Origen y Desarrollo del Español: Un Recorrido Histórico

Origen y Desarrollo de la Lengua Española

1. Las Lenguas de España

Hablar del origen de la lengua española no es tarea fácil por no disponer de datos, sobre todo en la etapa prerromana. Incluso desconocemos cuál era la verdadera situación en la época romana, en la germánica y en la árabe. En ocasiones, ni siquiera sabemos el origen real del primitivo castellano que con el paso del tiempo se convertiría en español; sólo tenemos la fecha aproximada de los primeros testimonios escritos de nuestra lengua: “las primeras muestras escritas -por lo demás paupérrimas- de los romances hispánicos, se sitúan en el siglo X, con las Glosas Emilianenses y las Silenses.

El español oral, ¿cuándo empezó? Una lengua primero se habla y después se escribe. ¿Cuál era la situación de las hablas romances en cada región de la Península Ibérica antes del siglo X? Sabemos poco, debido a la falta de testimonios escritos, ya que la lengua utilizada en los documentos oficiales era el latín; sólo nos podemos imaginar las diferencias que se irían produciendo en Galicia, León, Asturias, Cantabria, Vascongadas, Aragón, Cataluña, Valencia, Andalucía y todos los territorios del Centro.

Lo único cierto es que ese “latín vasconizado, una lengua que fueron creando gentes eusquéricas vasconizadas”, en la zona de Cantabria y La Rioja, se convertiría en la lengua romance más fuerte. La cercanía con un territorio en la zona oriental del reino asturleonés, denominado Castilla en el siglo IX, y su desarrollo político en alza, hizo que este romance recibiera el nombre de castellano, columna vertebral de la lengua española actual.

2. Del Latín a los Romances

2.1 Lenguas Prerromanas

Nociones Previas
  1. Denominamos lenguas primitivas a todas las lenguas anteriores al latín que los romanos imponen al ocupar la Península Ibérica1.
  2. La mayor parte proceden de la lengua indoeuropea2. Situación aproximada de las lenguas primitivas. Esta sería, más o menos, la distribución de dichas lenguas en la Península Ibérica: (revisa de nuevo el mapa).
  3. Al Norte, desde Cantabria a los Pirineos, se hablan lenguas preeuskéricas, de origen preindoeuropeo (tal vez caucásico), que se conservan frente al latín, aunque reciben un fuerte influjo de la civilización romana.
  4. La toponimia sería el mejor argumento para demostrar la extensión de estas lenguas3.
  5. Al Sur de Andalucía y Portugal se desarrolló hacia el 1100 a. C. la cultura de los tartesios4.
  6. En el Levante, desde Andalucía oriental hasta Valencia, Cataluña y más allá de los Pirineos, se asentaban los iberos5. Todo este grupo ibero estuvo sometido a las siguientes influencias lingüísticas:
  7. En el Centro y el Noroeste de la Península encontramos la presencia lingüística de diferentes pueblos:
    • a. Los ligures6. Pueblo de la costa mediterránea francoitaliana, extendido por el centro de la península.
    • b. Los celtas7 en Cataluña, Aragón, Galicia, el sur de Portugal y las regiones altas del Centro
    • c. Los celtíberos en el Centro y Bajo Aragón, donde se mezcla el habla de los dos pueblos.

1 En el año 218 a. C. los romanos con el desembarco en Ampurias llegan a la península, encuentran diversas lenguas, en algunas zonas de la Península Ibérica, se seguían hablando aún después de finalizar la conquista en el año 19 a. C., en algunas zonas hasta bien entrada la Edad Media

2 La lengua indoeuropea, tronco común de la rama itálica (latín), griega, báltica (letón, lituano), eslava (ruso, búlgaro, polaco, eslovaco, checo, servo-croata), armenia, albanesa, germánica (alemán, inglés, holandés, danés, noruego, sueco, islandés), céltica (irlandés, galés, escocés, bretón), india (hindi, urdu), irania (kurdo, persa, afgano). Otras son preindoeuropeas como las lenguas caucásicas (checheno, georgiano, etrusco, ¿vasco?) o las del tronco camita (egipcio, bereber, cusita, etíope) y semita (fenicio, cartaginés, hebreo, árabe).

