Sociedad, Economía y Reformismo Borbónico en el Siglo XVIII

Sociedad, Economía y Régimen

Pervivencia de la Sociedad Estamental

La sociedad del siglo XVIII mantenía la división en estamentos, caracterizada por la desigualdad jurídica y el inmovilismo. Los privilegiados (nobleza y clero) poseían la mayor parte de la tierra.

El tercer estamento incluía a campesinos, burgueses y sectores populares urbanos. Los campesinos seguían sometidos a un régimen señorial.

Economía Agraria

La agricultura era la principal fuente de riqueza, con más del 80% de la población dedicada a ella. La mayor parte de la tierra estaba amortizada, impidiendo su compraventa y obligando a su transmisión en herencia.

La Corona, la nobleza y la Iglesia eran los principales titulares de los señoríos. Aunque existían agricultores propietarios en algunas regiones, la mayoría del campesinado era arrendatario o jornalero.

En zonas como Castilla, Extremadura y Andalucía, predominaban los latifundios en manos de la nobleza y el clero, con duras condiciones para los campesinos.

La ganadería seguía siendo importante, con grandes rebaños que proporcionaban beneficios a los propietarios.

El Reformismo Borbónico: Carlos III

La Ilustración Española

La difusión de las ideas ilustradas en España fue lenta y difícil. A partir de 1750-60, surgió una generación de pensadores (Campomanes, Jovellanos, Floridablanca, Capmany) que compartían el interés por la ciencia, el espíritu crítico y la idea de progreso.

La educación y la economía eran sus principales preocupaciones. El atraso económico se atribuía a la amortización de tierras, el control excesivo sobre las actividades económicas y la falta de conocimiento de nuevas técnicas.

El Despotismo Ilustrado: Carlos III

Carlos III, influenciado por las ideas ilustradas, promovió el progreso y la racionalización, siempre que no amenazaran el poder absoluto de la monarquía.

Al inicio de su reinado, enfrentó el Motín de Esquilache, una revuelta que reflejó el malestar popular, el rechazo al poder extranjero y el descontento de los privilegiados ante las reformas.

Carlos III destituyó a Esquilache, paralizó las reformas y tomó medidas populares para calmar la situación.

Para implementar su programa, contó con ministros y colaboradores ilustrados como Campomanes, Floridablanca y Jovellanos.

La Legislación Reformadora

En el ámbito religioso, los ilustrados eran regalistas, defendiendo la autoridad del rey sobre la Iglesia. Carlos III reclamó el nombramiento de cargos eclesiásticos, el control de la Inquisición y la fundación de monasterios.

El decreto de 1783 declaró honestas todas las profesiones y reconoció las actividades de utilidad pública como mérito para la hidalguía.

En educación, se reformaron los estudios universitarios y las enseñanzas medias.

En economía, se limitaron los privilegios de la Meseta, se apoyó la colonización de nuevas tierras y se impulsaron proyectos de reforma agraria.

Se fomentó la actividad industrial mediante aranceles y tratados comerciales. También se modernizó la política impositiva para estimular la producción y limitar el gasto público.

Se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País para promover el desarrollo económico.