Reinado de Isabel II y Crisis de la Restauración: Etapas y Consecuencias

El Reinado de Fernando VII (1814-1833): Absolutismo y Crisis Sucesoria

El reinado efectivo de Fernando VII comienza en 1814, tras el fin de la Guerra de la Independencia, y se extiende hasta su muerte en 1833. Este periodo se subdivide en tres etapas: el Sexenio Absolutista (1814-1820), el Trienio Constitucional (1820-1823) y la Década Ominosa (1823-1833). En conjunto, supuso un intento de los sectores más intransigentes del absolutismo por conservar el Antiguo Régimen frente a las esperanzas de modernización de los liberales.

Hacia 1830, el país seguía sumido en el caos económico. Solo la industria textil catalana experimentaba un ligero crecimiento. Se producen conspiraciones liberales (Espoz y Mina, Torrijos) que son abortadas. Sin embargo, Fernando VII admitió tímidas reformas (creación del Consejo de Ministros, introducción de un presupuesto formal), lo que llevó a los absolutistas más intransigentes a criticar su postura. Los realistas radicalizaron sus posturas y apoyaron la candidatura al trono de Don Carlos, hermano del rey, que conspiraba abiertamente por la Corona.

En este contexto, se desencadena la crisis sucesoria. Fernando VII no había tenido descendencia de sus tres primeros matrimonios. En 1829, contrae matrimonio con su sobrina María Cristina, que queda embarazada. Fernando VII, queriendo garantizar la descendencia, publicó en marzo de 1830 la Pragmática Sanción, que eliminaba la Ley Sálica y restablecía la línea sucesoria de las Partidas, favorable a la sucesión femenina. Los carlistas protestaron, y Don Carlos consideró que la medida era ilegal. El conflicto se agrava cuando nace la infanta Isabel, convertida en heredera.

El enfrentamiento entre los partidarios del Rey y los carlistas cristalizó en dos partidos opuestos: los absolutistas moderados, aliados con los liberales y partidarios de reformas, que apoyaban a la nueva reina; y los absolutistas intransigentes, que apoyaban a Carlos María Isidro. En septiembre de 1832, se producen los Sucesos de la Granja, cuando a través de intrigas palaciegas se consigue que Fernando VII firme la supresión de la Pragmática. Una vez restablecido, la vuelve a poner en vigor. Destituye a los principales ministros carlistas (Calomarde es sustituido por Cea Bermúdez) y María Cristina preside el Consejo de Ministros. En abril, Carlos abandonó la Corte y se trasladó a Portugal. En septiembre de 1833, muere Fernando VII, con él muere el absolutismo y estalla la Primera Guerra Carlista.

El Reinado de Isabel II (1833-1868): Revolución y Consolidación del Estado Burgués

El reinado de Isabel II constituye una etapa revolucionaria y esencial en la historia de España: el paso de la Monarquía absoluta a un Estado burgués parlamentario y de un régimen económico y social del Antiguo Régimen a un sistema capitalista moderno. La nueva clase dirigente se formó por la alianza de la burguesía de negocios y la nobleza tradicional.

Primera Fase: Minoría de Edad y Regencias (1833-1843)

Durante la minoría de edad de la reina, se suceden dos regencias: la de María Cristina (1833-1840) y la del general Espartero (1840-1843). Este periodo está marcado por la Guerra Carlista (1833-1839), varias constituciones (Estatuto Real de 1834, puesta en vigor de la Constitución de 1812, Constitución de 1837) y continuos levantamientos revolucionarios.

Segunda Fase: Reinado Efectivo de Isabel II (1844-1868)

El reinado efectivo de Isabel II se divide en tres etapas:

  1. Década Moderada (1844-1854)
  2. Bienio Progresista (1854-1856)
  3. Gobierno de la Unión Liberal y Crisis Final del Reinado (1856-1868)

Características del Reinado de Isabel II

El reinado de Isabel II presenta características comunes a lo largo de 25 años:

  • Monarquía liberal conservadora: La Constitución de 1845, de carácter conservador, estuvo en vigor durante todo el periodo. Establecía un régimen basado en la participación política exclusiva de una oligarquía.
  • Apoyo de la Reina al Moderantismo: Isabel II se alineó con los sectores más conservadores. Desde 1863, este alineamiento provocó el alejamiento progresivo respecto de su pueblo y la caída de la monarquía en 1868.
  • Presencia Militar en la Política: La debilidad del sistema parlamentario y la convicción de que un militar garantizaba un gobierno fuerte, propiciaron la participación de militares como Narváez, Espartero, O’Donnell y Prim en la vida política.
  • Partidos Burgueses: La vida parlamentaria estuvo dominada por partidos burgueses (moderados, progresistas y Unión Liberal), excluyendo a demócratas y republicanos. No eran partidos de masas, sino grupos de poder que controlaban la prensa para dominar la opinión pública.
  • Exclusión de la Mayoría: Campesinos, obreros y trabajadores urbanos fueron marginados de la vida política. El régimen liberal supuso una degradación de sus condiciones de vida. Las desamortizaciones convirtieron a los campesinos en jornaleros empobrecidos. En las ciudades, la artesanía desaparecía mientras las fábricas absorbían a una población que trabajaba en condiciones infrahumanas. El gobierno reprimió las protestas violentamente.

