LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA
1.-RASGOSGENERALESDE LA PREHISTORIA. ATAPUERCA.
1.-INTRODUCCIÓN. La Prehistoria es el período más antiguo de la Historia, su datación es imprecisa y varía de unos lugares a otros. En sentido estricto se inicia con la llegada de los primeros grupos humanos y finaliza con la aparición de la escritura.
Uno de los grandes temas de investigación y de debate es el proceso de hominización: la secuencia cronológica evolutiva que culminó con la aparición de la especie Homo. Para tratar de conocer este proceso, los prehistoriadores y arqueólogos estudian la evolución de los restos fósiles humanos y los instrumentos y restos que aparecen a ellos asociados en los yacimientos arqueológicos. Hay acuerdo general en que la hominización se inicia en África. Los Australopitecus, los ejemplares más antiguos datados en torno a hace 5-6 millones de años, evolucionaron hacia el Homo Habilis hacia 2.400.000 años. El Homo Habilis es la primera especie humana. En la Península Ibérica tenemos restos de todas las especies de Homo que habitaron Europa: 4 de ellas se encuentran en el yacimiento de Atapuerca.
HOMO “DESCONOCIDO”. En 2007 se encontraron en la Sima del Elefante (Sierra de Atapuerca), los restos humanos más antiguos. (1,2, millones de años). Se trata de una mandíbula con ocho dientes de un adulto joven (20 años). Aunque en principio se atribuyeron al Homo Antecessor, hoy en día se descarta esta posibilidad.
HOMO ANTECESSOR. En el mismo yacimiento, en la Gran Dolina se han encontrado 86 restos fósiles de esta especie, el “explorador”, datados en unos 800.000 años. Probablemente, estos seres humanos llegaron a la Península procedentes de África. Su desplazamiento puedo deberse al seguimiento de las manadas de animales de las que dependía su alimentación.
HOMO HEIDELBERGENSIS. En la Sima de los Huesos, en la Sierra de Atapuerca, se han hallado también abundantes fósiles humanos (13.000 restos de esqueletos) que se consideran pertenecientes al denominado Homo Heidelbergensis, con una antigüedad de unos 300.000 años. Esta especie sirvió probablemente de transición entre el Homo Antecessor y el Homo Neandertalensis.
HOMO NEANDERTALENSIS Y HOMO SAPIENS. Las dos últimas especies del género Homo que aparecieron en el territorio peninsular fueron el Homo Neandertalensis, con una antigüedad de unos 95000 años y el Homo Sapiens hace unos 35000 años. El primero, desciende del Homo Heidelbergensis. Convivió con el Homo Sapiens durante un periodo de tiempo hasta que desapareció.
El Homo Sapiens llegó a Europa procedente de una especie denominada Homo Rodhesiensis, hallada en África. Este último ya era un ser humano con rasgos físicos semejantes a los actuales y era capaz de crear instrumentos de cierta complejidad y de expresar sus creencias mediante rituales funerarios y pinturas en los abrigos de piedra o en el interior de las cavernas.
2.-ETAPASDE LA PREHISTORIA.
1.- EL PALEOLÍTICO. (2, 4 millones- 10.000 a C)
Constituye la primera y más larga etapa de la Prehistoria. Sus grupos humanos, integrados por pocos miembros, practicaban el nomadismo y vivían de la recolección de frutos silvestres, de la caza y la pesca. Su economía, por tanto, era depredadora. Los cazadores actuaban en pequeños grupos, acechando el paso de la manada hasta lograr empujar a los animales a sus trampas, donde eran abatidas con lanzas y despedazadas en el mismo lugar de la captura, abandonando, junto con la carne no consumida, los útiles de sílex empleados: bifaces, percutores, raspadores y lascas.
Podemos determinar tres periodos: Paleolítico Inferior, Medio y Superior, concluyendo con una etapa de transición denominada Mesolítico.
a) Paleolítico Inferior (1,3 millones-100.000 a.C) Durante este tiempo habitaban en la Península el Homo Antecessor y el Homo Heidelbergensis. En este periodo se inició la tecnología de las piedras talladas, con la que se fabricaron utensilios de diferentes tipos: choppers, que se obtenían haciendo saltar dos o tres lascas de un guijarro percutido por una cara y bifaces, hachas de mano talladas por las dos caras. En el yacimiento de El Aculadero (Cádiz) se han encontrado choppers con una antigüedad de 700.000 años.
