Transformaciones de la Segunda República Española: Reformas y Tensiones (1931-1936)

El Gobierno provisional, constituido el 14 de abril de 1931, tenía como objetivo primordial convocar elecciones generales para las Cortes Constituyentes. Estas elecciones se celebraron el 28 de junio y dieron nuevamente el triunfo a la Alianza Republicano-Socialista. Meses más tarde, el 9 de diciembre, se aprobó la Constitución que, además de recoger los derechos individuales clásicos, incorporaba los de libre asociación, reunión y sindicación, entre otros.

Presidencia y Primeras Reformas

Una vez aprobada la Constitución, fue elegido presidente de la República Alcalá Zamora y jefe del Gobierno Manuel Azaña. Este primer periodo se caracteriza por la actividad reformista a través de innovadoras leyes. Estas leyes afectaban a los intereses de grupos acostumbrados a ejercer el poder y el control (proletarios, terratenientes, Iglesia), lo que originó una fuerte oposición a todo tipo de cambios que supusieran la pérdida de su predominio social y económico.

Relación Estado-Iglesia

En el momento de proclamarse la Segunda República, la mayoría de la jerarquía eclesiástica era muy conservadora y no estaba dispuesta a perder el dominio ideológico, cultural y social. Al mismo tiempo, existía una fuerte corriente anticlerical. El enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado se acentuó después de la Constitución. La política del Gobierno incluyó medidas como: separación entre Iglesia y Estado, extinción del presupuesto del clero, libertad de culto, matrimonio civil y divorcio, entre otros.

Reforma del Ejército

Otra reforma importante fue la del ejército, que en 1931 presentaba graves deficiencias estructurales. Azaña emprendió una reforma con tres objetivos básicos: eliminar el poder político de los militares, reducir el número de oficiales, cuerpos y unidades, y aumentar la eficacia. El conjunto de medidas formó la Ley Azaña, que establecía: la exigencia de que todos los mandos jurasen fidelidad a la República, la supresión de la Ley de Jurisdicciones, el derecho de retiros (que permitía a los oficiales pasar a la reserva o retirarse con el sueldo íntegro), la reorganización general de las unidades de los ejércitos y la supresión de la Academia Militar de Zaragoza (dirigida por Franco desde 1928). Para contar con una fuerza armada leal, se creó la Guardia de Asalto, una policía nacional republicana que debía utilizarse para controlar las manifestaciones y asegurar el orden público en las ciudades.

Reforma Agraria

La España de 1931 seguía siendo un país básicamente rural en el que existían grandes latifundios y aumentaba el proletariado rural. La situación era especialmente grave en el campesinado extremeño y andaluz. La solución era complicada e iba a encontrar resistencia de los propietarios y latifundistas. Los republicanos proponían la pequeña propiedad de la tierra y el aumento de la productividad. El Gobierno provisional tomó una serie de medidas para aliviar la extrema pobreza de algunas zonas campesinas. El encargado de llevarlas a cabo fue Largo Caballero, desde el Ministerio de Trabajo. Entre las reformas destacan: obligar a los patrones a contratar jornaleros residentes en el municipio, obligar a los propietarios a cultivar sus tierras, la creación de los jurados mixtos para solucionar los problemas entre obreros y patrones, la jornada de ocho horas en el campo y la protección de los trabajadores con el seguro de accidentes, retiro y maternidad. La aprobación de estas reformas fue un proceso lento. Finalmente, en 1931 se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, que recogía los decretos anteriores. Para la aplicación de esta ley se creó el Instituto de Reforma Agraria.

Reforma Educativa

Las reformas educativas estaban destinadas a disminuir la tasa de analfabetismo y mejorar el nivel cultural de la población. La enseñanza pasó a ser obligatoria, gratuita y laica. El Ministerio de Instrucción Pública diseñó un programa de escolarización que incluía la creación de numerosas escuelas y la mejora de la formación de los maestros. El número de escuelas aumentó, mejoró la calidad de la enseñanza, se crearon nuevos centros de investigación y disminuyó la tasa de analfabetismo. En la historia de España nunca se hizo tanto en tan poco tiempo. El deseo de llevar la instrucción y la cultura a todos los lugares de España propició la aparición de las Misiones Pedagógicas (teatro, cine, libros…) y La Barraca, agrupación teatral de estudiantes dirigida por García Lorca, que recorrió España.

Autonomía de Cataluña

La Constitución republicana intentó conjugar las aspiraciones de autogobierno de algunas regiones con la defensa del Estado unitario. Los catalanes iniciaron el proceso de elaboración del Estatuto de Autonomía antes de la aprobación de la Constitución, y fue aprobado en septiembre de 1932. El gobierno catalán disponía de amplias facultades legislativas y ejecutivas.

Bienio Reformista y Reacciones

Todas estas reformas se realizaron durante el Bienio Reformista (1931-1933). Estas reformas generaron descontento en el bloque de poder (terratenientes, alta burguesía, clero y ejército). En 1934, un gobierno de derechas tomó medidas contrarreformistas que suprimieron las reformas del bienio reformista. Sin embargo, en 1936, con la llegada al Gobierno del Frente Popular, muchas de estas reformas se volvieron a aprobar. Cabe destacar que, a causa de la negación del bloque de poder a las reformas, las izquierdas se radicalizaron.