Barroco: teatro, poesía

El Barroco es un movimiento cultural y artístico propio del siglo XVII. Es una época de crisis en la que, sin embargo, el arte y especialmente la literatura, viven un momento de esplendor. El siguiente cuadro recoge cómo evolucionan dos conceptos fundamentales desde el Renacimiento hasta el Barroco: el concepto de la vida y la situación política; dos aspectos que influyen en el panorama literario que a continuación se describe.


Renacimiento (S. XVI)

Barroco (S. XVII)

El hombre renacentista concibe la vida como una etapa en la que hay que disfrutar antes de que llegue la muerte.

Para el hombre del Barroco la vida se convierte en pesimismo y desengaño; el hombre ve el mundo como un conjunto de falsas ilusiones que acaba con la muerte.

En el Renacimiento se fortalece el poder real. El dueño absoluto es el monarca, y los nobles se convierten en cortesanos.

España, que había sido la potencia más importante del mundo, se hunde en un total fracaso y nuestro imperio termina con los últimos reyes de la casa de Austria.

La poesía

Los temas que destacan son la crítica y la sátira sobre la ambición, el poder y el dinero y la brevedad de la vida, vista como un paso rápido hacia la muerte.

Culteranismo y conceptismo

El Barroco es una época en la que conviven dos tendencias literarias que persiguen el mismo fin: romper el equilibrio clásico, pero por distintos caminos. El culteranismo (también conocido como gongorismo) es una corriente literaria que cultiva la forma de las palabras dejando en un segundo plano su contenido. Utiliza como recursos fundamentales la metáfora, los cultismos y referencias mitológicas, el hipérbaton y las palabras parónimas. Todo con el fin de crear un mundo de belleza absoluta y llamar la atención sobre nuestros sentidos. Su máximo representante es Luis de Góngora y Argote.

Por su parte, el conceptismo se basa en el significado o concepto de la palabra. Se puede definir como una agudeza mental que da preferencia a las ideas con el fin de impresionar la inteligencia o el deseo de decir mucho con pocas palabras. Utiliza la metáfora como forma de impresionar la inteligencia, juegos de palabras, sobre todo la utilización de una misma palabra con significados diferentes, la elipsis, la antítesis de palabras e ideas. Su principal representante será Francisco de Quevedo y Villegas.

El lenguaje poético de Góngora posee una gran capacidad evocadora y sensorial. Su lenguaje es muy elaborado, muy culto, muy selecto, lleno de metáforas

originales, hipérbatos y perífrasis. Su tema principal es la recreación de mitos clásicos. Su creación culterana más importante es la Fábula de Polifemo y Galatea, de tema mitológico, en la que narra el amor apasionado del gigante Polifemo hacia la ninfa Galatea. Otra obra en este sentido es Las soledades, poema en el que exalta la naturaleza y que quedó incompleto. Además escribió numerosas sonetos de tema amoroso y otras composiciones mucho más sencillas: romances y letrillas.

La personalidad de Quevedo es muy compleja: se unen en él el moralista riguroso, el satírico de afilado ingenio, el lírico de pureza exquisita y el escritor político de ideas claras. En toda su extensa y lograda obra demuestra su increíble dominio de la lengua. Ello le lleva a un estilo o lenguaje poético muy personal. Su poesía puede clasificarse en: poesía metafísica en la que reflexiona sobre la vida, la muerte y el sentimiento trágico; poemas amorosos de extraordinaria sensibilidad; poemas religiosos y del tema de España; y, por último, satírico-burlescos.

El teatro

El género teatral se convirtió en uno de los más representativos del Barroco. Se llevaron a escena gran cantidad y variedad de asuntos: religiosos, caballerescos, pastoriles, sucesos históricos… Las obras teatrales se representaban en corrales, que eran patios rodeados de casas. Asistía un público ansioso de ver acción y deseoso de ser sorprendido. Las obras más representadas eran las comedias que, según los autores del Barroco, eran obras teatrales en las que se mezclaba lo trágico con lo cómico.

El esquema fundamental del teatro barroco responde a las innovaciones que Lope de Vega introdujo y que son las siguientes:

·Mezcla lo trágico y lo cómico. Antiguamente se reservaba lo trágico para la tragedia y lo cómico o gracioso para la comedia.

·Mezcla personajes nobles y plebeyos. No hay separación por razón de escala social; aunque entre el personaje y su modo de hablar, vestir y comportarse hay una adecuación perfecta.

·Introducción de bailes y cantos populares. Esto da variedad y espectacularidad a la obra.

·Combinación de estrofas muy diversas. Sus obras están en verso; pero no utiliza el mismo verso o la misma estrofa en todas ellas.

·División en tres actos. Las obras se dividen en tres actos que suelen corresponder con la exposición, la trama y el desenlace.

En las obras dramáticas del Barroco se repiten con más frecuencia tres tipos de personajes:

·El galán, hombre apuesto y valeroso, portador de valores nobles como la valentía, hidalguía, audacia…

·La dama, de singular belleza, noble y con altos sentimientos amorosos.

·El gracioso, criado del galán, consejero de su amo y amante del buen comer.

Y los temas fundamentales de las obras dramáticas son: el honor, la religión y la tradición nacional.

Los autores más destacados son Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca.

Lope crea el género y Calderón lo perfecciona. Las obras de Tirso de Molina suponen una transición entre ambos extremos.

Calderón crea un teatro de ideas que profundiza en los grandes problemas filosóficos y morales de la época barroca. La renovación de su teatro se basa fundamentalmente en los siguientes aspectos:

·Simplifica la trama

·Disminuye el número de personajes y da mayor peso a los protagonistas; se profundiza más en la evolución de su carácter.

·Subraya el contenido reflexivo.

·Perfecciona la técnica escenográfica.

·El lenguaje y el estilo se hacen más complejos.

Algunos de los títulos característicos del teatro barroco son:

Calderón: El alcalde de Zalamea, La dama duende, la vida es sueño.

Lope de Vega: Fuenteovejuna; El caballero de Olmedo; Peribáñez y el comendador de Ocaña.