organización del mundo, 
la España de Franco constituyó más un fiel aliado anticomunista que no un enemigo. 
Fueron los EEUU los que iniciaron su acercamiento a Franco. Con su ayuda y gracias a 
su presión los embajadores extranjeros volvieron a Madrid (1950-51). En 1951 se 
firmaron los primeros pactos que significaban la llegada de créditos y materias primas 
vitales para el régimen franquista. Por fin, en 1953 se firmaron unos acuerdos bilaterales 
que permitieron la ayuda norteamericana a cambio de la instalación de bases militares. 
Los EEUU ayudaron también a que España fuese admitida en los organismos 3
internacionales (ONU, FMI,…) y pudiese iniciar contactos con otros países para la 
concesión de créditos y para reiniciar el comercio exterior. Europa vivía en los años 50  
una época de prosperidad y reconstrucción, por lo que necesitaba mano de obra 
abundante y mercados para sus capitales. Se abrieron fronteras a la emigración y se 
inició la llegada de turistas que buscaban precios bajos y sol asegurado. Por último, 
recibíó otro apoyo con la firma, en 1953, del concordato con la Santa Sede, lo que 
significaba el reconocimiento absoluto de la legitimidad del régimen de Franco. Todos 
estos cambios se reflejan en una readecuación política y económica del régimen. 
b) La consolidación del régimen: 1959-1973 
A finales de los 50 era evidente que la política económica de la autarquía había 
fracasado. Entre 1957-1959 la vida había subido un 40%, el déficit comercial había 
alcanzado cifras astronómicas y las reservas de oro habían caído un 70% en cuatro años. 
Era evidente que la economía española necesitaba una orientación que abriese las 
puertas de la modernización y superase las dificultades. 
La vieja ideología del nacional-sindicalismo comenzó a quedar totalmente anacrónica y 
obsoleta en una España que comenzaba a hacer del desarrollo económico y del 
industrialismo la ideología oficial del Estado. 
La entrada dentro del aparto del Estado de nuevas generaciones de políticos, los 
llamados tecnócratas, fue desplazando progresivamente falangistas, carlistas y 
tradicionalistas, dando al régimen una nueva orientación. Fue el quinto gobierno 
nombrado por Franco en 1957 el que pone de manifiesto por primera vez el cambio en 
la correlación de fuerzas entre las diferentes “familias” del régimen. De los 18 
miembros anteriores se cambiaron 12 y la gran novedad fue la entrada de un núcleo 
importante de miembros del Opus Dei encabezados por Alberto Ullastres y Mariano 
Navarro Rubio. La pérdida de la influencia de los falangistas tuvo como signo más 
evidente la sustitución de la Falange como partido único por una nueva formación 
política que agrupaba a todos los colaboradores del régimen: el Movimiento Nacional. 
El nuevo equipo dirigente vio la necesidad de crear un cuerpo de normas y valores 
inmutables que fuesen una síntesis de todos los principios sobre los que descansaba el 
Estado español. Con esta voluntad nacíó la Ley de Principios del Movimiento Nacional 
(1958) que reconocía España como “una monarquía tradicional, católica, social y 
representativa”. El régimen se alejaba de la ideología fascista de los primeros años e 
iniciaba una tímida apertura política, aunque rechazando la democracia parlamentaria. 
C o m o   l a s   l e y e s   f u n d a m e n t a l e s   ( F u e r o   d e l   T r a b a j o ,   F u e r o   d e   l o s   E s p a ñ o l e s ,   L e y   d e  
Cortes, Ley de Sucesión, Ley de Principios del Movimiento Nacional) no conformaban 
un verdadero sistema político, en 1966 se aprobó la Ley Orgánica del Estado que 
caracterizaba a España como una democracia orgánica: se introducen en las Cortes 100 
procuradores representantes de la familia y de carácter electivo; las elecciones seguían 
siendo por sufragio corporativo (tercio familiar, tercio sindical y tercio corporativo). 
Por otro lado, la continuidad del sistema después de la muerte de Franco se vio 
asegurada cuando las Cortes aceptaron, en 1969, al príncipe Juan Carlos como sucesor a 
la jefatura del Estado con el título de rey (“atado y bien atado”). 
En el nuevo gobierno formado en 1965 es la última vez que Franco utiliza la fórmula 
del equilibrio entre las familias del Régimen: semifalangistas, monárquicos, Opus Dei y 
católicos de derechas. 
Un aspecto notorio de estos años es el intento aperturista que supone la aprobación en 
1966 de la Ley de Prensa (Fraga) que suprimía la censura previa, aunque manténían 
rígidos controles sobre todo lo que se publicaba. La Ley de Libertad Religiosa (1967) y 
la Ley de Educación (1970) completaron este proceso reformista con la voluntad de 4
aminorar las discriminaciones por motivos religiosos y hacer más asequible la 
educación a las clases más humildes. 
T a m b i é n   e n   e l   t e r r i t o r i o   s i n d i c a l   s e   p r o d u j o   u n a   t í m i d a   a p e r t u r a :   s e   r e c o n o c e n   l a s  
negociaciones colectivas y se fija un salario mínimo interprofesional. Así mismo, se 
mejoran las prestaciones sociales (1963, Ley de Bases de la Seguridad Social). 
c) El final del franquismo: 1973-1975. 
A pesar de que la continuidad del régimen parecía asegurada, continuaban las 
discrepancias respecto a la orientación futura del sistema. Las divisiones entre 
“aperturistas”, partidarios de una cierta liberalización política del régimen y los 
“inmovilistas” (el denominado “búnker”) deterioraban la cohesión del sistema. 
Para estructurar el gobierno y reducir los conflictos, Franco nombró a Luis Carrero 
Blanco vicepresidente del gobierno (1967) consciente de que era el hombre clave para 
mantener la paz entre las familias políticas. Sus años de gobierno se caracterizaron por 
el mantenimiento de una situación contradictoria que cabalgaba entre la reforma (Ley de 
Educación 1970, Nueva Ley Sindical 1971…) y la represión (estados de excepción, 
juicio de Burgos, proceso 1001…). 
