Política y Consecuencias en América
Durante el reinado de Carlos I, se inició la exploración y colonización de América. Destacan la conquista del Imperio azteca de México por Hernán Cortés (1519-1521) y del Imperio inca de Perú por Pizarro (1531-1533).
Consecuencias en América
- Descenso demográfico: Debido a enfermedades y conflictos, la población indígena sufrió un fuerte descenso. Se importaron esclavos negros.
- Imposición cultural: La cultura europea se impuso, y un proceso evangelizador acabó con las formas de vida y creencias tradicionales de los indígenas.
- Denuncias: Varios denunciaron prácticas como el requerimiento y la encomienda.
Consecuencias en Europa
- Relaciones comerciales: Se establecieron intensas relaciones comerciales.
- Aumento de la demanda y precios: Los metales exportados de América crearon un aumento de la demanda, y así los precios (Revolución de los precios).
- Crecimiento económico: Se inició una fase de fuerte crecimiento económico en toda Europa.
- Declive español: España desaprovechó su posición privilegiada y empezó a quedar relegada como potencia económica.
Motivos del declive español:
- Gastos de guerra: Los gastos de las guerras provocaron la ruina de la Hacienda Real, el endeudamiento de la Corona y el aumento de la presión fiscal.
- Gremios arcaicos: El carácter arcaico de los gremios no supo adaptarse a la competencia.
- Mentalidad antiburguesa: La mentalidad antiburguesa de la población española rechazaba el comercio.
- Superioridad industrial: La superioridad industrial de otros países permitió producir más y a menor precio.
Análisis de las Causas de la Guerra de los Treinta Años
El Conde-Duque de Olivares implementó su nueva política durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Este conflicto, inicialmente religioso, se convirtió en una lucha por la hegemonía europea, hasta entonces en manos de los Habsburgo. Se enfrentaron dos visiones de Europa.
Los Habsburgo de España y Alemania representaban una visión tradicional: imponer la reforma católica y la idea imperial (Europa unida bajo un emperador). Frente a esto, los países protestantes del Norte y la católica Francia buscaban un nuevo orden basado en el individualismo, racionalismo y nacionalismo.
Los inicios de la guerra favorecieron a las tropas católicas hispano-austriacas, pero Francia se alió con los protestantes y derrotó a las tropas españolas en la batalla de las Dunas y en Rocroi. La Paz de Westfalia (1648) tuvo dos consecuencias para España:
- Reconocimiento de la independencia de las Provincias Unidas (Holanda).
- Pérdida de la hegemonía en Europa y ascenso de Francia.
España continuó la guerra contra Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659), que confirmó el declive de la monarquía hispánica, la cesión del Rosellón y la Cerdaña a Francia, y el libre paso de mercancías francesas.
La Ilustración y el Despotismo Ilustrado
La Ilustración fue una corriente de pensamiento que usaba la razón para comprender la realidad. Sus ideas provenían de Locke, Montesquieu, Voltaire y Rousseau, entre otros. Sus características incluyen:
- Confianza en la razón
- Autonomía del poder político
- Fe en el progreso
- Tolerancia religiosa
- Interés por las actividades productivas
- Valoración de la educación
El despotismo ilustrado intentó conciliar el absolutismo monárquico con el espíritu reformador de la Ilustración. Se basaba en:
- Reafirmación del poder absoluto de la Monarquía.
- El ideal del “rey filósofo”, que impulsaba reformas racionales.
- El pueblo como objeto, no sujeto, de la historia: «Todo para el pueblo pero sin el pueblo».
Rebeliones de Cataluña y Portugal (1640)
La década de 1640 fue de crisis para la Monarquía Hispánica, con la Guerra de los Treinta Años y conflictos con las Provincias Unidas, además de rebeliones en Cataluña, Portugal, Andalucía y Nápoles. Las dos primeras son clave.
En Cataluña, los intentos de la Corona por aprobar la Unión de Armas fracasaron. El problema fiscal se agravó por la guerra con Francia. Olivares exigió pagar la manutención de las tropas.
En junio de 1640, el Corpus de Sangre asesinó al virrey Santa Coloma. Los sublevados buscaron apoyo de Francia. La prolongación del conflicto y la presencia francesa llevaron a la rendición de Barcelona en 1652 y a la aceptación de la soberanía de Felipe IV.
En Portugal, también en 1640, se produjo una rebelión contra la Unión de Armas. Se sumaban las dificultades de Felipe IV para proteger el Imperio luso de ultramar (Brasil) de los ataques holandeses. La nobleza y la burguesía promovieron la rebelión liderada por el duque de Braganza, quien se proclamó rey. Los intentos de Felipe IV por recuperar Portugal fracasaron, y su independencia se consolidó.
Crisis Económica y Demográfica en el Siglo XVII
Durante el siglo XVII, los territorios de la Monarquía Hispánica experimentaron una profunda crisis económica y demográfica que contribuyó a la decadencia política. Se abordarán ambos procesos, destacando sus factores y manifestaciones.
Desde finales del siglo XVI y durante todo el XVII, hubo una crisis demográfica en los reinos peninsulares. Esto condujo a un estancamiento del crecimiento de la población, que incluso disminuyó. La Monarquía Hispánica perdió casi un millón de habitantes.
Causas de la crisis demográfica:
- Epidemias
- Malas cosechas y hambrunas
- Expulsiones de los moriscos (1609 y 1614)
En el ámbito económico, el siglo XVII peninsular siguió la tendencia europea, con una profunda crisis que afectó a la Hacienda Real, la producción artesanal y el comercio. Esto generó inestabilidad política.
Manifestaciones de la recesión:
- Crisis de las actividades textiles
- Disminución de metales preciosos de América
- Crisis de la Hacienda Real
La consecuencia fundamental fue el empobrecimiento del pueblo llano y el aumento de los marginados sociales.
Los Decretos de Nueva Planta
Tras la Guerra de Sucesión, Felipe V buscó reducir la complejidad legal e institucional de sus reinos, utilizando Castilla como modelo. Los Decretos de Nueva Planta fueron el principal instrumento para la reforma administrativa. Se aplicaron en Aragón y Valencia (1707), Mallorca (1715) y Cataluña (1716).
Con “Nueva Planta de Gobierno” se reformó el gobierno y la administración de los territorios de la Corona de Aragón, sustituyendo el pactismo de los Austrias por el absolutismo borbónico y asimilando al modelo castellano.
En los territorios de la Corona de Aragón se eliminaron los Consejos, se introdujeron las leyes de Castilla, sus tribunales, Chancillerías y Audiencias. La autoridad pasó a ser desempeñada por capitanes generales e intendentes. Se suprimieron las fronteras entre reinos. El castellano se convirtió en la lengua oficial y se unificó el sistema de impuestos en los “catastros”.