Reformas Borbónicas en España: Centralización, Economía y Transformación Social en el Siglo XVIII

Un siglo de reformas y nueva dinastía en España

El siglo XVIII se inicia en España con una nueva dinastía, los Borbones, que emprenderán la centralización política y la modernización del país, siguiendo las ideas de la Ilustración y las nuevas corrientes de política económica, como la Fisiocracia. Sin embargo, estas reformas no alteraron el modelo político, manteniendo el poder del rey, la nobleza y el clero. Esto se tradujo en un fracaso que alejó a España de la modernización que se estaba produciendo en otros países europeos y que explica el retraso con que la sociedad española abordó el siglo XIX.

1. Política Exterior

1.1. La Guerra de Sucesión (1702-1715) y la Paz de Utrecht

El testamento de Carlos II, que legaba la corona de España a Felipe, duque de Anjou, nieto de Luis XIV, inicialmente no suscitó oposición en Europa. Sin embargo, cuando Luis XIV dio a entender que su nieto podía conservar los derechos a la corona de Francia, unificando ambas coronas, y cuando en 1701 ocupó los Países Bajos en nombre de Felipe V, Inglaterra y las Provincias Unidas, que buscaban un equilibrio en Europa, se aliaron con el Emperador de Austria (Alianza de la Haya, 1701) para apoyar la reclamación al trono español del archiduque Carlos de Austria, su segundo hijo. A esta coalición se unió Portugal en 1702, declarando la guerra a Francia y España. Cataluña, Valencia y Aragón, temiendo el centralismo borbónico, se unieron a la causa del archiduque, convirtiendo el conflicto también en una guerra civil. En 1711, al morir el hermano mayor del archiduque Carlos, este heredó la Corona de Austria, perdiendo el apoyo de la coalición, temerosa ahora del excesivo poder de los Habsburgo. El Principado de Cataluña resistió a las tropas de Felipe V hasta 1714.

En 1713, se firmó la Paz de Utrecht, que pretendía reducir el poder territorial de España en Europa a cambio de reconocer a Felipe V como rey de España. Inglaterra obtuvo Gibraltar y Menorca, el monopolio de la trata de negros con América y el derecho a enviar un barco mercante a las Indias. En 1714, se firmó el Tratado de Rastatt con el Emperador, cediendo los Países Bajos y las posesiones en Italia a cambio del mismo reconocimiento. Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña perdieron sus fueros. Los tratados de paz marcaron el fin de la decadencia de España, perdiendo todas sus posesiones europeas, y la instauración de la nueva dinastía Borbón, que se comprometía a mantener separadas las coronas francesa y española.

1.2. Evolución de la Política Exterior

Primer y Segundo Pacto de Familia: Recuperar la influencia en Italia

Tras la Paz de Utrecht, España intentó recuperar su influencia en Italia. Ante la evidente incapacidad militar y diplomática, Felipe V (1700-1746) firmó los dos primeros Pactos de Familia (alianza con Francia para velar por los intereses de ambas naciones). España participó en la Guerra de Sucesión de Polonia (1733) y en la Guerra de Sucesión de Austria (1740-1748), recuperando los dominios italianos del Reino de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia), el Ducado de Parma, Guastalla y Piacenza. Felipe V instaló en estos territorios italianos a dos de sus hijos con su segunda esposa, Isabel de Farnesio: Carlos (futuro Carlos III), que fue reconocido como rey de Nápoles y Sicilia, y Felipe, que se convirtió en duque de Parma.

Fernando VI (1746-1759) mantuvo una política de neutralidad internacional, firmando la paz con Inglaterra en 1749 y poniendo fin a una guerra colonial que había comenzado en 1739.

Tercer Pacto de Familia: Mantener el imperio colonial

El Tercer Pacto de Familia, con Carlos III, condujo a España a la Guerra de los Siete Años contra Inglaterra, durante la cual se perdió Florida. No obstante, España recuperó Florida y Menorca gracias a su intervención en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, apoyando a los colonos independentistas contra Inglaterra.

Cambio de orientación con la Francia revolucionaria

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Desde la ejecución, guillotinado, de Luis XVI en 1793,  España se desvincula de la revolucionaria Francia y se alía con Inglaterra. Con la aparición del Directorio en 1796 y  de Napoleón, se modera la revolución y España vuelve a su alianza tradicional.