El escándalo MATESA (apropiación ilegal de fondos del Estado obtenidos 
fraudulentamente) implicó a diversos ministros y personalidades del Opus Dei. Este 
hecho fue aprovechado por sectores vinculados a la Falange para poner en marcha una 
campaña de desprestigio que culminase con su alejamiento del poder. Franco, 
aconsejado por Carrero, había decidido jugar a fondo la carta de los tecnócratas y 
cuando reformó el gobierno excluyó a los que habían hecho público el escándalo 
MATESA (Solís, Fraga…). El nuevo gobierno (1969) fue “monocolor”, ya que los 
ministros más importantes permanecieron en manos de miembros del Opus Dei. 
Sin embargo, el año 1973, cuando Carrero Blanco fue nombrado Presidente del 
Gobierno (hasta entonces Franco era Jefe del Estado y del Gobierno) la situación de 
crisis se agudizaba más. Algunos sectores del ejército culpaban a los aperturistas del 
desastre político y la movilización en la calle crecía pese a la represión. El gobierno de 
Carrero no había solucionado el descontento social y político ni había reducido la 
hostilidad entre aperturistas e inmovilistas. Con este telón de fondo, la muerte de 
Carrero Blanco en un atentado efectuado por miembros de ETA (20-XII-73) y el inicio 
de la crisis económica aceleraron la descomposición del franquismo. 
Carlos Arias Navarro fue elegido para sustituirle (en Febrero de 1974). En su primer 
discurso prometíó importantes reformas (“espíritu del 12 de Febrero”) que se vieron 
frenadas por varios hechos: 
i/ 2 Marzo 1974: ejecución de Salvador Puig Antich (anarquista acusado de forma 
injusta). 
ii/ La homilía de Monseñor Añoveros, obispo de Bilbao, que conténía duras censuras 
contra el régimen. 
iii/ Éxito de la revolución de los claveles en Portugal. 
El 9 de Julio Franco enfermó y ya no se repondría.  
Varios hechos marcaron los últimos meses de vida del régimen franquista: 
– Ejecución en Septiembre de 1975 de cinco acusados de actividades violentas (3 del 
F R A P   y   2   d e   E T A ) ,   a   p e s a r   d e   l a s   r e p e t i d a s   p e t i c i o n e s   d e   c l e m e n c i a   d e s d e   t o d o s   l o s  
ámbitos y la presión internacional que existíó. 
– La Marcha Verde marroquí sobre el Sáhara español. 
– La muerte de Franco el 20 de Noviembre de 1975. 5
3. Las transformaciones económicas: de la autarquía al desarrollismo y la crisis a 
partir de 1973. Los cambios sociales. 
3.1. La posguerra.
La primera dificultad era el hundimiento demográfico provocado por las víctimas de la 
guerra, por el número de exiliados y fusilados al acabar la guerra. Gran cantidad de 
puestos de trabajo que requerían una cierta cualificación no encontraban especialistas. 
Numerosas familias se refugiaron en el campo, provocando un movimiento de 
ruralización de la economía. La situación en el campo tampoco era buena, la gente iba a 
los pueblos con la única esperanza de sobrevivir. La agricultura sufríó un estancamiento 
e incluso un retroceso. 
Las explicaciones clásicas de esta baja productividad se centran, sobre todo, en la falta 
de maquinaria, de abonos, a causa tanto de la Guerra Mundial, como del posterior 
aislamiento internacional, así como en la desfavorable climatología (“pertinaz sequía” 
de 1945 a 1949) que arruinó parte de las cosechas. 
Tampoco la industria pudo recuperarse en un principio. No es sino hacia 1950 que se 
produce un aumento de la producción (8%) en relación a la época anterior a la guerra. 
Hay que tener en cuenta que no tenemos estadísticas de los años 40 y las que existen 
son poco fiables. Seguramente la falta de bienes de equipo, de recambios, de materias 
primas y de energía fue decisiva para mantener la producción industrial a un ritmo muy 
bajo. Las relaciones con el Eje hicieron que al acabar la guerra el país no se beneficiase 
del Plan Marshall.  
La poca industria que había obténía grandes beneficios por los bajos salarios y la 
escasez que hacía subir los precios. 
La renta per cápita española no registró los niveles anteriores a 1936 hasta 1953, lo que 
demuestra el bajo nivel de vida del conjunto de la población en esta primera década. 
3.2. La política económica: autarquía e intervencionismo.
Forzados por la propia Guerra Civil, por el conflicto mundial, y después por el 
aislamiento internacional, la política de estos primeros años (económica) se podía 
definir con los conceptos de autarquía e intervencionismo estatal. 
La política de autarquía propugnaba la autosuficiencia de un determinado país, 
limitando al máximo su dependencia respecto al exterior. En la formulación de esta 
política influyeron las tendencias proteccionistas anteriores a la guerra, el propio 
proceso bélico, y la propia influencia del fascismo que propugnaba un nacionalismo 
económico que tenía como objetivo la autarquía. 
La política de autarquía se acompañó de un fuerte intervencionismo del Estado: 
regulación estatal del comercio exterior, protección de la industria nacional. Se reguló la 
creación de nuevas empresas y se impidieron las inversiones extranjeras que superasen 
el 25% de una empresa. Esto creó una industria débil, incapaz de competir con el 
exterior. A la vez el Estado controlaba el mercado interior por medio del racionamiento 
(hasta 1953), fijaba los salarios y controlaba los precios. 
Se constituyeron empresas públicas con carácter subsidiario de la empresa privada 
como el INI (Instituto Nacional de Industria en 1940) o la RENFE (1940) que se 
ocupaban de sectores no rentables, pero necesarios para el país. Finalmente en 1940 se 
fijó el denominado “status quo” bancario, que limitaba el número de bancos y sucursales 
a los existentes en esos momentos, lo que significaba el monopolio financiero del país 
en beneficio de estos bancos. 
