1. Rasgos Temáticos y Formales de la Nueva Narrativa Hispanoamericana y su Reflejo en La Casa de los Espíritus
A partir de 1940 —con algunos precedentes— se observa un cansancio de la novela realista. No es que desaparezcan los temas cultivados hasta entonces, pero se pasará a tratarlos con procedimientos distintos. Ya parecerán también nuevos temas. Los principales aspectos de esta renovación son:
Aspectos Temáticos:
- Junto a las realidades inmediatas, irrumpen la imaginación, lo fantástico. Pronto se hablará de realismo mágico.
- El realismo mágico persigue hacer un retrato total de la realidad, ya que, a juicio de los novelistas que lo cultivaron, el mundo —y, sobre todo, el mundo hispanoamericano— va mucho más allá de lo que puede ser percibido por los sentidos. Un narrador mágico realista, crea la ilusión de “irrealidad”. Para ello cuenta los hechos más triviales como si fueran excepcionales; y los excepcionales, como si fueran de lo más común. Sin embargo, la literatura del realismo mágico no es una literatura fantástica, ya que en la base de todas estas obras está el mundo real y reconocible. A partir de este momento, realidad y fantasía se presentarán íntimamente enlazadas en la novela.
- El interés por el mundo urbano.
- La condición humana. Se plantean los grandes problemas del ser humano en la sociedad contemporánea, enraizados en la situación de Hispanoamérica. La visión, en general, es bastante pesimista.
- El erotismo.
Aspectos Formales:
- El narrador. El narrador omnisciente deja paso al narrador protagonista, personaje o testigo.
- El tiempo. Se rompe la linealidad temporal por medio de recursos como la inversión temporal, las historias paralelas o intercaladas o el caos temporal.
- El lenguaje. Entre los nuevos narradores existe una gran preocupación por la elaboración lingüística, por el ritmo de la prosa y por el empleo de imágenes.
Estos rasgos, iniciados en los años 40, se prolongarán durante los decenios siguientes en la obra de nuevos novelistas.
2. Análisis de los Protagonistas de La Casa de los Espíritus
Esteban Trueba
Esteban Trueba es el personaje masculino principal de la novela y el único que sobrevive desde el inicio hasta antes del epílogo. En su juventud pretendió a la inasequible Rosa, la hermosa, hija de Severo y de Nívea del Valle, por lo que comenzó a trabajar arduamente en las minas para ganar una considerable fortuna que le sirviera para contraer las ansiadas nupcias. Su vida tomó un rumbo drástico cuando Rosa fue accidentalmente envenenada; la atribulación que padeció como resultado de la muerte de la amada perduró por toda su existencia. En la hacienda violó a todas las campesinas adolescentes que pudo antes de que llegasen a la edad adulta, e incluso chicas de otras Haciendas. Dentro de estas violaciones nació un niño, Esteban García, hijo de Pancha García. Años más tarde el nieto de esta se vengaría de todas las humillaciones y privación que tuvo en su vida. Al final de su vida, también mantendría una relación muy unida con su nieta Alba, y con el transcurrir del tiempo su cólera se va disminuyendo, murió en los brazos de su nieta, sabiendo que su esposa lo había perdonado póstumamente.
Clara Trueba (del Valle)
El personaje femenino principal es Clara. Ella es clarividente, practica la telequinesis y raras veces es solícita con los deberes del hogar. Mantiene a la familia unida con su amor y con sus predicciones. Es la hija menor de Severo y Nívea del Valle, esposa de Esteban Trueba y madre de Blanca, Jaime y Nicolás. Clara practicaba la adivinación, la comunicación con los fantasmas y el movimiento de objetos (sobre todo de una mesa de tres patas). Sus amigos espiritistas, como las hermanas Mora y el Poeta, fueron también importantes. Clara apoyaba y justificaba los actos de sus hijos incluso si iban en contra de lo que Esteban, su esposo, en la parte final del libro se hace suponer que había visto todo el futuro de su familia y lo había escrito en sus libros de apuntes. Clara es un personaje misterioso siempre en su mundo algo distante tal vez de su familia pero siempre se demostró su amor hacia ella.
Blanca Trueba
Blanca Trueba es la primera hija de Clara y Esteban. Ella pasó su vida entre la Casa de la Esquina de la Capital y la Hacienda “Las Tres Marías”, donde entablaría un gran amor con el pequeño Pedro Tercero García, que duraría hasta que ella se ve obligada a asistir a un internado para señoritas. Durante este periodo sólo se verían durante los veranos. A pesar del estatus y de las creencias de su familia, terminaría enamorarse de Pedro Tercero, quien se había vuelto un joven campesino viviendo y trabajando en la Hacienda de Esteban. Blanca incluso llegaría a fingirse enferma para salir del Internado y permanecer en las Tres Marías. Su enamorado fue expulsado de la Hacienda por Esteban Trueba debido a que el joven propagaba incansablemente sus ideas de igualdad social a los demás trabajadores.