b) Paleolítico Medio. (100.000-35.000 a.C) Etapa asociada al Homo Neandertal y al Homo Sapiens. Se han encontrado restos de ambas especies en el norte y el este de la Península. Vivían al aire libre, pero se refugiaban en cuevas y abrigos. Una de las características más notables fue la diversificación de los utensilios de piedra: lascas, puntas de flecha, cuchillos, raspadores o buriles. Un rasgo destacado, por parte del Homo Neandertal fue el uso del fuego, que permitió la iluminación, el calor, la cocción de alimentos y la protección contra los animales. En este periodo se empezó a tener conciencia de la propia muerte, como lo prueba la aparición de enterramientos de cadáveres, rodeado de rituales.
c) PaleolíticoSuperior (35.000- 10.000 a.C) Después de un breve periodo de convivencia entre ambas especies, el Homo Neandertal se extinguió y se impuso el Homo Sapiens, cuyos restos se han hallado en la Cueva del Castillo (Cantabria), en la Cueva del Parpalló (Valencia) y en la Cueva de Tito Bustillo (Asturias) Desde el punto de vista técnico destaca la diversificación de utensilios, el menor tamaño de éstos (lascas, puntas de flecha, puntas cóncavas), así como la utilización de hueso y asta para la fabricación de azagayas, agujas o arpones. En cuanto al ritual funerario, un ejemplo es el hallazgo de la Cueva Morín (Cantabria), donde se encontró un cadáver con la cabeza y los pies cortados, enterrado con un pequeño ciervo como ofrenda.
Lo más destacado de esta etapa son las pinturas que aparecen en las paredes de cuevas y abrigos de la zona cantábrica (Altamira, Tito Bustillo y Castillo). Este tipo de pinturas conforman la llamada Escuela Cantábrica y su principal ejemplo es la Cueva de Altamira. Representan animales de un modo naturalista, aprovechando las oquedades de la roca para dar sensación de volumen, con una policromía en la que abunda el rojo y el negro. Los conjuntos no conforman escenas, sino que se trata de figuras aisladas e independientes entre sí. Su finalidad parece ser mágico- religiosa, como un medio propiciatorio de atracción de la caza.
2.- MESOLÍTICO. También denominado Epipaleolítico, es una etapa de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, aproximadamente desde el 10.000 hasta el 5.000 a.C. El fin de la glaciación llevó consigo la sustitución de los grandes animales por fauna menor, como cabras, conejos y pájaros, que condicionó el utillaje de sílex de menor tamaño (microlitos). Asimismo, la necesidad de adaptación a las nuevas condiciones de vida hizo que la caza y la recolección, aunque continuaron siendo las actividades principales, se empezaran a combinar con otras tareas productivas, lo que repercutió en una primitiva sedentarización.
De este periodo son los llamados concheros, campamentos o poblados donde se han encontrado gran cantidad de conchas de moluscos y abundantes útiles de sílex microlíticos
Lo más importante de este periodo es la manifestación artística característica de la zona levantina (desde Lleida hasta Albacete), denominada arte rupestre levantino español. Representan escenas de caza y de celebraciones mágicas o religiosas, así como escenas de la vida cotidiana, en las que aparecen hombres y mujeres, con formas muy estilizadas. Eran monocromas con un dibujo muy esquemático. Algunos ejemplos son Valltorta (Castellón) y Dosaigües (Valencia).
3.- NEOLÍTICO. El término Neolítico se acuñó en el siglo XIX, aludiendo a la piedra pulimentada, por oposición a la piedra tallada del Paleolítico. Sin embargo, su importancia va más allá. Se trata de un auténtico salto cualitativo que provocó una transformación radical en la vida del hombre, al descubrir la agricultura y la ganadería, que pasaron a ser actividades predominantes. El hombre comenzó a sembrar, a cultivar, y también logró domesticar ciertas especies de animales.
Para Gordon Childe, se trató de la primera revolución, porque transformó la economía humana al dar al hombre el control sobre su abastecimiento de alimentos. En la Península Ibérica este cambio se produjo hacia el 5500 a.C., extendiéndose, aproximadamente, hasta el 3000.a.C. Podemos decir, por tanto, que el Neolítico se caracteriza por la implantación de nuevas relaciones productivas entre el hombre y el medio natural, modificando con su intervención el juego de la selección natural de especies animales y vegetales. Ello llevó consigo una serie de transformaciones:
1.- Económicas y sociales. A) Aumento de población. El territorio debió ser más reducido, por lo que se vieron obligados a asentarse de forma estable. La sedentarización pudo provocar que la población siguiera creciendo.
