Miguel de Unamuno: Niebla: Marco histórico y literario
En 1913, José Martínez Ruiz, “Azorín”, publica su estudio Clásicos y modernos, aludiendo por primera vez a la Generación del 98. Tiene en cuenta a un grupo de jóvenes que había tomado una postura de preocupación ante la problemática española: pobreza, educación inadecuada, injusticia social, etc. Esta preocupación invade a intelectuales como Miguel de Unamuno.
En cuanto a la novela, los noventayochistas realizaron una serie importante de modificaciones, haciendo desaparecer casi todas las características de la novela realista. Las variaciones más importantes son la estructuración de la novela en torno a un único personaje y la sustitución de los incidentes por los diálogos, que señalan un estadio de desarrollo mental del protagonista.
Con su novela Niebla (1914), Miguel de Unamuno crea el concepto de “nivola”. El libro aborda la inseguridad del hombre moderno que se preocupa por su destino y su mortalidad.
Argumento
Augusto Pérez, un acomodado solterón que vive de las rentas, se halla envuelto en una especie de nebulosa que le impide su contacto con el mundo exterior. Después de la muerte de su madre, su vida se libera de la abulia cuando conoce a Eugenia, una chica huérfana que vive con sus tíos y da lecciones de piano para pagar una hipoteca que han dejado sus padres. Eugenia rechaza los galanteos de Augusto porque ama a Mauricio. Pero cuando Eugenia se da cuenta de que pierde una oportunidad, precipita su decisión y acepta a Augusto, y también la donación para el pago de la hipoteca; pero no puede evitar volver con Mauricio y, en los días que preceden a la boda, le envía una carta diciéndole que se ha marchado con él.
Toda esta situación de sentirse burlado saca de sus casillas al infeliz Augusto y decide suicidarse, no sin antes consultar a un tal don Miguel de Unamuno, cuyo ensayo sobre el suicidio ha leído. En la entrevista que mantiene con Unamuno, descubre horrorizado que no es más que un ente de ficción, sujeto a los caprichos de su creador, que lo quiere hacer desaparecer. Ni siquiera se le permitirá que se suicide, cosa que ya no desea hacer. Impotente y abatido, Augusto se desquita dándose un atracón. Al día siguiente amanece muerto junto a Orfeo, su perro fiel. Unamuno piensa resucitarlo, pero Augusto se le aparece en sueños y le pide que no lo haga.
Estructura y estilo
La obra se compone de 33 capítulos, un prólogo, un post-prólogo y un epílogo. También incluye cinco historias intercaladas. La difuminación entre la realidad y la ficción también está presente en la autoría de algunas partes de la obra. En cuanto al estilo, en este texto predominan los diálogos, y la escasa narración es omnisciente. Hay muy poca descripción, hasta el punto de que no se sabe dónde ni cuándo ocurre la historia, ni tampoco mucho de la apariencia de los personajes.
Como ya se ha dicho, esta falta de descripción no solo caracteriza la ficción unamuniana, sino casi toda la narrativa de los noventayochistas, marcando una ruptura con el realismo y sus descripciones detalladas. El lector tiene que interpretar el final abierto y decidir cómo se murió Augusto. Nos enteramos de lo que sucede a través del diálogo entre los personajes; de esta forma, el papel del lector crece, de ser un mero espectador de lo que sucede pasa a participante activo en la conformación del sentido de lo dicho.
Además del diálogo, Niebla presenta una novedad: el monólogo interior. Unamuno, pues, precede a Joyce en el uso del monólogo interior. Y, a partir del capítulo V, en el que Augusto encuentra al perro, el diálogo y el monólogo se combinan con el monodiálogo, cuyo destinatario es el receptivo y mudo Orfeo. Incluso en el epílogo es el propio Orfeo quien monologa y explica que Augusto hablaba y hablaba como todos los seres humanos.
Nada más iniciar la lectura de Niebla, nos sorprende que el prólogo está escrito por uno de los personajes, Víctor Goti, que por un momento se incorpora al mundo de los seres vivos para opinar sobre la estética de Unamuno. Así pues, hay una identificación entre Víctor Goti y Unamuno. El autor del prólogo se rebela contra Unamuno diciendo que Augusto se suicidó voluntariamente. En el capítulo XXV se produce la intromisión del autor Unamuno y así pretende hacer cómplice al lector de la violación del marco narrativo.
Pero sin duda el artificio narrativo más original es cuando el narrador-personaje se confunde con Unamuno rector y el protagonista traspasa el marco de la ficción para visitar a su autor. Aquí se borran los límites que separan la realidad y la ficción. Como resultado de la entrevista con el rector de Salamanca, Augusto se desespera al saber que es un ente de ficción, que no tiene más alma que la que le da el lector. Y en el clímax de la obra, el rebelde protagonista se enfrenta al autor-personaje-narrador con un severo mensaje.
