Regionalismo
El regionalismo es una doctrina político-social que favorece la agrupación de zonas o regiones con características y peculiaridades comunes. En España, el regionalismo ha sido una característica específica de su historia, debido a la existencia de unidades territoriales administrativas eficaces antes de su integración en el Estado español.
En momentos de inestabilidad política o revolucionarios, estas regiones intentan ejercer su soberanía para crear instituciones propias. Ejemplos de esto son las juntas provinciales en 1808, el cantonalismo en la Primera República y las juntas provinciales en la Segunda República. Posteriormente, durante el tardofranquismo, los regionalismos cobran fuerza y reclaman autonomía o autogobierno, incluyendo el movimiento independentista canario, el MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario).
Una región es un territorio con características bien determinadas. En la España de la Restauración, debido a las grandes diferencias históricas, geográficas y culturales, surgen expresiones culturales, sociales y políticas de rechazo al centralismo y en defensa del desarrollo de las particularidades regionales. Estas expresiones se conocen como regionalismo.
El regionalismo tiene tres dimensiones:
- Cultural: Defensa de la lengua y la literatura.
- Social: Élite comercial y burguesa asociada al proceso de industrialización.
- Política: Deseo de reformismo político en contra de la centralización del régimen de la Restauración.
Nacionalismo
El nacionalismo es un movimiento de individuos que toman conciencia de constituir una comunidad nacional debido a vínculos históricos, étnicos, lingüísticos, etc., que los unen. Como movimiento político e ideología, está asociado a la formación social del capitalismo. En la práctica, los nacionalismos pueden encubrir intereses de clase.
El concepto de nación nace en la Baja Edad Media. El desarrollo económico conduce a la Revolución Industrial, y la burguesía encabeza movimientos revolucionarios identificados con postulados de igualdad, libertad y fraternidad.
Durante los siglos XIX y XX, las grandes potencias europeas emprenden una política de expansión. El nacionalismo se convierte en la base que justifica el control y la conquista de colonias en nombre de un pueblo o raza escogida.
Tras la Primera Guerra Mundial, surge un nacionalismo producto de la liberación de los pueblos sometidos al colonialismo. Se trata de un proceso revolucionario que favorece la independencia. En la España de la Restauración, especialmente durante la crisis, se produce una reafirmación de los nacionalismos, potenciados por las burguesías locales.
El nacionalismo es una realidad histórica con caracteres diversos y, a veces, contradictorios, en función de los intereses a los que sirve y el momento en que se plantea.
Los nacionalismos suelen ser periféricos. Existen diferencias entre regionalismo y nacionalismo:
- El regionalismo no cuestiona el principio constitucional de la soberanía nacional ni la idea de una patria común. Generalmente, no son separatistas.
- Los nacionalismos plantean el derecho a la autonomía y el autogobierno de regiones con diferencias en lengua, cultura, etc. Son anticentralistas, autonomistas y partidarios de la solución federal, ya sean de orientación conservadora o progresista.
El Nacionalismo Catalán
El regionalismo-nacionalismo catalán se inicia con dos movimientos:
- La Renaixença: Movimiento cultural y literario apolítico surgido alrededor de 1830, cuyo objetivo era la recuperación de la lengua catalana.
- Valentí Almirall: En 1882, siguiendo las ideas federalistas de Pi y Margall, crea el Centre Català, organización política que reivindicaba la autonomía para Cataluña y denunciaba el caciquismo de la Restauración.
Estos movimientos tuvieron poca repercusión, limitándose a sectores individuales. El verdadero nacionalismo catalán tiene sus orígenes en 1885, con la presentación al rey del Memorial de Agravios por parte de la oligarquía agraria e industrial.
Este memorial recogía el sentir y las manifestaciones de la conciencia colectiva catalana, incluyendo medidas proteccionistas para la industria catalana y la formación de un bloque catalanista contra el Estado centralizado. La figura clave de este proceso es Enric Prat de la Riva, quien fundó en 1891 la Unió Catalanista, partido de ideología católica y conservadora. En 1892, redactó las Bases de Manresa, programa político encabezado por la burguesía catalana.
Las Bases de Manresa se consideran el programa político de la autonomía catalana. Solicitaban:
- Poder ejecutivo catalán.
- Poder judicial propio.
- Poder legislativo.
- Oficialidad de la lengua catalana.
Este programa movilizó a la sociedad catalana, pidiendo gobierno y libertades. En 1901, se forma La Lliga Regionalista de Catalunya, partido conservador con gran fuerza entre la burguesía y el campesinado. El obrerismo, al no sentirse identificado, se afianzó al anarquismo.
Figuras destacadas de este movimiento son Enric Prat de la Riva y Francesc Cambó, quienes en 1906 fundaron Solidaritat Catalana, coalición de partidos que abarcaba desde el carlismo hasta el republicanismo, pasando por La Lliga. Solidaritat Catalana supuso el fin del turnismo en Cataluña.
En 1912, Francesc Macià funda el Estat Català, embrión de la futura Esquerra Republicana de Catalunya. En 1932, durante la Segunda República, se concede el Estatuto de Autonomía de Cataluña, y Macià se convierte en el primer presidente de la Generalitat.
