Romanización en la Península Ibérica: Etapas, Legado y Sociedad

Factores del Proceso de Romanización

1. Introducción

La romanización es el proceso de adscripción de la Península Ibérica a la cultura romana. Fue más profunda en las zonas del Sur y Este peninsular que fueron conquistadas antes y habían entrado en contacto con los pueblos colonizadores. Conocemos por romanización el uso de:

  • Lengua común (latín).
  • Incorporación del derecho romano.
  • Instauración de instituciones políticas (municipios y provincias).
  • Difusión de concepciones artísticas.
  • Extensión de creencias religiosas (cristianismo).

La civilización romana abarca un periodo comprendido entre el 753 a.C. con la fundación de Roma y el 476 d.C. cuando se depuso al último emperador. La historia romana comprende 3 etapas y en la Península se da sólo parte de la etapa republicana y la etapa imperial:

  • Monarquía (753-509 a.C.)
  • República (509-29 a.C.)
  • Imperio (29 a.C – 476 d.C.)

2. La Conquista de la Península Ibérica

2.1. Primera etapa: ocupación de la Hispania mediterránea

2.2. Segunda etapa: penetración en la Meseta

2.3. Tercera etapa: sumisión de la franja cantábrica

3. Romanización y Legado Cultural

3.1. La administración provincial

En 197 a.C. Roma dividió el territorio en provincias: la Citerior (Valle del Ebro y costa mediterránea) y la Ulterior (valle del Guadalquivir) en las que predominó la administración militar con un pretor al frente.

En el 27 a.C. Octavio estableció una nueva división: Tarraconensis, Lusitania y Bética, administradas por legados imperiales si había estacionadas legiones, o por el Senado si estaban pacificadas. Estas se dividieron en conventos jurídicos para una mejor administración de justicia.

La última división la hizo el emperador Diocleciano en 6 provincias:

  • Gallaecia à Bracara
  • Lusitania à Emerita Augusta
  • Bética à Córdoba
  • Carthaginensis à Cartagena
  • Tarraconensis à Tarragona
  • Belearica à Palma

Bajo Imperio, Hispania fue constituida en diócesis (diócesis de las hispanias) y tuvo un vicario encargado de su gobierno.

3.2. La urbanización. Las obras públicas. La ciudad hispanorromana

La ciudad fue la unidad administrativa básica por los romanos y el instrumento de romanización de los territorios conquistados.

A) Creación de nuevas ciudades. Estas colonias seguían el modelo de la Roma y se poblaban con ciudadanos procedentes de Roma o de Italia y con soldados veteranos licenciados (libres de sus obligaciones militares). Los emperadores que impulsaron la creación de nuevas ciudades en Hispania fueron Octavio, Claudio, la dinastía de los Flavios y Adriano.

B) Transformación de poblaciones ya existentes en ciudades romanas, que pasaban a ser ciudades federadas (libres de impuestos y ocupación militar). Habían colaborado con los romanos durante la ocupación y por ello recibían un trato privilegiado (Malaca, Gades, Saguntum, Cartagonova y Tarraco).

La ciudad presentaba un plano de planta ortogonal con dos grandes ejes: cardo y decumanus. Una muralla delimitaba la ciudad y servía como medio de defensa. Disponía de un foro o centro urbano, donde se encontraba la basílica (edificio dónde se impartía justicia), la curia (administración municipal), los templos y las tabernae (tiendas). Había termas o baños públicos con 3 piscinas y, a veces, gimnasio. Albergaban monumentos conmemorativos como los arcos de triunfo. Estaban dotadas de infraestructuras para las comunicaciones (puentes, calzadas, puertos y faros), sanitarias (red de cloacas) y para el abastecimiento de agua (acueductos y cisternas).

En el extrarradio se encontraban las necrópolis (cementerios) y los edificios para los espectáculos públicos (teatros, anfiteatros y circos).

3.3. Estructuras económicas

La economía urbana giraba alrededor de la ciudad como centro de producción, comercio y administración del territorio. La economía era de tipo esclavista, buena parte de los bienes exportados eran producidos por esclavos en las minas y los latifundios.

La agricultura era el sector más importante de la economía y empleaba al 90% de la mano de obra. Las tierras conquistadas eran consideradas como propiedad del Estado romano, aunque después se repartieron entre los habitantes, los veteranos de guerra y los miembros del orden senatorial que constituyeron grandes latifundios.