Personajes
Don Augusto, desde las primeras líneas, se nos presenta como un individuo extraño que el narrador mira con una sonrisa burlona; sus palabras y actitudes resultan artificiosas, chocantes y a menudo ridículas. Su personalidad es una mezcla de rasgos trágicos y grotescos. Su vida está vacía, se aburre. Está inmerso en la niebla, hasta que unos ojos femeninos han empezado a disiparla: los ojos de Eugenia, mujer decidida, con el carácter y voluntad que a él le faltan. Empiezan sus cavilaciones y desasosiegos, pero se siente más vivo que antes; incluso tiene pequeños escarceos amorosos con Rosario, su planchadora, a la que utiliza como conejillo de indias. Para convencerse de que lo suyo no es solo un enamoramiento cerebral, paga la hipoteca de Eugenia y, al ser rechazado por la joven, Augusto se siente desfallecer hasta el punto de cuestionarse su propia existencia. Pero cuando Eugenia consiente el matrimonio, el pobre Augusto navega en un mar de dudas. Finalmente, se produce la burla de su novia y toma la decisión del suicidio. En definitiva, don Augusto es un fruto de la fantasía para reflejar el nihilismo de la existencia humana.
Eugenia es el personaje que, sin pretenderlo, desencadena todo el proceso. Se destacan la resplandeciente mirada de sus ojos y sus manos blancas, finas y frías como la nieve. Así, será ardiente, apasionada y posesiva con su novio Mauricio y orgullosa, fría, calculadora y cruel con Augusto. Existe una total disociación entre la Eugenia de carne y hueso y la que el protagonista forja en su mente. Frente a ella, Rosario, la planchadora, es una criatura primitiva, cuya malicia no deja de sorprender a Augusto.
Más interesante es la figura de Víctor Goti, prologuista, alter ego de Unamuno, autor de nivolas y personaje ficticio, que es un agonista más consciente que Augusto, su amigo, capaz de formular con precisión la tragedia de la vida. Es consciente de que la realidad y la ficción se confunden y le gusta pensar que el lector de la nivola pueda dudar de su propia existencia y creerse un ente ficticio.
La sombra de doña Soledad, madre de Augusto, vaga por el relato. Al morir ella, Augusto ha quedado desorientado, sin protección. Su consejo de que se case influye en la atención que él presta a la mujer. Además, necesita buscar otra madre.
Mauricio, el novio de Eugenia, responde al típico cliché del chulo. No quiere perder su libertad, prefiere que Eugenia se case con el panoli de Augusto y seguir disfrutando de ella.
Otros personajes son la pareja de Domingo y Liduvina, criados de Augusto, fieles y cariñosos con su señorito. Don Fermín y doña Ermelinda, los tíos de Eugenia, son el tipo de matrimonio antitético. Ella es una persona interesada y su marido un anarquista teórico, que habla esperanto y aprovecha las visitas de Augusto para soltar sus ideas. Y de los otros personajes podemos destacar a Orfeo, que intuye que la muerte consiste en volver a la niebla de la que se brotó.
En cuanto a los nombres de los personajes, son casi siempre irónicos, contrarios al carácter del personaje.
Temas
- La inmortalidad: El ansia de inmortalidad del ser humano es un tema recurrente en la obra unamuniana.
- La inadecuación del ser humano: Augusto es incapaz de resolver dilemas cotidianos. Tampoco puede tomar decisiones importantes, como si debe casarse, o resolver los dilemas existenciales, como si existe o no.
- Existencialismo: Augusto está tan perdido en sus pensamientos que no está presente en la vida, como si no existiera.
- La metaficción: Víctor y Augusto hablan de la novela o “nivola” que Víctor está escribiendo. Unamuno, a través del personaje de Víctor, explica su teoría de la literatura y lo que es una “nivola”.
- Realidad o ficción: Como sugiere el título Niebla, esta obra borra la línea entre la realidad y la ficción. Unamuno se introduce en la historia y el protagonista descubre que es solo un ente de ficción.
Significación
La novela tiene carácter experimental, así ha sido subrayado por Víctor Goti. Y don Miguel, con el neologismo acuñado, indicaba el deseo de acomodar el género a su propia visión del mundo y a su consciente aspiración de liberar a la narrativa de los moldes tradicionales.
En el clímax de la famosa entrevista con el autor, Augusto, rebelándose a su condición de ente de ficción, introduce una nueva identidad: ficción literaria = existencia. El personaje ha descubierto su propia realidad y, además, logra revelarnos la de su autor, que es un sueño de Dios que desaparecerá cuando este deje de soñarle. El creador y las criaturas habitan en un mismo plano de realidad, a la que se incorpora el lector.
En definitiva, Niebla se asienta sobre la visión de la obra artística como anhelo de gloria y deseo vital de inmortalidad. De esta forma, permite al autor eternizarse en la obra y a los personajes crearse y recrearse continuamente en el diálogo que el lector entabla con la obra. Así pues, la nivola, obra abierta, en la lectura y reflectora del receptor se convierte en creación continua y eterna.