Transformaciones Económicas y Sociales: Instauración de la Sociedad Burguesa

Durante el reinado de Isabel II, se produce una cadena de cambios que instauran la sociedad burguesa y capitalista. La riqueza, definida por la propiedad, se convierte en el factor determinante de la escala social.

Fases de la Transformación

  • Hasta 1844: Se desmantela el orden legal del Antiguo Régimen (desamortización de Mendizábal, abolición del mayorazgo y del régimen jurisdiccional, libertad de cercamiento de tierras y de comercialización de productos agrarios, prohibición de los gremios, libertad de industria, supresión de aduanas interiores, eliminación del diezmo).
  • Bienio Progresista (1854-1856): Se construye el orden legal de la sociedad capitalista. Destacan:
  • Desamortización general de Madoz (1855): Afectó a los bienes de la Iglesia, de propios y comunales. Se exigió el pago en metálico para la industrialización del país, especialmente la expansión del ferrocarril. La burguesía fue la gran beneficiada, empeorando las condiciones de vida de los campesinos.
  • Ley de Ferrocarriles de 1855: Reguló las compañías constructoras, garantizó las inversiones extranjeras y eximió del pago de aranceles a los materiales importados. Se produjo un boom ferroviario entre 1855 y 1865.
  • Ley de Emisión de Moneda y Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias (1856): Crearon el Banco de España y regularon la fundación de sociedades por acciones. Se multiplicaron las sociedades financieras y bancarias, muchas de ellas arrastradas por la euforia especulativa.

Unas nuevas Cortes Constituyentes iniciaron la elaboración de una nueva constitución más progresista que no llegó a aplicarse. La agitación social provocó la ruptura entre Espartero y O’Donnell, quien inició un proceso de revisión de la labor del Bienio que trajo la vuelta de Narváez y los moderados al poder en octubre de 1856, volviendo al régimen moderado de la Constitución de 1845.

La Crisis de 1917 y el Fin de la Restauración

En 1902, comienza el reinado de Alfonso XIII, que se prolonga hasta 1931. Este periodo se conoce como la Crisis de la Restauración, sistema instaurado por Antonio Cánovas del Castillo en 1875. Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, se inicia la Regencia de María Cristina de Habsburgo hasta 1902.

Crisis Sucesivas durante el Reinado de Alfonso XIII

  • Crisis de 1905 y 1906: Ley de Jurisdicciones, que pone bajo control de los tribunales militares los delitos contra el ejército y la Patria.
  • Crisis de 1909: Semana Trágica. Moret, líder liberal, se alía con los partidos antidinásticos, rompiendo el Pacto del Pardo.
  • Crisis de los Partidos Políticos: Evidente tras la muerte de Canalejas en 1912.
  • Crisis de 1917: Crisis generalizada que hace tambalearse el sistema.

En estas crisis subyacen problemas como la cuestión social, el malestar en el ejército, el anticlericalismo, el auge de los nacionalismos y el problema de Marruecos.

La Crisis de 1917

La crisis de 1917 se produce en una situación de descontento generalizado. España se convierte en suministradora de los países en guerra durante la I Guerra Mundial, pero solo la oligarquía se beneficia. El resto del país sufre el alza de precios y la escasez de alimentos.

El Gobierno responde a las críticas con la suspensión de las Cortes, la detención de líderes obreros y la restricción de los derechos civiles. Se inicia una triple conmoción revolucionaria:

  • Ejército: Malestar por el atraso técnico, bajos salarios y desigualdades entre africanistas y peninsulares. Se crean las Juntas de Defensa, que piden la regeneración de la vida política.
  • Parlamentarios: Los partidos de la oposición reclaman la reapertura de las Cortes y convocan en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios que propone una reforma a fondo de la vida política.
  • Clase Obrera: Huelga general convocada por la CNT y la UGT en agosto de 1917. El detonante fue la huelga de ferroviarios de Valencia. La huelga se extendió a otras provincias, convirtiéndose en una huelga general indefinida. El Gobierno ordenó la intervención del ejército. La huelga fue especialmente violenta en Asturias. Las consecuencias fueron un centenar de muertos, miles de detenidos y la demostración de la capacidad de movilización de los sindicatos.

Consecuencias de la Crisis de 1917

A partir de 1917, se crean gobiernos de concentración (Maura, Dato, Cambó). Se inicia una etapa (1918-1923) caracterizada por:

  • Represión de los Movimientos Sociales: Escalada de violencia a partir de la huelga de la Canadiense, el lock-out de los empresarios, la formación del Sindicato Libre y la acción directa de los anarquistas. Asesinatos de Eduardo Dato (1921) y Salvador Seguí (1923).
  • Esfuerzo Militar en Marruecos: Culmina con el Desastre de Annual (1921).
  • Fin de la Prosperidad Económica: Generada por la I Guerra Mundial.

Amplios sectores consideran necesaria la intervención de una mano dura para salvar el Estado (Primo de Rivera, el cirujano de hierro). La crisis de la Restauración desemboca en la Dictadura de Primo de Rivera (1923) y, finalmente, en la caída de la monarquía y la proclamación de la II República en 1931.