Pedro Tercero García
Es el hijo del capataz de las Tres Marías, Pedro Segundo, su abuelo llevaría el mismo nombre. Pedro es un trabajador perteneciente a la clase baja de la sociedad, que trabajaba para Esteban Trueba. Desde joven se enamoraría de Blanca Trueba, la cual engendraría a su única hija, Alba. Sería expulsado de la hacienda por Esteban, debido a que pretendía mostrarle a los demás trabajadores sobre la igualdad y los derechos individuales y laborales (las gallinas unidas pueden vencer al zorro), posteriormente se transformaría en uno de los cantautores populares de la resistencia contra la dictadura (su personaje está basado en Víctor Jara).
Alba Satigny
Alba Satigny es la hija de Blanca y Pedro Tercero, aunque por muchos años creyó que era hija del Conde de Satigny, también era mentira la muerte del mismo. Desde antes de su nacimiento, su abuela Clara decretó que estaba bendecida por las estrellas. Por esta razón, Clara decía que no necesitaba ir a la escuela, por lo que fue criada en la Gran Casa de la Esquina, en la cual mantuvo estrechos lazos con todos los miembros de la familia. Alba adoraba jugar en el sótano y pintar en la pared de su cuarto extrañas figuras y monstruos que inventaba, similares a los que su madre hacía en cerámica y su tía abuela en su inacabado mantel. Alba tenía el cabello verde como Rosa, sin embargo no heredaría su hermosura. Es descrita como una joven de escaso tamaño, por lo que está basada en la autora, Isabel Allende.
3. Aspectos Políticos y Sociales Reflejados en La Casa de los Espíritus
La obra se desarrolla en el siglo XX, desde el comienzo de éste hasta su final. Cada generación vive en un contexto diferente y podemos observar los cambios políticos, sociales e ideológicos del momento. Comenzamos con Esteban Trueba cuando levantó las Tres Marías por primera vez, sin violar ninguna ley y sin tener ningún problema. En esta época el partido socialista estaba estableciéndose y aún no tenía gran aceptación. Más tarde observamos como, a lo largo de los años, el partido socialista empieza a cobrar más importancia y sus ideas influyen en todo el pueblo. Se generan problemas, Las Tres Marías y los hijos de Trueba tienen pensamientos liberales y orientados al partido de la izquierda, lo que hace actuar a Trueba. Por último, nos situamos en la lucha entre los dos bandos. Todos estos conflictos podemos verlos reflejados en la situación familiar y personal de cada uno de los personajes. El golpe de estado por los militares nos sitúa ya por la década de los setenta, ya que es una representación del golpe de estado chileno efectuado por Pinochet en 1973 (un suceso que marcó la vida de Allende). A partir de este momento La historia nos traslada a un periodo de dictadura y esclavitud. Aunque las cosas se resuelven para la familia Trueba el problema en la nación aún no termina.
4. El ‘Realismo Mágico’ y La Casa de los Espíritus
El realismo mágico es un género artístico y literario de mediados del siglo XX que consiste en fundir la realidad narrativa con elementos fantásticos y fabulosos, de modo que la magia, la fantasía, el mundo de los espíritus, pasa a formar parte de la cotidianidad.
Se considera que es la novela Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, la iniciadora de esta corriente literaria. El realismo mágico se desarrolló muy fuertemente en las décadas del ’60 y ’70, producto de las discrepancias entre dos visiones que convivían en Hispanoamérica en ese momento: la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición. Además surgió como modo de reaccionar mediante la palabra a los regímenes dictatoriales de la época.
El realismo mágico se define como la preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es la de suscitar emociones sino más bien expresarlas y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad.
El estilo de Isabel Allende en su obra La casa de los espíritus esta enmarcado dentro del realismo mágico, ya que mezcla acontecimientos comunes con otros extravagantes y casi fantasiosos. De este modo se despliega ante nuestros ojos una serie de apariciones fantasmales, supersticiones, clarividencias, videncias y sueños premonitorios, que conviven en perfecta armonía con la más absoluta mediocridad cotidiana. Este mundo espiritual, fascinante y delirante es el mundo de las protagonistas femeninas. Por el contrario, el mundo de los hombres choca con todas estas extravagancias, es el mundo de lo material, de la lucha por el poder, la sangre y el dolor, de la posesión y dominio de cosas y personas.