2.- REFORMAS EN LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO:

2.1.- LA CENTRALIZACIÓN DEL ESTADO:

Felipe V (1700-1746) y Fernando VI (1746-1759) implantaron el absolutismo centralista con las siguientes actuaciones. Luis I, hijo de Felipe V tuvo un reinado efímero (1724.-siete meses y medio-) al morir a temprana edad.

·Unificación política: Felipe V suprimió los fueros de la Corona de Aragón como castigo a su sublevación durante la Guerra de Sucesión. Los Decretos de Nueva Planta abolieron los fueros de Valencia (1707), Aragón (1711), Mallorca (1715) y de Cataluña en 1716, siendo sustituidos por las leyes castellanas. Se eliminaron fronteras y se impuso el castellano. Los fueros de Navarra y de las provincias vascas se mantuvieron en reconocimiento al apoyo que prestaron al monarca.

·La nueva organización territorial: Se crea un modelo único de administración territorial, a excepción de Navarra y Vascongadas, que consistía en la división en provincias gobernadas por un capitán general y una Audiencia, ésta formada por varios miembros que ejercían de alto tribunal y órgano consultivo. Desde 1718 surge la figura del intendente, que es creado para entender de la administración económica del ejército y acabará siendo el responsable económico de las provincias.  Todas las autoridades eran delegados del rey, nombrados por éste.

·La centralización del poder político: Surge la figura del “secretario de despacho” o ministro, nombrado por el rey, encargado de un aspecto concreto del gobierno (Hacienda, Guerra, Marina, Justicia, etc.). Los Consejos fueron perdiendo entidad a medida que la ganaban los secretarios, sólo el Consejo de Castilla se mantiene como un gran órgano consultivo, de estudio, informe y elaboración de proyectos de ley. Las Cortes perdieron toda función, quedando una única Corte General del Reino que se limitaba a tomar juramento al heredero. Navarra y Vascongadas mantuvieron sus fueros. Se estableció un servicio militar y los tercios son sustituidos por regimientos.

El clero doblegado ante el Estado: Patronato universal (1753) y expulsión de los jesuitas (1767), al considerarles que controlaban la enseñanza y eran fieles al Papa.

·Una nueva fiscalidad: La intención política era recaudar impuestos suficientes para el estado, reuniéndolos en un fondo común. La recaudación se realizaba por provincias, dependiendo de la riqueza rústica y urbana (nobles, eclesiásticos y funcionarios públicos estaban exentos). Los catastros nacen ante la necesidad de recabar información sobre los bienes y propiedades de los ciudadanos de cada provincia. La reforma de la hacienda fue un aspecto fundamental de la racionalización administrativa, pues permitió sanear las cuentas del estado. En primer lugar, los gastos descendieron al finalizar las costosas guerras en Flandes; por otro lado, los ingresos subieron pues la antigua recaudación indirecta de los arrendadores de impuestos fue sustituida por la recaudación directa de los intendentes. Las reformas de la hacienda también permitieron descargar a Castilla de todo el peso fiscal, pues los Decretos de Nueva Planta extendieron esta carga a la Corona de Aragón. El Catastro aplicado a Cataluña fue especialmente racional y eficaz, pues reducía una serie de impuestos heterogéneos a una única contribución que además gravaba la tierra.

·El catastro: (averiguación y recopilación de las propiedades agrarias). En 1750 se elabora en Castilla de la mano del marqués de la Ensenada como base documental para la reforma fiscal agraria.  La oposición de los grandes propietarios lograron paralizar la implantación de una contribución rural única en base al patrimonio.

3.- LA PRÁCTICA DEL DESPOTISMO ILUSTRADO. CARLOS III

El pensamiento ilustrado español tiene un origen económico, la preocupación por la decadencia de España y la necesidad de desarrollar en España las nuevas técnicas de producción. En muchos ilustrados españoles el nuevo pensamiento político también fraguó, teniendo especial cuidado en adoptar ideas religiosas heterodoxas (Deísmo o Materialismo) para no enfrentarse a la temida Inquisición. Con Carlos III (1759-1788) nuestro país adopta una nueva forma de gobernar, el Despotismo ilustrado. El monarca se rodeó de ministros ilustrados (Floridablanca, Campomanes, Olavide, Ensenada y Aranda); juntos se empeñaron en realizar reformas administrativas, económicas y culturales que iban a modernizar nuestro país, sin variar la estructura social y el dominio político del monarca. “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Se enfrentaron a la Inquisición, al clero y a la nobleza, y a la Compañía de Jesús que monopolizaba la educación de las Enseñanzas medias, a la que se llegó a expulsar del reino de España.