3 Así encontramos nombres vascos a lo largo del Pirineo, en lo que, posteriormente, serían dominios del aragonés y del catalán: de erri ‘quemado’, Belsierre (Huesca), Esterri (Lérida); de vasco aran ‘valle’, la tautología Valle de Arán (Lérida). Encontramos muchos topónimos en el Sur de Álava, Noroeste de la Rioja y Este de Burgos: Ochanduri (La Rioja), Ezquerra (Burgos). También se encuentran en Soria (Iruecha), León (Ardón), Alguna de estas palabras vascas son posteriores a la época a que nos referimos, son fruto de las repoblaciones realizadas desde el siglo IX al XI d. C. A su vez el euskera ha recibido muchas influencias, que siempre ha adaptado a su fonética: pake, del latín pax, paz. Durante muchos siglos ha sido lengua oral, sin escritura.

4 Disponía de alfabeto escrito, muy semejante al de los iberos; estuvo muy relacionada con los pueblos del Mediterráneo y Oriente: fenicios, griegos. Desapareció hacia el 500 a. C.

5 Los etruscos, de origen italiano. Su presencia se halla en una serie de topónimos de la zona ibérica que coinciden con otros en territorio italiano, lo que ha llevado a deducir su presencia aquí. Los fenicios fundaron diversas ciudades Gádir (Cádiz) en el siglo X a. C., Málaka (Málaga). Tenían un alfabeto, del que procede el nuestro y la mayor parte de los europeos, que representaba solamente las consonantes; los griegos le añadieron las vocales. Los cartagineses comienzan la colonización a mediados del siglo VII y en el 206 a. C. son expulsados por los romanos. Reafirmaron la cultura fenicia. Fundaron Cartago (Cartagena) y Ebysos (Ibiza) en el 654 a. C. Tal vez el nombre Hispania (“tierra de conejos”) sea cartaginés. Los griegos, a partir del siglo VI a. C., dejaron numerosas muestras de su cultura y de su lengua; denominaron Iberia a nuestra Península. Fundaron Emporion (Ampurias), Lucentum (Alicante), Hemeroscopion (Denia).

6 Pueblo de la costa mediterránea francoitaliana. Su presencia ha quedado fijada en los nombres de ciudades españolas que coinciden con nombres italianos: Toledo, Langa (en Soria, Zaragoza, Cuenca y Ávila), Berganza (Álava) tienen su equivalente en Toleto, Langa y Berguenza en Italia. El sufijo -asco, -osco, -usco es ligur: Viascón (Pontevedra), Biosca (Lérida); y el sufijo -ona que encontramos en el sur de Francia y Norte de Italia: Barcelona, Tarazona. También Badajoz y los derivados de *carau ‘piedra’: Caravia (Asturias), Carabanchel (Madrid).

7 Llegan desde el sur de Alemania en varias oleadas desde el siglo VIII hasta el siglo I a. C. Se instalan en Cataluña, Aragón, Galicia, el sur de Portugal y las regiones altas del Centro (cuenca del Duero) y de Sierra Morena. Su lengua es indoeuropea pero su cultura es inferior a la de los iberos. El espíritu guerrero de los celtas aparece en los nombres de ciudades formados por briga y dunum ‘fortaleza’ o sego, segi ‘victoria’: Conimbriga (Coimbra, Portugal), Mirobriga (Ciudad Rodrigo), Brigantium (Betanzos), Brigaetium (Benavente), Navardún (Zaragoza), Segovia, Segisamo (Sasamón, Burgos). El sufijo -acu es celta: Sayago (Salamanca). La palabra bedus ‘zanja, arroyo’ está en el origen de Bedunia (La Bañeza), Begoña (Vizcaya), Bedoya (Santander). De Clunia viene Coruña. Son también celtas: Alcobendas de Alcovindos ‘corzo blanco’, Coslada de coslo ‘avellana’, Arganda de arganto ‘plata’, en Madrid. Fiobre, Illobre, Tiobre, de la terminación celta -obre, en Galicia.

