Panorama de la Literatura Romana: Historiografía, Comedia y Tragedia

LA HISTORIOGRAFÍA ROMANA

I. INTRODUCCIÓN. CONCEPTO.

La historiografía es un tipo de escritura que intenta explicar eventos históricos de manera creíble, basándose en la observación y análisis de estos sucesos. También incluye leyendas o sucesos míticos que se presentan como creíbles. Este género literario, que ahora se considera un ensayo, se origina en Grecia y se opone a la poesía dramática y a las historias fantásticas, ya que busca la verdad y la verosimilitud. En Roma, la historiografía tiene algunas características especiales. En primer lugar, tiende a ser patriótica y propagandística, estando relacionada con el poder político y escrita por personas de la clase dirigente. En segundo lugar, tiene una fuerte inclinación moralizante por encima de la precisión histórica. Además, a menudo se basa en tradiciones míticas que pueden no ser completamente verdaderas. Por último, está influenciada por el drama, priorizando la verosimilitud literaria sobre la verdad histórica.

II. ORÍGEN, FUENTES, SUBGÉNEROS Y ETAPAS DE LA HISTORIOGRAFÍA.

La historiografía romana surge en el siglo III a.C., siendo uno de los últimos géneros literarios importantes en Roma, después de que la oratoria, la filosofía, la comedia y la tragedia ya hubieran alcanzado su apogeo. Se divide en subgéneros como la analística (que registra hechos año por año), la historia contemporánea y la monografía histórica. Los primeros historiadores romanos estuvieron influenciados por tradiciones tanto indígenas como griegas, principalmente helenísticas. Inicialmente, la historiografía romana estuvo más influenciada por autores griegos como Jenofonte, Polibio y Plutarco que por los clásicos Heródoto y Tucídides.

La historiografía romana pasó por diferentes etapas:

  1. La primera comenzó con las guerras púnicas, cuando Roma se convirtió en una potencia. Los primeros historiadores escribieron en griego, pero luego Catón introdujo el latín como idioma y enfocó la narración en los eventos de Italia. Durante esta etapa, se mezclaron leyendas con datos objetivos, exaltando el patriotismo y la gloria de Roma.
  2. En la segunda etapa, después del año 200 a.C., hubo un cambio significativo con historiadores como los Escipiones, quienes priorizaban la elaboración artística de la narración histórica.
  3. La tercera etapa coincidió con el final de la República Romana y vio la necesidad de monografías que reflejaran tanto la decadencia de las costumbres como los éxitos militares. Durante esta época, hubo un aumento en el nivel cultural y se introdujo la crítica literaria y la erudición.
  4. La cuarta etapa, durante el Principado, mostró una división política en la historiografía romana, con partidarios del régimen que escribían biografías de César y opositores que defendían las formas republicanas tradicionales. La historiografía romana continuó desarrollándose en los siglos posteriores, marcada por un fuerte panegírico y una manipulación histórica, especialmente durante el imperio.

III. PRINCIPALES AUTORES DE LA HISTORIOGRAFÍA.

Principales autores de la historiografía romana:

  • Catón: Escribió “Origines” en latín, una obra histórica que difiere de los analistas porque no se limita a la historia de Roma, sino que abarca toda Italia. Catón fue uno de los primeros historiadores que se considera un verdadero historiador en lugar de un simple analista.
  • Julio César: Además de ser un político y general, César también fue un escritor destacado. Su obra más famosa es “De bello Gallico” y “De bello civili“, que narran sus conquistas militares y la guerra civil en Roma.
  • Cornelio Nepote: Escribió “De viris illustribus“, que fue una obra biográfica que presentaba modelos a imitar o rechazar, con un enfoque moralista que la hizo popular en las escuelas.
  • Salustio: Sus obras más importantes incluyen “De coniuratione Catilinae” y “Bellum Iugurthinum“, que presentan una visión moralista de la historia romana y fueron influenciadas por Tucídides en su estilo y enfoque.
  • Tito Livio: Escribió “Ab Urbe condita libri“, una historia monumental de Roma desde sus orígenes hasta el año 9 a.C. Su estilo combina elementos ciceronianos con un enfoque personal y dramático.
  • Tácito: Autor de obras como “Germania“, “Historiae” y “Annales“, Tácito es conocido por su estilo literario único y su visión liberal de la política romana. Sus obras están llenas de drama y pintorescas descripciones de los personajes y eventos.
  • Suetonio: Su obra más famosa es “Vida de los doce Césares“, una biografía de los primeros doce emperadores romanos que proporciona una visión detallada de sus vidas y reinados.
  • Amiano Marcelino: Escribió una historia en treinta y un libros que recoge los eventos desde la muerte de Nerva hasta la de Valente, continuando el trabajo de Tácito.
  • Eutropio: Escribió un compendio de la historia de Roma llamado “Breviarium ab urbe condita“, que cubre desde la fundación de Roma hasta el periodo justo antes de Valente.