El Nacionalismo Vasco
Tras la Tercera Guerra Carlista y la instauración del régimen de la Restauración, se abolieron los fueros y privilegios vascos. Surge un movimiento en defensa de estos privilegios históricos, de la lengua vasca y de sus peculiaridades regionales.
El nacionalismo vasco está indisolublemente unido a Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895. La base social del nacionalismo vasco eran los pequeños artesanos, los campesinos y el clero rural. Con la industrialización, se une la burguesía industrial y urbana. La ideología del PNV era:
- Defensa y recuperación de la identidad vasca.
- Promoción del idioma.
- Apología del mundo rural vasco.
- Conservadurismo ideológico.
- Integrismo religioso católico.
- Radicalismo antiespañol.
Estos ideales nacen de perfiles racistas y xenófobos, orientados hacia personas del interior peninsular que no se identificaban con las costumbres y tradiciones vascas. Arana consideraba que la “españolización” destruía las costumbres vascas.
Esta actitud radical no logró objetivos, por lo que moderaron su lenguaje y demandas, siguiendo el ejemplo del catalanismo político. A través del PNV, se logró el Estatuto de Autonomía del País Vasco en 1936, en plena Guerra Civil Española.
Génesis y Desarrollo del Movimiento Obrero
Los inicios del movimiento obrero en España se sitúan durante el reinado de Isabel II, con el inicio de la industrialización. Sin embargo, no alcanza cierta entidad hasta el Sexenio Revolucionario.
Tras el fracaso de la Primera República, el proletariado abandona los partidos republicano y progresista, dirigiéndose hacia ideologías con mayor compromiso social: el socialismo y el anarquismo. Durante la Restauración, las organizaciones obreras fueron reprimidas y reducidas a la clandestinidad. Con el ascenso de Sagasta, a finales del siglo XIX, las asociaciones obreras volvieron a la legalidad.
El movimiento obrero español se radicalizó, convirtiéndose en uno de los más violentos de Europa. Esto se debe a las difíciles circunstancias de España en la transición entre el Antiguo Régimen y el Nuevo Régimen, así como al retraso de la industrialización y a las políticas proteccionistas del Estado.
El atraso en la industrialización y el proteccionismo hicieron que el proletariado reaccionara contra los considerados culpables de sus pésimas condiciones de vida: los patronos, el Estado y la Iglesia. Las organizaciones obreras españolas se volvieron anticlericales. Los obreros, desilusionados con la Revolución de 1868 y las doctrinas democráticas, consideraron que la revolución debía venir desde abajo.
La industrialización, con la concentración urbana y la creación de núcleos para el proletariado con graves deficiencias, llevó a los obreros a reivindicar mejoras en sus condiciones laborales y de vida.
El inicio del movimiento socialista español está marcado por el pensamiento dogmático francés, influenciado por Pablo Iglesias. El socialismo pretendía la organización de las masas obreras, desechando la violencia y participando activamente en política como partido político, lo que se consigue con el gobierno liberal de Sagasta y la libertad de asociación.
En 1879, Pablo Iglesias funda el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), basado en:
- La posesión política del poder por la clase trabajadora (eliminación de la propiedad privada).
- La consecución de una sociedad sin clases.
- Medidas para mejorar la vida laboral y general: derecho de asociación y reunión, libertad de prensa, sufragio universal, jornada laboral de ocho horas, equiparación salarial.
En 1888-90, el PSOE funda el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) y las Casas del Pueblo, centros culturales y recreativos para la educación y formación de los proletarios. El PSOE se estableció como un partido obrero que se enfrentaba a los burgueses, luchando por el poder a través del sufragio. En la década de 1890, se concentró en el consenso electoral.
En 1910, mediante una coalición republicano-socialista, Pablo Iglesias obtiene su primer acta de diputado para el PSOE. En 1921, un grupo de militantes se separa del PSOE y funda el PCE (Partido Comunista de España), que no tendrá repercusiones políticas hasta la Guerra Civil. La aparición del PCE significa la división tripartita del movimiento obrero.
El Anarquismo
El anarquismo prendió con fuerza en España, sobre todo en la España rural (Andalucía y Cataluña). Los anarquistas españoles, seguidores de las ideas de Bakunin, pregonaban la desaparición de toda forma de poder: Estado, ejército, religión, propiedad, dinero, todo aquello que oprime al hombre. No existe más valor que el del trabajo. La revolución ha de ser violenta.
Los anarquistas son anticlericales, asamblearios y faltos de disciplina. En 1881, al amparo del gobierno liberal de Sagasta, establecen la Federación Anarquista Ibérica (FAI). En torno a 1910, crean el sindicato Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
Los anarquistas se dieron cuenta de que las acciones individuales no eran suficientes. Se organizaron para llevar a cabo acciones terroristas, huelgas, atentados y enfrentamientos violentos contra el Estado, que tuvieron como resultado varios magnicidios (Cánovas, Canalejas, Dato). Conjuntamente con los socialistas, a pesar de sus diferencias, realizaron organizaciones conjuntas, como la huelga general revolucionaria de 1917.