Tito Livio
Época: El comienzo del imperio, el principado de Augusto, después del asesinato de JC, nuevas guerras civiles y la batalla de Actium. El emperador comienza una política de regeneración de los antiguos valores que hicieron grande a Roma; recuperar las virtudes ciudadanas.
Vida: Tito Livio Patavino nace en el 59 a.C. en Padua (norte de Italia), que entonces se llamaba la Galia Cisalpina, en una familia acomodada. Tuvo en Roma formación filosófica y retórica. Alejado de la vida política, se dedicará a la literatura. Dedicó casi toda su vida a investigar y escribir bajo la protección del emperador.
*Ad urbe condita*: Estaba compuesta por 142 libros que no nos han llegado por completo. Era tan extenso que pronto empezaron a escribirse resúmenes del mismo, como “manuales” para las escuelas (el “Breviario” de Eutropio s. IV es el más conocido).
Esta obra es conocida también como las “décadas” (porque los libros se agrupaban de 10 en 10).
Nos ha llegado +/- ⅓ del total → los que tratan sobre los orígenes de Roma, la victoria sobre los samnitas, la 2ª GP…
Ya desde antiguo la obra se convirtió en un texto canónico de historiografía sobre todo lo referente a los orígenes y el tiempo de la monarquía.
Esta obra ejerció gran influencia en: Dante, Maquiavelo, Montesquieu y la Rev. Francesa. No solo relata y describe hechos, personajes, sino que también valores, virtudes, tradiciones de grandes hombres.
Su concepción de la historia encaja con la ideología del emperador: el amor a la patria, al sentido del deber, la misión universal de Roma…
Tenía un propósito didáctico y moral: enseñar lecciones del pasado a los hombres del presente.
Tiene carencias informativas, aparecen imprecisiones, anacronismos, recreaciones ficticias…
Entre los episodios que destacan: los orígenes de Roma (Rómulo y Remo), el rapto de las sabinas, la violación de Lucrecia, la expulsión de Tarquinio el Soberbio, la 2ª GP…
La oratoria y la retórica de Cicerón
Introducción al género: la oratoria es el arte de hablar bien, con elocuencia, corrección y belleza, con intención de convencer mediante la palabra.
Diferentes propósitos: enseñar, persuadir, deleitar, conmover, emocionar…
En la antigua Grecia encontramos importantes oradores, como Demóstenes s. IV a.C., ya que la elocuencia era muy apreciada entre los griegos. En Roma la oratoria alcanzó sus mayores niveles de riqueza expresiva y literaria. Se llamaba *orator* al orador y *oratio* al discurso.
Retórica: es la ciencia de la oratoria, instrumento educativo muy importante, además ofrece normas para hablar bien en público.
*Rethores*: maestros que enseñaban en las primeras escuelas.
La retórica se centraba en reglas, técnicas, partes del discurso, tipo y estilo. Solo los jóvenes de clase alta con intención de trabajar en la política o abogacía podían acceder a estos estudios superiores en Roma, Grecia, Rodas o Asia Menor.
Los instrumentos de aprendizaje se centran en dos actividades ficticias: la *suasoriae* (tema + preguntas a personajes que explicaban motivos para tomar una decisión) y la *controversiae* (debates para alumnos más avanzados sobre temas jurídicos).
La oratoria estaba muy relacionada al mundo republicano en las *laudationes fúnebres*, los discursos políticos y judiciales, la asamblea, ejército, senado. Algunos autores hablaban de “facundia” (facilidad para hablar en público), pero la mayoría estudiaba retórica.
Antes de Cicerón: tenemos a Catón el Censor, Publio Cornelio y los hermanos Graco.
La retórica jugó un papel esencial en el desarrollo de la prosa romana, sobre todo la historiografía.
En la elaboración: se empezaba con la *inventio* (investigar hecho y argumentos), luego la *dispositio* (la organización de las ideas), *elocutio* (la redacción del discurso), *memoria* (la memorización del discurso) y *actio* (la puesta en escena).
En el discurso: exordio (la introducción), la exposición del asunto, la confirmación o refutación y la peroración (un resumen).
Además teníamos géneros discursivos: laudatorio (usado en asuntos religiosos), deliberativo (propio de la política) y judicial (en los tribunales).
Añadiendo tres estilos de oratoria: *humile*, *medium* y *sublime*.
Por último, tres escuelas de oratoria: Ática (sobria y severa), Asiánica (exagerada) y Rodia (escuela de Cicerón).
Cicerón:
Cicerón, político, orador y filósofo romano del siglo I a.C., fue un “*homo novus*” que llegó al Senado por méritos propios, destacándose en el Foro como abogado. Estudió en Roma, Rodas y Atenas, especializándose en retórica, filosofía y leyes. Su filosofía era ecléctica, difundiendo ideas griegas en Roma y creando un vocabulario filosófico en latín. En política, completó el *cursus honorum*, enfrentó la conjuración de Catilina como cónsul en el 63 a.C. y se opuso al Primer Triunvirato, lo que lo llevó al exilio. Durante la guerra civil, apoyó a Pompeyo, pero César lo perdonó. Tras el asesinato de César, se enfrentó a Marco Antonio, quien ordenó su ejecución en el 43 a.C.
Cicerón dejó un legado literario en tres géneros:
Oratoria: Sus discursos, anotados por su secretario Tirón, incluyen las *Catilinarias* contra Catilina, las *Filípicas* contra Marco Antonio y defensas como *Pro Milone*. Escribió también obras teóricas como *De oratore* y *Brutus*.
Filosofía: Obras como *De amicitia* (amistad), *De senectute* (vejez) y *De officiis* (deberes) influyeron en la ética y política romanas.
Cartas: Sus epístolas reflejan su vida personal y política (*Ad familiares*, *Ad Atticum*).
Su estilo literario, base del “estilo ciceroniano”, fue clave para la prosa latina, con gran influencia en la Edad Media y el Renacimiento.
Después de Cicerón: la oratoria republicana perdió sentido y libertad, de modo que aquel género que se reflejaba en todos los aspectos de la vida ciudadana quedó relegado a las escuelas como un ejercicio muy alejado de la realidad.
Destaca Quintiliano (s. I), nacido en Calagurris, abogado famoso que dirigió durante la época de Vespasiano la primera escuela sustentada por el Estado. Se convirtió en uno de los mejores profesores de retórica del mundo antiguo. *Institutio oratoria* es su obra más importante. En ella trata asuntos como la educación de los niños, los métodos de enseñanza de los maestros, el estudio de la gramática, las partes del discurso o el modelo ideal de orador. Esta obra gozó de mucho prestigio y tuvo gran importancia durante siglos para la concepción humanista de la educación.
Sabemos también de la importancia de otros oradores como Séneca el Orador (padre del filósofo) y el historiador Tácito, autor del “Diálogo de los oradores”, sobre el arte de la retórica.