Los romanos aportaron a la agricultura adelantos como el arado, el trillo, el barbecho y el perfeccionamiento del regadío. Los cultivos principales fueron el trigo, la vid, el olivo, el lino y el esparto. Las provincias más ricas fueron Bética y Tarraconensis. El aceite se exportaba en gran cantidad al resto del imperio. La ganadería lanar alcanzó un gran desarrollo.

En artesanía sobresalieron los textiles, el lino de Játiva y el esparto de Cartagena. Las armas de Toledo, los salazones y el garum, que eran muy apreciados, en el litoral mediterráneo (Cádiz, Villaricos y Cartagena).

La minería fue uno de los sectores de la economía de Hispania. Las minas eran propiedad del Estado que las explotaba directamente o las arrendaba. Las principales producciones fueron oro, plata, cobre y mercurio.

El comercio entre Hispania y el resto del Imperio se hacía a través de los puertos de Cádiz, Cartagena y Tarragona. El comercio interior transitaba por las calzadas. Vía Augusta, Vía de la Plata y Asturica Augusta.

3.4. Estructura social

La sociedad romana era desigual: los habitantes del imperio no tenían los mismos derechos.

  • Esclavos. Eran considerados cosas y no poseían ningún derecho. Sus dueños podían castigarlos, venderlos o matarlos. Sus condiciones de vida variaban según su trabajo. La existencia era más dura para los empleados de los latifundios y las minas, los empleados en el servicio doméstico gozaban de mejores condiciones.
  • Los libres. Eran considerados personas aunque se dividían en categorías desiguales.
  • Orden senatorial (colonos): miembros de la clase senatorial y grandes propietarios de tierras. Influían en la vida política y cultural de Roma.
  • Orden ecuestre (caballeros): ocupaban puestos intermedios del ejército o de la administración del imperio.
  • Decuriones: miembros de las oligarquías urbanas que gobernaban municipios.
  • Plebe: campesinos y artesanos. A veces, se agrupaban en asociaciones de oficios llamadas collegia.

En el año 212 d.C., el emperador Caracalla promulgó la Constitución Antoniana que concedía la ciudadanía romana y la igualdad de derechos a todos los habitantes del Imperio.

3.5. El legado cultural

El legado cultural romano se aprecia en la lengua (latín), el derecho romano y la religión.

  • La lengua. El triunfo del latín supuso la desaparición de las lenguas prerromanas excepto el vascuence. El latín que era la lengua oficial, sirvió como vehículo de expresión de creaciones de los intelectuales hispanos como el filósofo Séneca.
  • El derecho romano, además de regular la convivencia de una sociedad más compleja que la indígenas, constituyo el instrumento que simbolizaba las relaciones de tipo público entre los habitantes de Hispania y el Estado.
  • La religión. Durante los primeros siglos se respetaron los cultos indígenas. La tolerancia de Roma exigía a cambio el culto al emperador, exigencia que fue rechazada por el cristianismo monoteísta por lo que fue perseguido. El Edicto de Milán autoriza el culto público cristiano; el Edicto de Tesalónica declara el cristianismo como la única religión oficial del imperio.

3.6. El arte

El arte romano es heredero del arte griego al que añadieron un gran sentido práctico.

  • Puentes.
  • Calzadas con finalidad militar y administrativa que facilitaba el desplazamiento de legiones y contribuían a mejorar las relaciones económicas y a cimentar la unidad del imperio.
  • Acueductos.
  • Teatros.
  • Anfiteatros destinados a la lucha de gladiadores o fieras. Se formaban por la unión de dos teatros.
  • Arcos de triunfo para conmemorar victorias de los ejércitos romanos y para separar territorios y límites entre provincias o conventos jurídicos.
  • Termas eran baños públicos pero también lugares de reunión.
  • Templos.
  • Faros y murallas.

En escultura, además de las obras de inspiración griega, desarrollaron el retrato y el relieve histórico. Otro género artístico fue el mosaico.

4. La Crisis del Siglo III y el Fin del Imperio

A lo largo del S.III Roma vivió un periodo crítico. La crisis afecto al sistema económico y social e incluso a la política del imperio.

Las causas fueron la enorme extensión del imperio y las cargas financieras. Las conquistas habían acabado y había disminuido la aportación de esclavos. Empezaba la penetración de los pueblos bárbaros que exigía organizar enormes y costosos ejércitos. Sus generales se convierten en árbitros de la vida política y se imponen a los emperadores. A este periodo se le conoce como anarquía militar. La inestabilidad fue detenida por Diocleciano que estableció la monarquía absoluta.