Conclusión

Ø En la Península Ibérica, antes de la llegada de los romanos, no se hablaba una sola lengua, sino varias; cada pueblo hablaba la suya. Durante un tiempo dichas lenguas convivieron con el latín en una situación de bilingüismo hasta desaparecer lentamente, absorbidas por aquél. Todas ellas han dejado huella en tantas palabras de hoy, cuya etimología no se aclara solamente con el latín.

Ø Este fenómeno de absorción se produjo muy lentamente desde el siglo II a. C. hasta bien entrada la Edad Media y desde el Sur y Levante hasta el Norte y Noroeste. La evolución de las lenguas primitivas no podía ser la misma en una zona fuertemente romanizada como Andalucía y Levante que en el Norte y Noroeste, conquistados y romanizados más tarde.

2.2 La Romanización. La Lengua Latina

Los Romanos en la Península Ibérica

En su lucha contra los cartagineses desembarcan en Ampurias (Gerona) en el año 218 a. C. Comienzan la conquista de la Península Ibérica por el Nordeste y Levante, llegando a Cádiz el 206 a. C, de donde expulsan a los últimos cartagineses. Continúan la ocupación de los territorios del Centro hasta el Norte y el Noroeste.

Romanización y Latinización de Hispania

Una vez terminada la conquista militar, toda Hispania va a recibir la organización administrativa y la cultura a través de la lengua latina. El proceso de romanización, igual que la ocupación, fue desigual; en la Bética y Levante se comenzó ya en el siglo II a. C. Fue un proceso lento a través del cual se iba imponiendo con cierta tolerancia todo aquello que entendemos como civilización romana.

La religión cristiana, que adoptó el latín para la evangelización, fue otra de las causas que contribuyó a la romanización, al llevar esta lengua a los rincones más apartados de la Península.

La Lengua Latina

La lengua latina es una vieja lengua del grupo itálico (s. VII a. C.) que procede del indoeuropeo, al que simplifica. Al latín normativo se le conoce como latín clásico de los textos escritos literarios, enseñado a las clases altas en las escuelas. Pero la inmensa mayoría de los ciudadanos del Imperio, que no iba a las escuelas, hablaba el denominado latín vulgar del que apenas se conservan textos escritos.

Este latín vulgar, no el clásico, sirvió para dar unidad a todo el extenso territorio del Imperio Romano, pero con el paso del tiempo se fragmentó en dialectos, las llamadas lenguas románicas o romances: aragonés, leonés, castellano, gallego, portugués, catalán, provenzal, francés, italiano, sardo, romanche, rumano y dálmata.

El Latín en Hispania

La implantación de la lengua latina en España sigue el mismo curso que la conquista. Todo un conjunto de soldados, administradores, comerciantes y colonos romanos se fue extendiendo como una mancha de aceite desde las costas del Mediterráneo hacia el Norte, invadió poco a poco Hispania hablando latín vulgar. La lengua no fue impuesta, sino aceptada por necesidad; al principio, quedó mezclada con la propia de los indígenas que se convirtieron en bilingües y poco a poco la lengua propia quedó reducida al ámbito privado, hasta desaparecer.

La latinización fue más profunda en las ciudades de Levante, Andalucía y áreas cercanas a éstas que en el Norte. Esto es importante para la historia del español que tiene sus raíces precisamente en esa zona norte de cántabros, astures y vascones, en los confines de lo que luego serían los Reinos de Asturias, León y Castilla por un lado, Navarra y Aragón por otro. Aquí el latín se introduce a partir del siglo primero de nuestra era en un ambiente muy distinto al de las ciudades comerciales y bien comunicadas del Sur y Levante.

