El Triunfo Republicano y el Inicio de la Segunda República en el País Vasco
El triunfo de la coalición republicano-socialista en las elecciones municipales de 1931 supuso el fin de la monarquía. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República en Eibar, dando comienzo a una nueva etapa marcada por la crisis de 1929 y el avance del nacionalismo vasco. Los nacionalistas fueron los más beneficiados de las elecciones, lo que permitió al PNV liderar un nuevo movimiento municipalista, del cual José Antonio Aguirre llegó a ser el primer lehendakari del Gobierno Vasco. La izquierda, formada por republicanos y socialistas, consolidó su presencia en zonas urbanas. Las tres capitales vascas contaron con alcaldes republicanos.
Bienio Reformista (1931-1933)
Este primer bienio, que duró hasta las elecciones de noviembre de 1933, se caracterizó por la polarización entre la derecha y la izquierda. La victoria de las derechas fue muy importante en las elecciones de 1933, marcando el inicio del siguiente bienio.
El Estatuto Vasco: Un Largo Camino Hacia la Autonomía
El nacimiento del régimen republicano daba la oportunidad para cambiar el marco político español. Los nacionalistas reivindicaron el derecho de autonomía. La autonomía era un poder dependiente y otorgado por el Estado, mientras que el estatuto uniformaba todo el territorio por igual, a diferencia de los fueros, que eran específicos de cada provincia. Al terminar la Primera Guerra Mundial, el favor autonomista aumentó. La petición de autonomía nacía del movimiento nacionalista. En 1918, se creó una comisión para reconocer el Estatuto Vasco.
Los nacionalistas no habían estado en el Pacto de San Sebastián, y los carlistas eran contrarios a la República. Fernando de los Ríos (republicano) e Indalecio Prieto (socialista) gestionaron la inclusión de la autonomía vasca en la República. José Antonio Aguirre empezó un movimiento en pro de la autonomía.
Primer Estatuto: El Estatuto de Estella
El proceso culminó con la reunión de Estella, en la que, con apoyos nacionalistas y carlistas, se aprobó el proyecto de Estatuto de Estella. Los nacionalistas optaban por un estatuto en el que el País Vasco-Navarro estuviera a salvo de la legislación anticlerical republicana. El Estatuto de Estella fue aprobado por 427 alcaldes, pero el texto fue declarado anticonstitucional por reservarse la negociación con el Vaticano, lo que iba en contra de la Constitución de 1931.
Segundo Estatuto
El 8 de diciembre de 1931, se elaboró un nuevo proyecto de estatuto por las Comisiones gestoras de las disueltas diputaciones. Estas eran de izquierdas y de espíritu laico y republicano. Los nacionalistas lo aceptaron, pero los carlistas y otras fuerzas católicas lo rechazaron por considerarlo antirreligioso y antiforal.
Tercer Estatuto
El 6 de febrero de 1933, los ayuntamientos vascos aceptaron el nuevo proyecto que excluía a Navarra del estatuto. Luego vino el referéndum, que en Bizkaia y Gipuzkoa fue aprobado, pero en Álava solo votó a favor el 47%. En 1936, el Frente Popular incluyó la reivindicación del estatuto, y su triunfo supuso la activación del estatuto en las Cortes. Indalecio Prieto fue quien presidió la comisión.
Cuarto Estatuto
El estallido de la Guerra Civil no paralizó el proceso, que fue aprobado el 1 de octubre de 1936 por unas Cortes reducidas.
Bienio Conservador (1933-1936) y el Frente Popular
La victoria de las opciones derechistas en las elecciones legislativas, al presentarse la izquierda desunida, supuso un cambio político en el País Vasco. El rechazo de los tradicionalistas provocó el desplazamiento del PNV. Este rechazo a la autonomía por parte de la derecha abrió un largo período de inestabilidad política y social. Nacionalistas e izquierdistas trataron de forzar el proceso autonómico, dando paso a la “Guerra del Vino”. El conflicto se originó por la pretensión del Gobierno del Estado de suprimir los impuestos forales sobre los alcoholes. Los socialistas promovieron un movimiento revolucionario. La sublevación tuvo sus principales focos en Eibar y Mondragón.
El Frente Popular
La reunificación de la izquierda en el Frente Popular abrió paso a unas elecciones en febrero de 1936. Los comicios dieron la victoria al PNV. En julio se proclamó la amnistía para los detenidos por los sucesos de octubre de 1934, se repusieron los ayuntamientos vascos y se volvieron a poner en marcha muchas de las reformas del primer bienio, hasta la sublevación de parte del ejército, que desencadenó la Guerra Civil.
La Guerra Civil en el País Vasco
Todas las fuerzas políticas vascas, tanto de izquierda como nacionalistas, con excepción de los tradicionalistas, se sumaron a la defensa de la República.
Fases de la Guerra Civil en el País Vasco
La Campaña de Gipuzkoa (julio-octubre de 1936)
Columnas provenientes de Navarra invadieron Gipuzkoa. Las tropas sublevadas navarras progresaron siguiendo el cauce del Oria. Otra línea de avance siguió el Bidasoa en dirección a Irún. Los hechos más relevantes fueron la ocupación de Tolosa, el incendio y ocupación de Irún y la toma de San Sebastián. Tras ocupar Donostia, las tropas progresaron hacia los límites de Vizcaya.
La Estabilización del Frente y la Ofensiva de Villarreal (octubre de 1936 – marzo de 1937)
El intento de los sublevados de ocupar Madrid hizo que el frente vasco quedara en una relativa calma y se situó en una línea que se extendía de Otxandio hasta Ondarroa. Lo más destacado de este periodo fue la creación del Gobierno Vasco, tras la aprobación del Estatuto Vasco el 1 de octubre de 1936. Los gudaris y las milicias de izquierdas trataron de avanzar sobre Vitoria, lo que dio lugar a la Batalla de Villarreal.
La Campaña de Vizcaya (marzo-junio de 1937)
Tras el fracaso del avance sobre Madrid, las tropas franquistas pusieron en marcha la ofensiva sobre Vizcaya. Se produjo el bombardeo de Durango, la batalla de las Intxortas y, el 26 de abril, el bombardeo de Gernika por parte de la aviación alemana, que ametralló a la población civil. En la zona costera, las tropas vascas estuvieron cerca de derrotar a las unidades italianas. La ruptura del Cinturón de Hierro, sistema defensivo que protegía Bilbao, provocó el hundimiento del frente. Aguirre, antes de abandonar el País Vasco, hizo público el Manifiesto de Trucios.