Revolución Argentina y Revolución Libertadora: Golpes de Estado y Dictaduras en Argentina

La Revolución Argentina (1966-1973)

Objetivos de la Revolución Argentina

Los objetivos de la autodenominada “Revolución Argentina” debían plasmarse transitando tres tiempos, con el fin de lograr la estabilidad y eliminar lo que consideraban el “enemigo comunista”:

  • Tiempo económico: Se buscaría destrabar el desarrollo industrial, facilitando la acumulación de los sectores modernos. Estos, al disminuir los costos operativos, constituirían un aparato productivo más eficiente, con el objetivo de acabar con la inflación y los recurrentes ciclos depresivos.
  • Tiempo social: Una vez alcanzado el primero, se buscaría redistribuir la riqueza, superando el carácter regresivo e inevitable de la etapa anterior y eliminando los conflictos sociales.
  • Tiempo político: En última instancia, el plan contemplaba una apertura democrática para la sociedad en el marco de un sistema institucional distinto al vigente hasta 1966, sin las antinomias de peronistas contra antiperonistas.

Causas del Golpe de Estado de 1966

El gobierno de Arturo Illia debió afrontar la debilidad derivada de haber sido elegido en elecciones en las que el peronismo votó en blanco, ganando Illia por minoría. La falta de reconocimiento por parte de los simpatizantes peronistas se vio afectada por un plan de lucha del movimiento obrero. En 1965, el gobierno convocó a elecciones legislativas, eliminando las proscripciones anteriores y permitiendo que los peronistas participaran. En un intento de lograr legitimidad, se propuso ganarle al peronismo en las urnas. El peronismo presentó sus propias listas de candidatos y triunfó ampliamente en las elecciones contra la Unión Cívica Radical del Pueblo. Este triunfo agitó la situación interna de las Fuerzas Armadas. El descontento militar se combinó con una fuerte campaña de desprestigio impulsada por sectores económicos conservadores que criticaban las políticas del gobierno radical, la política petrolera y cierta autonomía respecto de Estados Unidos. Existía un fuerte apoyo al golpe, excepto por parte del radicalismo, el comunismo y los socialistas. También contaba con el apoyo de un considerable sector del movimiento sindical. Ante la presión de todas estas fuerzas sobre el gobierno, consiguieron debilitarlo y derrumbarlo en la opinión pública. El general Juan Carlos Onganía, líder de los “azules”, empezó a verse como la “única vía para garantizar orden y autoridad”. Toda esta coalición confió en el ejército para la “modernización y organización del país”.

La Revolución Libertadora (1955-1958)

La “Revolución Libertadora” fue el nombre con el que se autodenominó la dictadura cívico-militar que gobernó la República Argentina tras derrocar al presidente constitucional Juan Domingo Perón, clausurar el Congreso Nacional y deponer a los miembros de la Corte Suprema mediante un golpe de Estado iniciado el 16 de septiembre de 1955. El primer gobernante de facto de la Revolución Libertadora fue el general de división Eduardo Lonardi, quien fue luego sustituido por el teniente general Pedro Eugenio Aramburu.

Antecedentes de la Revolución Libertadora

Los cruces con los militares comenzaron en ocasión de la reforma constitucional de 1949, en la que se le otorgaba más atribuciones al gobierno para intervenir en la economía, lo que generaba malestar en las clases conservadoras. Posteriormente, estas fricciones se profundizaron cuando en 1951 se comenzó a hablar de la posibilidad de que Eva Perón fuese candidata a vicepresidente.

Triunfo de la Revolución Libertadora

Los enfrentamientos finalizaron cuando en la madrugada del 20 de septiembre de 1955, tanques del Ejército cañonearon y demolieron la sede de la Alianza Libertadora Nacionalista en el centro de Buenos Aires, sin causar muertos, aunque hubo 54 detenidos.

Legislación Laboral durante la Revolución Libertadora

Se aprobó el régimen de asignaciones familiares para empleados de comercio y trabajadores de la industria. También se aprobó la primera regulación laboral específica para trabajadores domésticos, concediéndoles beneficios laborales como vacaciones pagadas, salario por enfermedad y condiciones de trabajo.

Política Económica durante la Revolución Libertadora

Argentina ingresó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial. Se realizó y se finalizó una buena cantidad de obra pública.

Relaciones Exteriores durante la Revolución Libertadora

El gobierno de facto de Aramburu libró una dura batalla con el dictador paraguayo Alfredo Stroessner, tanto por motivos geopolíticos como doctrinarios. Debido al atentado realizado el 25 de mayo de 1957 por agentes del gobierno militar argentino para asesinar a Juan D. Perón, Venezuela expulsó al embajador argentino en ese país, hecho que llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Política Cultural y Educativa durante la Revolución Libertadora

Siguiendo la política de proscripción del peronismo, la dictadura militar reprimió la expresión de las ideas de esa corriente política. De ese modo, fueron clausuradas distintas publicaciones. También se dejaron sin efecto los nombres alusivos al peronismo, tales como Eva Perón y Juan Domingo Perón. Además, se cambió el nombre de las provincias Eva Perón (que tomó el nombre de La Pampa) y Presidente Perón (que pasó a denominarse Chaco) y de la ciudad Eva Perón, que retornó al nombre de La Plata. En materia universitaria, la Revolución Libertadora restableció un régimen de autonomía universitaria.

El gobierno militar implementó una política de desfinanciamiento y postergación de la Universidad Obrera Nacional (UON), creada durante el gobierno de Perón. Los estudiantes de la UON se organizaron para reclamar la misma organización y reconocimiento que las demás universidades, y comenzaron a denominarla Universidad Tecnológica Nacional, denominación que finalmente fue adoptada de manera oficial cuando la misma fue reconocida y organizada como universidad en 1959.

Peronismo y Antiperonismo: Un Debate Histórico

Históricamente, peronistas y antiperonistas se han acusado mutuamente de no proceder en forma democrática: el peronismo señalando la participación de los políticos antiperonistas en complots, actos terroristas e intentos de golpes de Estado; y el antiperonismo señalando el proceder autoritario del gobierno peronista, el control de los medios de comunicación y las acciones represivas. Sin embargo, esos debates se han ido atenuando desde la instalación definitiva de la democracia el 10 de diciembre de 1983.