2.3 El Latín en la España Visigótica. Influencias Lingüísticas de los Pueblos Germánicos

Las Invasiones Germánicas

Desde los primeros siglos de nuestra era, pueblos procedentes de Asia avanzan hacia Europa provocando el desplazamiento de otros pueblos germánicos a territorios del Imperio Romano. Como resultado de esto, tribus germánicas comienzan la invasión de la Península en el año 409, apenas iniciada la Edad Media. Vándalos, suevos y alanos luchan contra romanos e hispanos, pero serán expulsados o sometidos por otro pueblo germánico, los visigodos, que ocupan Burgos, Palencia, Soria, Guadalajara, Madrid y Toledo. Como habían tenido ya contacto con la romanización fuera de la Península Ibérica, la población hispanorromana no ofreció especial resistencia a la ocupación. Los visigodos crean un reino que abarcará toda la Península; la capital, Toledo, es la primera vez que se sitúa en el centro del territorio hispánico.

La Cultura y la Lengua Germánicas

Los visigodos traen e imponen sus costumbres, sus leyes en la administración, su arte, pero, pasada una primera etapa de bilingüismo, adoptan el bajo latín (el clásico, pero degradado) para sus documentos oficiales y el latín vulgar para la vida social.

Las principales huellas de estas invasiones en la lengua de Hispania son los llamados germanismos:

  • Nombres de lugar que reflejan la situación en la que, al comienzo, los visigodos no se mezclan con los nativos: Godos (Teruel), Revillagodos (Burgos)
  • La vida militar ha dejado muchas palabras: werra < guerra; dard < dardo; wardja < guardia; triggwa < tregua.
  • Vestido: falda < falda; cofea < cofia.
  • Construcción: sal < sala.
  • Música: harpa < arpa.
  • Nombres de personas: Fernando, Álvaro, Elvira, Gonzalo, Alfonso, Adolfo.
  • Toponimia: Burgo o Burgos procede de burg ‘fuerte’, ‘aldea’.
  • Sentimientos: orgoli < orgullo.
  • Adjetivos: de riks ‘poderoso’ < rico; frisk ‘reciente’ < fresco.
Consecuencias para Nuestra Lengua Romance

Las invasiones germánicas acabaron con el Imperio Romano y su cultura, que utilizaba la lengua latina para expandirse. En el exterior, las comunicaciones entre las provincias del Imperio se cortaron, quedando Hispania aislada del resto de lo que había sido el mundo romano. En el interior, aumentó también la incomunicación entre las regiones de la Península, a la vez que el latín vulgar perdía su carácter unificador.

Aparecen variantes regionales no muy acusadas, primitivas, que seguirán en aumento a lo largo de los años, hasta la consumación de los diversos dialectos. El proceso se inicia o se acentúa aquí, al apagarse y descomponerse el reino visigodo a lo largo del siglo VII.

3. Situación Lingüística Durante la Edad Media

3.1 Influencia del Árabe

La Invasión Musulmana

Durante el siglo VII los árabes crearon un imperio que abarcaba desde Asia hasta el Magreb. Les movía la guerra santa, uno de los preceptos de la religión islámica contenidos en el Corán, libro sagrado de una nueva religión creada por Mahoma (570-632). En la Península quedaron zonas, aunque conquistadas, no dominadas: la Cordillera Cantábrica y zonas altas de los Pirineos. Muy pronto (722), desde la Cordillera Cantábrica se inició lo que en historia se llamó Reconquista de territorios hacia el Sur que iba a durar ocho siglos.