Las obras de estos autores han influido bastante en la comprensión de la historia de Roma.

IV. INFLUENCIA POSTERIOR.

La influencia de César es gigantesca. Desde la antigüedad, su obra ha moldeado el aprendizaje del latín y ha sido importante en política y literatura. Salustio fue criticado en su tiempo, pero algunos como Marcial lo elogiaban. Su influencia llegó a historiadores imperiales y autores cristianos por su moralidad. En el Renacimiento, Catilina fue visto como un luchador por la libertad. La extensa obra de Tito Livio llevó a resúmenes tempranos y su fama creció rápidamente. Sirvió de fuente para muchos escritores y su interés se mantuvo hasta influir en la literatura europea. Maquiavelo y Rousseau fueron influenciados por Livio en la reflexión política. En España, su obra se conoció más tarde, pero su influencia fue similar al resto de Europa. El estilo complicado de Tácito afectó su popularidad en la Edad Media, pero fue apreciado en el Renacimiento. Suetonio también tuvo una gran influencia, siendo imitado por biógrafos posteriores. En España, influyó en la literatura medieval y los cronistas de Indias. Su obra también inspiró el drama “Calígula” de Albert Camus.

LA COMEDIA ROMANA

La comedia romana fue una parte importante de la historia del teatro en Roma. Comenzó con Livio Andrónico en el 240 a.C. y alcanzó su punto máximo con los escritos de Plauto y Terencio en el siglo II a.C. Sin embargo, después de la muerte de Terencio, el género decayó y fue reemplazado por otros como la atelana y el mimo.

INTRODUCCIÓN. CONCEPTO Y GÉNERO LITERARIO.

El teatro romano implica la representación de obras con actores y un público. Se diferencia de otros géneros literarios en que está destinado a ser representado en lugar de ser leído, se escribe en verso y tiene dos subgéneros principales: tragedia y comedia. La tragedia implica conflictos y tragedias personales, mientras que la comedia busca la hilaridad del público con tramas de enredo y finales felices. Los principales representantes de la comedia romana fueron Plauto y Terencio. Además de la comedia inspirada en la tradición griega, Roma también tenía sus propias formas teatrales populares, como las atelanas y los mimos. Estos incluían personajes estereotipados y se representaban en festivales y eventos públicos. Los dramaturgos latinos a menudo adaptaban obras griegas en un proceso llamado contaminatio, donde modificaban los originales para adaptarlos a la audiencia romana, incluso combinando varias obras o agregando elementos nuevos. Esto a menudo causaba controversia entre los puristas que preferían traducciones más fieles.

ORÍGENES DEL TEATRO EN ROMA.

Los inicios del teatro en Roma se remontan a los años 365-364 a.C., cuando se trajeron a unos artistas de Etruria llamados ludiones para realizar danzas con música de flauta como parte de rituales religiosos para calmar una epidemia. Estos espectáculos, conocidos como ludi scaenici, impresionaron a los jóvenes romanos, quienes comenzaron a imitarlos agregando palabras en forma de versos toscos, pero aún sin un guion establecido, todo era improvisado. En una siguiente etapa, los actores profesionales locales, llamados histriones, tomaron el relevo y empezaron a actuar con un guion aprendido, eliminando la improvisación. Estas representaciones se denominaron saturae, una mezcla de canto, danza y música que abordaba una variedad de temas y estilos, alternando partes cantadas con partes habladas y gestuales. Finalmente, en el año 240 a.C., Livio Andrónico introdujo la primera obra teatral con un argumento estructurado, marcando el comienzo del teatro literario en Roma. Aunque mantenía elementos de canto y danza, ahora había una trama definida. Andrónico también innovó al asignar las partes cantadas a un cantor, mientras que los actores se centraban en el diálogo. A pesar de esta profesionalización del teatro, los jóvenes romanos continuaron realizando representaciones improvisadas llamadas exodia, piezas cortas y paródicas que se presentaban al final de las obras teatrales. Además, la farsa atelana también fue asumida por la juventud romana.

