Rasgos Temáticos y Formales de la Nueva Narrativa Hispanoamericana y su Reflejo en La casa de los espíritus
Los rasgos temáticos, narrativos y estilísticos de La casa de los espíritus se enmarcan dentro de la corriente literaria posterior al Boom, conocida como “post-Boom”, y se nutre de la generación del Realismo mágico.
La literatura hispanoamericana se renueva apreciablemente a partir de la Segunda Guerra Mundial. Se incorporan nuevas estructuras narrativas, estilos subjetivos y preciosistas.
La novela hispanoamericana sufre una gran transformación al añadir elementos del psicoanálisis, además de la escritura automática y la pluralidad de planos temporales.
Cinco tendencias alcanzan éxito mundial de ventas y prestigio con el Boom de la literatura hispanoamericana en los años 60, y todas ellas influyen directamente en La casa de los espíritus:
- La novela fantástica: Combina elementos de magia, creencias populares y hechos extraordinarios o sobrenaturales.
- La novela política: Recoge problemas sociales y políticos, denunciando las dictaduras y encarcelamientos.
- La novela histórica: Pretende desentrañar los enigmas históricos del continente americano para indagar en sus orígenes y señas de identidad.
- La novela psicológica y existencial: Profundiza en la intimidad del hombre moderno, sometido a los corrosivos conflictos cotidianos y a la alienación de la sociedad actual. Son novelas urbanas cuyos protagonistas se preguntan por el sentido de la vida.
- El realismo mágico: Los dos grandes hitos del realismo mágico son el colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Juan Rulfo, que crean dos pueblos con ambiente fantasmagórico, en los que se acumulan hechos más allá de lo perceptible o sensorial.
Análisis de los Personajes de La casa de los espíritus
Los personajes más importantes de la novela son:
- Esteban Trueba: Presente en toda la obra, encarna el discurso del poder. Su trayectoria vital abarca desde sus inicios con problemas económicos, su ascenso político y económico, su posterior derrota y su tardía conversión moral. Trueba trabaja duro para levantar la propiedad heredada, se casa con Clara del Valle y tiene tres hijos: Blanca, Jaime y Nicolás. Representa la autoridad en el ámbito rural y doméstico. Es irascible, violento y de mal carácter. Se cree buen patrón y buen padre, pero se aleja de su familia y frecuenta prostíbulos. Intolerante a las ideas progresistas, odia a los comunistas. Expulsa a su hermana Férula, dañando su relación con Clara. Se convierte en senador por el Partido Conservador. Tras el golpe de Estado de izquierdas, afectado por el terror de los nuevos mandatarios y por el amor a su nieta Alba, reconsidera sus acciones pasadas. Actúa como narrador, expresando sus sentimientos y su visión de la realidad. Al final, se muestra como un hombre multidimensional, que oye espíritus, acepta a Pedro Tercero y reconoce sus errores, lo que lo deja postrado, humillado, infeliz y casi solo, comprendido únicamente por su nieta Alba.
- Clara del Valle: Eje central de la primera parte de la novela. Bondadosa, sensible, desinteresada por lo material y enigmática. Posee poderes sobrenaturales, ve el mundo oculto y predice eventos. Llena la casa de espíritus. Su cuñada Férula la adora y se ocupa de las tareas del hogar. Hereda de su madre, Nívea, la conciencia de justicia social, ayuda a los necesitados y transmite sus ideales sufragistas y feministas. Protege a los pobres y analfabetos. Castiga a su marido con el mutismo tras la expulsión de Férula. Sus diarios reconstruyen el pasado y sirven para redactar la novela.
- Blanca Trueba: Su comunicación profunda y armoniosa con Clara transgrede los límites del tiempo y continúa más allá de la muerte. Primogénita de Clara y Esteban, mantiene una intensa relación amorosa con Pedro Tercero, a pesar del choque ideológico de este con su padre. Queda embarazada de Pedro Tercero, pero la obligan a casarse con Jean de Satigny, a quien abandona para regresar a su hogar. Oculta durante años a su hija Alba y vive con independencia. Se exilia a Canadá con Pedro Tercero tras el asedio militar.
