Análisis literario de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca

Argumento

La obra se inicia con el entierro del segundo marido de Bernarda, Antonio María Benavides, tras el cual impone un luto rigurosísimo de ocho años a sus cinco hijas. Encerradas en casa y obligadas a bordar el ajuar, la tensión entre las hermanas se dispara con la noticia de que Angustias, la mayor e hija del primer marido, va a casarse con Pepe el Romano, de quien también están enamoradas otras dos hermanas, Martirio y Adela.

Ante esta situación, la Poncia, criada y confidente de Bernarda, intenta avisarla de que algo pasa en su casa, pero esta no hace caso a lo que considera que son habladurías de la gente. Sin embargo, se ve obligada a tomar cartas en el asunto después de que Martirio robara el retrato de Pepe que Angustias tenía bajo su almohada y de que se descubra que Pepe no se marcha a la una tras hablar con su novia por la reja, sino que prolonga su estancia hasta las cuatro de la madrugada.

Bernarda intenta cortar esta situación con su autoridad y adelantando la boda de Angustias, pero no es consciente de que ya es tarde: Adela se está viendo con Pepe el Romano a escondidas de todos, menos de Martirio, que la vigila secretamente. Una noche cercana a la pedida de Angustias, Adela es delatada por Martirio en uno de sus encuentros amorosos. Bernarda despierta y Adela se enfrenta a ella y les dice a todas la verdad: Pepe el Romano es su amante. Bernarda coge la escopeta para matar al causante de su deshonra y entra con Martirio en el corral. Tras el disparo, Adela se encierra en su habitación y se suicida, dejando a su familia sumida en un mar de luto.

Temas

Autoridad frente a libertad

En La casa de Bernarda Alba se nos plantea constantemente el enfrentamiento entre la autoridad, representada por Bernarda, y la libertad, de la que no gozan ni sus hijas ni su madre. Un ejemplo claro es María Josefa, la madre de Bernarda, encerrada por esta para que los vecinos no comenten nada.

Tradición frente a rebeldía

De nuevo, es Bernarda quien encarna la tradición, que ya hemos comprobado en los apartados anteriores, cuando somete a sus hijas al luto riguroso o no permite que los hombres se mezclen con las mujeres tras el entierro de su segundo marido.

Injusticia social

Lo podemos ver mediante las condiciones laborales de las criadas.

La mujer frente al hombre

Tener impulsos amorosos o sexuales es un instinto claramente vedado a las mujeres: Bernarda quita el maquillaje de la cara de su hija Angustias y llama malnacida a Adela cuando conoce que se ha acostado con Pepe el Romano.

Estructura

La casa de Bernarda Alba está distribuida en tres actos, sin que conste división en escenas ni en cuadros. Con esta estructura externa se consigue dotar al drama de continuidad, como si el tiempo no se detuviese y la acción se desarrolla con fluidez, sin elipsis, aunque de manera monótona y repetitiva.

Personajes

Bernarda

Cuyo nombre tiene origen germánico y significa “fuerte como un oso”, es la cabeza de familia y simboliza la autoridad y la represión. Bernarda es quien impone las reglas en su casa (“Aquí se hace lo que yo mando”), empezando por el riguroso luto de ocho años. Además, es símbolo de la tradición y la moral más conservadora (“Las mujeres en la iglesia no deben mirar más hombres que al oficiante, y ese porque lleva faldas”).

Angustias

Es fruto de un primer matrimonio de Bernarda. Es la hija mayor y tiene 39 años. Es consciente de su condición física, pero también de que es la que tiene más dinero de todas sus hermanas, gracias a la herencia por parte de su padre, y se muestra orgullosa de ello.

Magdalena

Es la primera hija del segundo matrimonio y tiene 30 años. Su nombre tiene una clara relación con la Magdalena evangélica, pues aparece llorando ya en su primera intervención y recibe la reprimenda de su madre. A diferencia de sus hermanas, Magdalena muestra un carácter menos apasionado y enamoradizo. Magdalena añora la infancia, a la que vincula la libertad y la alegría, frente al tiempo que le ha tocado vivir y que acepta con dolor, a través del llanto con el que comienza y acaba su participación en esta historia.