PRINCIPALES SUBGÉNEROS TEATRALES.

En el teatro romano, la influencia griega fue fundamental en su desarrollo, aunque los romanos aportaron innovaciones que le dieron un carácter propio. Aunque los griegos tenían tres géneros teatrales principales: tragedia, comedia y drama satírico, los romanos solo cultivaron la tragedia y la comedia, destacando principalmente en esta última. En la tragedia romana, se distinguían dos subgéneros: la tragoedia griega y la fabula praetexta romana, que se caracterizaba por ambientarse en la sociedad romana y llevar el vestido nacional romano, la toga praetexta. En cuanto a la comedia, existían dos subgéneros: la fabula greca, basada en modelos griegos, y la fabula togata, centrada en temas, tipos y ambientes romanos, reflejando las costumbres y vestimentas de los romanos. Además de estos, la atelana y el mimo se convirtieron en géneros literarios propios en Roma. El mimo, junto con la pantomima, dominaron los escenarios romanos hasta el final de la Antigüedad. Sin embargo, el conocimiento de la tragedia romana es limitado, ya que aparte de las tragedias de Séneca y la Octavia, apenas se conservan fragmentos de autores como Ennio, Pacuvio y Accio, lo que dificulta entender completamente este género teatral.

EL TEATRO COMO ESPECTÁCULO: ORGANIZACIÓN Y PUESTA EN ESCENA.

En Roma, el teatro se integraba en los ludi, los juegos, que estaban estrechamente vinculados con la religión y consistían en diversas actividades como luchas de fieras, carreras de caballos, y exhibiciones de atletas, además de las representaciones teatrales conocidas como ludi scaenici. El espacio central del teatro era la scaena, de origen griego, donde se desarrollaba la actuación frente al público. Había también un proscenio y camerinos. Con el tiempo, el escenario se volvió más elaborado, con decorados móviles y giratorios. Además de la scaena, otros elementos importantes eran la orquesta y la cavea. La orquesta, originalmente utilizada por el coro en el teatro griego, en Roma se destinaba a los espectadores de más alto rango. La cavea era el graderío semicircular donde se sentaban los espectadores, con diferentes secciones o cunei, y podía albergar a miles de personas. La organización del espectáculo teatral estaba a cargo de los ediles, quienes financiaban el evento con fondos estatales o privados, según el caso. Durante la República, los ediles utilizaban estos eventos como una forma de asegurar su ascenso político y, a menudo, contribuían personalmente a los gastos. Los ediles también se encargaban de seleccionar la obra a representar, consultando a expertos y figuras importantes de la época. Asimismo, proporcionaban el dinero necesario para la producción de la obra y decidían qué actor recibiría la palma de la victoria como reconocimiento.

LOS ORÍGENES DEL TEATRO LITERARIO.

Los primeros dramaturgos romanos, como Livio Andrónico y Nevio, se destacaron por su falta de especialización, ya que incursionaron tanto en la tragedia como en la comedia, e incluso incursionaron en la épica. Sin embargo, su obra nos ha llegado de manera fragmentaria, lo que dificulta entender completamente su legado. Livio Andrónico, según los registros, llegó a Roma como esclavo griego alrededor del año 276 o 270 a.C. Fue liberado más tarde y tomó el nombre de su antiguo amo, Livio. En el año 240 a.C., durante los Ludi Romani, presentó una obra teatral, posiblemente una tragedia o una comedia de temática griega, siendo el primero en abandonar las saturae y crear una obra teatral con un argumento definido. Además, actuó en sus propias obras. Nevio, el segundo autor teatral, también carece de obras completas conservadas, pero se sabe que fue muy popular según los testimonios existentes.

PRINCIPALES REPRESENTANTES DE LA COMEDIA: PLAUTO Y TERENCIO.

