Las fuentes más antiguas de la historiografía romana
Los documentos oficiales y los registros públicos, como los Annales Pontifici y los Annales Maximi, son fundamentales. Posteriormente, los relatos de acontecimientos anteriores a la época de los historiadores se llamaron Annales y las narraciones de hechos contemporáneos al autor se llamaban Historiae.
La historiografía en la época republicana
Los analistas primitivos:
- Quinto Fabio Pictor recogió datos de los enfrentamientos entre Roma y Cartago.
- Marco Porcio Catón fue el primero en escribir historia en latín, con su obra titulada Orígenes.
- Celio Antípater contó la Segunda Guerra Púnica.
La historiografía en época imperial
En época imperial la vida cultural se empobreció, pues los emperadores controlaban a los intelectuales. Destacan autores como Veleyo Patérculo, Valerio Máximo, Tácito, Suetonio y Amiano Marcelino.
Cornelio Tácito
En su obra repasó todo lo acontecido en un siglo convulso de Roma. Destaca por su estilo sobrio y sus obras como Diálogo de oradores, Agrícola, Germania, Historias y Anales.
- Cayo Julio César compuso obras como De bello gallico y De bello civili, con un estilo expresivo y exacto.
- Cayo Salustio Crispo se centró en acontecimientos concretos vividos, con obras como Historias, La conjuración de Catilina y La guerra de Yugurta.
Suetonio escribió Vida de los doce Césares, describiendo el día a día de cada emperador con un estilo periodístico.
- Amiano Marcelino nos permite entender la evolución y la decadencia del Imperio con su obra Res gestae.
La historiografía cristiana
En el siglo IV aparecen los trabajos de los llamados “Padres de la Iglesia”, recogiendo su visión de la influencia de las nuevas religiones en Roma.
Influencia de la historiografía en la literatura posterior
- En la Edad Media se escribían crónicas y en el Renacimiento se buscaba la reconstrucción de los hechos pasados.
- En el siglo XVIII la historiografía se vuelve más crítica y humana, resurgiendo el interés por la cultura clásica y naciendo la Arqueología.
- En el siglo XIX la historia se convierte en una ciencia erudita, y en el siglo XX se convierte en una disciplina científica implicada en la sociedad y la educación.
- Cornelio Nepote con De viris illustribus y Tito Livio con Ab urbe condita marcaron hitos en la historiografía romana.