B) Organización social. Este crecimiento demandó la necesidad de una organización social, en la que alguien controlara lo almacenado y lo distribuyera entre la población. Asimismo, se marcaron los mecanismos para controlar conflictos, como la actividad ritual y la aparición de jerarquías. En estos momentos surgió la división social del trabajo y la diferenciación de individuos en función de su riqueza o papel social. C) Diferencias económicas. La acumulación de riquezas en manos de un grupo social abrió el camino a la propiedad privada. La clave está en el almacenamiento, que transformó el modo de vida de la gente, generando diferencias sociales.
2.- Tecnológicas. A) Uso del pulimento en la piedra y especialización de los útiles relacionados con la agricultura. B) Esta nueva forma de vida posibilitó la invención de la cerámica, el molino de grano, y los tejidos. C) Se pusieron las bases de los sistemas de irrigación y drenaje.
3.- Culturales, religiosas y artísticas. A) Se desarrollaron cultos telúricos y de las fuerzas de la naturaleza. B) EL culto a los muertos se tradujo en complejas formas de enterramiento relacionadas con la arquitectura megalítica. C) La gran novedad fue el nacimiento de la arquitectura. EL hombre por primera vez construye viviendas, monumentos funerarios y santuarios.
En la Península Ibérica se desarrollaron dos tipos de cultura:
1.- El grupo de la cerámica cardial. Es el primer grupo neolítico identificado en la Península Ibérica, aproximadamente alrededor del IV milenio a .C en el litoral mediterráneo peninsular. Cova de L´Or (Alicante ) y la Cova de la Sarsa.
2.- La cultura de los sepulcros de fosa. Pertenece al III milenio. Únicamente identificada en Cataluña. Los enterramientos consisten en fosas, en las que el cadáver
aparece en posición encogida y rodeado de ofrendas. Ajuar compuesto de cerámica lisa, utensilios de sílex y objetos de adorno como collares de conchas.
4.- LOS INICIOS DE LA METALURGIA PENINSULAR. III milenio-700 a C
Aunque los metales se conocían en Próximo Oriente, no fue hasta el III milenio cuando se produjo la entrada de técnicas metalúrgicas a la Península. El comercio puso en contacto los pueblos prospectores con comunidades neolíticas de la Península más primitivas pero ricas en minerales.
La aparición de la metalurgia tuvo una importancia capital, tanto desde el punto de vista de técnico como en su impacto en la estructura social, económica y política. Desde el punto de vista social, la primera consecuencia es la estratificación de las sociedades y la preponderancia de unos grupos sobre otros.
Además, la búsqueda de zonas con yacimientos metalíferos estructuró unas sociedades muy duras, belicosas, que se instalaron en poblados amurallados en zonas elevadas.
Toda esta serie de fenómenos produjo una diversificación de áreas de cultura. EL territorio peninsular se presenta dividido en una serie de grupos con personalidades diferentes.
La división tradicional de este periodo es Bronce Antiguo, Bronce Medio y Bronce Final.
1.- Bronce Antiguo (2700- 1800 a.C). Llamado también Calcolítico. Destacan tres culturas:megalitismo peninsular, los Millares y el Vaso
Campaniforme.
A) Culturas vinculadas a las construcciones megalíticas, grandes monumentos funerarios y simbólicos. Son enterramientos colectivos que pueden adoptar la forma de dolmen (varias piedras verticales y una horizontal), sepulcro de galería en forma alargada y tumba de corredor (dromos) con pasillo y cámaras diferenciados. Un ejemplo representativo es la Cueva de Menga (Málaga).
B) La cultura de los Millares. Debe su nombre a un poblado almeriense caracterizado por su imponente recinto amurallado en un cerro. Presenta casas de construcción oval o circular con techumbre de ramaje, silos para guardar el grano, hornos y una importante necrópolis con tumbas de cámara circular tipo Tholos (cubierta de falsa bóveda, por aproximación de hiladas).
C) La cultura del Vaso Campaniforme. Cultura extendida por Europa cuyo nombre se debe al ajuar funerario formado por cerámica, en forma de campana invertida junto a joyas de oro y puñales de lengüeta. La mayor parte de los enterramientos son individuales en fosa. El ejemplo más claro lo encontramos en Ciempozuelos.
2.- BronceMedio. (IImilenio). En el segundo milenio destaca La Cultura Argárica, localizada en el Sureste de España, entre Almería y Huelva. Se trata de poblados elevados cuyos habitantes utilizaron el bronce para elaborar armas, y adornos como collares. El enterramiento es individual, en cistas, hoyos o urnas.