Sobre las ciudades recaían los aumentos de impuestos destinados al pago de los ejércitos. Las clases superiores abandonan las ciudades para instalarse en latifundios a los que acuden en busca de protección los habitantes libres de las ciudades. Estos arrendaban las tierras a los propietarios a cambio de un canon y establecían una relación de dependencia. Este sistema recibe el nombre de colonato.

Las ciudades se reducían y se amurallaban para hacer frente a las invasiones de los bárbaros. El imperio romano se transformaba en un mundo rural. Durante el S.V Hispania sufrirá las invasiones de varios pueblos germanos, el más importante es el visigodo que sustituye a Roma a la caída del imperio.

5. Conclusión

La romanización se inicia con la conquista peninsular que introduce a Hispania a su organización administrativa, económica, social y cultural, en un nivel de desarrollo que influye en la cultura de nuestros días.

Al-Ándalus: Evolución Política

Introducción

Al-Ándalus fue el nombre que dieron los musulmanes a la Península Ibérica.

En el año 711, los musulmanes habían creado un imperio que se extendía desde el Indo hasta la Península Ibérica. Las razones son:

  • Problemas internos de los Estados conquistados (persas, visigodos, bizantinos).
  • El empuje de una nueva religión.
  • El trato benigno que dieron a cristianos y judíos.

1. La Conquista de la Península Ibérica

En el año 710 los partidarios de los hijos de Witiza, antiguo rey visigodo, piden ayuda a los musulmanes para enfrentarse al rey Rodrigo. Musa, gobernador de la provincia de Ifriquiya, envía una expedición de 400 soldados, la mayoría beréberes al mando de Tarif que apenas encontró resistencia. En el 711, 7000 soldados mandados por Tariq derrotaron al rey Rodrigo en la Batalla de Guadalete y abrieron el camino a Córdoba, Toledo y la Meseta Norte.

En el 712, Musa cruzó el estrecho con un ejército compuesto por árabes que emprendió la ruta de Sevilla a Mérida y la meseta. Abd al Aziz, hijo de Musa, quien completó el dominio del Sur de la Península y firmó “Pactos de Sumisión” con nobles visigodos. El más conocido es el Pacto de Tudmir que a cambio de entregar varias ciudades y pagar una serie de impuestos, logró que se respetara la religión de los hispanovisigodos.

En 718 los musulmanes dominaban la Península Ibérica. Sólo encontraron resistencia en la zona cantábrica (futuros reinos cristianos) encabezada por Pelayo, un noble visigodo. Las razones de la rápida conquista musulmana fueron:

  • Los enfrentamientos de los visigodos.
  • La tolerancia árabe.
  • El apoyo de los judíos.
  • Los pactos de capitulación.

2. Las Etapas de Al-Ándalus

A) Emirato dependiente de Damasco (711-756)

Al-Ándalus era una provincia dependiente del califato Omeya de Damasco, aunque era administrada desde Ifriquiya. La capital fue Sevilla hasta el 717 que pasó a Córdoba. Esta etapa se caracteriza por los enfrentamientos entre musulmanes de diferente etnia:

  • Árabes de los valles del Guadalquivir y del Ebro.
  • Beréberes de las zonas montañosas de Andalucía y centro de la Península Ibérica.

Para hacer frente a estas luchas, el califa mandó tropas sirias. En el 750 se produjo la emigración y expulsión de beréberes al Norte de África. Los enfrentamientos concluyeron con la instauración del emirato independiente.

B) Emirato independiente (756-929)

Fundado por Abd-al-Rahman I, príncipe Omeya que sobrevivió a la matanza de los Omeyas ordenada por Abul-Abbas, fundador de la dinastía abasí.

Abd-al-Rahman, fugitivo en el Norte de África, consiguió el apoyo de beréberes y de los partidarios de los Omeyas, desembarcó en Almuñécar y ocupó Córdoba en el 756. Al-Ándalus se independiza de Bagdad pero acepta la autoridad religiosa del califa de Bagdad.

Abd-al-Rahman fortaleció su gobierno creando un ejército profesional de mercenarios beréberes y de esclavos. Inició la construcción de la mezquita de Córdoba. Sus herederos Hixam I y Al-Hakam I se enfrentaron a sublevaciones muladíes y mozárabes.