3.1.- REFORMAS ECONÓMICA:

·Ya con Felipe V se crearon compañías comerciales privilegiadas que obtuvieron la concesión de comercio con zonas de América concretas (por ejemplo la Compañía Guipuzcoana de Caracas); en 1735 se suprimió el sistema de flotas y entre 1765 y 1778 Carlos III decretó la libertad de comercio con América para todos los súbditos de la Monarquía. La libertad de comercio incentivó el comercio con América, y liberalizó el comercio de granos abaratando los alimentos.

·Impulsó y protegió a las Sociedades Económicas de Amigos del País, dedicadas a fomentar la agricultura, la industria y el comercio y a propugnar la libertad económica. Sus resultados fueron decepcionantes;  mucha teoría y poca práctica.

·Liberalizó los precios del trigo (1765) fomentando la competencia y creación depósitos, especie de silos que servían para remediar las malas cosechas.

·Prohibió aumentar el precio de los arrendamientos de las tierras y expulsar a los arrendatarios, para fomentar la producción de la agricultura

·Limitó los privilegios de la Mesta en beneficio de los agricultores.

·Se fomentaron la Manufacturas Reales (como en Francia) (por ejemplo la Real Fábrica de Tapices de San Fernando), pero éstas sólo afectaban a productos de lujo. Más importantes fueron las reformas en los astilleros que permitieron convertir a España en la tercera potencia marítima después de Inglaterra y Francia.

·Fomentó la repoblación de Sierra Morena, para poner en explotación tierras incultas.

·Decretó honestas todas las profesiones (1783), para fomentar el trabajo y animar a que los grandes rentistas, nobles en su mayoría, se incorporaran a los negocios.

·Fundó el Banco de San Carlos (1782) que emitió deuda pública en cinco ocasiones complicando a la hacienda española.

3.2.-LAS OBRAS PÚBLICAS. EL CANAL DE CASTILLA.

Engalana Madrid con grandes avenidas propias del neoclasicismo: Puerta de Alcalá, Paseo de la Castellana, Ministerio de Hacienda, Museo del Prado, Observatorio astronómico…

Para fomentar el regadío y mejorar los transportes del interior, a imitación de Inglaterra, se diseñó toda una red de canales, de los que se realizaron muy pocos, como el Canal de Castilla, o el Canal Imperial de Aragón. El Canal de Castilla, (ingeniero Fernando de Ulloa) que pretendía unir Santander con Segovia, lo construye Calahorra de Rivas en 1753, realizando sólo 207 km., en forma de “Y” invertida, que unía Alar del Rey con Medina de Rioseco y Valladolid, separándose a partir de Ribas del Campo. Sirvió para el riego de tierras tradicionalmente de secano y con escasos rendimientos, y también como medio de transporte, que en barcazas tiradas por mulas cargaban trigo en dirección a Santander y a su regreso transportaban productos del mar. El canal no se terminó por falta de fondos y por la competencia del nuevo medio de transporte, el tren.

3.3.- EL LÍMITE DE LAS REFORMAS.

Las reformas emprendidas por Carlos III nunca pretendían ni la limitación del poder del monarca, ni la modificación de los estamentos sociales; no obstante, la Iglesia y la nobleza vieron peligrar sus privilegios y se convirtieron en los oponentes principales a las reformas de Carlos III. El motín contra el ministro Esquilache en 1766 se enmarca dentro de esta oposición. Los privilegiados aprovechan la crisis de malas cosechas y la subida del pan, y el malestar por el recorte de capas y sobreros, para instigar a las masas contra la política de reformas del rey en la persona de su principal ministro. Esquilache es cesado y nombró ministro a Aranda

Carlos III, a su vez, retomó el proyecto de Ensenada desencadenándose una seria oposición por parte de los grandes propietarios, que protagonizaron una oleada de recursos que paralizaron el proyecto de reforma fiscal, siendo definitivamente abandonado.

·Debate sobre la Ley Agraria.

Ante la persistencia de problemas estructurales y conflictos en el campo español, el Consejo de Castilla es el encargado de recopilar material sobre el problema agrario en España, al que se denominó Expediente General, que pretendía ser el punto de partida de una Ley Agraria. Entre 1770 y 1794 reconocidos ilustrados elaboraron informes varios, pero no se llegó a aprobar ninguna ley, aunque si sirvió de base para la primera desamortización con Carlos IV en 1798.

