Resumen Completo de la Historia de España: Pueblos Prerromanos a Reyes Católicos

Historia de España: Desde los Pueblos Prerromanos hasta los Reyes Católicos

1.2. Los pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos. Tartesos

Tartessos (VIII-VI a.C.) se ubicaba en Andalucía occidental. Su economía se basaba en la minería, la ganadería, la metalurgia del bronce y el comercio con fenicios y griegos. Los íberos se asentaron en el sur de la Península y en la costa mediterránea. Su economía se sustentaba en la agricultura, la ganadería y el comercio, llegando a acuñar moneda. La sociedad era tribal, muy jerarquizada y gobernada por monarquías. Desarrollaron la escritura y esculturas como la Dama de Elche y la Dama de Baza. Los celtas procedían del centro de Europa, y ocuparon la Meseta Norte y el noroeste de la Península. Aportaron el uso del hierro, se asentaron en poblados llamados castros y su principal actividad era la ganadería. Los celtíberos se asentaron en el centro peninsular. Los fenicios proceden del Mediterráneo Oriental (actual Líbano). Se asientan en colonias como Gadir (Cádiz), Malaka (Málaga), Sexi (Almuñécar) o Abdera (Adra). Aportaron el torno del alfarero, la escritura y el culto a Melqart. Los griegos fundan Emporion (Ampurias) y Rhode (Rosas). Desarrollan una economía comercial. Los cartagineses entraron en conflicto con Roma. En España fundan Ebusus (Ibiza) y Cartago Nova (Cartagena). Sus más importantes caudillos fueron Amílcar, Asdrúbal y Aníbal.

1.3. Conquista y romanización de la Península Ibérica. Principales aportaciones romanas en los ámbitos social, económico y cultural.

La primera fase de la conquista romana (218-197 a. C.) se desarrolló durante la segunda guerra púnica contra los cartagineses de Aníbal. Las guerras celtíbero-lusitanas suponen la segunda fase (155-133 a. C.) y perduraron a través de mitos como el de Viriato o la resistencia de Numancia. Las guerras cántabro-astures (29-19 a.C.), dirigidas por el emperador Augusto, culminaron la conquista romana de la Península. Tras la conquista, la provincia de Hispania fue dividida en tres territorios: la Tarraconense, con capital en Tarraco (Tarragona); la Lusitania, con capital en Emérita Augusta (Mérida); y la Bética, con capital en Corduba (Córdoba). Por romanización se entiende la asimilación de la cultura y las formas de vida romanas por parte de los pueblos conquistados. Se llevó a cabo a través de la extensión de la vida urbana, la influencia del ejército, la fundación de colonias y la concesión de la ciudadanía romana. El latín se impuso sobre las lenguas indígenas. En el arte, destacaron los acueductos como el de Segovia o el de los Milagros en Mérida; los teatros como los de Mérida o Cartagena; y puentes como el de Alcántara en Cáceres. El derecho romano regulaba las relaciones privadas y la administración pública. Por último, durante el Alto Imperio se extendió el cristianismo.

1.4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios

Los visigodos llegaron a un pacto con Roma, por el que se les concedió tierras en el sur de la Galia (Francia) y en Hispania a cambio de expulsar a los suevos, vándalos y alanos. En un principio se asentaron en Toulouse, hasta que la derrota en Vouillé (507) frente a los francos les obligó a asentarse en la Península, estableciendo su capital en Toledo. La monarquía visigoda era electiva. Para el gobierno el rey se servía del Aula Regia y del Officium Palatinum. Los visigodos pusieron a la cabeza de cada provincia a un gobernador o duque. Posteriormente, dividieron las provincias en condados. El rey Recaredo se convirtió al catolicismo en el Tercer Concilio de Toledo (589). A partir de ese momento, los Concilios de Toledo tuvieron carácter de asamblea legislativa. Recesvinto recopiló toda la legislación en el Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo. Los únicos que quedaron discriminados fueron los judíos. Al final de la monarquía visigoda surgieron guerras por la sucesión al trono, lo que provocó la irrupción musulmana en el año 711.

2.1. Al-Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba

Aprovechando la guerra civil entre los seguidores del rey visigodo Witiza y de don Rodrigo, los musulmanes del norte de África apoyaron el bando witizano. Tariq venció al ejército de don Rodrigo en la batalla de Guadalete (711), lo que puso fin a la monarquía visigoda. Más tarde, Musa cruzó el estrecho, se unió a las tropas de Tariq y se consumó la conquista de la Península. El período del emirato dependiente (714-756) fue una fase de inestabilidad política y de enfrentamientos entre los árabes y los bereberes. Los avances de los musulmanes cesaron en la batalla de Covadonga (722) y la batalla de Poitiers (732). En la etapa del emirato independiente (756-929), Abd-al-Rahman I, un Omeya que había huido de la matanza de su familia por los Abbasíes de Damasco, consiguió llegar a la Península y se proclamó emir independiente, aunque en el terreno religioso seguía dependiendo del califa de Bagdad. Durante el período del califato de Córdoba (929-1031) Abd-Al-Rahman III se autoproclamó califa y se independizó definitivamente del califato de Bagdad. Asimismo, fue la época de máximo esplendor cultural y artístico de Al-Ándalus. En el terreno militar, la figura más destacada fue Almanzor, quien ejerció el poder bajo una dictadura. Muerto Almanzor, las luchas políticas provocaron la desintegración del califato en los reinos de taifas.