Esta intervención, con la burocracia administrativa que comportaba, era enormemente 
costosa e implicaba la disponibilidad de grandes sumas de dinero por parte del Estado. 
Como el sistema impositivo era ineficaz y casi inexistente, se recurría a la emisión de 
deuda pública para financiar los gastos, deuda que era adquirida obligatoriamente por 6
los bancos. Pero esta forma de financiación provocaba una alta inflación que reducía 
cada vez más el poder adquisitivo de los salarios. 
3.3. El agotamiento de la vía autárquica (1951-1956). 
a) Los cambios y sus limitaciones.
Franco cambió su gobierno en Julio de 1951. En el nuevo gobierno predominaban los 
católicos sobre los falangistas y entran personalidades no tan comprometidas con el 
modelo autoritario (Ruiz-Jiménez en Educación y Martín Artajo en Asuntos Exteriores). 
Los falangistas manténían parcelas de poder (Girón, en el ministerio de Trabajo), pero 
el tono del nuevo gobierno, al que se incorporará un personaje clave (Carrero Blanco) 
pretendía una homologación internacional, el régimen pretendía el entendimiento con el 
exterior y consiguió unos éxitos en política internacional que le hacían falta. 
Esta pequeña liberalización escondía una situación interior bastante preocupante. Las 
ayudas internacionales entre 1951-56 no consiguieron salvar la angustiosa situación 
económica mientras en la calle comienzan a surgir los primeros signos claros de 
descontento. Hacia 1956 una serie de circunstancias: malas cosechas, déficit de la 
balanza comercial, huelgas universitarias…, pusieron de manifiesto que era preciso algo  
más que un cambio de gobierno para poder perpetuar un sistema que fuera de eso 
permanecía intacto. Fue entonces cuando se produjo el primer gran giro en la gestión 
económica del régimen franquista. 
3.4. El primer intento de adecuación económica.
Las condiciones internacionales que a partir de 1950 implicaron el final del aislamiento 
(ayuda americana, integración en organismos internacionales…) significó, también en el 
interior, un leve cambio en la política económica. 
La vía autárquica llevaba al país al colapso económico, ya que implicaba un nivel tan 
escaso de consumo que incluso para las escasas posibilidades industriales del país era 
más rentable la evasión de capitales que invertirlos en una industria sin consumidores. 
La agricultura, por su parte, continuaba siendo incapaz de atender la demanda nacional. 
El nuevo gobierno del 18 de Julio de 1951 se propónía un programa de aumento de la 
producción y la productividad, sobre todo industrial, reordenando toda la actividad 
económica. Por eso se intentaba la reactivación del comercio interior (fin del 
r a c i o n a m i e n t o   y   d e l   c o n t r o l   s o b r e   e l   m e r c a d o   e n   1 9 5 3 ) ,   l a   a p e r t u r a   a l   m e r c a d o  
internacional, la reducción de los gastos del Estado y el freno a la inflación. 
A pesar de algunos esfuerzos por superar el nivel de subsistencia en el campo (Ley de 
Concentración Parcelaria 1952, Plan Badajoz 1953) y el aumento de la producción 
industrial, lo cierto es que nuestra relación con la economía exterior aumentó todavía 
más nuestro déficit comercial y aceleró la inflación. Igualmente la industrialización 
comenzó a movilizar a las masas campesinas hacia las ciudades: problemas de vivienda 
y de infraestructura urbana. Los gastos del Estado continuaron siendo muy altos y la 
recaudación insuficiente, mientras las reservas de oro se reducían (a la mitad entre 1956 
y 1958). Era evidente que eran necesarios más cambios. 
3.5. La acelerada transformación de la economía española. 
a) El Plan de Estabilización.
La acción correctora que necesitaba la economía española vendrá con el Plan de 
Estabilización (1959). Este plan era un conjunto a acciones destinadas a corregir las 
deformaciones de la autarquía y a iniciar después una nueva etapa de crecimiento 
económico. Se pretendía pasar en poco tiempo de una economía cerrada, con el 
comercio exterior reglamentado, a una economía abierta con gran parte del comercio 
exterior liberalizado. 
Las principales líneas de actuación del plan fueron las siguientes: 
– nuevas normas de carácter fiscal y monetario. 7
– progresiva liberalización del comercio exterior. 
– medidas para favorecer las inversiones extranjeras. 
– nueva paridad de la peseta: 1 dólar = 60 pesetas. 
E l   c a m i n o   a b i e r t o   p o r   e s t e   p l a n   f u e   s e g u i d o   p o r   u n a   p r o f u n d a   t r a n s f o r m a c i ó n   e n   l a  
estructura económica del país que significó la conversión de España en un país 
preferentemente industrial. Esta transformación tuvo lugar de una forma muy acelerada 
(15 años), por lo que se ha hablado de “milagro español”. Pero se ha de tener en cuenta 
que el “milagro” no fue sólo español, sino que es el crecimiento europeo el que potenció 
la acelerada transformación de la economía española. El crecimiento económico fue 
claramente estimulado por la inversión de capitales extranjeros, la adopción de 
tecnología foránea, la emigración de trabajadores a la CEE y por la entrada masiva de 
turistas. Fenómenos, todos ellos, estrechamente vinculados al crecimiento económico de 
Europa Occidental. 
b)La crisis de la agricultura tradicional.
En la posguerra, la agricultura española quedó reducida a las más estrictas condiciones 
de subsistencia, con abundante mano de obra y escasa mecanización. A partir de 1969, 
con el proceso de industrialización, se produce la crisis de esta agricultura tradicional. 
Dos son los factores fundamentales que propician la transformación: 
– el éxodo rural hacia Cataluña, Madrid, País Vasco y CEE: aumento de salarios 
agrícolas: mecanización. 
– diversificación, con el aumento del nivel de vida, de la demanda de alimentos. 