3.- Bronce Final. (1200- mediados I milenio).El período comprendido entre 1200 y mediados del I milenio a.C es un período de gran dinamismo cultural en el que los pueblos peninsulares aumentaron sus contactos entre sí viéndose sometidos a la influencia de las migraciones indoeuropeas y de los colonizadores fenicios y griegos. Se pueden distinguir diferentes áreas geoculturales:
a)En el noreste peninsular se desarrolló desde finales del II milenio a.C. la cultura de los Campos de Urnas, protagonizada por indoeuropeos. Incineraban a los muertos y depositaban sus cenizas en urnas. Desde el siglo VIII a.C. se produjo una nueva oleada migratoria, los celtas, asociada ya a la difusión de la metalurgia del hierro que vino acompañada de una creciente diferenciación social.
b)Cultura talayótica. En Baleares aparecieron monumentos megalíticos como las navetas (construcción en forma de nave invertida), taulas (forma de T) y talayots (torres cilíndricas con fines defensivos).
2.-LOSPUEBLOS PRERROMANOS. LASCOLONIZACIONESHISTÓRICAS DE FENICIOS, GRIEGOS Y CARTAGINENSES.
La primera mitad del primer milenio es un periodo fundamental en la historia de España. Culturas que no habían alcanzado el estadio de civilización urbana entraron en contacto con pueblos más desarrollados. En esta etapa surgió la civilización tartésica, penetraron pueblos indoeuropeos como los celtas y se produjo la colonización de griegos y fenicios en contacto con tartesios e ibéricos.
1.- PUEBLOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA.
A) TARTESSOS.
El reino de Tartessos es el primer estado de la Península Ibérica de cuya existencia se tiene noticia. Entre finales del II milenio y mediados del I milenio a.C.) se desarrolló esta floreciente cultura.
Aunque las fuentes sobre Tartessos se mueven entre el mito y la realidad, podemos afirmar su relación con la riqueza y la obtención de metales, especialmente estaño y plata en la zona que se extiende desde Huelva hasta Cartagena. Los factores de este desarrollo fueron, principalmente: la existencia de un importante sustrato cultural
anterior, el gran potencial económico de la región, una gran concentración humana, la estrecha relación con las culturas vecinas y, como factor decisivo, el contacto con los pueblos colonizadores, en particular con los fenicios.
Tartessos gozó de una gran fama en el mundo antiguo por sus riquezas agrícolas, ganaderas y sobre todo minerales. La metalurgia tartésica fue muy variada y la orfebrería tuvo un gran desarrollo, como lo atestigua el tesoro del Carambolo (Sevilla, 600–550 a.C.). Asimismo, llevaron a cabo un activo comercio con los fenicios.
Su organización política se basó en una monarquía y socialmente presentaba una creciente especialización de funciones y una gran diferencia entre la élite dominante y el pueblo.
Hacia mediados del I milenio a.C. la cultura tartésica desapareció. Como causas se consideran, en primer lugar, la crisis fenicia a lo largo del siglo VI a.C. y, en segundo lugar, la expansión hacia el sur de la cultura celtibérica.
B) IBEROS.
La cultura ibérica surgió como resultado de la influencia de los pueblos colonizadores, fundamentalmente los griegos sobre el sustrato indígena y quedó plenamente establecida en torno al siglo V a.C., abarcando una amplia zona geográfica desde los Pirineos hasta la Andalucía occidental.
Su economía se basó en la agricultura, ganadería y la minería, así como la industria textil y el comercio, tanto con otros grupos iberos como con los pueblos colonizadores, que presentó una importante novedad, la introducción de la moneda como unidad de cambio. La sociedad estaba muy jerarquizada.En cuanto al urbanismo ibérico, las ciudades, amuralladas, se encontraban en lugares elevados y estaban formadas por casas adosadas formando calles paralelas. En relación al mundo de las creencias, hay abundantes santuarios en emplazamientos naturales asociados al agua donde se depositaban gran cantidad de exvotos de bronce, como el santuario del Cerro de los Santos. Los enterramientos dominantes eran por incineración en una urna. Existen diversos tipos de tumbas: como las tumbas de cámara, en una de las cuales se halló la famosa Dama de Baza.
Entre las manifestaciones culturales hay que destacar la importancia que alcanzó la escritura y arte, destacando la Dama deElche, la Dama de Baza, la Dama oferente del Cerro de los Santos y la Bicha de Balazote.
C) CELTAS.
Aunque hacia el año 800 a.C entraron en la Península los primeros “invasores” celtas, procedentes de las cuencas del Rin y el Ródano, no fue hasta el siglo VI, cuando llegaron las oleadas más importantes. Eran portadores de la cultura del hierro, lo que les daba gran superioridad de armamento sobre los indígenas ibéricos. Por eso, aunque su número era relativamente reducido, impusieron su dominación fácilmente. Fueron pueblos predominantemente ganaderos que practicaron el nomadismo. Sus poblados se asentaban en colinas y estaban protegidos por una doble muralla defensiva. Socialmente eran más arcaicos, manteniendo estructuras de tipo tribal y clanes.
