El Reinado de Juan Carlos I y los Primeros Pasos hacia la Democracia
El Rey Juan Carlos I, en un esfuerzo por evitar enfrentamientos y renovar el país, buscó un consenso que permitiera la transición a la democracia. Algunos dirigentes políticos eran partidarios de la permanencia del sistema franquista. El Rey concedió una primera amnistía para todos los presos que no tuvieran delitos de sangre, lo que permitió el regreso de miles de presos políticos reprimidos durante años por Franco. Posteriormente, se dieron otras tres amnistías más, por las cuales salieron a la calle presos de ETA sin delitos de sangre.
Para no alarmar a los franquistas, el Rey mantuvo como Presidente de Gobierno a Arias Navarro, quien había sido nombrado por Franco a la muerte de Carrero Blanco en 1973. Sin embargo, colocó a Torcuato Fernández Miranda, un liberal de su confianza, al frente de las Cortes. Arias diseñó un programa de reformas limitadas, pero sin dar el paso a una verdadera democracia. El año 1976 se inició con una gran conflictividad social, con numerosas huelgas que afectaron a las fábricas y a los servicios públicos.
La oposición, organizada en partidos de izquierda, coordinó a todas las fuerzas democráticas desde la “Platajunta”, en la que se unieron la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática desde marzo de 1976. Pedían una amnistía general, legalización de todos los partidos y sindicatos, defensa de las libertades, autonomía y elecciones libres.
El Gobierno de Adolfo Suárez (1976-1981)
En julio de 1976, el Rey aceptó la dimisión de Arias Navarro y nombró a Adolfo Suárez presidente del gobierno. Suárez fue aceptado por los sectores franquistas debido a que había sido falangista y participó en la política franquista. Para democratizar el país, Suárez concedió una nueva amnistía, prometió una constitución y elecciones generales libres.
Para llevar a cabo esta tarea, Suárez estableció contacto con Felipe González (PSOE), con Santiago Carrillo, líder del PCE, y negoció con el sindicato mayoritario, CCOO, cuando todos ellos permanecían aún en la clandestinidad. Además, incorporó a su gobierno a Gutiérrez Mellado, militar liberal, para que iniciara la reforma y el pacto con el ejército.
En septiembre de 1976, Suárez presentó a las Cortes Franquistas la Ley de la Reforma Política, que contemplaba un amplio programa de reformas y la convocatoria de elecciones. Fue aprobada en las Cortes y, más tarde, mediante referéndum, ganado por amplia mayoría, aunque la oposición de izquierdas pidió la abstención y los franquistas más conservadores votaron en contra. Seguidamente se abría el plazo de convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes.
Proceso de Transición Democrática y la Constitución de 1978
Introducción
Un alzamiento militar originado en Marruecos el 17 de julio de 1936 y encabezado por el General Francisco Franco, Sanjurjo y Mola, se extendió rápidamente por todo el país, empezando así la Guerra Civil. Tras algunas sangrientas batallas, los nacionales triunfaron finalmente y entraron victoriosamente en Madrid en marzo de 1939.
Definición de la Transición
Se conoce como Transición al proceso de cambio que condujo de la dictadura del general Franco al régimen democrático actual. Este proceso tuvo que sortear enormes dificultades, procedentes, sobre todo, de los sectores involucionistas (privilegiados del franquismo que se negaban a aceptar el cambio democrático) y de acciones terroristas de diverso signo.
El resultado final fue la consolidación de un régimen de libertades políticas e individuales que permitió la incorporación de España al conjunto de los estados europeos, cuyo marco de convivencia lo reguló la Constitución de 1978. A lo largo de los siete años que duró el periodo de la transición en España se sucedieron tres presidentes de gobierno: Arias Navarro, Adolfo Suárez y Calvo Sotelo. Además, se produjo un intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981 (23F) protagonizado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero.
Se considera que la transición llegó a su fin cuando triunfó el PSOE en las elecciones generales de octubre de 1982, pues con ello España volvía a la normalidad democrática.
El Gobierno de Arias Navarro (Noviembre de 1975 a Julio de 1976)
Dos días después de la muerte de Franco, el 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I fue proclamado Rey por las Cortes franquistas, con lo que se iniciaba para España una intensa etapa de transformaciones políticas. El nuevo Rey, en el primer mensaje de la Corona, prometió cumplir las Leyes Fundamentales franquistas, contentando a los que pensaban que Franco lo había dejado “todo atado y bien atado”. Pero, al mismo tiempo, se comprometió a ser Rey de todos los españoles y expresó su voluntad de hacer de España una sociedad libre y moderna.
Su papel fue fundamental en todo el proceso hacia la democracia, porque siendo el heredero legítimo nombrado por Franco para sucederle, fue aceptado por el ejército y por los sectores monárquicos y democráticos. La opinión pública apoyaba la necesidad de un cambio político a través de la ruptura y la reforma. Para la izquierda, la transición a la democracia tenía que partir de cero y empezar con un gobierno provisional que convocara elecciones a cortes constituyentes (ruptura democrática). Los reformistas del interior del régimen y la oposición moderada defendían el aprovechamiento de las leyes políticas y de la organización del régimen anterior para hacerlo evolucionar hacia una estructura democrática (reforma democrática).