Sociedad, Economía y Conquista en la Península Ibérica: Paleolítico, Neolítico, Pueblos Prerromanos y Romanización

Sociedad y Economía en el Paleolítico y Neolítico: La Pintura Rupestre

La sociedad y la economía en el Paleolítico eran más precarias que las del Neolítico. La sociedad se basaba en una economía depredadora, donde el ser humano se alimentaba de los recursos que encontraba mediante la caza y la recolección. Por ello, su economía permitía subsistir a pequeños grupos con población reducida (hordas), y al tener que buscar su alimento, practicaban el nomadismo. En cambio, el Neolítico se caracteriza por la evolución que experimentó el ser humano, pasando a una economía productora donde el ser humano produce su propio alimento, apareciendo así la agricultura y la ganadería. Esto favoreció el crecimiento demográfico, donde los grupos eran más numerosos, surgiendo las aldeas donde la organización social se basaba en tribus, valorándose el saber y la experiencia.

La pintura rupestre destaca por ser los primeros ejemplos de arte. Aparece tanto en el Paleolítico de forma animalística, diferenciándose de la realidad y a dos colores diferentes, destacándose en la Cueva de Altamira, que por su profundidad son de temas religiosos. También aparece en el Neolítico en el área levantina, donde se representa a un color, con escenas donde aparece el ser humano.

Los Pueblos Prerromanos en la Península Ibérica

Antes de la llegada de los romanos, existían pueblos en la Península que se agrupan en tres áreas:

  • Los pueblos iberos: Aparecen en la costa y del este peninsular y son descendientes de los tartesos, con experiencias culturales de los fenicios y los griegos. Gracias a esto, los iberos fueron los más evolucionados.
  • Los pueblos celtas: Se distribuyen por el centro y el norte peninsular, al surgir de la fusión de los pueblos indígenas e indoeuropeos, por lo que son pueblos muy atrasados tanto en la economía, como en la estructura social y la política.
  • Los vascones: Aparecen en el Pirineo Occidental, no provienen de los celtas, pero comparten algunas características.

En cuanto a las colonizaciones históricas durante el siglo VIII a.C., aparecen pueblos muy avanzados culturalmente como los fenicios, que llegaron los primeros fundando colonias al sur y al sudeste. Los siguientes fueron los griegos, extendiéndose por el nordeste fundando las colonias de Rosas y Ampurias.

Pero antes de que llegaran estos, aparecieron los Tartesos en el sureste peninsular. Se sabe poco de esta civilización, pero por fuentes escritas como la Biblia se sabe que la figura más importante es el rey, con política avanzada, y se destaca la actividad artesanal.

Conquista y Romanización de la Península Ibérica

Podemos distinguir tres etapas en el periodo de conquista por Roma en la península Ibérica (dura 200 años):

  • La Segunda Guerra Púnica (218-200 a.C.): Dura 18 años y coincide con el enfrentamiento entre Roma y Cartago, donde Roma derrota a los cartagineses que conquistaron la zona este y sur de la Península.
  • Las Guerras Celtíbero-Lusitanas (155-133 a.C.): Roma empezó a conquistar el centro y el oeste, pero se enfrenta a una dura resistencia de los pueblos celtas. Pero la dura guerra fue contra los lusitanos, dirigidos por el jefe Viriato, que fue víctima de una traición. También destaca la resistencia de los celtíberos, manifiesta en el asedio y destrucción de Numancia.
  • Las Guerras Cántabro-Astures (29-19 a.C.): El propio emperador Augusto dirigió la guerra contra los pueblos del norte, los únicos no sometidos. Finalmente, se pudieron controlar en las áreas montañosas, pero no se logró dominarles totalmente.

Tras la conquista comienza la romanización, siendo este proceso en que las poblaciones sometidas por Roma van asimilando la cultura y las formas de vida. Se basa en tres vías:

  • Ciudades nuevas creadas para asentar colonias de exsoldados a cambio de tierras.
  • El ejército: Algunos de los campamentos también acabarán siendo ciudades y contribuyeron a la romanización. Aparte, muchos indígenas se unieron al ejército como contribución social, para que después de años obtener tierras.
  • La extensión de la ciudadanía romana sirve de recompensa a grupos, siendo otra vía de romanización.

En cuanto al legado cultural, se usó el latín, la organización municipal, el derecho, el arte y la religión.

La Invasión de los Pueblos Germánicos y el Reino Visigodo

En 409, la península sufre la invasión de una serie de pueblos: suevos, vándalos y alanos. Ante esta situación, se firmó un foedus con los visigodos desde Roma con la obligación de expulsar a estos pueblos invasores y a cambio recibirán tierras en Hispania y el suroeste de la Galia. Más tarde, en el 476, se destituyó al emperador y el gobierno lo asumieron los visigodos creando el Reino de Toulouse, aunque pronto empezarían los enfrentamientos con los francos que acabarían con la derrota de los visigodos en la batalla de Vouillé, pasando a llamarse Reino de Toledo por la nueva capital.

El gobierno se llevaba a través de una monarquía electiva, donde se reunían el rey, la alta nobleza y los obispos y donde se decidían las leyes más importantes. Los visigodos trataron de crear un Estado unificado a través de la unificación jurídica a través del Fuero Juzgo. Este reino entró en decadencia debido al enfrentamiento entre la nobleza y la monarquía, lo que derivó en una inestabilidad política, guerras civiles y la intervención de fuerzas externas como los bizantinos y musulmanes.