2.- LAS COLONIZACIONES HISTÓRICAS.
Atraídos por la riqueza minera de la Península, fenicios, griegos y cartagineses iniciaron el comercio con los pueblos indígenas, a través de factorías o núcleos urbanos estables, llamados colonias. El gran papel de estos pueblos fue extender los límites de la civilización a nuestra parte del mundo, que había quedado al margen dela revolución urbana que en Próximo Oriente había dado lugar a las primeras formas culturales avanzadas.
Este fenómeno colonizador, iniciado a partir del año 1000 a C tuvo importantes consecuencias; los pueblos peninsulares se convirtieron en consumidores de otros productos nuevos y de lujos traídos de Oriente y los pueblos colonizadores aportaron el uso del alfabeto, moneda o técnicas como el torno de alfarero.
A) FENICIOS.
Iniciaron sus viajes por el mar Mediterráneo en torno al año 1000 a C, llegando a la península hacia el siglo IX. Fundaron colonias como Gadir, Malaca, Sexi y Abdera. La mayor parte de ellas eran pequeñas factorías situadas en colinas cercanas a la costa, que tenían como actividad destacada el comercio de cobre, estaño, plomo y plata con los pueblos peninsulares. Sus principales contribuciones a las culturas indígenas fueron la creación de factorías para salar el pescado y nuevas técnicas como el horno de alfarero o el alfabeto
Rivalizaron con los griegos por el control del comercio de los metales. Cuando Tiro fue ocupada por los asirios (sigloVII), los enclaves fenicios de la Península pasaron a depender de la ciudad fenicia de Cartago (Túnez). En la Península encontramos vestigios fenicios como los sarcófagos antropoides de Almuñécar.
B) GRIEGOS.
Los griegos llegaron a la península hacia el 600 a C desde Massalia (Marsella). Fundaron Rodas, Emporion y Hemeroskopeion. Ejercieron gran influencias sobre las poblaciones indígenas, como lo demuestra la cantidad de objetos griegos encontrados en tumbas, así como la simbiosis con los iberos (Dama de Elche). La importancia comercial de ciudades como Emporion se pone de manifiesto con la acuñación de una moneda propia.
C) CARTAGINESES.
En el 600 a.C., las ciudades fenicias de Líbano fueron conquistadas por los persas y las colonias peninsulares pasaron a depender de una colonia fenicia del norte de África (actual Túnez), llamada Cartago. Los cartagineses siguieron totalmente las estructuras fenicias, siendo más militaristas e imperialistas. Dominaron militarmente el sur y este peninsular tras la I Guerra Púnica (264 – 241 a.C.); permanecerán hasta su enfrentamiento con los romanos (s. III a.C.). Asdrúbal Barca fundó Cartago Nova (Cartagena).
3.- CONQUISTA Y ROMANIZACIÓN. LA PERVIVENCIA DEL LEGADO CULTURAL ROMANO.
La conquista y romanización de la Península Ibérica y del archipiélago balear fue un proceso histórico trascendental en el que Roma impuso su modelo político, económico, social y cultural a la Península. Tras ello, los pueblos hispanos tuvieron la conciencia de pertenecer a una misma cultura, a una misma civilización.
1.- LA CONQUISTA ROMANA
Antes de la conquista debemos remontarnos a los antecedentes. La política exterior de Roma en el siglo III a C se había orientado a la expansión por el Mediterráneo occidental. Ello le llevó al enfrentamiento con Cartago en la Primera Guerra Púnica (241 a C), en la que Roma ocupó las posesiones cartaginesas de Sicilia, Cerdeña y Córcega. Para compensar estas pérdidas, Cartago, bajo la dirección de la familia de los Barca, extendió su conquista ocupando Gadir y fundando Cartago Nova. Esto despertó en los romanos la ambición de continuar la expansión territorial y conquistar la Península Ibérica, por lo que aprovecharon un ataque de Aníbal a Sagunto (ciudad aliada de Roma) para declararles de nuevo la guerra. Se inició así la Segunda Guerra Púnica y con ella, la ocupación romana de la Península.
La conquista fue un proceso discontinuo de 200 años, en el que se alternaron grandes etapas de avances con otros periodos de estabilización. Se pueden señalar tres etapas:
1.- Primera etapa: 218 a C – 170 a.C. Se llevó a cabo la ocupación del litoral y los valles del Ebro yGuadalquivir. Su finalidad era privar a Aníbal de sus bases en Hispania.
