La Dictadura Franquista (1959-1975): Aspectos Económicos, Políticos y Sociales
El Gobierno de los Tecnócratas y la Apertura Económica
El gobierno de los tecnócratas representó un espíritu aperturista. Se dio más importancia al progreso económico y a la mejora de la administración. Los nuevos aires de liberación económica y el fin de la autarquía permitieron la apertura de la economía española, manteniendo un régimen de dictadura.
El Plan de Estabilización
El objetivo del nuevo gobierno fue promulgar el Decreto-ley de Ordenación Económica, conocido como Plan de Estabilización.
El Plan de Estabilización sentó las bases para el crecimiento de la economía española en los años sesenta. Ha sido calificado como la operación económica de más alcance realizada por el franquismo.
Tenía como objetivos: establecer las bases para un desarrollo económico equilibrado y buscar una mayor integración de la economía española con los países del mundo occidental.
Sus efectos fueron tanto positivos (reducción de la demanda interna y de la inflación, estabilidad de los precios y saneamiento del sector exterior) como negativos (inicialmente un notable crecimiento del paro, que tendrá como válvula de escape la emigración a la Europa en desarrollo).
Planes de Desarrollo
Los Planes de Desarrollo consistían en unos proyectos para estimular la producción a través de inversiones públicas y ayudas a las empresas privadas.
Los factores que explican el rápido desarrollo español son: la favorable coyuntura económica internacional, las masivas inversiones de capital extranjero y la creciente actividad de grandes empresas multinacionales, los ingresos procedentes del turismo, la remesa de capitales que los emigrantes enviaban a sus familiares en España, los reducidos costes salariales y las enormes inversiones estatales en obras públicas.
La expansión económica resultó desequilibrada e insuficiente, provocando enormes problemas:
- Desigual crecimiento de los diferentes sectores productivos
- Éxodo rural masivo hacia las ciudades y emigración de trabajadores a Europa
- Aumento de los desequilibrios regionales
- Deficiente sistema de prestaciones sociales y servicios estatales
- Crecimiento desordenado de las principales ciudades
- Mantenimiento de un sistema fiscal injusto
- Desastres ecológicos
Transformaciones Socioculturales
El desarrollo económico del país generó no sólo una expansión económica, sino también una serie de transformaciones socioculturales.
La industrialización del país hizo aumentar considerablemente el número de personas dedicadas al sector secundario, lo que produjo una expansión notable de la clase media, dando una gran estabilidad social.
Las nuevas necesidades económicas de la familia, así como la mejora en la preparación cultural de la mujer, permitieron que esta se introdujera cada vez más en el sector laboral. Se introdujo una liberación de las costumbres: matrimonios tardíos, convivencia en pareja y control de natalidad férreo.
La influencia del turismo actuó como revulsivo de una sociedad marcada por estrictos cánones de nacional-catolicismo: trajo nuevas costumbres y modas veraniegas que desplazaron el tradicional recato imperante y transformó radicalmente la fisonomía del paisaje costero.
Los emigrantes españoles en Europa también contribuyeron a este cambio social al conocer el funcionamiento y el desarrollo de las sociedades democráticas occidentales.
Cultura y Educación
Las condiciones para la cultura habían quedado deterioradas a consecuencia de la Guerra Civil. Se impuso una nueva ideología oficial, la de los vencedores. Los vencidos no tuvieron más salidas que el exilio, la muerte y la represión. Pero intentos por conseguir una cultura plural y con libre expresión aflorarán con las últimas generaciones con Franco en el poder.
En los primeros años del régimen se elaboraron los principios de una cultura oficial y católica en la que primaba el espíritu de cruzada.
Durante la etapa de Ruiz Jiménez se produjo una mínima, pero importante, apertura hacia los pensadores liberales en el exilio. Simultáneamente, se flexibilizó la censura.
La Ley General de Educación hizo obligatoria la escolaridad, lo que aumentó el número de estudiantes en todos los niveles y la práctica desaparición del analfabetismo.
La Iglesia y la Sociedad
Los cambios que experimentó la Iglesia facilitaron la transformación de la sociedad española. Por un lado, abogaron por unos principios de tolerancia y libertades que dejaron en evidencia a los sectores más intransigentes de nuestro país. Por otro lado, la Iglesia española también mostraba cambios, despegándose cada vez más de la tutela gubernamental.