Abd-al-Rahman II fundo la ciudad de Murcia.

La más grave de las rebeliones fue la de Omar ibn Hafsun, un muladí que se declaró independiente de Córdoba y que llegó a dominar un territorio comprendido entre el castillo de Bobastro y Elvira.

C) El califato de Córdoba (929-961)

Su fundador fue Abd-al-Rahman III, emir desde el 912, quien acabó con la sublevación de los hijos de Omar ibn Hafsun y en el 929 proclamó el Califato de Córdoba, la unificación de Al-Ándalus y rompió los lazos religiosos que le unían a Bagdad.

El califato fue la época de máximo poder y esplendor de los musulmanes. Los reinos cristianos estaban sometidos a Córdoba, a la que pagaban tributos. En África del norte se extendía el poder del califato. Córdoba era la ciudad más grande de Europa.

Abd-al-Rahman III mandó edificar un palacio extraurbano, Medina-Azahara, que se convirtió en la corte cordobesa.

Al-Hakam II el Sabio construyó las zonas más lujosas de la mezquita y creó una biblioteca de más de 400.000 volúmenes. Le sucedió su hijo Hixam II de 12 años. La autoridad recae en Almanzor que era de ascendencia árabe y había ocupado diversos cargos hasta ser hachib (primer ministro). Se convirtió en un dictador militar y llevó a cabo numerosas expediciones contra los reinos cristianos en busca de botín con el que pagar a los soldados mercenarios. Saqueó Salamanca, Barcelona, León y el santuario cristiano de Santiago.

Para ganarse el apoyo de los alfaquíes (religiosos entendidos del Corán) ordenó expurgar de libros impíos la biblioteca de Al-Hakam II y construyó la mayor ampliación de la mezquita de Córdoba. Su muerte inicia la crisis del califato. Se pretendió crear una dinastía amirí, el intento de uno de sus hijos de hacerse nombrar califa desembocó en un período de anarquía. En 1031 un grupo de notables de Córdoba declaran abolido el califato.

D) Reinos de Taifas

A la caída del califato, Al-Ándalus se divide en reinos de taifas. Taifa significa partido. Esta época señala el declive musulmán frente al resurgir de los reinos cristianos.

Las taifas se dividen en:

  • Taifas árabes (Córdoba, Sevilla, Zaragoza)
  • Taifas beréberes (Granada, Badajoz)
  • Taifas eslavonas (Valencia, Denia).

Desarrollaron una brillante cultura pero su debilidad política y militar les obligó al pago de “parias” en oro a los reinos cristianos. La conquista de Toledo en 1085 por el rey Alfonso VI, hizo a los reyes de taifas a pedir ayuda a los almorávides.

E) Dominio almorávide (1086-1140)

Almorávide significaba “el que habita en el santuario”, fue un grupo o secta religiosa que pretendía la vuelta a un islamismo más puro.

Los almorávides derrotaron a Alfonso VI aunque no reconquistaron Toledo, se apoderaron de las taifas y unificaron Al-Ándalus. Alfonso I el Batallador conquistó Zaragoza. Los núcleos mozárabes tuvieron que emigrar a la España cristiana.

La rudeza de los nuevos dominadores, aceptada de mala gana por los andalusíes desembocó en un desmembramiento de Al-Ándalus (segundas taifas).

F) Los almohades

El almohade fue un movimiento religioso que defendía la unidad de Dios. En 1147 establecieron su capital en Sevilla y unificaron Al-Ándalus. Frenaron la reconquista. La derrota de las Navas de Tolosa marcó su decadencia. Surgieron las terceras taifas ocupadas en el siglo XIII por Castilla y Aragón, sólo sobrevivió Granada.

La última invasión norteafricana fue la de los beréberes que llegaron a ocupar Ceuta pero fueron derrotados por los cristianos en la Batalla del Río Salado.

G) El reino nazarita de Granada

La presencia musulmana quedó reducida al reino de Granada. Su larga duración se explica por su vasallaje a Castilla, por los problemas del siglo XIV y por el carácter montañoso de su territorio.

3. Conclusión

La invasión musulmana iniciada en el año 711 dividió a la Península Ibérica en dos partes: la cristiana en el Norte y la Andalusí en el resto. Al-Ándalus fue una sociedad diversa, tanto desde el punto de vista étnico como cultural, que alcanzó su máximo esplendor con el califato. Fue la sociedad urbana más adelantada de Europa.