La Lengua Árabe

Es la que más palabras, denominadas arabismos, ha aportado a nuestras lenguas romances:

  • Vocablos técnicos árabes de uso internacional: alcohol, alquimia, alambique, elixir, zenit, álgebra, algoritmo, cero, cifra, guarismo.
  • Sustitución de los números latinos (I, V, X, L, C, D, M) por las cifras arábigas (1, 5, 10, 50, 100, 500, 1000).
  • Abundancia de topónimos: Algeciras, La Mancha, Alcalá, Medina, Guadalquivir.
  • Palabras en todas las actividades:
    • Organismos oficiales: alcalde, alguacil.
    • Jardines: azucenas, azahar, adelfas.
    • Prendas: jubón, albornoz, babuchas.
    • Artesanía: tarima, alhaja, taza, jarra.
    • Minerales: azufre, albayalde, alumbre.
    • Albañilería: albañil, alcoba, azotea, tabique.
    • Agricultura: arroz, alfalfa, sandía, alcachofa, alubia, zanahoria, aceituna, azúcar, algodón.
    • Comercio: arancel, aduana, almacén, zoco.
    • Ocio: ajedrez, laúd, tahúr, azar.
    • Interjecciones: ¡ojalá!, ¡ya!…

3.2 Los Romances Hispánicos (Siglos VIII-XIV). Origen y Desarrollo del Castellano

El dominio musulmán no había logrado imponerse en las zonas montañosas de las cordilleras cantábrica y pirenaica, origen de los estados cristianos y de la resistencia que va a dar lugar a la Reconquista. Los centros de donde parte la resistencia son Asturias, León, Navarra, Aragón y Cataluña. El movimiento se inicia y desarrolla en los siglos VIII y IX en la cordillera cantábrica, donde se crea el reino de Asturias, que se siente sucesor de la monarquía visigoda. En el siglo X, para facilitar la reconquista que continúa su avance, los monarcas asturianos crean el reino de León. Durante este siglo, afirma su autonomía y después su independencia, el condado de Castilla. Era un lugar de fácil acceso por los caminos del valle del Ebro para los ejércitos musulmanes. Sus habitantes, repobladores cántabros, vascones y astures, construyen, a partir del siglo VIII, unas fortificaciones defensivas o castillos. De aquí procedería el nombre de Castilla.

Es importante no olvidar que el castellano se propagará en un doble movimiento paralelo en forma de cuña invertida (de norte-sur, pero también hacia las fronteras este y oeste) durante la Reconquista. Apoyado en su predominio militar se expandirá hacia el sur por las tierras de Al-Andalus reconquistadas, pero también se extiende horizontalmente por los reinos cristianos vecinos de León y Aragón castellanizando completamente estos territorios y convirtiendo lenguas históricas en dialectos del español actual.

Durante los siglos XI, XII, y XIII, coincidiendo con el declive político de Al-Ándalus, los reinos cristianos del norte extienden hacia el Sur el terreno conquistado a los musulmanes, quedando reducidos éstos al reino de Granada.

El Castellano Primitivo. Siglos X al XIV: El Origen del Castellano

El norte de la Península Ibérica, sobre todo los territorios que van desde el reino asturleonés hasta el de Navarra, ambos incluidos, recibió tarde y mal tanto la lengua romana como la árabe. La falta de ciudades importantes con presencia romana o musulmana lo confirma.

No sería exagerado hablar de bilingüismo (en ocasiones diglosia), extendido por los primitivos territorios de Castilla para explicar la influencia de sustrato vasco, básico para explicar la evolución del primitivo romance castellano. Este romance primitivo será el que asume la comunidad castellana como signo de identidad.

Las Glosas Emilianenses y Silenses se reconocen como primeros testimonios escritos, son del siglo X. No sabemos nada de su autor, tal vez era un estudiante de latín que aclaraba palabras difíciles del documento latino utilizando la mayor parte de las veces un latín…

Del siglo XI son las jarchas, breves composiciones poéticas de dos, tres o cuatro versos, puestos al final de unos poemas de escritores árabes y hebreos denominados moaxajas y escritos en mozárabe, evolución del latín vulgar, es el más hablado en las relaciones sociales y comerciales de las ciudades árabes por los hispanocristianos.

Siglo XII. Desarrollo del Castellano

El castellano primitivo, es un islote excepcional, cuya aparición en la escritura es lenta. Adoptó las innovaciones que venían del leonés, vasco y navarroaragonés, añadiendo características propias.