2.- Segunda etapa: siglo II a C: En esta etapa se conquistó la Meseta y las Baleares. Durante este periodo tuvieron lugar las guerras celtíbero-lusitanas. Los pueblos del centro y el oeste, con una organización política y social arcaica, veían con hostilidad el modelo de civilización representado por los romanos. Fueron unas guerras durísimas que ofrecieron símbolos como el jefe lusitano Viriato y la resistencia de la población celtíbera de Numancia, enmarcada en las guerras celtibéricas (154-133 a C.). Más tarde, los romanos ocuparon las islas Baleares. Para Roma este esfuerzo merecía la pena, puesto que la conquista de estos pueblos facilitaba el acceso a los recursos metalíferos del noroeste peninsular.
3.- Tercera etapa: 29-19 a C: Después de un largo periodo de estabilización, culminó la conquista con la anexión de los territorios cántabro-astures. El emperador Augusto llevó a cabo duras campañas contra estos pueblos, seguida de represión y destrucción de gran parte de los poblados fortificados. Para reprimir las rebeliones, los romanos dejaron legiones permanentes instaladas en campamentos, que constituyeron núcleos urbanos estables, como Legio VII Gemina (León).
2.- LA ROMANIZACIÓN.
Por romanización se entiende la asimilación de la cultura y las formas de vida romanas, la organización política, jurídica y social por parte de los pueblos conquistados. No todos los territorios asimilaron del mismo modo las influencias romanas. El área ibérica fue más proclive, mientras que en el norte, la vida urbana era casi inexistente y los romanos no consiguieron desarrollarla. Los instrumentos utilizados para imponer su poder fueron:
– La extensión de la vida urbana, a través de la creación de nuevas ciudades y consolidación de las existentes.
– El papel del ejército, como elemento romanizador y de control.
– La fundación de colonias, asentando a la población romana.
– La concesión de la ciudadanía romana a los indígenas.
A) HISPANIA DURANTE EL ALTO IMPERIO (SIGLOS I al III).
A) Administración territorial.Para administrar los territorios conquistados se dividió Hispania en distintas provincias, aunque su número fue variando con el tiempo. La primera división establ eció dos provincias: Citerior (al norte) y Ulterior (al sur). Cuando casi toda la península estaba conquistada, la reforma administrativa de Augusto estableció tres provincias: Tarraconensis, con capital en Tarraco (Tarragona), Lusitania, con capital en Emérita Augusta (Mérida) y la Bética, con capital en Córduba
Cada provincia, asimismo, estaba dividida en conventus jurídicos, distritos provinciales para la administración de justicia. La célula básica de administración territorial romana eran las civitates (ciudades), formadas por un amplio territorio rural, regido por un núcleo urbano, que actuaba como centro político, económico y religioso. La autonomía de la ciudad dependía del grado de integración y aceptación de la dominación romana.
Para controlar todo el territorio, los romanos trazaron una red de comunicaciones bien estructurada, que abarcaba toda la Península y enlazaba ciudades del interior con la costa. Con el tiempo, estas vías de comunicación se convirtieron en verdaderos ejes comerciales. Las vías más importantes fueron la Vía Augusta (Pirineos hasta Cádiz) y la Vía de la Plata.
B) Organización económica. Los dos rasgos de la organización económica fueron:
– el sistema esclavista, proporcionado por las conquistas militares. Los esclavos como fuerza de trabajo fueron una pieza fundamental del Imperio romano.
– la economía de tipo colonial en la que Hispania exportaba materias primas a Roma e importaba productos manufacturados. Con esta finalidad se organizó el territorio mediante la red de comunicaciones. La producción agrícola era la llamada trilogía mediterránea (cereal, vid y olivo). La minería fue uno de los sectores principales: oro del noroeste (las Médulas), plata y cobre (Sierra Morena)
C) Estructura social. La posición social en el mundo romano estaba determinada por la categoría jurídica del individuo, de tal modo que la división fundamental era entre hombres libres y esclavos. Dentro del primer grupo existía toda una jerarquía con las siguientes categorías:
1.- Ciudadanos pertenecientes a órdenes o privilegios. Eran una minoría y desempeñaban los principales cargos políticos, financieros, militares y religiosos. Se clasificaban en tres grupos: Senatorial, ecuestre y decurional.
2.- Ciudadanos no pertenecientes a órdenes. Tenían el estatuto de ciudadanos romanos, por eso gozaban de privilegios políticos (participación en las Asambleas), militares y sociales. Pero existía una diferencia económica entre ellos.
