Espectáculos en la Roma Antigua: Circo, Anfiteatro y Teatro

Espectáculos en la Roma Antigua: Circo, Anfiteatro y Teatro

1. El Imperio Romano

Imperium Romanum: periodo de dominación de la cultura latina, que se expande progresivamente desde la península itálica por todo el Mediterráneo. Se trata de una sociedad con una economía esclavista, articulada entre patricios y plebeyos. El gobierno está en manos de los patricios, quienes detentan todos los privilegios políticos, fiscales y judiciales. Su capital, Roma, se convertirá en el centro del mundo político, económico y cultural, llenándose de nuevos edificios y monumentos conmemorativos.

Su cultura procede de la síntesis de diversas aportaciones: etrusca, latina, griega, egipcia, etc. La lengua latina se convierte en el elemento unificador. Su carácter es eminentemente práctico: gran desarrollo de la ingeniería (carreteras, puentes, acueductos, etc.) y de la arquitectura civil (termas, basílicas, edificios para espectáculos, etc.). Los ciudadanos romanos, con bastante tiempo libre gracias a la mano de obra esclava, disfrutaban de actividades colectivas: asistencia a las termas, carreras en el circo, luchas en el anfiteatro y representaciones en los teatros.

Abundan las festividades de todo tipo. El poeta Ovidio escribió al final de su vida un calendario poético, los Fastos, donde describe las fiestas de cada mes del año (ascienden a un total de 32). Las feriae o fiestas interrumpían el trabajo, el comercio y los procesamientos. La asistencia era pública, pero no obligatoria. Por lo general, son de carácter religioso: se organizan grandes cortejos de enmascarados que acompañan a los celebrantes. Algunas fueron prohibidas por el Senado a partir del 186 a.C. a causa de los tumultos que provocaban. Era habitual que los magistrados ofrecieran nuevas festividades y juegos al ser elegidos; estos se encargaban de su organización y los pagaban de sus propios recursos. Algunas fiestas religiosas, como las Megalesias, instituidas en el 204 a.C. en honor de la diosa Cibeles, incluían en su ciclo festivo representaciones teatrales y juegos circenses.

2. Ludi Circenses

Nombre que reciben los espectáculos realizados en el circo y el anfiteatro. Desde la época republicana no deja de crecer el número de días que se dedican a ellos. Los más solemnes eran los dedicados a la Triada Capitolina (Júpiter, Juno y Minerva): se realizaban todos los años entre el 4 y el 12 de septiembre. Los juegos se entienden como una forma de diversión, pero también de demostración pública del poder (público o privado): PANEM ET CIRCENSES. Locución latina originada en la Sátira X de Juvenal: […] hace ya mucho tiempo, de cuando no vendíamos nuestro voto a ningún hombre, hemos abandonado nuestros deberes; la gente que alguna vez dirigió el ejército, las legiones, la administración civil, todo, ahora se limita a sí misma, y ansiosamente espera sólo por dos cosas: pan y circo […] Hace referencia a la práctica de los gobernantes romanos de proveer trigo gratis a los ciudadanos y costosos entretenimientos: el objetivo era ganar su voto y mantenerlos tranquilos y contentos.

El Circo Máximo: situado entre el Aventino y el Palatino, su origen se sitúa en el siglo II a.C. Julio César lo amplía en el 50 a.C., alcanzando los 600 m de longitud y 225 de ancho. En él se realizaban carreras de carros: cuadrigas (4 caballos) o bigas (2 caballos). Se traían los mejores caballos del imperio (Capadocia, Baetica): se entrenaban durante 2 años. Se formaban 4 equipos identificados por colores (blanco, rojo, verde, azul). Los aurigas portaban dichos colores y el público se dividía entre ellos. El ceremonial se iniciaba con una procesión y ofrendas, tras las cuales se realizaban las carreras: se realizaban 10 ó 12, con una duración de 7 vueltas cada una (28.000 pies romanos = 8’3 km).

Se estuvieron realizando hasta el 549, ya bajo el reinado de los ostrogodos. Podía albergar a unos 150.000 espectadores sentados. El anfiteatro es el edificio destinado a albergar:

  • Munera: luchas entre gladiadores. Su nombre viene del gladius (tipo de espada).
  • Naumaquias: espectáculo donde se representaba una batalla naval.
  • Venationes: juegos con animales (leones, osos, toros, etc.).

