El Conde Duque de Olivares y las Reformas en el Reinado de Felipe IV
Explica los principales proyectos de reforma del Conde Duque de Olivares. Tras la muerte de Felipe III, le sucede su hijo, Felipe IV. Durante el reinado de Felipe IV (1621-1665) se percibe el deterioro de la monarquía de los Austrias, incapaz de mantener la unidad peninsular y hacer frente a los problemas internos y externos. Decidió confiar el gobierno a un valido (persona de su confianza), el Conde-Duque de Olivares, cuyo gobierno se caracterizó por el autoritarismo y la centralización. En política exterior, Olivares era partidario de la diplomacia, pero los estadistas europeos no aceptaron de buen grado que España siguiera manteniendo el papel de primera potencia. Así, el Conde-Duque participará en los conflictos europeos, como la Guerra de los Treinta Años, que fue un conflicto de signo religioso, al enfrentarse protestantes y católicos, pero también resultó ser una pugna política contra el dominio en Europa de los Habsburgo austriacos y españoles. Después de las victorias iniciales de los Austrias, Francia intervino para apoyar a los protestantes, con lo que las tropas españolas sufren una grave derrota, con lo que tienen que negociar la salida del conflicto, aceptando el fin de la hegemonía de la casa de Austria frente a Francia, y se reconoce la independencia de las Provincias Unidas. A nivel interno, Olivares, preocupado por la fama y el bien público, contrario al tráfico de influencias del reinado anterior, reaccionó pidiendo responsabilidades y llevando a cabo escarmientos ejemplares. Impulsó la Junta de Reformación de Costumbres, convirtiendo en leyes algunas de sus recomendaciones con el objeto de reformar la sociedad. Además, planteó una serie de reformas para que la monarquía continuara siendo hegemónica. Las principales reformas, reflejadas en distintos memoriales, se referían a la remodelación de la administración reduciendo los excesivos empleos públicos, a la normativa contra el lujo y la vagancia, a la moderación de los estatutos de limpieza de sangre y a la presentación del inventario de bienes que los altos cargos poseían para castigar los enriquecimientos ilícitos. Pero fracasó, pues para afianzar su poder, situó en puestos clave a sus propios parientes, amigos y clientes, y acumuló para su casa títulos, rentas y propiedades.
El Conde-Duque estaba convencido de que la península ibérica era invencible si se conseguía uniformizar las leyes e instituciones de todos los reinos, colaborando todos en las tareas y las cargas del gobierno. En su opinión, una monarquía autoritaria facilitaría el gobierno de todos los territorios y la solidaridad entre sus habitantes, como propuso en el Memorial secreto dirigido a Felipe IV, aunque no se intentó llevar a cabo. La idea de política centralizadora, reflejada en el Memorial de Armas de 1624, según el cual todos los reinos debían contribuir con tributos y soldados, ya que hasta ahora Castilla era la más sacrificada soportando las mayores cargas, fue rechazada en las Cortes aragonesas y catalanas, que consideraron un acto de despotismo la petición de la contribución en las cargas, frenado así el proyecto. La Unión de Armas (1625) pretendía ser un ejército permanente de 140.000 hombres sostenido por todos los reinos en función de su población y riqueza. La insistencia por intentar un mínimo control sobre los reinos periféricos, quienes rechazaban las pretensiones unitarias y centralistas de Olivares, produciría posteriormente las sublevaciones de Cataluña y de Portugal, dando inicio a la catástrofe interior. Otro proyecto de Olivares era el fomento de la economía con medidas proteccionistas para impulsar el comercio, pero una serie de sucesos adversos como malas cosechas, la crisis alimentaria, la disminución de la llegada de la plata americana, la reducción del valor de la moneda, el descenso de la población y las guerras paralizaron el comercio exterior y las reformas interiores. También pretendía crear un banco estatal: la red nacional de erarios que liberalizase a la Corona de su dependencia de la banca extranjera. Estos erarios actuarían como bancos que pagarían un interés a quienes depositaran su dinero en ellos y concederían préstamos a la Corona, que así obtendría la ayuda de sus súbditos y no se endeudaría con extranjeros. Pero, se plantea la necesidad de una aportación inicial de los súbditos, en proporción a su riqueza, que va a ser rechazada por las Cortes, aunque a cambio aceptaron un aumento de un impuesto que se pagaba sobre productos de primera necesidad.