2.2. Al-Ándalus: reinos de taifas. Reino nazarí

La falta de autoridad, el creciente poder del ejército, las tendencias revolucionarias del pueblo y las divisiones étnicas provocaron la caída del Califato en 1031 y la división de Al-Ándalus en los reinos de taifas. La época de los reinos de taifas fue un periodo de crisis política y militar, pero de gran brillantez cultural. Los reyes cristianos ayudaban a las taifas en sus enfrentamientos a cambio de recibir parias (tributos). El Imperio almorávide (1086-1146), en el norte de África, fue llamado por los reyes taifas tras la toma de Toledo por los cristianos (1085), y venció a Alfonso VI en Sagrajas (Badajoz). La decadencia del Imperio almorávide llegó pronto y desembocó en la aparición de una segunda etapa de reinos de taifas. El Imperio almohade (1170-1212) acudió llamado por los reinos de taifas. Tras iniciales victorias (Alarcos, 1195), fueron derrotados por una coalición de los reinos cristianos (Castilla, Aragón y Navarra) en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). La pérdida de poder de los almohades supuso una nueva fragmentación de Al-Ándalus en unas terceras taifas, que fueron sometidas a lo largo del s. XIII por los reyes de Castilla y de Aragón. El reino nazarí de Granada (1246-1492) mantuvo su independencia gracias al vasallaje frente a Castilla, la ausencia de tensiones religiosas y la llegada masiva de andalusíes. Durante el siglo XV conoció su máximo esplendor con Yusuf I y Muhammad V.

2.5. Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental

En las monarquías medievales el rey ocupaba la cima del poder feudal y no tenían una capital fija. A partir del siglo XIII surgieron las Cortes, que discutían y votaban las peticiones económicas del rey. En Castilla, el principal órgano municipal era el concejo, gobernado por los regidores y, desde finales del siglo XIV, por los corregidores. En Aragón, el gobierno de los municipios lo desempeñaba un justicia o alcalde. En Cataluña, el municipio era gobernado por los magistrados locales y los consellers. El régimen señorial se basaba en los señoríos o territorios concedidos por el rey a un particular o a un colectivo. En los comienzos de la reconquista apareció el primer tipo de señoríos, los llamados solariegos, que a partir del siglo XII se convirtieron en señoríos jurisdiccionales, cuyo señor asumió las funciones del rey, con lo que el régimen señorial limitó la autoridad de la Corona. La sociedad de los reinos cristianos era una sociedad estamental. Nobleza y clero son los privilegiados, con exención de impuestos y leyes propias. El pueblo llano son los campesinos, artesanos y pequeños burgueses, los cuales pagaban impuestos y no tenían privilegios. Los judíos y mudéjares (musulmanes en territorio cristiano) son grupos menos integrados, pero conviven con los cristianos. Los siervos, campesinos o domésticos, podían serlo por deudas o capturados en guerras, y pueden ser vendidos o liberados.

2.6. Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al final de la Edad Media

Las Cortes de Castilla reunían a la nobleza, el clero y de las ciudades. Estas Cortes aprobaban los impuestos, pero no las leyes. Los reyes cristianos crearon una monarquía autoritaria con la aparición de la Audiencia de Valladolid en 1442, una Hacienda pública, el Consejo Real, un ejército permanente y la figura del corregidor para el gobierno de los municipios. La Corona de Aragón se compone de los reinos de Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares. Sus características son el pactismo y la diversidad territorial. Las instituciones más importantes de la Corona de Aragón son: el Consejo Real, la Hacienda Real, la Real Audiencia y las Cortes Generales. Pero cada reino tiene sus cortes particulares. A mediados del s. XIV aparece en Cataluña la Diputación General o Generalitat. Un cargo específico del reino de Aragón fue el Justicia de Aragón, cuya función era la defensa de los fueros de Aragón. Los municipios estaban gobernados por un delegado, unos magistrados (consellers en Cataluña) y una asamblea. En Navarra, las instituciones estaban compuestas por un Consejo Real, unas Cortes y la Diputación de los Tres Estados.

3.1. Los Reyes Católicos: unión dinástica e instituciones de gobierno

La guerra por el trono de Castilla a la muerte de Enrique IV, entre su hija Juana “la Beltraneja”, con el apoyo de Portugal, y su hermanastra Isabel, con apoyo de Aragón, acabó con la victoria del bando isabelino en Toro (1476). Posteriormente se firmó el tratado de Alcaçovas (1479), en el que Portugal reconoce a Isabel como reina de Castilla y se delimita el Atlántico entre Castilla y Portugal. La unión entre Castilla y Aragón fue dinástica entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Cada reino conservó sus propias instituciones. Los Reyes Católicos crearon un Estado Moderno y gobernaron de forma autoritaria. Las Cortes de Aragón conservaron su carácter pactista. Las ciudades pierden independencia al aceptar a los corregidores. Los Reyes Católicos crearon los Consejos, entre los que destacan el Real o de Castilla, el de Aragón, el de Indias, el de Hacienda y el de la Inquisición. Surgen las chancillerías, encargadas de la justicia (Valladolid y Granada). Crearon dos Audiencias (Santiago de Compostela y Sevilla). Otra institución nueva fue la Santa Hermandad, para mantener la seguridad. En esta época aparece un ejército permanente. Se crea la figura de los virreyes, representantes de los reyes.