El Coliseo: anfiteatro construido en Roma en el siglo I, bajo el nombre de Amphitheatrum Flavio. Pasa a llamarse Coliseo tras erigirse a su lado el coloso de Nerón. Su óvalo mide 189 m de largo por 156 m de ancho, con 57 m de altura en la grada, y su estructura tiene los siguientes elementos:

  • Arena: lugar sobre el que se realizaban los espectáculos. Plataforma de madera sobre el hipogeo.
  • Hipogeo: sistema de túneles del subsuelo donde se alojaban los gladiadores y los animales. Complejo sistema de trampillas y montacargas para acceder a la arena, así como un sistema para inundar la arena en las naumaquias.
  • Cávea: lugar donde se disponía el público, diferenciado en gradus o pisos por clases sociales:
    • Podium: el más cercano a la arena. Para senadores, magistrados y sacerdotes. En los extremos del eje menor estaban la tribuna imperial y la que ocupaba el magistrado que presidía los ludi.
    • Maeniaum primum: para aristócratas que no son senadores.
    • Maeniaum secundum: la parte inferior para los ciudadanos ricos y la superior para los pobres.
    • Maeniaum summum: en la parte superior del edificio, sin asientos y para las mujeres pobres.
  • Velario: cubierta de tela desplegable accionada mediante poleas. Servía para crear zonas de sombra en la grada.
  • Fachada: articulada con 4 órdenes superpuestos que no se corresponden con la estructura interior. Los 3 primeros pisos tienen arcos de medio punto sobre pilastras con columnas adosadas (los vanos se decoraban con estatuas) y el superior es macizo, con ventanas cuadradas cada dos pilastras.

3. Ludi Scaenici

Como fuente principal de información sobre el origen del teatro en Roma tenemos la Historia de Roma, Lib. VII, cap. 2 de Tito Livio. Los rasgos más destacados son: Se inician los ludi scaenici en el año 364 a.C. como forma de aplacar a los dioses por una peste que asolaba a Roma: elemento religioso. Fueron realizados por los ludiones etruscos: danzaban al son de la flauta sin texto. Los jóvenes romanos los imitan, añadiendo puyas que se lanzaban entre sí. Las representaciones se popularizan con la intervención de actores profesionales romanos o histriones: ya no se improvisaba ni se intercambiaban versos rudos, sino que representaban una mezcla de canto y danza (saturae) con acompañamiento de flauta.

Hacia el 240 a.C., Livio Andrónico será el primero en escribir fábulas con argumento: es autor y actor. Los jóvenes seguirán representando las chanzas con versos insertados: tiene un carácter paródico respecto al teatro profesional.

3.1. Los Géneros Teatrales

3.1.1. La Tragedia

Desarrolla temas relacionados con los dioses y los héroes: su tono era solemne y su lenguaje elevado. En Roma no tuvieron tanto éxito como en Grecia: se pone en relación con el carácter latino, más dado a la risa, la crítica y la bufonada. Las representaciones dramáticas recibían el nombre de fábulas, y había de 2 tipos:

  • Las tragedias con asunto y personajes adaptados de los griegos se llamaban fabulae cothurnata: debido a que los actores llevaban un calzado muy elevado con suela de caucho, para representar el carácter majestuoso y solemne de sus protagonistas (por ej.: Las Troyanas de Lucio Anneo Séneca).
  • Si el asunto estaba relacionado con las leyendas y personajes propios de la tradición romana, las tragedias recibían el nombre de fabulae praetextae: así se llamaba la toga que llevaban los actores, propia de los magistrados superiores, caracterizada por una banda de color púrpura que marcaba su alto rango social.
3.1.2. La Comedia

Su intención era hacer reír y, por lo tanto, trataba de ridiculizar con sus burlas a la sociedad romana de la época, como aristócratas, esclavos o militares: en ningún momento buscaba la crítica o emitía juicios severos, pues su única finalidad era divertir a los espectadores. El lenguaje era desenfadado, de la calle y, a veces, grosero, de ahí precisamente su éxito entre la sociedad romana de la época. Alcanzó mucha popularidad en la época republicana, decayendo luego en el Imperio (siglo I d.C.) debido al auge que alcanzaron otros tipos de espectáculos (los ludi circenses).

