Transformaciones Culturales en la España de la Restauración
El Cambio en las Mentalidades
Pese a que en la Restauración se consolida el modelo liberal, las clases dominantes de la época, especialmente rancias, oligárquicas y conservadoras, dejarán su impronta en el terreno de las mentalidades, que en determinados aspectos parecían no superar algunos de los viejos valores del Antiguo Régimen. Frente a estos principios, los sectores más desfavorecidos sintonizarán con un incipiente movimiento obrero que venía a cuestionar los vicios de la Restauración y, en los casos más radicales, el propio sistema. Entre ambos podríamos ubicar el regeneracionismo, una corriente política e intelectual que cala especialmente en las postrimerías del siglo XIX a partir de la denuncia de los vicios del sistema de la Restauración, al que tacha de viciado, enfermo, caciquil y oligarca. No obstante, este regeneracionismo desde dentro del sistema, si bien se mostrará contrario a algunos vicios del mismo, se opondrá a que este se tambaleara por completo. Más radical será el regeneracionismo que se ubique al margen del sistema para criticar sus males y promover alternativas al mismo. Destacan figuras como Joaquín Costa, Santiago Alba o Basilio Paraíso.
La Socialización del Saber: La Educación
La pretensión estatal por hacer llegar la cultura a todos los ciudadanos arranca ya en el reinado de Isabel II con la promulgación de la Ley de Instrucción Pública (conocida como la Ley Moyano, en alusión al ministro de Fomento que la implantó en 1857). Esta dividía la enseñanza en tres niveles:
Educación Primaria
Se percibe un escaso interés estatal que fue paliado por instituciones privadas como los círculos demócratas, las escuelas obreras, las instituciones religiosas y la enseñanza doméstica. Un problema latente fue el paupérrimo salario que recibían los maestros. Este primer estadio educativo contribuyó a disminuir la tasa de analfabetismo.
Educación Secundaria
Sorprende su escasa implantación a principios del siglo XX.
Educación Universitaria
Se constata que, aunque estuvo fundamentalmente controlada por el Estado, en la práctica se reservaba a las élites. Los catedráticos más liberales y partidarios de la doctrina krausista abogaron por un sistema educativo más laico y liberal que contribuyera a la regeneración del país.
El sistema educativo presentaba una dualidad: por un lado, el Estado ejercía el monopolio de la enseñanza universitaria; por otro, la iniciativa privada, liderada fundamentalmente por la Iglesia, predominaba en la primaria y, sobre todo, en la secundaria.
Otros Canales de Difusión Cultural
Al margen de los centros educativos, existieron otros medios de difusión cultural, localizados fundamentalmente en Madrid, entre los que podemos destacar:
Medios Oficiales o Estatales
Como las academias promotoras del arte y la ciencia. También se abre la cultura al público haciéndose accesible el patrimonio histórico-artístico. En esta línea se inauguraron el Museo del Prado (1819) y el Museo Arqueológico Nacional (1867).
Medios Privados
Centros para el debate intelectual como el Ateneo de Madrid (1820).
Prensa
Despegó sobre todo a raíz de la libertad de imprenta, la progresiva disminución del analfabetismo y la divulgación que facilitaron el auge del ferrocarril y el correo. Aparecieron así periódicos de todas las tendencias: La Correspondencia de España (1859, liberal moderado); El Imparcial (1867) y El Liberal (1879) (liberales democráticos); La Época (1849, conservador, en sintonía con las clases medias acomodadas y la aristocracia); La Vanguardia (1881, altas clases catalanas), que rivalizaba con el Diario de Barcelona (1792). La prensa no solo difundía la información diaria, sino que servía como medio de publicación de obras de escritores e intelectuales como Ortega y Gasset.
Espacios de Debate y Tertulia
Tertulias más o menos formales reunidas en sociedades patrióticas, liceos y cafés literarios (p. ej., El Parnasillo, en Madrid).
Grandes Movimientos Generacionales de la Época
La Generación Romántica
En el terreno literario se encuentra una poesía exaltada, relatos costumbristas, novela histórica y teatro.
La Generación Posromántica o Realista
Desencantada con el romanticismo y la revolución, recibió influencias krausistas, darwinistas, positivistas y naturalistas. En el campo de la literatura se encuentran poesías poco líricas, novelas realistas (Galdós, Clarín) y, en teatro, Echegaray.
La Generación del 98
Fue la vertiente intelectual y literaria del regeneracionismo que se articuló tras la pérdida de las últimas colonias. Sus integrantes expresaron un marcado pesimismo existencial y reflexionaron sobre la decadencia de España. Su evolución ideológica fue muy diversa, ya que osciló desde el socialismo y el anarquismo hasta el conservadurismo tradicional y el fascismo. Entre sus principales representantes y obras no podemos dejar de citar a: Ángel Ganivet (Idearium español), Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu (Hacia otra España), Azorín, Pío Baroja (La lucha por la vida) y Antonio Machado (Campos de Castilla), entre otros.