Literatura Romana: Géneros, Autores y Legado

El Teatro Romano

Comedia y Tragedia

La comedia emplea un lenguaje desenfadado (imita el habla popular, resultando a veces un tanto grosero) y se divide en la fabula palliata (de tema griego) y la fabula togata (de asunto romano).

Plauto

Escribió numerosas obras, entre las que destacan farsas (Asinaria), comedias de intriga (Mostellaria, Miles gloriosus, Pseulodus), comedias dramáticas y novelescas (Los Captivi, Rudens), comedias de caracteres (Aulularia, Trinummus) y tragicomedias (Anfitrión). Su teatro es una obra de imitación de la Nueva Comedia griega, de la cual toma los temas y sus personajes tradicionales, pero le otorga un carácter popular que le da originalidad. La trama es simple para facilitar la comprensión del pueblo (mezclando en ocasiones rasgos romanos y griegos, pero con cualidades naturales) y con gran fuerza cómica, recreándose en la bufonada y en la deformación de la realidad.

Terencio

De sus obras han perdurado La Andriana, El Eunuco, Hégira, Formión y Adelfos. El tema de sus obras está tomado de Menandro por el procedimiento de la contaminación, es decir, combinando dos piezas griegas para obtener una intriga más rica en incidentes. Acostumbrado al teatro de Plauto, el pueblo solo concedió un éxito relativo a las obras de Terencio, que incluso tuvo que defenderse del ataque de los críticos por el empleo del método de la contaminación.

Séneca

Se le atribuyen nueve tragedias: Hercules furens, Triades, Phoesissae, Medea, Phaedra, Oedipus, Agamemnon, Thyestes y Hercules Oeteus. Su estilo está caracterizado por el sentimiento desbordado de lo trágico, con finos paisajes descriptivos y un profundo sentimiento para captar la idea de la belleza moral.

Influencia en la literatura posterior

Plauto gozó siempre de una gran acogida entre el público y sus comedias se siguieron representando con gran éxito mientras existió una tradición teatral viva en Roma. A partir del Renacimiento, Plauto vuelve a ser leído, ejerciendo gran influencia en el teatro inglés.

La Poesía Épica Romana

Los orígenes de la épica romana

Sus orígenes se remontan a las laudes y “canciones de gesta”. Algunos autores relevantes son Livio Andrónico (que tradujo la Odisea), Cneo Nevio (Poenicum Bellum), Ennio (Annales), Virgilio (La Eneida) y Lucano (La Farsalia), destacando especialmente estos dos últimos.

Virgilio

Su obra más importante es La Eneida, una epopeya de doce libros que narra el viaje de Eneas desde Troya y su llegada a diversas tierras, y los empeños de paz y guerra a su llegada al Lacio hasta que los troyanos consiguen fijar su sede en la ciudad del rey latino, dado que este era un tema de orgullo nacional. El autor combina elementos históricos pasados, del presente y del futuro con los hechos de la guerra de Troya, imitando a La Odisea y La Ilíada de Homero. Los personajes forman una galería rica y variada: Mecencio, cuya brutalidad se humaniza al morir su hijo; Niso y Euríalo, símbolos de la amistad; y Eneas, el héroe nacional romano que encarna todas las virtudes de las que se enorgullecían los romanos.

Lucano

Únicamente ha llegado a nosotros un poema épico, La Farsalia, que relata en 10 cantos la guerra que opuso a César frente a Pompeyo de manera imparcial hasta el tercer libro, que se toma partido por César. La epopeya simplifica y agranda los actores de drama histórico, destacando los elementos maravillosos y alegóricos y presentando como protagonista un personaje histórico concreto. Esta obra se caracteriza por el empleo a veces abusivo de procedimientos retóricos: descripciones patéticas y morbosas, exageraciones, énfasis, etc.