A pesar de todas las reformas de Olivares por mejorar los ingresos de la Hacienda Real, a lo largo del periodo se sucedieron las bancarrotas hasta en cuatro ocasiones, sobre todo por los gastos militares (guerra con las Provincias Unidas, guerra de los Treinta Años, etc.). Las necesidades financieras de la monarquía a causa de la Guerra de los Treinta Años obligaron a aplazar las reformas y a recurrir a medidas que agravaron la crisis social y económica, sobre todo en Castilla. Se crearon nuevos impuestos, se pusieron en venta cargos públicos, se convirtieron en señoríos tierras de realengo a cambios de dinero, etc. Por todo ello, el descontento social y la oposición a la política de Olivares se generalizaron porque los territorios periféricos rechazaban las pretensiones unitarias y centralistas, las clases altas por pérdida de protagonismo y las clases populares por el agotamiento económico y la fuerte presión fiscal. Los conflictos y protestas fueron constantes y dieron lugar a numerosas rebeliones, destacando sobre todo las rebeliones independentistas de Cataluña y Portugal.
- Cataluña: las propuestas de Olivares y los excesos de las tropas (guerra contra Francia) concentradas en el territorio provocaron la sublevación del Corpus de Sangre, y el asesinato del virrey, nombrando conde de Barcelona al rey francés. Pero la crisis económica y la opresión francesa, peor que la castellana, provocó el agotamiento de las tropas catalanas que se rindieron ante las tropas de Juan José de Austria.
- Portugal: al rechazo de los planes de Olivares se le sumó el descontento ante la incapacidad castellana para proteger sus intereses comerciales. Los portugueses nombran rey al duque de Braganza y posteriormente, en 1668, se reconoció su independencia.
En medio de esta crisis política general, interna y externa, la figura de Olivares creció en impopularidad fracasando su idea de convertir la monarquía en un conjunto político unitario. Siendo desplazado en 1643 por un nuevo favorito, Luis de Haro.
La Constitución de 1812: Características Esenciales
Comenta las características esenciales de la Constitución de 1812. En 1812, las Cortes de Cádiz establecen la Constitución de 1812, siendo esta la primera constitución liberal en España, reinstaurada en el Trienio Liberal y siendo de gran influencia en América. Se caracterizaba porque la soberanía residía en la Nación, compuesta por ciudadanos libres e iguales; se estableció una división de poderes, donde el legislativo residía en cortes unicamerales, el ejecutivo en el rey y en el gobierno, y el judicial, que residía en tribunales de justicia independientes, comunes a toda la Nación; se implantó un nuevo derecho de representación, donde los diputados representan a los ciudadanos y no a los estamentos; se reconoció el sufragio universal masculino indirecto; se proclamó la igualdad ante la ley de todos los españoles; se llevó a cabo una afirmación de los Derechos y Libertades individuales, como la educación, la libertad de imprenta, la propiedad privada, la inviolabilidad del domicilio…; se estableció un Estado confesional católico; se organizó el territorio en provincias y municipios; y se creó la Milicia Nacional.
Cronología de España: 1788-1833
A partir de la siguiente línea del tiempo, realiza una relación cronológicamente ordenada entre los siguientes periodos históricos y los acontecimientos que se desarrollan desde 1788 hasta 1833.
- 1788-1808: Reinado de Carlos IV
- 1808: Levantamiento de Madrid y abdicaciones de Bayona
- 1808-1814: Guerra de la Independencia y reinado de José Bonaparte.
- 1810: Inicio de la independencia de la América española
- 1812: Promulgación de la Constitución
- 1814-1833: Reinado de Fernando VII
- 1814-1820: Sexenio absolutista
- 1820-1823: Trienio Liberal
- 1820: Pronunciamiento de Riego
- 1823: Invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis
- 1823-1833: Década Ominosa
- 1830: Derogación de la Ley Sálica.