En Roma hubo dos tipos de comedia:

  • La fabula palliata se llamaba así porque sus personajes, tema y escenario eran griegos, y por ello los actores iban caracterizados por el pallium, manto griego llamado así por los romanos. Un procedimiento de composición de la comedia palliata, común entre los autores latinos, fue el de la contaminatio: consiste en mezclar partes de diferentes obras y autores griegos, añadiendo situaciones y diálogos propios de la sociedad romana, sin que por ello se le acusara al autor de plagio, si bien la historia se desarrollaba, al ser una fabula palliata, en las calles de Atenas. Este tipo de comedia tuvo gran éxito durante toda la República y gracias a esto nos han llegado las obras de los dos grandes autores de la comedia latina, Plauto y Terencio.
  • La fabula togata era la comedia con asunto, personajes y ambiente romano, y los actores iban con la túnica típica de los ciudadanos de Roma: no alcanzaron el éxito de las anteriores, por lo que se han perdido un gran número de ellas. Los personajes eran fijos y ofrecían prototipos con los que se identificaba el público (el viejo era verde o avaro; el joven era tontorrón y siempre enamorado; la joven era prostituta pero ingenua, y muchas veces de pequeña había sido raptada por unos ladrones o abandonada al nacer): los protagonistas reales eran los esclavos, listos y manipuladores, cuyo único interés era conseguir su libertad.

La estructura de una comedia romana contenía los siguientes elementos:

  • Solían estar precedidas por un prólogo donde se desvelaba el argumento de la obra, ya que a los romanos no les gustaba la intriga; así, resume la obra el lar familiar en la Aulularia o el dios Mercurio en Amphitruo.
  • Seguían los diálogos o diverbia a cargo de los protagonistas, recitados en verso.
  • Había una parte lírica o cantica que se interpretaba al son de la flauta y servía para amenizar la escena ejecutada por los actores o bien establecían las pausas de los episodios, ya que el coro al estilo griego no existía o tenía una función muy simple.
3.1.3. Mimo y Farsa Atellana

La farsa atellana y la comedia tubernarias (de taberna) son los géneros que sustituyen a las comedias: describen oficios y costumbres populares. La farsa atellana se caracteriza por los personajes tipificados (precedente de la commedia dell’arte): Maccus, especie de Polichinela; Bucco, el típico hablador; Pappus, el viejo engañado; Sannio, el payaso; Dossennus, el cortabolsas… El mimo es uno de los componentes de la farsa atellana: fue ganando terreno y en el siglo I a.C. se convierte en un género independiente. Su realismo se complace en lo grosero y en el mal gusto: podríamos definirlos como sketches de bufones acompañados por el canto. Se representaban sin máscara, y las mujeres participaban en la representación. Degenerará en un espectáculo casi pornográfico, por lo que se recomendaba que las jóvenes romanas no lo fueran a ver.

3.3. El Vestuario

El vestido en las tragedias y comedias dependía de las convenciones del género dramático en que se basaba la obra: si era de asunto griego los actores utilizaban la túnica y el manto griego denominado por los romanos pallium y, por el contrario, la túnica y la toga si la obra y la temática era romana. Los colores seguían determinadas convenciones. Los jóvenes solían vestirse de colores vivos, los ancianos usaban el blanco y rojo los pobres. En lo que respecta al calzado, depende del género: el de la tragedia, los coturnos (con doble suela de corcho que elevaba mucho al personaje y lo hacía más solemne), y en la comedia consistía en una especie de babucha o sandalia llamada soccus. Las máscaras eran un elemento fundamental en el género dramático: reproducían los diferentes tipos tanto trágicos como cómicos (sonriente o airado) y llevaban en la abertura de la boca un forro de metal que servía para amplificar la voz. Las pelucas, de lino o pelo, ofrecían las características propias de los personajes que les permitían ser reconocidos desde todo el teatro: los ancianos la llevaban blanca, los esclavos y parásitos rojas y los jóvenes amarilla.

3.4. La Sociedad y las Representaciones

El público iba con mucha antelación para ocupar los mejores asientos y por eso incluso pasaban la noche anterior por fuera del teatro para entrar tan pronto como abrieran. Era normal llevar la comida dentro del teatro o comprarla durante las representaciones. Los espectadores hacían mucho ruido y si no les gustaba la obra se levantaban y se iban. No podía coincidir una representación escénica con una combate de gladiadores o de carros, pues se corría el riesgo de que no acudiera nadie. Los actores eran hombres, por lo general de clase baja (extranjeros o libertos), y estaban mal considerados socialmente. Este oficio no les estaba permitido a las mujeres. Las entradas a los espectáculos solían ser gratuitas. Los ediles en época republicana eran los encargados de organizar y costear los juegos, ya que era el primer cargo como magistrado dentro de la carrera política y les interesaba hacerse popular entre la plebe, a fin de obtener votos en las futuras elecciones. En época del Imperio los emperadores acarreaban con los gastos. El teatro entrará en decadencia con la llegada del cristianismo: los actores tenían fama de libertinos y muchas veces se satirizaba al cristianismo en los espectáculos.