Disminuye la demanda de cereales y aumenta la de carne, leche, fruta,… 
Estimulado por estos cambios, el campo español inició un proceso de mecanización y 
de mejora de las técnicas de cultivo (abonos, especialización, diversificación de la 
producción…). Este proceso significó la sustitución de mano de obra por capital. La 
gran beneficiaria de este cambio fue la gran explotación agrícola, ya que la pequeña  
explotación familiar no puede hacer frente a la mecanización (por las pequeñas 
dimensiones o por falta de capital). Muchos pequeños propietarios, se vieron obligados 
a emigrar a las ciudades. 
La política agraria franquista pretendía paliar el problema del minifundismo (Plan de 
Concentración Parcelaria) y aumentar los rendimientos mediante el desarrollo de un 
programa de regadíos (1962: Ley de Grandes Zonas Regables). La cuestión de los 
latifundios pasó a segundo plano. 
c) Una rápida industrialización.
A partir de 1961 las medidas del Plan de Estabilización comenzaron a dar resultados: 
desarrollo industrial, crecimiento de las ciudades, aumento del nivel de vida. 
En esta renovación industrial tuvieron gran importancia las inversiones de capital 
extranjero (el 18% de las inversiones entre 1961 y 1971). Esta presencia de capital 
extranjero, motivada por las condiciones de inversión favorables que el Estado español 
ofrecía (bajo coste de la mano de obra, escasa conflictividad social, baja presión 
fiscal…) acentuó la dependencia del exterior. 
La entrada masiva de bienes extranjeros posibilitó la renovación del equipo industrial y 
la adopción de nueva tecnología mientras que la posibilidad de exportar mano de obra 
liberaba al país de la presión que un alto índice de paro habría supuesto para la 
economía española. 
El aumento de la producción y la productividad industrial incidíó sobre la estructura de 
las exportaciones: los productos agrarios tradicionales pierden peso y lo ganan los 
productos manufacturados. 
Los sectores protagonistas fueron el químico, energético, la maquinaria y el sector 
servicios gracias al turismo. 8
d) La planificación económica.
e) Los desequilibrios de la balanza de pagos. El programa de liberalización iniciado 
en 1959 se completa con un programa de planificación. En 1962 se creó la comisaría del 
Plan de Desarrollo dirigida por Laureano López Rodó. En 1963 se aprobó el primer 
Plan de Desarrollo Económico y Social, con una vigencia de 4 años (1964-1967) 
seguido de dos más: 1968-71 y 1971-1975. 
Los planes tenían carácter indicativo y centraban su atención en el sector industrial, al 
que se consideraba clave para el crecimiento económico. Planteaban dos acciones 
básicas: 
– las llamadas “acciones estructurales” que pretendían solucionar algunos de los males 
endémicos de la industria española, es decir, bajo volumen de producción y la pequeña 
dimensión de las empresas. 
– las acciones de localización industrial, que tenían como objetivo disminuir los 
desequilibrios económicos entre diferentes regiones. Para ello se crearon los Polos de 
Desarrollo. 
La liberalización de las importaciones comportó una fuerte expansión del comercio 
exterior. El crecimiento de la industria nacional exigía una serie de importaciones 
(bienes de equipo, energía, tecnología…) que las tradicionales exportaciones no podían 
financiar: saldo negativo de la balanza comercial. 
La corrección de estos desequilibrios fue posible gracias a una serie de factores 
exteriores (emigración, inversiones extranjeras y turismo), dando lugar a súperávits 
importantes en la balanza de pagos en los años 60. 
El interés demostrado por la Administración en el desarrollo turístico no fue 
acompañado de una planificación racional del sector y los costes sociales (destrucción 
del paisaje, caos urbanístico, falta de infraestructura…) del fenómeno turístico han sido 
enormes. 
f) El agotamiento del modelo de crecimiento.
Se puede afirmar que en 1970 España había dejado de ser un país eminentemente 
agrícola para entrar en la esfera de los países industrializados. Pero fue en esta década, y 
sobre todo a partir de 1973, cuando la crisis económica mundial evidenció las 
debilidades y el agotamiento del modelo de crecimiento económico adoptado durante el 
franquismo. 
Los primeros síntomas de este agotamiento aparecen a finales de los 60: primeras 
tendencias inflacionistas, problemas con la balanza de pagos… Por ello, la crisis de los 
70 no hay que buscar sólo en factores externos (crisis del petróleo de 1973) sino 
también en factores internos. En PNB empezó también a crecer menos (8´5% anual 
entre 1960-65 y un 5´6 entre 1966-70). 
Con este telón de fondo, la incidencia de la crisis económica mundial mostró con gran 
crudeza las deficiencias de la economía española. 
3.6. Las transformaciones sociales.
La modernización de la economía española comportó un proceso de cambio social que 
en pocos años modificó substancialmente la realidad social de España. 
La evolución demográfica.
En los últimos 40 años (1940-1980) España conocíó el mayor crecimiento demográfico 
de la historia: 25 millones en 1940, 37 millones en 1980. España entró también en el 
ciclo demográfico moderno: tasas de natalidad y mortalidad muy bajas, progresivo freno 
al crecimiento y en consecuencia, envejecimiento de la población. 
Otra carácterística demográfica de la España franquista es la generalización de los 
movimientos migratorios. Las migraciones exteriores cambian de destino: ya no van 9
hacia América, sino hacia Europa. Entre 1960 y 1973 más de dos millones marcharon a 
buscar trabajo (1 millón de forma permanente y otro de forma temporal). 
Todavía más relevancia tendrá el éxodo rural: entre 1960 y 1970 más de 4 millones de 
p e r s o n a s   a b a n d o n a r á n   s u   l u g a r   d e   o r i g e n .   M a r c h a r o n   d e   l a s   z o n a s   r u r a l e s   a   l a s   z o n a s  
industriales: Madrid, Cataluña, País Vasco… La consecuencia fue la despoblación del 
campo y un gran crecimiento de las ciudades. 
La transformación de la estructura social.