Plauto

Es el primer dramaturgo latino del que se conservan obras completas, un total de 21, más que cualquier otro dramaturgo griego. Se sabe muy poco sobre su vida, incluido su nombre real. Su obra plantea la cuestión del número exacto de comedias que escribió, ya que se cree que hizo más comedias de las que conocemos. Algunas de sus obras más importantes son “Anfitrión“, “La comedia del fantasma“, “Pséudolo“, y “Los cautivos“. Plauto prefería una acción continua en lugar de dividir sus obras en actos, y su comedia tenía mucho énfasis en las partes recitadas con música de flauta. También romanizaba dioses, lugares y costumbres griegas en sus obras. Solía alterar la estructura de sus modelos griegos, desarrollando partes de ellos pero también acortándolos. Su obra se centraba en los intentos de un joven por obtener el amor de una prostituta o una muchacha pobre, con la ayuda de un esclavo astuto que solía ser el verdadero protagonista de la obra.

Terencio

Se conserva toda su obra, que consta de seis comedias. Las seis comedias de Terencio son: “La muchacha de Andros“, “El atormentador de sí mismo“, “El eunuco“, “Formión“, “La suegra” y “Los hermanos“. Sus obras siguieron los modelos de Menandro, excepto en dos de ellas. Terencio se defendía en los prólogos de las acusaciones de falta de energía en el diálogo y debilidad de estilo, así como de la utilización de contaminatio, es decir, combinar varias obras griegas para crear una latina. Sus comedias eran más reflexivas y cuidadosamente trazadas que las de Plauto, lo que llevó a una recepción menos favorable por parte del público romano.

LA TRAGEDIA ROMANA: SÉNECA.

Séneca, el filósofo romano, es considerado el último gran tragediógrafo de la literatura romana. Sus obras son las únicas tragedias romanas que nos han llegado prácticamente completas. La crítica moderna atribuye a Séneca la autoría de nueve tragedias: “Hércules Furens“, “Troades“, “Fénix“, “Medea“, “Fedra“, “Edipo“, “Agamenón“, “Tiestes” y “Hércules en el Monte Eta“. No hay consenso sobre los modelos que Séneca siguió al escribir sus tragedias. Sin embargo, es evidente que buscaba temas marcados por el pathos y la violencia, y se cree que Eurípides fue una influencia importante. Por ejemplo, se sugiere que “Hércules Furens” se basa en el “Heracles” de Eurípides. En cuanto al método de trabajo de Séneca, se sabe que no evitaba la contaminatio y realizaba cambios sustanciales tanto en la forma como en el contenido de las obras griegas que adaptaba. Introducía nuevas escenas y personajes, lo que resultaba en obras bastante diferentes a los originales griegos. Una cuestión debatida sobre las tragedias de Séneca es si fueron concebidas para ser leídas o representadas. Aunque no hay evidencia clara de representaciones teatrales de sus obras en la época de Séneca, durante mucho tiempo se asumió que fueron escritas para la lectura en un círculo más o menos restringido.

INFLUENCIA POSTERIOR.

Plauto fue un escritor de comedias muy popular en la antigua Roma. Después de su muerte, sus obras siguieron siendo queridas por el público, aunque en la época del Imperio Romano, las preferencias cambiaron hacia otras formas de entretenimiento, relegando las obras de Plauto al ámbito de los eruditos. Sin embargo, durante la época de los Antoninos, hubo un resurgimiento del interés por los autores antiguos, lo que benefició a Plauto, convirtiéndolo en una fuente importante de palabras y expresiones antiguas. Aulo Gelio incluso lo elogió como una figura destacada de la literatura latina. En siglos posteriores, se escribieron imitaciones de sus obras, y en el Renacimiento, se redescubrieron y representaron sus comedias perdidas, especialmente en Italia, donde tuvieron un gran éxito y su influencia se extendió a otros países europeos como Francia, Inglaterra y Alemania. En España, Plauto influyó en dramaturgos como Lope de Rueda, Juan de Timoneda, Ruiz de Alarcón y Calderón de la Barca, aunque Lope de Vega fue una excepción, ya que aunque no lo admiraba abiertamente, no pudo evitar ser influenciado por él. Hoy en día, el legado de Plauto sigue siendo relevante tanto en los estudiosos de la lengua latina como en los escenarios teatrales, donde sus comedias se representan con frecuencia, e incluso ha sido adaptado al cine, como en la película “Golfus de Roma“. Terencio, otro escritor de comedias romano, tuvo una influencia similar aunque menos destacada que Plauto. A lo largo de la historia, su obra fue apreciada y preservada, y también tuvo un impacto en la literatura española, especialmente en dramaturgos como Ruiz de Alarcón y Leandro Fernández de Moratín.