El Proceso de Independencia de las Colonias Americanas
A partir del siguiente mapa, explica el proceso de independencia de las colonias americanas. A nivel económico, predominó el monopolio comercial durante gran parte del periodo colonial, por lo tanto, solo podían comerciar las colonias con España. Esto ocasionaba un gran descontento, ya que los criollos deseaban buscar nuevas fuentes de riqueza. Además, criticaban el continuo aumento de los impuestos, lo que era utilizado para financiar los gastos de la corona española. A nivel político, los criollos no estaban de acuerdo con el centralismo de la metrópoli española, ya que España junto con su monarquía, eran la que tomaban todas las decisiones y también elegían las principales autoridades de América. La influencia de la revolución americana y de la revolución francesa influyó en las colonias americanas pues fueron ejemplos en la lucha por las libertades y derechos humanos. Además, obtuvieron el apoyo del Reino Unido, el cual prefería países independientes en América, con los que poder comerciar libremente. La ocupación francesa de la España peninsular dificultó las comunicaciones con las colonias y ocupó a las tropas españolas en la lucha por expulsar a Napoleón. Aunque los criollos formaron juntas que mantuvieron las relaciones con Cádiz, ni las reformas que impulsaron las Cortes ni la Constitución de 1812 alcanzaron a las colonias americanas. Entonces, las juntas de América se enfrentaron con las autoridades coloniales y emergieron como nuevos poderes. Poco a poco, se fueron forjando tres focos independentistas:
- Buenos Aires: José de San Martín proclama una primera independencia de la República Argentina.
- Virreinato de Nueva Granada y Venezuela: Simón Bolívar afianza su liderazgo.
- México: El cura Hidalgo encabeza un movimiento campesino con contenido social.
En el proceso de independencia de las colonias hubo cuatro grandes fases:
- El periodo de Regencia (1810-1813), con relleno punteado, coincide con la Guerra de Independencia en la Península. En América se crea un vacío legal semejante al de la España peninsular. Las autoridades americanas no acataron la monarquía de José I Bonaparte y formaron juntas que se desvincularon de la Junta Suprema Central. Las juntas de Buenos Aires, Caracas y Quito no reconocen la legitimidad de las autoridades españolas. En esta fase se independizan Paraguay y las Provincias Unidas del Río de la Plata (parte de Argentina).
- El restablecimiento del absolutismo en España (1814-1820) significó una política de intransigencia hacia las colonias que se tradujo en un envío de buques y soldados para acabar con las revueltas, lo que generó una expansión del movimiento libertador en América y unos costes económicos insuperables para Fernando VII. A partir de 1816 el movimiento emancipador se generaliza en América. Se independizan Chile y parte de la Gran Colombia (hoy, Colombia propiamente dicha).
- En el Trienio Liberal (1820-1823) constatamos, en relleno gris claro, el pronunciamiento de Riego en Cádiz (1820) impidió la marcha de las tropas españolas para América, y las tropas que estaban en las colonias quedaron nuevamente aisladas. Los criollos realistas de Nueva Granada y México, atemorizados por el ascenso al poder en Madrid de los liberales, se pasaron de golpe al bando independentista. El debilitamiento del poder militar español fue inmediato. Se independizan México con el Gral. Iturbide, las Provincias Unidas de Centroamérica, la parte venezolana de la Gran Colombia liderada por Simón Bolívar, y el Perú (Perú y Ecuador, hoy) liderado por el Gral. José de San Martín, quien también guió la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y Chile.
- Durante la Década Ominosa (1823-1833), en celdillas o rectángulos inclinados, la victoria de Bolívar en Ayacucho (1824) hizo irreversible la independencia de las nuevas repúblicas americanas. Vemos que se independizan Bolivia (con salida al mar que supondrá un largo contencioso con Chile) y la República Oriental del Uruguay. España pierde todas sus colonias americanas salvo Cuba y Puerto Rico que serán definitivamente perdidas en 1898. Por la intensa relación entre Canarias y Nuestra América desde el mismo momento de la conquista de ambos territorios, la aportación canaria al proceso independentista latinoamericano no es nada desdeñable.