La modernización del campo supuso una drástica reducción de la población activa del 
sector primario. Por otro lado, la expansión industrial generó un aumento considerable 
de la clase obrera en su conjunto y la aparición de ésta en zonas que hasta aquel 
momento se habían mantenido básicamente agrícolas (Zaragoza, Pamplona, 
Valladolid…). También cabe destacar la progresiva tendencia al aumento del número de 
obreros cualificados y especializados frente al número de peones. 
La clase media también aumentó su peso en el conjunto social español a la vez que 
pasaba de ser la típica de las sociedades no industriales (tenderos, funcionarios, 
maestros, pequeños industriales…) a ser similar a la de los países industrializados 
(aumento del peso del personal administrativo, técnico, comercial…). 
Hacia una sociedad de consumo.
El aumento de la producción de bienes de consumo y crecimiento de la renta per cápita 
propició la entrada en lo que se llama la “sociedad de consumo”, aunque no plenamente 
si la comparamos con el resto de los países occidentales. Así, entre 1966 y 1975 la 
adquisición de alguno de los típicos bienes de consumo (coche, frigorífico, lavadora, 
televisión…) se duplicó. De todas las maneras, esta mejora del nivel de vida presenta 
diferencias importantes entre regiones y entre el medio urbano y rural. 
4. La oposición al régimen 
Las circunstancias del nuevo régimen (prohibición de partidos, sindicatos, falta de 
libertades…) hacían que todo intento de disidencia política fuese clandestino, 
minoritario y esporádico. 
4.1. Los primeros tiempos.
Con el exilio de cientos de miles de personas, en Francia, en Inglaterra o en América, 
los partidos  y las organizaciones intentaron reorganizarse e incluso constituyeron un 
gobierno republicano en el exilio. 
También los gobiernos autonómicos (Cataluña y País Vasco) se constituyeron de nuevo 
en el exilio. El fusilamiento del presidente Companys en Octubre de 1940 llevó al 
nombramiento de Josep Tarradellas. 
En el interior de España, la oposición se inició en realidad durante la misma guerra 
civil; en las zonas franquistas, sobre todo en Galicia y Asturias, pequeños grupos 
guerrilleros se lanzaron a las montañas tanto para huir de la represión como para 
intentar un fustigamiento del ejército franquista. Al acabar la guerra este movimiento se 
amplió y en la confianza de que al acabar la Segunda Guerra Mundial los aliados 
penetrarán en España, las partidas de “maquis” mantuvieron la resistencia armada. 
El problema más grave era que las direcciones de las diferentes organizaciones estaban 
fuera del país, y al no conocer bien la situación interior, confiaban en que por la vía 
armada sería posible alzar al país contra el fascismo. Cuando en 1944 fracasó una 
invasión guerrillera por el Valle de Arán (organizada por el PC) se evidenció que sería 
muy difícil mantener una guerrilla en España. La población, agotada por los años de la 
guerra, hambrienta y amedrentada por la represión que encarcelaba, torturaba o fusilaba 
por la más leve señal de oposición, tendíó a apartarse de las guerrillas. 10
Dentro del mismo régimen franquista las conspiraciones monárquicas tuvieron una 
cierta importancia. Así, en 1943 algunos procuradores a Cortes reclamaron a Franco la 
v u e l t a   a   l a   m o n a r q u í a .   C o m o   c r e í a n   q u e   e l   t r i u n f o   a l i a d o   p e r m i t i r í a   e l   c a m b i o   d e  
régimen en España, grupos monárquicos fieles a Don Juan (hijo del Alfonso XIII) 
firmaron un pacto con el PSOE, el PNV y otros grupos republicanos (pacto de San Juan 
de Luz), del cual fue excluido el PCE, para la transición a un régimen constitucional. La 
habilidad de Franco para atraerse a Don Juan y hacer que éste optase la sucesión 
monárquica en la persona de su hijo Juan Carlos, eliminó esta oposición, al menos de 
manera activa. 
4.2. La reorganización de la oposición.
Cuando la coyuntura internacional dejó claro que el régimen se consolidaba y que 
España no se integraba en las democracias, se produjo un momento duro para la 
oposición. Los anarquistas (CNT), escindidos y con sus cuadros presos, perseguidos o 
aislados en la guerrilla rural o urbana, se diluyeron poco a poco y perdieron su 
influencia en el movimiento obrero. 
El PSOE y la UGT, con sus direcciones en el extranjero y desconectadas de la realidad 
española, intentaron continuar apostando por pactos con los monárquicos, mientras sus 
organizaciones casi desaparecían de España. 
Sólo el PCE y el PSUC en Cataluña consiguieron reorganizar penosamente sus cuadros 
y hacer notar su presencia en los primeros movimientos populares. La dirección 
continuaba en el exilio y bastante desconcertada de la realidad interior. 
S i n   e m b a r g o ,   p o c o   a   p o c o ,   a   p a r t i r   d e   1 9 5 0   a p a r e c e n   e n   e s c e n a   o t r o s   g r u p o s :  
Movimiento Socialista de Cataluña, los demócratas-cristianos, los grupos nacionalistas 
en Cataluña y el País Vasco. Su actividad fue mínima y los riesgos que corrían eran 
enormes. Lo más importante fue el inicio de un movimiento de masas como la huelga 
de tranvías de Barcelona de 1951, las primeras huelgas en Asturias, las movilizaciones 
universitarias de 1956 o la huelga de Barcelona del mismo año. Aunque es indudable 
que estos movimientos eran débiles y escasos, conformaron la situación que más tarde 
abríó paso a los movimientos de los años 60. 
4.3. El fortalecimiento de la oposición.
La década de los 60 significó la progresiva consolidación del movimiento de oposición 
al franquismo. El crecimiento de la oposición en el interior propició la creación de 
nuevos núcleos de dirección política situados en el interior del país que se van a 
enfrentar muchas veces a los puntos de vista de los viejos dirigentes del exilio que van a 
ir perdiendo progresivamente su hegemonía. 
a) La reconstrucción del movimiento obrero y estudiantil. 