Influencia en la literatura posterior

Comienza con la Canción de Roldán en la literatura francés (siglo XI), siguiendo con El Roman de Troie. El espíritu de Virgilio está presente en toda la Edad Media y el Renacimiento, como en La Divina Comedia de Dante. Más tarde se dan epopeyas medievales novelescas y epopeyas religiosas cristianas.

La Historiografía Romana

La primera manifestación historiográfica fue la historia analística, es decir la historia contada año a año. Los analistas escribían en griego y trataban de justificar la política expansionista de Roma por el Mediterráneo ante el mundo helenístico. Algunos analistas importantes de la época fueron Gayo Acilio, Catón (Orígenes), Cicerón (Orador y Brutus) y más adelante, destacaron Julio César, Salustio, Tito Livio y Tácito.

La historiografía de César

Recorrió todos los cargos de la carrera política, además de ser un general excepcional. Sus obras más importantes son Los Comentarios sobre la Guerra de las Galias (relatan las campañas de César en las Galias) y Los Comentarios sobre la Guerra Civil (comprenden sus sucesos relacionados con Pompeyo), ambas de gran valor documental, puesto que el autor es testigo de los hechos, y además los cuenta con claridad, sobriedad y sencillez.

La historiografía moralizadora de Salustio

Sus obras más destacadas son La conjuración de Catilina (esta monografía histórica narra acontecimientos conocidos por Salustio, presentándonos a Catilina como un ser extraño, malvado y ambicioso) y La guerra de Yugurta (se cuenta la guerra que Roma sostuvo contra Yugurta, rey de los númidas, con grandes dotes narrativas).

El estilo de Salustio es famoso por su concisión y su movimiento rápido, empleando el infinitivo narrativo, arcaísmos, etc., logrando así una prosa breve, aguda y rápida.

La historia nacionalista: Tito Livio

Este autor se proponía narrar la historia de Roma desde sus orígenes hasta su época (Ab urbe condita libri), sin embargo, únicamente se conservan unas pocas décadas, a pesar de ello, conocemos el contenido total gracias a los numerosos resúmenes. Solo se interesa por la historia del pueblo romano, utilizando arcaísmos y abundantes licencias poéticas con un ritmo corto y vivo en los episodios dramáticos.

La historia como drama: Tácito

Sus obras principales son las Historiae (opone al reino de los Antoninos el período de convulsiones y servidumbre que le precede) y los Annales (se narran los acontecimientos desde la muerta de Augusto a la de Nerón), con un estilo marcado por la sobriedad, opuesto a la elocuencia ciceroniana y que imita al de los poetas.

Influencia en la literatura posterior

Desde el Renacimiento toma gran importancia el estudio de la historia, sirviéndose sobre todo del modo de trabajar de Tito Livio.

La Poesía Lírica Romana

El género lírico comprende composiciones poéticas que, en sus orígenes griegos, eran cantadas con lira, las cuales tienen carácter subjetivo y emplean gran número de metros variados. Existen dos corrientes: el círculo de Quinto Lutacio Cátulo (poesía erótica con gran variedad de metros) y los poetas nuevos (poemas breves y cuidados buscando la belleza formal).

Catulo

Su obra comprende 116 poesías que se clasifican en piezas líricas cortas, piezas más extensas y epigramas en dísticos elegíacos. Según sus fuentes de inspiración, se reconocen en él tres aspectos: poeta alejandrino (como en el Epitalamio de Tetis y Peleo, poema erudito, sobrecargado y con intensidad dramática), poeta satírico (poemas cortos y bien cincelados que retratan la sociedad) y poeta lírico (habla acerca de sus sentimientos).

Horacio

Entre sus obras destacan los Epodos, Las Odas (reflexiones filosóficas, episodios mitológicos, dedicatorias a amigos y actualidad política. Su técnica es el culto a la forma que le lleva a pulir con amor cada estrofa), Las Sátiras, Ars Poetica y Carmen Saeculare.