Se convirtió en un dialecto original e independiente con modos que no se daban en el resto de los dialectos:

  • convertía la f inicial latina en h aspirada (hijo por fiyo),
  • suprimía la h (ornilla por furnellu), cambiaba -illo por -iello: castillo por castiello.
  • dirá llamar en vez de clamar (aragonés, catalán y mozárabe) o chamar (leonés y gallego-portugués).

En este siglo si no se escribió, al menos sí se creó en castellano, la gran obra épica del Cantar de Mío Cid, por un autor familiarizado con Medinaceli (Soria) y la ciudad de Burgos. La lengua sigue sin fijeza, sin una norma que le dé uniformidad, aunque en principio esté vinculada al habla de Burgos.

Siglos XIII y XIV: El Modelo del Habla Toledana

Gonzalo de Berceo. Vinculado a los Monasterios de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y Silos (Burgos), es el primer poeta de nombre conocido y máximo representante del Mester de Clerecía. Este movimiento busca la expresión culta y sencilla, para que todas las personas lo entiendan. Esto le llevará a usar términos cultos del latín, pero a la vez, para que el pueblo disfrute de la vida de los santos de que trata, se ve obligado a usar el dialecto riojano, influido ya por el castellano.

Alfonso X el Sabio. La gran figura para la historia de la lengua es Alfonso X el Sabio (1252-1284), que prefiere dedicarse más a la cultura que a la guerra. En su corte se crea la prosa castellana y se fija la lengua de acuerdo con el modelo del habla toledana. Esta labor se realizaba en la Escuela de Traductores de Toledo, en la lengua escrita las mejoras serán:

  • Fija la grafía de la palabra hasta el siglo XVI.
  • Alarga la frase y la hace más flexible
  • Usa un nuevo vocabulario en las ciencias y la historia antigua
  • Emplea los latinismos con corrección.
Siglo XIV. Don Juan Manuel y Juan Ruiz

Don Juan Manuel continúa la obra de Alfonso X y cuida no sólo el lenguaje, sino también la corrección y transmisión de sus escritos. En el extremo opuesto, Juan Ruiz utiliza un lenguaje vitalista con modismos y refranes; su Libro de Buen Amor queda en manos del pueblo para lo que éste disponga. La lengua toledana sigue su proceso de regularización ortográfica y morfosintáctica.

4. Siglos de Oro, del XV al XVII. Normalización y Expansión del Castellano

Los reinos de Castilla y Aragón se ven envueltos en una serie de guerras civiles por problemas de sucesión. La situación termina con la unión de Isabel I de Castilla y León y Fernando II de Aragón, llamados Reyes Católicos.

Tres hechos históricos, significativos para la lengua, caracterizan su reinado:

  1. Conquista del último reino árabe de Granada.
  2. El descubrimiento de América.
  3. La expulsión de los judíos.

Todo esto incrementó la expansión del español fuera de nuestras fronteras: parte de los habitantes del reino granadino llevaron el español al norte de África, donde fueron expulsados; en los extensos territorios americanos se inicia la colonización lingüística; unos 170.000 judíos salen de España hacia África y Europa hablando la lengua romance castellana, que pasará a denominarse judeo-español o sefardí. La situación de España cambia: en el interior se logra la unidad política y religiosa de España y se fortalece la autoridad real. En el exterior, se amplían las relaciones internacionales y se ponen las bases del Imperio español. También se crea la Inquisición y se establecen las primeras imprentas en Valencia y Zaragoza.