La reactivación económica y la discusión de los primeros convenios colectivos 
significaron un aumento de la conflictividad obrera. Las huelgas obreras se 
multiplicaron y aunque era un derecho no reconocido, dejaron de ser delitos de sedición. 
La posibilidad de elegir enlaces sindicales desbordó la CNS, ya que en muchas fábricas 
los obreros comenzaron a crear sus propios órganos de representación (comisiones 
obreras). En este contexto nacíó la organización Comisiones Obreras. La primera 
comisión obrera surgíó en Asturias en la huelga de 1962, pero su expansión se produce 
entre 1964 y 1966. En las elecciones sindicales de 1966 obtuvo un éxito notable con lo 
que el régimen dio marcha atrás, declaró a Comisiones ilegal y sus miembros fueron 
perseguidos. 
Al lado de las movilizaciones obreras, la década de los 60 se caracterizó por la aparición 
de un potente movimiento estudiantil de carácter democrático. La organización 
estudiantil falangista (SEU) quedó arrinconada por la aparición de los Sindicatos 
Democráticos en 1965. 11
b) El Renacimiento de los nacionalismos.
El nacionalismo catalán comenzó a ser un factor aglutinador de amplios sectores 
sociales, lo que llevó a una actuación unitaria de las diferentes fuerzas políticas 
catalanas: formación de la Tabla Redonda de 1966 y en 1971 de la Asamblea de 
Cataluña.  
En el País Vasco, la Iglesia tuvo un protagonismo básico en la configuración de la 
oposición al franquismo, sobre todo con la progresiva desvinculación de la Iglesia del 
Régimen. En PNV siguió siendo el partido hegemónico, pero por su conservadurismo 
social propició la radicalización de algunos grupos nacionalistas. Así nacíó en 1959 
ETA que comenzó las acciones armadas en 1962, provocando una fuerte represión en 
todo el País Vasco. 
c) Las diferentes fuerzas políticas.
De los grandes partidos de la República, sólo el PC conservó una cierta fuerza y 
organización en el interior. El PSOE fue, hasta bien entrada la década de los sesenta, un 
partido en el exilio que conocíó la desarticulación y la divergencia entre la dirección del 
interior y la del exterior. Los viejos líderes del exilio como Rodolfo Llopis entraron en 
conflicto con los jóvenes militantes del interior: en 1974, en el Congreso de Suresnes se 
superan las dificultades y el partido queda en manos de los militares del interior (Felipe 
González). 
El PC fue, a pesar de sus disensiones internas, como la expulsión de Jorge Semprum y 
Fernando Claudín, el partido que mejor supo mantener su organización clandestina y el 
único con una cierta organización de masas. Esto fue a causa de su línea política de 
penetración en las organizaciones de masas (comisiones obreras, sindicatos 
estudiantiles, asociaciones de vecinos…) y su acercamiento a todas las fuerzas 
antifranquistas, independientemente del lado en que hubiesen hecho la guerra: política 
de “reconciliación nacional”. 
También fue importante la toma de conciencia de algunos sectores católicos que se 
pusieron del lado de la oposición. Así, cabe destacar la formación de organizaciones 
católicas de carácter demócrata-cristiano que se van a mostrar hostiles a la dictadura 
(Uníó Democrática de Catalunya). 
También antiguos colaboradores del régimen (como el monárquico José Mª de Areilza, 
los demócrata-cristianos, como Ruiz Jiménez, o antiguos falangistas como Dionisio  
Ridruejo) se desmarcaron públicamente del franquismo y se manifestaron a favor de un 
gobierno democrático. En Junio de 1962, esta oposición moderada participó, 
conjuntamente con un sector de exiliados (con exclusión de comunistas y anarquistas) 
en una reuníón en Múnich, convocada por el Movimiento Europeo (reuníón llamada por 
el franquismo “contubernio de Múnich”. Lo que en Múnich se debatíó es sobre las 
condiciones políticas que debían darse en España para entrar en el Mercado Común 
Europeo: 
– instituciones democráticas: parlamento elegido democráticamente; gobierno elegido 
por sufragio universal. 
– garantías para ejercer los derechos de persona: libertad individual, derecho a la vida, a 
la expresión. 
– reconocimiento de la personalidad de los pueblos de España: derechos para los 
pueblos que se constituyen en Naciones dentro de España. 
– libertades sindicales, derecho de huelga. 
– legalización de partidos políticos y respeto a la oposición. 
PREGUNTAS CORTAS: 12
– Plan de Estabilización y planes de Desarrollo 
El Plan de Estabilización (1959) era un conjunto a acciones destinadas a corregir las 
deformaciones de la autarquía y a iniciar después una nueva etapa de crecimiento 
económico. Se pretendía pasar en poco tiempo de una economía cerrada, con el 
comercio exterior reglamentado, a una economía abierta con gran parte del comercio 
exterior liberalizado. 
Las principales líneas de actuación del plan fueron las siguientes: nuevas normas de 
carácter fiscal y monetario, progresiva liberalización del comercio exterior, medidas 
para favorecer las inversiones extranjeras y nueva paridad de la peseta (1dólar = 60 
pesetas). 
E l   c a m i n o   a b i e r t o   p o r   e s t e   p l a n   f u e   s e g u i d o   p o r   u n a   p r o f u n d a   t r a n s f o r m a c i ó n   e n   l a  
estructura económica del país que significó la conversión de España en un país 
preferentemente industrial. Esta transformación tuvo lugar de una forma muy acelerada 
(15 años), por lo que se ha hablado de “milagro español”.  
El programa de liberalización iniciado en 1959 se completa con un programa de 
planificación. En 1962 se creó la comisaría del Plan de Desarrollo dirigida por Laureano 
López Rodó. En 1963 se aprobó el primer Plan de Desarrollo Económico y Social, con 
una vigencia de 4 años (1964-1967) seguido de dos más: 1968-71 y 1971-1975. 