Leyes y Transformaciones Políticas
Leyes promulgadas en este periodo:
- Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional
- Ley de Orden Público
- Ley Orgánica del Estado
- Ley de Prensa
- Ley de Libertad Religiosa
La Ley Orgánica del Estado, con intención de aparentar ser una especie de constitución del régimen franquista, reafirmó la continuidad del mismo.
Significó una respuesta a un importante desafío: la necesidad de modernizar el país ante la voluntad de ingreso en la CEE y la presentación de España como una monarquía sin rey, que se configuraba como una democracia orgánica y en la que se reafirmaba la continuidad e inmovilidad del Movimiento y sus principios.
En dicha ley se introdujo como novedad: los procuradores del tercio familiar, elegidos por sufragio libre entre los cabezas de familia, se incorporan a las Cortes para consolidar la llamada democracia orgánica y la separación de la Jefatura de Estado, que continuaba en manos de Franco, de la Jefatura de Gobierno.
Carrero Blanco y Arias Navarro
Carrero Blanco fue un almirante, al que Franco nombró Presidente del Gobierno. El almirante, partidario del inmovilismo, prescindió de los aperturistas y reaccionó con dureza ante las huelgas de finales de 1973, encarcelando a los dirigentes de CCOO. Poco antes del juicio “Proceso 1001” contra los sindicalistas, Carrero Blanco fue asesinado por ETA el 20 de diciembre del mismo año.
Tras la muerte de Carrero Blanco, Franco impuso como nuevo presidente a Arias Navarro, de cuyo gobierno formaron parte Areilza y Fraga Iribarne, que le convencieron de la necesidad de abrir el régimen a nuevas formas de gobierno.
Integración Europea y Crisis del Régimen
Los países miembros del Mercado Común congelaron cualquier respuesta de adhesión. Solo consiguió el régimen franquista alguna respuesta de Europa que se materializó en la firma del Tratado preferencial. Durante todo el proceso negociador quedó patente que la cuestión primordial que impedía la plena integración de España en este organismo europeo no era de índole económica, sino de contenido político, ya que las instituciones españolas no encajaban en el sistema político democrático europeo.
Crisis Interna
La situación a la que se llegó en los últimos años del franquismo no era plenamente contradictoria: el franquismo seguía considerándose católico, los partidos políticos seguían estando prohibidos y el derecho de huelga no estaba reconocido, pero el número de huelguistas no dejó de crecer en esos años, y la escisión entre aperturistas (partidarios de una progresiva democratización política) y ultra (partidarios de un total inmovilismo) incrementó la crisis interna del régimen.
Crisis Externa
La crisis económica internacional de 1973 tuvo efectos como: aumento de los precios de los combustibles, retroceso del turismo y retorno de los emigrantes, que se unía a la inflación y a una balanza de pagos deficitaria.
La reclamación del Sahara por parte de Marruecos (“La Marcha Verde”) se produjo en momentos de desconcierto interno. Fue en un consejo de ministros dedicado a esta cuestión cuando se inició la enfermedad de Franco, y la previsión de su inmediata desaparición agudizó aún más la crisis del franquismo e hizo más necesaria la coordinación de las distintas fuerzas políticas y sindicales de la oposición.
Se constituyó en París la Junta Democrática, integrada por el PCE, PSP, CCOO, algunos liberales seguidores de D. Juan de Borbón y sectores vinculados al socialismo y carlismo progresista. La Junta proponía que la forma futura de Estado fuera decidida mediante una consulta popular. Un año más tarde, se creó la Plataforma de Convergencia Democrática, liderada por Felipe González e integrada por el PSOE, Izquierda Democrática, Unión Social-Democrática Española y grupos nacionalistas. La Plataforma aceptaba la monarquía como solución política fundamental. Ambas organizaciones coincidían en la defensa de la libertad política y sindical, la aplicación de los derechos humanos, la amnistía para los presos políticos y el reconocimiento de las autonomías regionales. Más tarde, se coordinarían en una nueva organización llamada “La Platajunta”.