La Segunda República Española: Crisis de la Coalición y Bienio Conservador (1931-1936)
3.2 Los problemas de la coalición republicano-socialista
La gestión del gobierno se vio afectada por la crisis económica internacional de 1929. Aunque España sufrió menos debido a su limitada relación con los mercados internacionales, la reducción del flujo de emigrantes hacia América exacerbó el desempleo. Los problemas económicos de España incluían un reparto desigual de la tierra, una industria poco competitiva, alta tasa de desempleo en el campo y un déficit comercial.
Las medidas del gobierno, como el aumento de salarios y la reducción de la deuda pública, no lograron estabilizar la economía, ya que la reducción del gasto público y la falta de inversión pública y privada aumentaron el desempleo.
Conflictividad social
La lenta implementación de las reformas generó desilusión y radicalización entre los trabajadores. La CNT, el PSOE y el PCE impulsaron huelgas generales y levantamientos campesinos. La revuelta minera del Alto Llobregat y la revuelta de Casas Viejas (1932), donde se produjo una dura represión, aumentaron la polarización social y la desconfianza en el gobierno.
Reorganización de la derecha
La política reformista generó alarma en sectores conservadores como la Iglesia, el ejército, los grandes propietarios y la patronal. En este contexto, surgieron formaciones políticas de derecha y extrema derecha. El Partido Radical de Lerroux y la CEDA de José María Gil Robles fueron las principales formaciones conservadoras, mientras que los carlistas, Renovación Española y grupos fascistas como la Falange Española se hicieron más activos, a menudo usando la violencia.
Un intento de golpe de Estado fue liderado en 1932 por el general José Sanjurjo en Sevilla, aunque fracasó y él fue condenado a cadena perpetua. La Unión Militar Española (UME), creada en 1933, agruparía a militares contrarios a la República, quienes diseñarían el golpe de Estado de 1936.
Bienio Conservador (1933-1936)
4.1. Contexto y Formación del Gobierno
El Bienio Conservador abarca desde noviembre de 1933 hasta febrero de 1936. Fue un periodo de gobierno dominado por el Partido Radical, la CEDA y el Partido Agrario, de la derecha. A raíz de la disolución de la coalición republicano-socialista y la dimisión de Azaña, Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones.
Estas elecciones fueron las primeras con la Constitución de 1931 en vigor, y las primeras en las que las mujeres pudieron votar. La izquierda se presentó dividida por las tensiones internas, y muchos movimientos obreros, desilusionados, se sumaron a la abstención promovida por la CNT. Por otro lado, la derecha se presentó unida en coalición, lo que favoreció su victoria.
4.2. Reformas y Políticas del Gobierno
Reforma Agraria
Se devolvieron tierras a la nobleza, se suprimió la expropiación de tierras mal cultivadas y se reinstauró la libertad de contratación, lo que resultó en una bajada de salarios y empeoramiento de las condiciones de los jornaleros. Este contexto aumentó las huelgas y conflictos laborales en el campo español.
Reforma Religiosa
Se aprobó la financiación de la Iglesia Católica y se iniciaron las negociaciones para un nuevo Concordato.
Reforma Militar
Se respetó la reforma de Azaña, pero se amnistiaron a los implicados en el golpe de Estado de 1932 (José Sanjurjo y otros) y se permitió que algunos militares se sublevaran sin consecuencias.
Educación
Se recortó el gasto público en el sector educativo.
4.3. Tensiones Políticas y Sociales
La izquierda (PSOE, UGT, anarquistas) se radicalizó frente al gobierno conservador. La división interna entre los socialistas fue notable: los de Largo Caballero apostaban por una revolución social, mientras que los de Indalecio Prieto preferían la cooperación con los republicanos de izquierda.
En Cataluña, después de la muerte de Macià, Lluis Companys asumió la presidencia de la Generalitat. El gobierno catalán promulgó una ley en 1934 para permitir a los campesinos acceder a la propiedad, pero fue declarada inconstitucional por el Tribunal de Garantías Constitucionales. La respuesta de la Generalitat fue una nueva ley similar, y ERC y PNV abandonaron las cortes españolas.
En el gobierno central, la CEDA exigió formar parte del gobierno con ministros a cambio de apoyo parlamentario, lo que resultó en la incorporación de tres carteras ministeriales en octubre de 1934.
4.4. La Revolución de Octubre de 1934
La entrada de la CEDA en el gobierno fue vista por la izquierda como un paso hacia el fascismo, lo que provocó manifestaciones y huelgas a nivel nacional, promovidas especialmente por la UGT. La huelga tuvo mayor impacto en el ámbito urbano (principalmente en Cataluña), pero solo en Asturias se produjo una insurrección armada.
En Cataluña, Companys proclamó la República Catalana dentro de la República Federal española, pero la insurrección fracasó, y el gobierno central declaró el estado de guerra. Miles de personas fueron detenidas, incluidos líderes como Azaña y Largo Caballero.
En Asturias, unos 20,000 mineros protagonizaron una insurrección armada, tomando cuarteles y ayuntamientos. La respuesta fue una brutal represión por parte del ejército, liderado por Franco. Hubo unos 1,100 obreros muertos y alrededor de 2,000 heridos, lo que radicalizó aún más a la izquierda.
4.5. Crisis Final del Bienio Conservador
La Revolución de Octubre convenció a la derecha de que el único freno a la revolución era el Ejército, no las instituciones republicanas. Esto condujo a una mayor militarización del gobierno.
Se anuló el Estatuto de Cataluña, se devolvieron propiedades a los jesuitas, y Gil Robles asumió el Ministerio de Defensa. Franco, que había dirigido el Ejército en Asturias, fue nombrado jefe del Estado Mayor.
Hubo intentos de reforma constitucional (sin expropiaciones, limitación del divorcio, menor autonomía), pero estas reformas fracasaron. Los escándalos de corrupción, como el del estraperlo y el caso Nombela, debilitaron aún más al gobierno. Como resultado, el Partido Radical cayó, y Gil Robles pidió a Alcalá Zamora que presidiera un nuevo gobierno, pero este se negó, lo que llevó a nuevas elecciones en febrero de 1936.