Orígenes de la Historiografía Romana y sus Principales Autores

Orígenes de la Historiografía Romana

Los elogios fúnebres (laudationes fúnebres) que se pronunciaban en los entierros de los personajes ilustres, las antiguas actas de los magistrados y, sobre todo, los anales de los pontífices, escritos más por necesidades prácticas que con pretensiones literarias, constituyen los antecedentes de la historiografía romana. Cuando los romanos ampliaron sus conquistas tras la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.), decidieron escribir su historia como propaganda política y como afirmación nacional. Contaron los sucesos año por año como hacían los pontífices en sus anales o comentarios. De aquí que los primeros historiadores recibieran el nombre de analistas. La lengua que utilizaron al principio los analistas fue el griego. Esta lengua era más útil para darse a conocer a los otros pueblos. Más tarde, los analistas escribieron en latín. El máximo representante de estos últimos fue Marco Porcio Catón (siglos III-II a.C.), que escribió una historia de Roma en siete libros, titulada Orígenes. En la época de Sila, comienzos del siglo I a.C., todavía escribían la historia analistas, para los que eran más importantes el atractivo novelístico de la narración y los detalles que los propios sucesos que se narraban. Pocos años más tarde, en época ya de Cicerón, surgieron en la literatura latina dos de sus más importantes historiadores: César y Salustio. Con ellos, la historiografía latina llegaba a su madurez.

2.1 Julio César

Cayo Julio César nació el año 100 a.C. Pertenecía a una familia patricia que pretendía descender de Julo, hijo de Eneas. Se alistó muy pronto en el partido popular, a través del cual inició la carrera política. El año de la conjuración de Catilina, el 63 a.C., ya era pretor y parece que estaba del lado de los conjurados. A partir del año 60 a.C., Julio César forma el primer triunvirato con Craso y Pompeyo, y su carrera política se confunde con la historia general de Roma. El año 59 a.C. es nombrado cónsul y, al dejar el consulado, va como propretor a la Galia Cisalpina y a la Galia Transalpina; en 8 años conquista toda la Galia. Se enfrenta después en guerra civil con Pompeyo y se hace nombrar dictador el año 48 a.C. Tras su triunfo en la guerra civil se convierte en el dueño de Roma. Muere asesinado en el Senado el año 44 a.C., en los idus de marzo (el 15 de marzo).

2.2 Obras

De las obras que escribió Julio César, sólo han llegado completas hasta nosotros dos, ambas de carácter histórico: Guerra de las Galias y Guerra Civil. Estas obras reciben el nombre de commentarii porque parecen ser el desarrollo de un conjunto de notas o partes militares que Julio César recopiló durante sus campañas militares.

  • a) Guerra de las Galias (De bello Gallico). Esta obra comprende siete libros escritos por César acerca de la guerra que llevó a cabo en las Galias. Va seguida de un octavo libro que escribió su lugarteniente, Aulo Hircio. Los sucesos que se describen en los siete primeros libros tuvieron lugar entre los años 58 y 52 a.C. La fuente de información fueron los diarios de las operaciones militares de sus tropas. César escribió esta obra, sin duda alguna, pensando en justificar sus actuaciones y en acrecentar su prestigio personal.
  • b) Guerra Civil (De bello civili). Esta obra cuenta los sucesos acaecidos en los años 49-48 a.C., es decir, en la guerra civil entre César y Pompeyo. Consta de tres libros. La intención apologética de esta obra es todavía más clara que en la Guerra de las Galias, ya que quiere justificar la usurpación del poder y la muerte de Pompeyo culpando al Senado y a la aristocracia de haber propiciado la guerra.

2.2.2 Estilo

Las obras de César son un excelente modelo de narración histórica. Destacan, sobre todo, por su claridad. El relato se presenta vivo, sin pormenores inútiles, como podrían ser introducciones ambiciosas, descripciones extensas o reflexiones morales. César es un purista de la lengua y evita las palabras vulgares, arcaicas o poéticas, aunque a veces aparecen rasgos de negligencia. Cayo Julio César es considerado como un modelo de la prosa clásica.

Nepote

De Cornelio Nepote se sabe muy poco. Sí sabemos que era del norte de Italia y que pasó gran parte de su vida en Roma, dedicado a las tareas históricas y literarias, y alejado de la vida política. Vivió entre los años 99 y 25 a.C. Fue muy estimado en los círculos literarios y se ganó, por su carácter, la amistad del editor Ático, de Cicerón, de Catulo y de otros personajes importantes.

2.2.1 Obras

Entre sus numerosas obras destaca la titulada Sobre varones ilustres (De viris illustribus), que contenía las vidas de grandes hombres de Roma y extranjeros, sobre todo griegos, que habían destacado en el campo literario, político o militar. Presentaba estas biografías a modo de vidas paralelas entre romanos y no romanos. Así pues, Nepote tiene el mérito de haber introducido en la literatura latina el género biográfico.

2.2.2 Intencionalidad y Estilo

Nepote escribe su historia con una intención ejemplarizante. Le interesa el ejemplo moral que pueda transmitir el héroe descrito. Su obra está llena de anécdotas personales y fue muy apreciada en su tiempo, pero incurre en contradicciones y errores cronológicos, lo que indica que no siempre manejó las fuentes de información más fiables. La lengua que emplea Nepote es monótona y descuidada, carente de elegancia, aunque, a veces, hay fragmentos con cierto nivel retórico.

2.3 Salustio

Cayo Salustio Crispo nació en Amiterno (Sabina) hacia el año 87 a.C. De muy joven se dedicó a la política, donde obtuvo, en lugar de éxitos, algunos fracasos. Fue gran amigo de Julio César, que lo rehabilitó en la política y lo nombró procónsul de África (46 a.C.), donde acumuló grandes riquezas. Vuelto a Roma, se construyó una hermosa villa en el Quirinal y se retiró de la política para dedicarse a su vocación de historiador. Murió el año 35 a.C. De las obras que escribió Salustio, sólo nos quedan completas dos monografías históricas: La conjuración de Catilina y La guerra de Jugurta. De la última obra que escribió, titulada Historias, sólo se conservan algunos fragmentos. Escrita en cinco libros, abarcaba la historia de Roma desde el año 79 hasta el 66 a.C.

La conjuración de Catilina

(De Catilinae coniuratione). En esta monografía, Salustio cuenta los acontecimientos que se desarrollaron en Roma durante la conjuración de Catilina (63 a.C). Intenta al mismo tiempo trazar una pintura de las costumbres que responda a sus convicciones democráticas y muestre al desnudo la vileza e hipocresía de la nobleza, clase social a la que detesta.

La guerra de Jugurta

(De bello lugurthino). En ella nos refiere la guerra que Roma sostuvo contra Jugurta, rey de Numidia, a finales del siglo II a.C. Salustio aprovecha los acontecimientos históricos que se desarrollan en esa época para arremeter contra la nobleza y contra la depravación de las costumbres en Roma, donde -dice- todo se puede comprar.

5.2 Estilo

La narración de Salustio difiere de su contemporáneo y amigo César, por su mayor imparcialidad, por las reflexiones morales y diatribas en las que ataca el materialismo y los vicios de su tiempo -causa de la crítica situación del momento-, y por la ausencia total de protagonismo en la obra, aunque fue protagonista de los hechos. Lo más sobresaliente de sus monografías son los discursos, que constituyen verdaderas piezas de oratoria, los retratos psicológicos que nos presenta de los personajes y las descripciones pormenorizadas de los paisajes. Su lengua es un tanto arcaizante y su estilo se caracteriza por la concisión.