El castellano, al que ya se le estaba llamando español, se convierte en lengua oficial que el Estado utilizará en la promulgación de leyes, en la Administración y en las relaciones exteriores. Se ve influido por el Humanismo renacentista, movimiento cultural de origen italiano que se extiende por toda Europa y fija el latín como modelo a imitar. Los autores españoles intentan incorporar los recursos sintácticos y literarios de los autores grecolatinos, a veces de manera exagerada. Dentro de esta tendencia se encuentran Juan de Mena (1411-1456) y el Marqués de Santillana (1398-1458). El resultado es que se usará y abusará de usos latinizantes empleados en la lengua literaria escrita en castellano. No todos los escritores cometían tales exageraciones. El poeta Jorge Manrique (1440-1479) representa un descenso en la tendencia latinizante. Paralelamente a esta tendencia culta, la lengua romance continúa su marcha imparable en el habla coloquial y en la literatura. Los poemas épicos y líricos del Romancero recogen esa veta popular del lenguaje, elevada ya a niveles de gran perfección formal. Y una obra de finales de siglo, La Celestina, de Fernando de Rojas, recogerá y fundirá los elementos cultos y populares de las dos tendencias.

En la época de los Reyes Católicos (1474-1517) no decae el gusto por la cultura grecolatina. Llegan humanistas italianos y aumentan las traducciones de obras clásicas facilitadas por la imprenta. En 1492 Elio Antonio de Nebrija, gran humanista español, publica su Gramática Castellana, la primera de las lenguas románicas, a las que servirá de modelo.

En esta época el castellano ha perdido muchos de sus rasgos medievales y, “la unidad lingüística del centro de la Península estaba casi consumada”, siendo el habla toledana “el modelo de buena dicción”, frente al terreno perdido por el leonés y el aragonés. Además, se establece como lengua literaria en Cataluña, Valencia, incluso en Portugal. Llega a Canarias entre 1478 y 1483, y a Hispanoamérica a partir de 1492.

Características del habla toledana:

  • Se generaliza el uso de h aspirada por la f inicial latina: harina por farina. En Castilla la h había dejado de aspirarse: arina.
  • Predominio de la d en lugar de la t final de palabra: voluntad y no voluntat.
  • Cambian algunas formas verbales: amades por amáis, sodes por sois.
  • Vacilación en las vocales: sobir/subir.
  • Distinción de b/v, al revés que en Castilla y Aragón

En el siglo XVI tiene lugar el reajuste del sistema consonántico que configura el sistema fonológico que hoy conocemos y a la vez establece las diferencias de las dos grandes zonas dialectales del español (meridional y septentrional). En el sur el proceso se llevará acabo de forma diferente con rasgos más evolucionados como la neutralización de fonemas /s/ y /z/ origen de seseo o ceceo.

5. Del Siglo XVIII al XX. El Castellano Moderno

En el siglo XVIII concluye la labor de normativización del castellano con la regularización ortográfica, y la elaboración del diccionario y Gramática, hecha por la RAE, que se propuso acabar con las vacilaciones ortográficas de siglos anteriores:

  • Se simplifican algunos grupos consonánticos latinos, como ch, ph y th: teatro, en lugar de theatro, por ejemplo.
  • Otros grupos consonánticos se fijan definitivamente en algunas palabras: concepto, excelente, etc.
  • Se suprimen las grafías x y ss en palabras como dixo.
  • Desaparece la grafía ç y se imponen las grafías za, ce, ci, zo, zu.
  • Se regulariza el uso de y para el sonido consonántico.
  • Se conserva la h muda.
  • Permanecen las coincidencias fonéticas entre b/v, c/z, j/g.

Por otro lado la influencia del pensamiento ilustrado proveniente de Francia y la entronización de un monarca de la casa francesa de Borbón favorecieron la entrada de numerosos galicismos (detalle, favorito, interesante, hotel, pantalón, secreter, batirse, etc.) que la Academia trata de frenar. Esta reacción purista quería evitar exageraciones en la introducción de préstamo y calcos semánticos.

Podemos considerar, para terminar, que las variaciones lingüísticas en el español del XIX y el XX son exclusivamente de tipo léxico por la incorporación de numerosos neologismos a través de diferentes mecanismos: préstamos (especialmente anglicismos) y mecanismos internos de formación (derivación, composición y acronimia). Fónica, morfológica y sintácticamente el español está plenamente asentado desde esa época.