3.- Los hombres libres, no ciudadanos. Carecían de derechos políticos, pero tenían otros civiles como contraer matrimonio, tener propiedades o heredar. Su aspiración era conseguir la ciudadanía, para lo que se enrolaban en las tropas auxiliares del ejército y al licenciarse la obtenían.
4.- Los libertos. Antiguos esclavos manumitidos. El antiguo dueño pasaba a convertirse en su patrono. Su estatuto no se borraba hasta la tercera generación.
En cuanto a los esclavos, no tenían ni derechos políticos ni civiles. Eran propiedad de sus dueños (el Estado o particulares). La condición de esclavo se tenía por nacimiento, por ser prisionero de guerra, por deudas. Uno de los mayores peligros era la rebelión, por lo tanto, en zonas mineras se instalaron destacamentos militares (Legio VII Gémina).
B) LA CRISIS DEL SIGLO III.
A finales del siglo II, Roma había alcanzado su máxima expansión territorial y las fronteras del Imperio se vieron amenazadas por el empuje de los pueblos germanos. El siglo III inauguró un periodo de cambios políticos, sociales, económicos y culturales; en definitiva, una crisis estructural de la que es difícil establecer las causas.
EL Imperio dejó de crecer, fortificando sus fronteras (limes), junto a los ríos Rin y Danubio, y concentrando allí sus legiones. Esta situación confirió un gran protagonismo al ejército, y sus generales intervenían en la política conformando un caos político y económico que debilitó al Imperio, produciéndose situaciones de anarquía militar. Las fronteras se vieron amenazadas por el empuje de los germanos, con quienes los romanos establecieron en muchos casos foedus (pactos), dejándoles entrar en el Imperio. A ello hay que añadir el hecho de que al paralizarse la conquista disminuyó la mano de obra esclava, por lo que la economía sufrió un duro golpe. Como consecuencia de ello:
-Los emperadores, cada vez más necesitados de dinero, emprendieron una serie de reformas. EL emperador Diocleciano, inició una reforma administrativa que organizó el Imperio en provincias, diócesis y prefecturas. Como consecuencia, Hispania se transformó en la Diócesis Hispaniorum, quedando dividida en Bética, Lusitania, Tarraconensis, Gallaecia, Cartaginensis y Baleárica
-La creciente inseguridad en las ciudades impidió el desarrollo del comercio, iniciándose un proceso de ruralización que llevaría a un movimiento de población de la ciudad al campo. Allí las villas de los poderosos se fueron transformando en latifundios autosuficientes. EL aumento de la presión fiscal por unos emperadores cada vez más necesitados de dinero, animó a la población a vivir en el campo.
-Debido a ello, la división entre libres y esclavos fue desapareciendo poco a poco y surgió una nueva estructura social, que reflejaba la nueva situación económica: los grandes propietarios de tierras (latifundistas), cuyo patrimonio creció espectacularmente y los colonos, antiguos hombres libres sin recursos, que trabajaban las parcelas de los propietarios. Con el tiempo, estos colonos quedaron adscritos a la tierra y esta situación se transmitió entre sus herederos. La propia debilidad del Estado, incapaz de asegurar la seguridad de los individuos y el cumplimiento de la ley, generó el nacimiento de relaciones de dependencia personal de los colonos, quienes buscaron la protección de los poderosos. Esto se conoce con el nombre de colonato, y supuso el antecedente del régimen feudal.
C) EL LEGADO CULTURAL.
Aunque la intensidad de la romanización fue desigual en el conjunto de Hispania, el legado cultural fue intenso y pervive hasta nuestros días.
Manifestaciones artísticas. El arte romano, heredero en parte de la tradición griega, perseguía tres objetivos: la utilidad del edificio, su perfección técnica y la propaganda de su patrocinador de la obra. Introdujo novedades, como el empleo del hormigón, el ladrillo y la utilización de arcos y bóvedas. Entre las construcciones, destacan los templos, los teatros (Mérida), los anfiteatros
(Tarragona, Mérida o Itálica), los puentes (Alcántara) y los acueductos (Segovia, Mérida)
La religión. Fue un factor importante de romanización, aunque tuvo que competir con infinidad de cultos indígenas, cultos orientales y con el cristianismo. Aunque su difusión fue lenta, debido a la persistencia de cultos paganos y a la hostilidad de las autoridades, su arraigo fue indiscutible desde principios del siglo III, convirtiéndose, en el siglo IV, en la creencia mayoritaria
4.- LAS INVASIONES BÁRBARAS. EL REINO VISIGODO: INSTITUCIONES Y CULTURA.