Los planes tenían carácter indicativo y centraban su atención en el sector industrial, al 
que se consideraba clave para el crecimiento económico. Planteaban dos acciones 
básicas: 
– las llamadas “acciones estructurales” que pretendían solucionar algunos de los males 
endémicos de la industria española, es decir, bajo volumen de producción y la pequeña 
dimensión de las empresas. 
– las acciones de localización industrial, que tenían como objetivo disminuir los 
desequilibrios económicos entre diferentes regiones. Para ello se crearon los Polos de 
Desarrollo. 
– Contubernio de Múnich 
El contubernio de Múnich, como lo llamó el franquismo, fue una reuníón organizada 
por el Movimiento Europeo, creado en 1948 e impulsado por personas y fuerzas más 
bien conservadoras, filocatólicas, anticomunistas, partidarias de la uníón europea.  En 
Junio de 1962, la oposición moderada del interior participó, conjuntamente con un 
sector de exiliados (con exclusión de comunistas y anarquistas) en una reuníón en 
Múnich, convocada por el Movimiento Europeo (reuníón llamada por el franquismo 
” c o n t u b e r n i o   d e   M u n i c h ” ) .   L o   q u e   e n   M u n i c h   s e   d e b a t i ó   e s   s o b r e   l a s   c o n d i c i o n e s  
políticas que debían darse en España para entrar en el Mercado Común Europeo: 
– instituciones democráticas: parlamento elegido democráticamente; gobierno elegido 
por sufragio universal. 
– garantías para ejercer los derechos de persona: libertad individual, derecho a la vida, a 
la expresión. 
– reconocimiento de la personalidad de los pueblos de España: derechos para los 
pueblos que se constituyen en Naciones dentro de España. 
– libertades sindicales, derecho de huelga. 
– legalización de partidos políticos y respeto a la oposición. 
– El Concilio Vaticano II y el alejamiento de la Iglesia del régimen 
La renovación de la Iglesia Católica en el Concilio Vaticano II propició el alejamiento 
de la Iglesia y el régimen franquista. Las tensiones fueron crecientes entre los que 
habían sido estrechos aliados. Sobre todo los sacerdotes jóvenes entre los que 
proliferaron los curas- obreros preocupados por la situación social de sus feligreses con 
los que compartían el trabajo y entre los que organizaron asociaciones de vecinos y 13
g r u p o s   o b r e r o s   q u e   s e   i n f i l t r a r o n   e n   e l   s i n d i c a t o   v e r t i c a l .   P o r   o t r a   p a r t e ,   e l  
nombramiento del cardenal Vicente Enrique y Tarancón como primado de la Iglesia de 
España inició las críticas, aunque moderadas, de la jerarquía. 
El enfrentamiento con la Iglesia llegó a extremos que hubieran sido inconcebibles unos 
años antes. Ante la amenaza de expulsar de España a Añoveros, obispo de Bilbao que 
había publicado una pastoral en 1974 defendiendo la identidad cultural y lingüística del 
pueblo vasco, el Vaticano contestó con la advertencia de que tal expulsión significaría la 
ruptura del Concordato y la excomunión de quien lo llevara a cabo. 
TEXTO: Convenio defensivo entre Estados Unidos y España 
“Frente al peligro que amenaza al Mundo Occidental, los gobiernos de los Estados 
Unidos y de España, deseosos de contribuir al mantenimiento de la Paz y de la 
Seguridad Internacional […] 
Han acordado lo siguiente: 
Art. 1ª. […] Esta política comprenderá lo siguiente: 
1. Por parte de los Estados Unidos, el apoyo del esfuerzo defensivo español, para los 
fines convenidos, mediante la concesión de asistencia a España en forma de suministro 
d e   m a t e r i a l   d e   g u e r r a …   t a l   a p o y o   e s t a r á   c o n d i c i o n a d o ,   c o m o   e n   e l   c a s o   d e   l a s   d e m á s  
naciones amigas, por las prioridades y limitaciones derivadas de los compromisos 
internacionales de los Estados Unidos y de las exigencias de la situación internacional, 
y supeditado a las concesiones de crédito por el congreso. 
2. Como consecuencia de las premisas anteriores, y a los mismos fines convenidos, el 
Gobierno de España autoriza al Gobierno de los Estados Unidos, con sujeción a los 
términos y condiciones que se acuerden, a desarrollar, mantener y utilizar para fines 
militares, juntamente con el Gobierno de España, aquellas zonas e instalaciones en 
territorio bajo jurisdicción española que se convenga por las Autoridades competentes 
de ambos gobiernos como necesarias para los fines de este Convenio. […] 
Art. 2º. A los fines de este Convenio, y de conformidad con los acuerdos técnicos que 
sean concertados entre las autoridades competentes de ambos gobiernos, se autoriza a 
los Estados Unidos a preparar y mejorar las zonas e instalaciones convenidas para uso 
militar y realizar, en cooperación con el gobierno de España, las construcciones 
necesarias a tal fin, para acuartelar y alojar el personal civil y militar indispensable en 
las mismas y atender a su seguridad, disciplina y bienestar; a almacenar y custodiar 
provisiones, abastecimientos, equipo y material y a mantener las instalaciones y 
servicios necesarios en apoyo de dichas zonas y de su personal. 
Art. 3º. Las zonas que en virtud de este Convenio se preparen para su utilización 
conjunta, quedarán siempre bajo pabellón y mando español […]. Sin embargo, los 
Estados Unidos podrán, en todo caso, ejercer la necesaria vigilancia sobre el personal, 
instalaciones y equipo estadounidenses. 
Hecho en Madrid el día 26 de Septiembre de 1953, en doble ejemplar, en lengua inglesa 
y española, siendo ambos textos fehacientes.” 