- Alba Trueba: Personaje clave de la segunda parte, narra la obra y motiva la reflexión de Esteban al final de su vida. Representa la cuarta generación y un paso más en la autonomía de la mujer. En la universidad, se une a los revolucionarios y se enamora de Miguel, un estudiante pobre. Recibe el cariño y amor de su abuelo desde niña. Articula los ámbitos colectivo e histórico con lo personal y afectivo. Sufre prisión y tortura durante el golpe militar. Aclara que ha recopilado y redactado casi toda la historia narrada.
Aspectos Políticos y Sociales en La casa de los espíritus
El punto de partida de la novela es una larga carta que Isabel Allende escribió a su abuelo materno. Las etapas de la vida de Esteban Trueba reflejan la realidad chilena del siglo XX: la evolución de una estructura social arcaica a una más moderna, con sus desigualdades sociales, inestabilidad política, corrupción electoral, reforma agraria, golpe de Estado e involución política.
Algunos personajes se inspiran en figuras históricas o familiares de Allende. Pedro Tercero García se basa en el cantautor Víctor Jara, como homenaje a la canción protesta y al movimiento revolucionario chileno.
La novela alude a la historia reciente de Chile, especialmente a partir de 1970, desde la perspectiva de los demócratas destituidos y perseguidos. Se menciona la elección de Salvador Allende como presidente en 1970, primer presidente marxista elegido democráticamente. Se le acusa de corrupción, al igual que en la novela. También se cita la intervención de la CIA, el temor de Estados Unidos a un “Vietnam” en Chile y la influencia del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria).
La novela retrata todas las clases sociales de Chile y su repercusión política. Hasta la recuperación democrática de 1988, no se consolida una clase media con solvencia económica. La lucha de clases se refleja en la obra. La Iglesia también aparece, con posturas reaccionarias y progresistas.
El Realismo Mágico y La casa de los espíritus
El realismo mágico, corriente literaria hispanoamericana del siglo XX que se difunde a partir de 1960, busca renovar la literatura descubriendo la peculiaridad americana mediante la síntesis de realidad y fantasía. Lo insólito y sobrenatural se incorpora a lo real, reflejando la realidad hispanoamericana. No se trata de presentar la magia como real, sino la realidad como mágica.
Impulsada por la Revolución cubana, la literatura se convierte en una herramienta contra las dictaduras hispanoamericanas.
Rasgos del realismo mágico:
- Lo real maravilloso: Lo fantástico enriquece la realidad. Personajes ordinarios realizan hazañas y protagonistas heroicos se desenvuelven en la cotidianidad.
- Experimentación literaria: Estructuras narrativas complejas, polifonía y ruptura del tiempo narrativo.
- Escenarios americanos: Mayoritariamente en contextos de pobreza y marginalidad social, con frecuencia rurales, donde la magia y los mitos son parte de la vida cotidiana.
- Presencia de la muerte: Difusa línea entre la vida y la muerte.
- Rechazo del humor.
Isabel Allende utiliza características del realismo mágico que conectan con los lectores europeos. En La casa de los espíritus encontramos los cuatro tipos de hechos del realismo mágico: lo mágico (predicciones, maldiciones, advertencias del más allá), lo fantástico (pérdida de recuerdos, enfermedades extrañas, aparición de muertos), lo milagroso (levitaciones, telequinesis) y lo mítico y legendario.
Otras características del realismo mágico en la obra:
- Multiplicidad de narradores: Combinación de primera y tercera persona para ofrecer distintos puntos de vista.
- Polifonía: Diversos puntos de vista que presentan una realidad compleja.
- Estructuras narrativas no lineales: Saltos temporales que entrelazan presente y pasado.