En el año 409 irrumpieron por la fuerza en la Península tres pueblos germánicos originarios del norte del Rin: Los suevos se instalaron en la Península y formaron un reino que comprendía Galicia y el norte de Portugal; los vándalos atravesaron la Península y se dirigieron hacia el norte de África y los alanos se instalaron en la Lusitania y Cartaginensis.
Poco tiempo después, los visigodos, pueblo germánico federado del Imperio, llegaron a la Península para ayudar al ejército romano en la pacificación de Hispania y consiguieron expulsar a estos pueblos, excepto a los suevos.
Cuando el último emperador de Occidente fue depuesto en el año 476 d.C, los visigodos fijaron el centro político de su monarquía en la ciudad de Toulouse. Años después, fueron derrotados por los francos en Vouillé (507) y expulsados de la Galia. Tras esta derrota, se asentaron definitivamente en Hispania y eligieron Toledo como capital de su reino.
El reino visigodo en Hispania se basaba en dos elementos esenciales: la herencia romana (Organización administrativa, Derecho romano y lengua latina, y la herencia germana (reyes electivos y derecho consuetudinario). EL hecho de que los visigodos constituyeran una población cercana a las 100.000 personas y los hispanorromanos fueran unos siete millones, impulsó a los reyes godos a llevar a cabo un proceso unificador que condujera a la fusión de las dos comunidades y lograr la unidad territorial, política, jurídica y religiosa.
1.- EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA.
Respecto a la sociedad, se reforzaron las relaciones de tipo personal, pues a la dependencia romana explicada anteriormente (Patrocinio), se añadió la costumbre germánica de juramento de fidelidad del guerrero a su jefe. Se originó una situación próxima al feudalismo mediante el siguiente proceso: los reyes se rodeaban de gardingos o guerreros fieles, a quienes recompensaban los servicios militares mediante la entrega de tierras en usufructo vitalicio que más tarde se convertía en hereditario. Así se fue formando una nobleza territorial que aspiraba a usurpar al rey su autoridad política. Asimismo, estos nobles latifundistas fueron rodeándose de hombres fieles que, ante las dificultades optaron por vincularse a su señor, del que recibían protección y tierras a cambio de un compromiso de fidelidad y obediencia.
En el plano económico, los visigodos acentuaron las tendencias económicas iniciadas en el Bajo
Imperio: ruralización, latifundismo y economía cerrada.
2.- INSTITUCIONES Y ADMINISTRACIÓN.
La Monarquía visigoda era electiva y la designación del rey dependía de los magnates, quienes limitaban sus competencias. Pero el gobierno se sirvió de dos instituciones: el Aula Regia, Asamblea consultiva, integrada por magnates que asesoraban al rey en asuntos políticos y militares y en la elaboración de leyes; y el Officium Palatinum, núcleo principal del Aula Regia, formado por los magnates de mayor confianza.
El inconveniente de una monarquía electiva era la situación de inestabilidad política producida en el momento de la elección, a consecuencia de las rivalidades políticas entre los distintos bandos. Ésto explica que un momento de disputa sucesoria fuera aprovechado por los musulmanes en el año 711 para irrumpir en la Península y acabar con la monarquía visigoda.
3.- GRANDES PROBLEMAS DE LA MONARQUÍA VISIGODA.
1.- Unidad religiosa. Los visigodos eran arrianos y los hispanorromanos católicos. Viendo esta situación, un monarca visigodo, Recaredo, se convirtió al catolicismo en el Tercer Concilio de Toledo (589), más como medida política que religiosa. Así consiguió el apoyo tanto de la aristocracia como de una Iglesia cada vez más poderosa. Como contrapartida, ésta se convirtió en árbitro de la nueva situación política.
2.- Unificación social y jurídica. Las distintas legislaciones impedían una unificación real. Debido a ello, Recesvinto, realizó una unificación jurídica en 654 con la recopilación de toda la legislación en el Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo.
4.- LA CULTURA Y EL ARTE.
La cultura se reducía al ámbito religioso. Entre los escritores destaca San Isidoro de Sevilla. En su obra Etimologías, de carácter pedagógico y enciclopédico, trató de mantener el legado cultural romano.
En arquitectura, los visigodos lograron resultados interesantes gracias a la utilización de formas hispanorromanas, enriquecidas con aportaciones bizantinas y del norte de África. Los testimonios mejor conservados se encuentran en Iglesias como San Juan de Baños (Palencia) o San Pedro de la Nave (Zamora).Destacan los trabajos de orfebrería. SU aportación más original son las coronas de oro decoradas con grandes piedras preciosas y perlas incrustadas. Muestra de ello es el Tesoro
de Guarrazar (Toledo).