La elegía latina

Considerada un subgénero de la lírica, comprende un tipo de poesía de asunto triste, expresando sentimientos personales y empleando para ello el dístico elegíaco. Los autores más destacados son Tibulo (Corpus Tibullianum) y Propercio (Elegías).

Ovidio

Algunas de sus obras más importantes son Fastos, Tristes, Pónticas, Amores (tres libros de elegías en los que canta los amores de forma retórica), Trisita y Epistulae ex Ponto (en ambas nos habla acerca de su destierro.

Influencia en la literatura posterior

Catulo fue muy admirado en el Imperio y el Renacimiento lo consideró un gran autor. Las Odas fueron muy leídas en la Edad Media, Renacimiento y el siglo XVIII.

Fábula, Sátira y Epigrama

La fábula

Designa una narración en la que intervienen animales. Tiene raíz popular y un fin moralizante. Esopo fue el primero en darles forma literaria. El autor más destacado es Fedro.

La sátira

Género literario típicamente romano que trata de corregir conductas burlándose de los defectos de las personas empleando el hexámetro dactílico. Los autores más importantes son Lucilio (proponía una moral patriótica, orgullosa y optimista), Horacio (sus sermones tratan temas tradicionales de la sátira con humor y fina observación, empleando el monólogo) y Juvenal (en sus sátiras denunciaba los abusos de los que era testigo con hiriente precisión e imparcialidad).

El epigrama

El autor más representativo es Marcial, quien transformó el epigrama (pequeña pieza de versos inscrita en tumbas y monumentos) en un arma de ironía y sarcasmo, aunque no todas son poemas satíricos, sino que también hay piezas de circunstancias, agradecimientos, destinadas a acompañar los regalos a los amigos (Xenia) o a servir de etiqueta divertida para los objetos que se sorteaban (Apophoreta). El estilo de Marcial es breve, satírico, sobrio y mordaz, aunque con un fondo espiritual.

Influencia en la literatura posterior

Horacio fue un clásico desde el principio, teniendo gran relevancia en la Edad Media y el Renacimiento, especialmente. En cambio, Juvenal solo fue importante en el siglo XVI, olvidándose pronto. Por su parte, Marcial tuvo éxito inmediato y gran popularidad en la Edad Media y Renacimiento.

La Novela Romana

La novela romana es un género literario de aparición tardía en sus principales producciones, cuyos elementos se remontan a los principios de la literatura tanto griega como romana. Contribuyeron también a su desarrollo las escuelas de retórica con sus ejercicios, la sátira menipea y la novela erótica.

Petronio

Su principal obra es El Satiricón, una novela de costumbres escrita en prosa con versos alternos. Es un relato a cargo de Encolpio, que cuenta sus aventuras en compañía de dos individuos de malas costumbres. Se cree que su extensión era de 35 libros, entre los que destaca el episodio de La Cena de Trimalción, en el cual Petronio describe la ostentación de riqueza en la decoración de la casa y en los platos ofrecidos. Los protagonistas son poco virtuosos: alguno son marginales, y otros son perversos o estúpidos, todos ellos descritos de forma detallada. El lenguaje cambia según los personajes, unas veces es elegante y clásico y otras es vulgar.

Apuleyo

Se conservan obras filosóficas, oratorias, cuentos y versos, pero la más destacada es su novela Metamorfosis (también llamada El asno de oro), que cuenta las aventuras de Lucio, quien se transforma en asno para finalmente recuperar su forma humana. La forma de narrar en primera persona nos hace pensar en toda la novela como una autobiografía alegórica. Su estilo es vivo, colorista y altamente refinado, con numerosos detalles realistas, uniendo los elementos eróticos con los realistas y populares.

Influencia en la literatura posterior

Petronio influyó en algunas Novelas Ejemplares de Cervantes y en Quevedo. Por su parte, Apuleyo gozó de fama en vida y el Renacimiento lo revalorizó.