Amelia

Es la tercera hija mujer de 27 años y cuyo nombre podría significar “sin miel” si hiciéramos una falsa etimología. Amelia es el personaje menos marcado de toda la familia. Sus intervenciones aparecen para apaciguar los ánimos cuando hay tensión entre sus hermanas. Actúa también como confidente de Martirio, pero su inocencia la lleva a no entender la intención oculta en lo que le dice su hermana.

Adela

Es la hija menor de Bernarda Alba, tiene 20 años y representa el ansia de libertad y la rebeldía. Su nombre significa “de naturaleza noble”, y tiene que ver con su actitud franca durante toda la obra.

María Josefa

Es la madre de Bernarda, tiene 80 años y es un personaje muy especial, pues en ella se mezclan genialmente la demencia con la verdad absoluta, haciendo uso de un lenguaje cargado de fuerza y de lirismo.

La criada

Tiene menos importancia en la obra. Aparece al principio para manifestar rencor hacia la familia en la que sirve.

La Poncia

Está al tanto de todo lo que ocurre en la casa, como se demuestra en sus conversaciones con la criada, e intenta ponerle remedio en ocasiones, hablando abiertamente con Adela e insinuando lo que pasa a Bernarda, pero de ambas recibe una respuesta. La Poncia es la vieja criada de la casa. Tiene, como Bernarda, 60 años y lleva toda la vida con ella. Su nombre nos remite al personaje bíblico que se lava las manos sin intervenir en el juicio.

Martirio

Tiene 24 años y, como su nombre indica, encarna el sufrimiento. Martirio sufre porque es, como dice la Poncia, “enamoradiza”, pero no ha podido casarse aún y eso acrecienta en ella el dolor, y también el resentimiento y la envidia. Ella misma justifica esa ausencia en el primer acto.

Espacio

La casa de Bernarda Alba sucede, como sugiere su título, en un solo espacio interior; sin embargo, como hemos visto con otros aspectos de la obra, el espacio se carga también de valores simbólicos. Además, podemos hablar de espacio visible y espacios aludidos. Otro aspecto que destaca de este lugar es el color blanco de sus paredes, que va cambiando de la pureza inicial (“blanquísimas”) al oscurecimiento del último acto, a medida que el orden “inmaculado” de Bernarda se resquebraja y las tensiones van ensombreciendo la vida doméstica.

El mundo exterior es un mundo de hombres que trabajan, de hombres que aman y de mujeres que los acompañan; es, pues, un mundo más natural e idílico, como refleja María Josefa en su última intervención.

El pueblo

Es la otra cara del mundo exterior, la que se liga no a la libertad y al deseo, sino a la moral, las convenciones morales y “el qué dirán”.

Tiempo

La obra se sitúa en un tiempo indeterminado, se supone que contemporáneo al autor, aunque no hay referencias directas a la época, salvo las que aluden a costumbres de los personajes. Ubicamos la acción, pues, a principios del siglo XX.

Símbolos

  • El agua: es un elemento esencial y suele ser símbolo de vida y fecundidad. En esta obra son frecuentes las alusiones a elementos acuáticos.
  • El mar y el campo: son símbolos de libertad, fecundidad y alegría. El campo está ligado a los hombres y al proceso agrícola (la fecundidad); también se relaciona con el campo el olivar al que se llevan a Paca la Roseta, en relación con el amor erótico.
  • El caballo garañón: que aparece en el corral, es un símbolo del macho, del deseo sexual hacia el hombre.
  • El calor y el fuego: la obra se desarrolla en verano y se hacen muchas alusiones al calor y al fuego. Todas ellas tienen que ver con el deseo sexual que nace sobre todo en las hermanas.
  • El bastón de Bernarda: es un claro símbolo de autoridad, con el que golpea el suelo cada vez que da una orden o quiere que se cumpla su voluntad.