3.4.- LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DE FINALES DE SIGLO:

·La población experimentó un crecimiento al igual que en Europa. En 1717 se calcula unos 7’5 millones, y en 1787 unos 10’4 millones. Todo ello gracias a la falta de mortalidad de carácter catastrófico, aunque se sufrieron epidemias a finales del siglo.

·La sociedad estamental no experimentó variaciones. Lo que sí aumentó fueron las diferencias entre la periferia, más desarrollada y activa, y el interior en decadencia.

·Pervivencia de las estructuras de la propiedad de la tierra. Seguía manteniéndose muy desigual. Al sur del Tajo dominaba el latifundio, la gran mayoría de tierras amortizadas exentas de tributación. Los grandes propietarios se convertían en rentistas; y así los excedentes de los campesinos se destinaban en buena parte a pagar derechos señoriales, arriendos o diezmos y primacías para el clero. La mayor parte de los rentistas pertenecen a la nobleza y al clero que destinaban sus riquezas a mantener su prestigio social y casi nunca a inversiones productivas para la tierra.

·En 1787, el 71% de la población activa trabajaba en el sector. Las tensiones en el mundo agrario son evidentes (falta de tierras, disputas entre ganaderos y agricultores, alzas de precios, presión fiscal, etc.) como ya hemos analizado, por lo que los gobiernos buscarán una solución que no se va a desarrollar. El bajo poder adquisitivo del campesinado era evidente.

·En 1787 el 14% de la población activa se dedicaba a trabajar en la industria. Predominaba el pequeño taller artesano, y el textil ocupaba al mayor número de trabajadores. La mayor parte de la producción de lana se exportaba. La industria más moderna aparece con los estampados de algodón en Cataluña, llamadas “indianas”, que pronto iniciarán un proceso de mecanización a imitación de Gran Bretaña.

·Las relaciones comerciales: La balanza comercial era claramente deficitaria, que se saldaba gracias a las monedas de oro y plata procedentes de América. Una burguesía débil explicaba el limitado peso de la banca y del crédito en España.

4.- LA POLÍTICA BORBÓNICA EN AMÉRICA

·Se presta mayor atención a los asuntos americanos.

Los políticos ilustrados buscan recuperar el control político y económico de América, perdido en buena parte durante el siglo anterior. Se reorganizó la administración en manos de funcionarios españoles, aumentó la presión fiscal, se reorganizó el ejército formado en gran parte por criollos y mulatos, y se liberalizó el comercio con América. Anteriormente el comercio lo dirigía el Estado, entregando el monopolio de ciertas rutas a Compañías de Comercio privilegiadas a cambio del pago de una cantidad o tributo. La presión del mercado inglés favoreció la desaparición de límites al comercio con América, que a finales de siglo se extendió a los criollos americanos, creándose un gran espacio de libre comercio para españoles y americanos, aunque no se logró finalizar con el contrabando que era aceptado por los criollos al obtener productos europeos más baratos. 

La expulsión de los jesuitas conllevará la supresión de las “reducciones” (poblaciones de indígenas dirigidas por jesuitas, para evangelizar y explotar la tierra en régimen comunitario) que resultaban incómodas al estado y a los grandes propietarios.

A finales del siglo el balance es negativo, a pesar de que el envío de oro y plata ve aumentar su cantidad en la segunda mitad del siglo y notablemente desde 1780. España sigue enviando mayoritariamente manufacturas europeas ante la incapacidad de la industria española de abastecer al mercado colonial.

En América, los Borbones respetaron parte de administración de los Austrias (virreinatos, audiencias, corregimientos) aunque la perfeccionaron. Así, aumentaron de dos a cuatro el número de virreinatos (Nueva España, Perú, Nueva Granada y El Río de la Plata). Sin embargo, eliminaron el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. A partir de 1764 se extendieron las intendencias a América.

·Los criollos tienen un gran poder económico.

Los criollos (blancos americanos de origen español) son la clase dominante en el continente americano, mestizos (mezcla blanco e indígena), indígenas, negros y mulatos (mezcla blanco y negro) les siguen por este orden. Los criollos están resentidos con el gobierno de España que no les confía los puestos más relevantes de la administración y les perjudica con el control comercial, por lo que van a liderar la mayor parte de los levantamientos anticoloniales. Entre 1780-81 hay una sublevación indígena (Tupac Amaru), iniciada por los criollos, que fue sofocada. Esperaran a un momento de debilidad de la corona de España, para tomar las riendas del poder político.