Contextualización
El período isabelino se caracterizó por la hegemonía del partido moderado, defensor de un liberalismo restrictivo y la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. Este régimen favoreció a los terratenientes y clases conservadoras, excluyendo a la oposición (progresistas y demócratas), quienes recurrieron a pronunciamientos y revoluciones.
En 1868, el Sexenio Revolucionario buscó instaurar la democracia. El Gobierno Provisional, liderado por Serrano y Prim, promulgó la Constitución de 1869 y ofreció el trono a Amadeo I de Saboya. Sin embargo, su reinado fue breve debido a la inestabilidad política, el asesinato de Prim, la oposición de diversos sectores y conflictos como la Guerra de Cuba y la Tercera Guerra Carlista.
Tras la abdicación de Amadeo I en 1873, se proclamó la Primera República, marcada por la inestabilidad, la división entre republicanos, el cantonalismo y la continuidad de los conflictos armados. El golpe del general Pavía en 1874 puso fin a la República, dando paso a la dictadura de Serrano.
En este contexto, Antonio Cánovas del Castillo promovió la restauración borbónica en la figura de Alfonso XII, buscando una solución que garantizara la estabilidad y el orden. El pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto en 1874 proclamó a Alfonso XII como rey, iniciando la Restauración.
El contexto internacional también favoreció la Restauración, con una Europa más conservadora tras la disolución de la Primera Internacional y un clima económico favorable.
Comentario del Manifiesto de Sandhurst
El Manifiesto de Sandhurst, firmado por Alfonso XII, expone su proyecto político: una monarquía hereditaria y constitucional. Se presenta como el único candidato legítimo tras la abdicación de Isabel II en 1870.
El documento critica la situación de España, “huérfana de todo derecho y privada de sus libertades“, refiriéndose a la dictadura de Serrano. Alude a las “libres instituciones que ni en 1812 le impidieron defender su independencia“, recordando la lucha contra Napoleón y el fin del absolutismo.
El proyecto de Alfonso XII, ideado por Cánovas, se basa en los siguientes pilares:
- Monarquía constitucional: La monarquía como forma de Estado incuestionable, basada en la “constitución interna” (Cortes y Monarquía como depositarias de la soberanía).
- Soberanía compartida: Rey y Cortes comparten la soberanía, limitando las conquistas democráticas de 1869.
- Constitución de 1876: Busca un equilibrio entre las constituciones de 1845 y 1869, otorgando al monarca un papel preponderante y dejando la regulación de derechos a leyes posteriores.
- Turnismo: Alternancia pacífica en el poder entre el Partido Conservador (Cánovas) y el Partido Liberal (Sagasta), excluyendo a los partidos antisistema.
- Bipartidismo: Dos grandes partidos dinásticos que monopolizan la vida política, controlando las elecciones mediante el caciquismo y el pucherazo.
El sistema canovista logró la estabilidad política y la consolidación del liberalismo-capitalismo, superando los conflictos carlistas y la Guerra de Cuba. Además, buscó recuperar el prestigio internacional de España.
El Manifiesto también destaca la importancia del catolicismo, buscando el apoyo de la Iglesia y contrarrestar la influencia carlista.
Términos
Monarquía constitucional
Sistema de gobierno presidido por un Rey, sujeto al mandato de una Constitución.
Liberal
Doctrina que defiende la supremacía de las leyes naturales, la exaltación del individuo, la no intervención del Estado en la vida social y económica, y el origen parlamentario de las leyes.
Cortes
Órgano legislativo y representativo de la nación, con origen en las instituciones medievales españolas.