ᇎ Preguntas dirigidas: 
– (0´5).- Explica el contexto internacional en el que se produce este tratado 
Tras la Segunda Guerra Mundial se inicia también un periodo de tensión entre EEUU y 
la URSS (aliados en la guerra) que conocemos como guerra fría. El invierno de 1947-48 
se inicia el bloqueo de Berlín y es en este contexto que surge la idea de crear un pacto 
militar antisocialista (OTAN en 1945), a lo que respondieron los países del Este con el 
Pacto de Varsovia (1955). El mundo se dividía en dos bloques y la geopolítica mundial 
giró desde entonces alrededor del nuevo conflicto. En la nueva organización del mundo, 
la España de Franco constituyó más un fiel aliado anticomunista que no un enemigo. 14
– (1).- Relaciona este tratado con la evolución del régimen de Franco 
Fueron los EEUU los que iniciaron su acercamiento a Franco. Con su ayuda y gracias a 
su presión los embajadores extranjeros volvieron a Madrid (1950-51). En 1951 se 
firmaron los primeros pactos que significaban la llegada de créditos y materias primas 
vitales para el régimen franquista. Por fin, en 1953 se firmó el acuerdo bilateral que 
tenemos delante  que permitíó la ayuda norteamericana a cambio de la instalación de 
b a s e s   m i l i t a r e s .   L o s   E E U U   a y u d a r o n   t a m b i é n   a   q u e   E s p a ñ a   f u e s e   a d m i t i d a   e n   l o s  
organismos internacionales (ONU, FMI,…) y pudiese iniciar contactos con otros países 
para la concesión de créditos y para reiniciar el comercio exterior. Europa vivía en los 
años 50 una época de prosperidad y reconstrucción, por lo que necesitaba mano de obra 
abundante y mercados para sus capitales. Se abrieron fronteras a la emigración y se 
inició la llegada de turistas que buscaban precios bajos y sol asegurado. Por último, 
recibíó otro apoyo con la firma, en 1953, del concordato con la Santa Sede, lo que 
significaba el reconocimiento absoluto de la legitimidad del régimen de Franco. Todos 
estos cambios se reflejan en una readecuación política y económica del régimen. 
– (0´5).- Define familias del régimen 
En la dictadura franquista no hubo un partido político, como en las fascistas, que 
impusiera su dominio total, sino que existían distintas familias políticas, ante las cuales 
él ejercía de juez y árbitro supremo, manteniendo cierto equilibrio entre ellas para que 
ninguna se impusiese y así mantener él mismo un poder omnímodo.  Fueron las 
siguientes: falangistas, militares, católicos (dentro de estos tuvieron especial 
protagonismo los miembros del Opus Dei) y monárquicos (tradicionalistas y 
donjuanistas).
GRÁFICO: Mercado negro de trigo 
ᇎPreguntas dirigidas: 
– (1).- Relaciona el gráfico con la política agraria del primer franquismo 
Forzados por la propia Guerra Civil, por el conflicto mundial, y después por el 
aislamiento internacional, la política de estos primeros años (económica) se podía 
definir con los conceptos de autarquía e intervencionismo estatal. 15
La política de autarquía propugnaba la autosuficiencia de un determinado país, 
limitando al máximo su dependencia respecto al exterior. En la formulación de esta 
política influyeron las tendencias proteccionistas anteriores a la guerra, el propio 
proceso bélico, y la propia influencia del fascismo que propugnaba un nacionalismo 
económico que tenía como objetivo la autarquía. 
La política de autarquía se acompañó de un fuerte intervencionismo del Estado: el 
Estado controlaba el mercado interior por medio del racionamiento (hasta 1952), fijaba 
los salarios y controlaba los precios. La destrucción de la guerra, la falta de inversiones 
y la “pertinaz sequía” de esos años provocó una gran escasez de alimentos y hambre.  
Los productores agrícolas estaban obligados a entregar toda la producción a un precio 
regulado por debajo de su valor, con el resultado que refleja la gráfica: más del 25% de 
la producción y el 50% de lo que se comercializaba (gracias a la ayuda de Argentina), se 
escondía y vendía en el mercado negro con elevadas ganancias, especialmente para los 
grandes productores, ya que para ellos era más fácil esconder una parte de la cosecha. 
– (0´5).- Relaciona el cambio de tendencia de la gráfica con la política exterior 
franquista a partir de 1950/51 
Las condiciones internacionales que a partir de 1950 implicaron el final del aislamiento 
(ayuda americana, integración en organismos internacionales…) significó, también en el 
interior, un leve cambio en la política económica. El evidente fracaso del modelo 
autárquico llevó a que desde los inicios de los años cincuenta se produjera un giro en la 
política económica. Se aplicó una liberalización parcial de precios y del comercio y la 
circulación de mercancías. En 1952 se puso fin al racionamiento de alimentos aunque a 
costa de elevados déficit comerciales que llevaban a la economía española al colapso y 
q u e   h i z o   v e r   a l   r é g i m e n   l a   n e c e s i d a d   d e   n u e v o s   c a m b i o s ,   s u p u s o   l a   e n t r a d a   e n   e l  
gobierno de los tecnócratas, que se pondrán en marcha a partir de 1959 un nuevo giro a 
la economía española. 
– (0´5).- Define estraperlo 
El término estraperlo es usado en España para referirse al comercio ilegal de bienes 
s o m e t i d o s   a   a l g ú n   t i p o   d e   i m p u e s t o   o   t a s a   p o r   e l   E s t a d o   y   s e   u s a   c o m o   s i n ó n i m o   d e  
mercado negro. A quien practica el estraperlo se le llama estraperlista. Así, se denominó 
estraperlo, durante la posguerra española, al comercio ilegal (mercado negro) de los 
artículos intervenidos por el Estado o sujetos a racionamiento (decretado por el régimen 
de Franco desde 1936 hasta 1952). 
El origen de este acrónimo está en un escándalo político ocurrido durante la Segunda 
República Española, producido como consecuencia de la introducción de un juego de 
ruleta eléctrica por los holandeses Strauss, Perel y Lowann. La ruleta estaba trucada y 
para introducirla llevaron a cabo sobornos que al descubrirse causaron la caída del 
gobierno de Lerroux